La zawiya ilimitada y la biblioteca infinita. Nuevas perspectivas sobre la epistemología del sufismo contemporáneo y del pensamiento islámico digital*
Universidad de Málaga, España
https://doi.org/10.7440/antipoda58.2025.08
Recibido: 15 de mayo de 2024; aceptado: 22 de octubre de 2024; modificado: 29 de octubre de 2024.
Resumen: en un mundo cada vez más globalizado, el sufismo contemporáneo no ha sido ajeno a la revolución digital, de manera que tradición y modernidad han coincidido en las prácticas espirituales y esotéricas de miles de musulmanes. Como consecuencia de estas circunstancias, las bases sociales y epistemológicas de dichas prácticas y sus practicantes se han transformado de manera significativa. Este artículo analiza la revolución digital, durante el periodo comprendido entre 2000 y 2020, en una de las ramas más populares del sufismo globalizado, la tariqa Tijaniyya, e indaga sobre el modo como esta ha modificado el discurso doctrinal, social y espiritual en el ámbito del sufismo contemporáneo. El objetivo principal del texto es analizar las dinámicas epistemológicas del sufismo digital, en relación con los modelos tradicionales y la manera como afectan sus prácticas espirituales e intelectuales. Para este fin, se emplea una metodología interdisciplinaria que combina la etnografía colaborativa digital y presencial con la hermeneútica simbólica y la filosofía de la religión. Asimismo, en las etnografías que se presentan aquí y en su análisis posterior, se considera enfáticamente el giro ontológico de la antropología. El artículo concluye que la tariqa Tijaniyya no ha permanecido aislada de las profundas transformaciones sociales que han llegado con la sociedad digital. Es más, sostiene que esta ha adaptado y replanteado sus categorías epistémicas tradicionales y, con ello, ha creado nuevos desafíos para sus estudiosos. De esta forma, surge el bosquejo de dos conceptos que quedan a la espera de un desarrollo más profundo: la zawiya ilimitada y la biblioteca infinita, los cuales constituyen el desafío actual para una práctica tradicional y esotérica. La originalidad de esta investigación radica en su potencial para actuar como premisa en otros contextos islámicos, así como en otras manifestaciones religiosas o intelectuales que tengan un modelo epistémico basado en la primacía del ritual, lo esotérico y la tradición.
Palabras clave: antropología de la religión, filosofía de la religión, islam, religiones digitales, sufismo, Tijaniyya.
The Limitless Zawiya and the Infinite Library. Rethinking the Epistemology of Contemporary Sufism and Digital Islamic Thought
Abstract: Contemporary Sufism has not been untouched by the digital revolution. Tradition and modernity intersect in the spiritual and esoteric practices of thousands of Muslims in an increasingly globalized world. This convergence has significantly transformed the epistemological and social foundations of these practices and those who engage in them. This paper examines the digital revolution’s impact on one of the most popular branches of globalized Sufism, the tariqa Tijaniyya, from 2000 to 2020, exploring how it has shaped doctrinal, social, and spiritual discourse in contemporary Sufism. The primary goal is to analyze the epistemological dynamics of digital Sufism in relation to traditional models and to assess how these changes influence its spiritual and intellectual practices. This study will employ an interdisciplinary methodology that combines physical and digital collaborative ethnography, symbolic hermeneutics, and philosophy of religion. The ontological turn in anthropology is a key consideration in the ethnographies presented in these texts and their subsequent analysis. The paper concludes that the tariqa Tijaniyya has not been isolated from the profound social transformations of the digital age. In response, it has adapted and redefined its traditional epistemic categories, presenting new challenges for senior scholars of the tariqa. Two emerging concepts—the limitless zawiya and the infinite library—represent the latest challenges to this traditional and esoteric practice, awaiting further exploration. The originality of this research lies in its potential to serve as a foundation for studies in other Islamic contexts, as well as for other religious or intellectual expressions with epistemic models grounded in the primacy of ritual, esotericism, and tradition.
Keywords: Anthropology of religion, digital religions, Islam, philosophy of religion, Sufism, Tijaniyya.
A zawiya ilimitada e a biblioteca infinita. Novas perspectivas sobre a epistemologia do sufismo contemporâneo e do pensamento islâmico digital
Resumo: em um mundo cada vez mais globalizado, o sufismo contemporâneo não deixou de ser afetado pela revolução digital, de modo que a tradição e a atualidade coincidiram nas práticas espirituais e esotéricas de milhares de muçulmanos. Como consequência dessas circunstâncias, as bases sociais e epistemológicas dessas práticas e de seus praticantes foram significativamente transformadas. Neste artigo, analisamos a revolução digital, no período entre 2000 e 2020, em um dos ramos mais populares do sufismo globalizado, a tariqa Tijaniyya, e exploramos como ela mudou o discurso doutrinário, social e espiritual no campo do sufismo contemporâneo. O principal objetivo do texto é analisar a dinâmica epistemológica do sufismo digital com relação aos modelos tradicionais e como eles afetam suas práticas espirituais e intelectuais. Para isso, é empregue metodologia interdisciplinar que combina etnografia digital e presencial colaborativa com hermenêutica simbólica e filosofia da religião. Além disso, as etnografias apresentadas aqui e sua análise subsequente consideram enfaticamente a virada ontológica na antropologia. O artigo conclui que a tariqa Tijaniyya não permaneceu isolada das profundas transformações sociais que vieram com a sociedade digital. Aliás, ela adaptou e repensou suas categorias epistêmicas tradicionais e, ao fazê-lo, criou desafios para os estudiosos da tariqa. Assim, surge o esboço de dois conceitos que aguardam maior desenvolvimento: a zawiya ilimitada e a biblioteca infinita, ambos constituindo o desafio atual a uma prática tradicional e esotérica. A originalidade desta pesquisa está em seu potencial de servir de premissa para outros contextos islâmicos, bem como para outras manifestações religiosas ou intelectuais que tenham um modelo epistêmico baseado na primazia do ritual, do esotérico e da tradição.
Palavras-chave: antropologia da religião, filosofia da religião, Islã, religiões digitais, sufismo, Tijaniyya.
En los últimos años, los especialistas en los campos de los estudios sobre religión, antropología y filosofía han analizado las consecuencias de la aparición de la digitalización en nuestro mundo. De hecho, dichos expertos han sido conscientes de la elaboración de un discurso religioso propio en el ciberespacio, con características específicas que reconfiguran la experiencia religiosa tal como la conocíamos, ofreciéndonos una nueva topografía ciberespacial como explica Karaflogka (2014). Categorías ya clásicas como amplificación (Hassan y Sutherland 2017) e hiperrealidad o simulacro de Baudrillard (1981) se han mezclado con los conceptos religiosos tradicionales de ortodoxia, ortopraxis y carisma, dando lugar a una nueva hermenéutica que debemos aplicar para explorar las transformaciones de los últimos treinta años. Hoy en día, vemos a sacerdotes católicos que son youtubers y a shaykhs musulmanes que utilizan Instagram para transmitir sus mensajes doctrinales y sermones. Los campos de la filosofía y las ciencias sociales en general nos instan a reconsiderar dichos conceptos y categorías para obtener una comprensión más profunda de nuestra sociedad. Como tantas otras experiencias humanas, la religión no está exenta de tales transformaciones y se ha adaptado progresivamente a ellas. Los confinamientos globales por la propagación de la covid-19, entre 2020 y 2022, marcaron un momento clave en el que Internet, WhatsApp, FaceTime y Zoom se consolidaron como herramientas básicas no solo para la comunicación, sino para la práctica espiritual de millones de personas en todo el mundo.
La comunidad musulmana también ha formado parte de esta revolución digital. Hace más de veinte años, el especialista en asuntos internacionales, Peter Mandaville, advirtió de la importante transformación que la llegada de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) supondría para el conocimiento religioso islámico, incluida una remodelación de la autoridad islámica y de las voces dominantes (Mandaville 1999). Diez años después de la publicación del artículo de Mandaville, las TIC se consolidaron en el mundo islámico global como esenciales para la vida espiritual de los creyentes musulmanes, remodelando la episteme islámica (Chawki 2010). Todas las predicciones de Mandaville se han hecho realidad. Hoy asistimos a una descentralización de las voces y los mensajes doctrinales, que permite a creyentes musulmanes elegir entre una serie de plataformas comunicativas, ideologías y discursos. Diversas escuelas y vías islámicas, desde el wahabismo hasta el sufismo, han establecido sus propios sitios web, canales de Telegram, cuentas de Instagram y canales de YouTube para difundir sus enseñanzas. Las entradas de blog y de los videos IGTV, con un mayor impacto visual y emocional, hace tiempo sustituyeron a los panfletos y boletines comunitarios.
El elemento clave que ha impulsado la consolidación de las TIC en el islam ha sido el auge de la generación M. Los millennials musulmanes —como los describe Shelina Janmohamed (2016)— han desempeñado un papel esencial en la integración del mundo digital en la esfera islámica, a través de sus intereses y pautas de consumo. También han redefinido los modelos de identidad al globalizar y ampliar el espacio para la práctica espiritual (Janmohamed 2016). Los repositorios digitales, cibertecas, canales de YouTube y el uso de grupos de chat han propiciado encuentros e intercambios que están remodelando las identidades de los jóvenes musulmanes. Uno de los resultados de estos medios digitales es una e-riḥla, un viaje virtual análogo a la riḥla clásica (Netton 2012), que ahora se emprende sin necesidad de salir de casa. Una riḥla no es simplemente un viaje; es una experiencia transformadora que cambia la vida, en la que la persona descubre el mundo (dunya) y una nueva forma espiritual de entenderlo. Ejemplos de la riḥla espiritual se encuentran en las hagiografías del gran maestro sufí andalusí Muḥyddīn Ibn ‘Arabī (1165-1240) y en el fundador de la tariqa Tijāniyya, Ahmad Tijāni (1735-1815) (Ibn ‘Arabī 2014; De Diego 2020), entre muchos otros a lo largo de la historia islámica. Internet y los medios sociales brindan a la generación M la oportunidad de experimentar una e-riḥla desde la privacidad —y, también, el aislamiento— de sus propias habitaciones.
Entre estas prácticas, me interesa especialmente volver a examinar el concepto e-sufismo, discutido por autores como Duoignon (2020), Abu Sharif (2019) y Makhasin (2016), y descifrar cómo se ha convertido en una práctica significativa, especialmente dentro de la comunidad islámica occidental. Abreviatura de “sufismo electrónico”, el e-sufismo se refiere a la práctica del sufismo en un entorno virtual utilizando las TIC y las características únicas del mundo digital, como la comunicación electrónica y la virtualización de la práctica sufí (De Diego González 2021).
Durante las dos primeras décadas del siglo XXI, he observado cómo muchas sendas sufíes (ṭarīqa) han abrazado la virtualización y adoptado las TIC, sin que se haya producido una discordia significativa entre sus líderes. Es más, la mayoría de los líderes sufíes contemporáneos, a los que he entrevistado en los últimos años, consideran que estas herramientas tienen un gran potencial para difundir el sufismo y el islam1. Los detractores de esta tendencia se centran más en los retos que supone la gestión de los aspectos esotéricos del sufismo —como los secretos, las letanías autorizadas y las enseñanzas gnósticas-esotéricas— para ciertos estudiantes y el daño potencial que esto podría suponer para la imagen pública de la propia Tijāniyya (entrevista con Ḥājj al- Mishry, Madrid 2018). Las controversias y disputas derivadas de malentendidos doctrinales son habituales en las redes sociales. De todas formas, el auge del Internet y de las redes sociales ha impactado profundamente en el sufismo.
La ṭarīqa Tijāniyya y concretamente la comunidad de la fayḍa no han sido ajenas a esta profunda transformación. Fundada por Ibrahim Niasse (1900-1975) en la década de 1930, la comunidad de la fayḍa es actualmente la rama más popular y poderosa de la Tijāniyya. Su historia, doctrina e impacto social han sido ampliamente estudiados por eruditos como Hill (2007), Seesemann (2011), Wright (2015) y De Diego González (2020), lo que la convierte en una de las vías sufíes más investigadas en la actualidad. Por otra parte, la fayḍa también se encuentra entre las ramas más globalizadas de la Tijāniyya, con una presencia significativa tanto en África occidental como en la diáspora (Kane 2011). El deseo de comprometerse con el mundo contemporáneo demostrado por su fundador, el shaykh Ibrahim Niasse, junto con la amplitud de miras de sus sucesores y adjuntos, ha facilitado la incorporación de las TIC al sufismo y a su experiencia mística.
Aunque el shaykh Ibrahim Niasse no vivió para presenciar la revolución digital, supervisó y permitió la introducción de las primeras TIC en la Tijāniyya, incluyendo la radio, el teléfono y las grabadoras analógicas a través de fatwas islámicas (opiniones legales no vinculantes). En otro capítulo del libro Islamic Scholarship in Africa: New Directions and Global Contexts, titulado “A New African Orality? Tijāni Sufism, Sacred Knowledge, and the ICTs in Post-Truth Times”, hablé sobre el impacto de las TIC en la práctica espiritual del sufismo Tijāni en el siglo XX (De Diego González 2021). Estas innovaciones tecnológicas ayudaron a expandir la ṭarīqa, a la vez que reconfiguraron los mecanismos ontológicos y epistémicos —a saber, la transmisión y legitimación del conocimiento y saber sagrado (ma‘rifa)—, creando así una comunidad sin límites, una zāwiya ilimitada.
Este artículo explora la revolución digital dentro de una de las ramas más populares del sufismo globalizado, la ṭarīqa Tijāniyya, desde 2000 hasta 2020, examinando cómo ha configurado el discurso doctrinal, social y espiritual en el sufismo contemporáneo. El objetivo primordial es analizar y reconsiderar la dinámica epistemológica del sufismo digital en relación con los modelos tradicionales. Para ello, se introducirán y examinarán conceptos como el secreto (sirr), el conocimiento divino (ma‘rifa), la ética espiritual (adāb) y la educación esotérica (tarbiya) dentro de este nuevo contexto digital. Además, pretendo reflexionar sobre el impacto de estos elementos en los individuos y sus implicaciones para las prácticas espirituales e intelectuales, en relación con los modelos epistémicos tradicionales. Desde el punto de vista metodológico, este artículo adopta un enfoque polifacético, basado en reflexiones procedentes de la antropología, la islamología y la filosofía. Ya he abordado anteriormente temas similares en este contexto.
El enfoque metodológico inicial combinaba la etnografía tradicional y la digital, ambas realizadas en colaboración (Lassiter 2005) y entendidas como un acto público. Los colaboradores desempeñaron un papel fundamental a la hora de facilitar al investigador el acceso y la comprensión de las cuestiones examinadas. El trabajo de campo se llevó a cabo en España (durante la década de 2010), Senegal (2014, 2016 y 2017) y Estados Unidos (2013, 2017 y 2019), países que fueron seleccionados como los principales espacios de investigación. La observación participante y las entrevistas con miembros de la ṭarīqa Tijāniyya (incluidos shaykhs, eruditos principales y muqaddams autorizados) sirvieron como métodos clave de investigación. Si bien las entrevistas partieron de un marco teórico, se dio espacio para que los participantes desarrollaran libremente sus reflexiones en torno a mis preguntas. Las etnografías digitales se adhieren a una metodología similar, pero se adaptan a este escenario (Hine 2000; Hjort et al. 2017) asumiendo la virtualidad. Principalmente, la etnografía física proporcionó acceso a una cantidad sustancial de material digital, incluidos sitios web y grupos de redes sociales —públicos o privados—, a través de invitaciones extendidas por las partes colaboradoras. Tanto en las entrevistas físicas como en las digitales, se obtuvo el consentimiento informado y los participantes se comprometieron voluntariamente con la investigación. En todo momento, los colaboradores tuvieron la opción de permanecer en el anonimato si así lo deseaban; dos individuos ejercieron esta opción, mientras que los demás se identificaron por su nombre. Solo se presentan los datos y metadatos disponibles públicamente, accesibles a través de motores de búsqueda y repositorios como Internet Archive en la World Wide Web.
En la intersección de la antropología y la filosofía, es esencial destacar la importancia de los enfoques onto-epistémicos, como el giro ontológico en antropología (Holbraad y Pedersen 2017) o el concepto más atrevido de aperturas onto-epistémicas (De la Cadena, Risør y Feldman 2018). Estos enfoques nos invitan a considerar los fenómenos objeto de estudio no como meras representaciones, sino como profundas realidades ontológicas que repercuten en las experiencias vividas por los individuos. En una investigación híbrida e intercultural como esta, esa perspectiva es fundamental para comprender complejidades que van más allá de un simple fenómeno cultural o social. A través de un enfoque ontológico —ya se denomine giro ontológico o apertura onto-epistémica— es posible dejar de lado temporalmente los juicios éticos sobre las prácticas consideradas. En su lugar, estas prácticas pueden situarse en el contexto de la realidad ontológica del sujeto, revelando su significado más profundo. Este enfoque ha sido esencial para la construcción de un relato etnográfico en un entorno en el que la lectura primaria procede del esoterismo. En consonancia con la perspectiva ontológica, este estudio se basa en la hermenéutica simbólica, la filosofía de la comunicación y la filosofía de la religión para explorar cuestiones relativas a la praxis espiritual y la epistemología esotérica, al examinar su conexión con la sociedad contemporánea y la tecnología de forma complementaria.
El artículo está estructurado de la siguiente manera: en primer lugar, un análisis de cómo los medios sociales han transformado el sufismo de la ṭarīqa Tijāniyya. A continuación, un debate sobre los retos epistemológicos a los que se enfrenta la experiencia de la Tijāniyya en su compromiso con aspectos de la modernidad y la posmodernidad. Por último, introduzco los conceptos de zāwiya ilimitada, biblioteca infinita y adab ausente.
Cómo los medios sociales han transformado ṭarīqa Tijāniyya
La Tijāniyya es un fenómeno religioso contemporáneo basado en el islam tradicional como marco intelectual y religioso. Fundada a finales del siglo XVIII en Marruecos, la ṭarīqa representa la intersección entre la episteme del mundo tradicional y un nuevo mundo cambiante y globalizado. Su fundador, Aḥmad Tijāni (1735-1815), estaba seguro de que había que adherirse a la Sunna del profeta Mahoma, tanto a nivel epistemológico exotérico como esotérico (Wright 2015; De Diego González 2020). Sin embargo, esto no implicaba renunciar al mundo cotidiano. Para shaykh Tijāni y sus seguidores, el conocimiento sagrado (ma‘rifa) debía integrarse en su sociedad. Se trataba de educar a los discípulos para lograr un equilibrio vital que les permitiera vivir de forma que encarnaran conscientemente la Sunna del profeta Muhammad y persiguieran la realidad última de la realidad de Allāh (ḥaqīqa). A lo largo de generaciones, este equilibrio entre los aspectos exotéricos (ẓāhir) y esotéricos (bāṭin) ha evolucionado hasta convertirse en una vía espiritual para millones de musulmanes.
La ventaja inicial de la Tijāniyya fue su situación geográfica en el Magreb y África occidental, un centro clásico de erudición islámica, rico en conocimientos tradicionales y hogar de estimados eruditos y santos (awliyā’). La ṭarīqa de Aḥmad Tijāni obtuvo un fuerte apoyo de las comunidades de conocimiento de todas las regiones, desde Marruecos hasta Sudán. Su celo por el conocimiento, la legitimidad otorgada por las experiencias visionarias del propio shaykh Tijāni y su pericia en ciencias esotéricas atrajeron a numerosos eruditos y shaykhs sufíes que, fascinados por el carisma de Tijāni, se unieron al movimiento (De Diego González 2020).
Entre todas las ramas tijānis, la comunidad de la fayḍa destaca como excepcional. Es una de las ramas más influyentes y con mayor número de seguidores. Fundada por Ibrahim Niasse en la década de 1930, esta comunidad transnacional cuenta con discípulos que se extienden desde Marruecos a toda África occidental, Egipto, el Sudeste Asiático, Europa y Norteamérica, lo que la convierte en una de las más activas del sufismo contemporáneo (Seesemann 2011). El principio básico de la comunidad de la fayḍa sigue siendo sencillo: facilitar la apertura espiritual (fātḥ) a todo aquel que la busque, contribuyendo a la creación de un mundo mejor (De Diego González 2020). La comunidad de la fayḍa no solo destacó en la utilización de la tradición intelectual islámica, sino que también emergió como una institución vital de valores sociales y políticos —al promover la descolonización, el panafricanismo y el altermundismo—, para la gente de los países que iniciaban el lento camino hacia la independencia (Wright 2015). El carisma de Niasse y de sus discípulos mayores atrajo a cientos de miles de personas de todo el mundo a la ṭarīqa, inspirándoles a trascender sus propias identidades nacionales.
A diferencia de otros líderes islámicos de su época, Niasse tenía visión de futuro y adoptó una actitud progresista hacia las innovaciones sociales y tecnológicas. Esta perspectiva ha sido llevada adelante por sus sucesores en la dirección de la ṭarīqa, incluidos sus hijos, la familia Cissé y la mayoría de sus muqaddams (diputados), que ven la modernidad como un camino prometedor por el cual vivir y expandir la ṭarīqa. He tratado este tema en un texto anterior (De Diego González 2021), en el que reflexionaba sobre el impacto de las TIC en la comunidad Tijāni fayḍa. Entre la diáspora, estas tecnologías se han convertido en esenciales para transmitir las enseñanzas religiosas tijāni y preservar el conocimiento oral. Por ejemplo, queda por estudiar un vasto archivo de grabaciones tijānis, que representa un legado crucial en la historia intelectual de los ṭarīqa.
Desde finales de los años noventa hasta principios del siglo XXI, la revolución del Internet afectó significativamente a la comunidad de la fayḍa. Los líderes espirituales contemporáneos de la comunidad e imanes de la Gran Mezquita de Kaolack, Hassan Cissé (1945-2008) y su hermano menor Shaykh Tijāni Cissé (n. 1955), experimentaron profundos cambios y desafíos con la llegada del mundo virtual. Esta importante transformación positiva permitió a los seguidores difundir la ṭarīqa con cierta facilidad, acercarse al público occidental o permitir el acceso a documentos y obras doctrinales. Sin embargo, también introdujo un inconveniente, pues ya no existía un control institucional sobre lo que se publicaba, decía o leía. Este cambio trastocó el principio de discreción dominante en el proceso de tarbiya (educación espiritual). Sin una gestión cuidadosa de la información, cualquiera podía acceder a documentos secretos u otro material sensible almacenado en la nube. Después de todo, ciertos conocimientos están cuidadosamente custodiados por shaykhs y muqaddams y son destinados únicamente a discípulos iniciados en el camino Tijāni.
La Tijāniyya, al igual que el sufismo y otras vías espirituales, funciona epistemológicamente a través de un esquema de aprendizaje iniciático. El secreto es esencial para acceder a los niveles más elevados del viaje espiritual. Esta episteme asume que el conocimiento es progresivo y jerárquico, con información impartida a los discípulos a medida que avanzan por etapas bajo la supervisión de un shaykh (Wright 2015). También requiere la obediencia y disciplina del discípulo hacia el maestro, quien le anima a progresar pacientemente y a esperar la recompensa divina. Sin embargo, en el mundo virtual prevalece la inmediatez (De Diego González 2021). La inmediatez emocional, la intensidad y la amplificación que caracterizan a los medios sociales (Hassan 2016) contrastan con los aspectos ortopraxicos del camino espiritual, que insta a los iniciados a comprometerse en la lucha contra el ego (jihād al-nafs). Además, siempre existe el riesgo de provocar escándalos y conflictos si no se mantiene el adāb (ética espiritual) durante la formación sufí.
Durante la última década, la comunidad de la fayḍa ha experimentado un crecimiento sustancial en las redes sociales, no solo en Occidente, sino también dentro de las comunidades con sede en África, lo que ha aumentado la visibilidad de los ṭarīqa en Internet. Lo mismo ha ocurrido en las comunidades de la fayḍa a través de plataformas, desde canales de YouTube hasta cuentas de Instagram y perfiles y grupos de Facebook (De Diego González 2021). En 2018, Mamadou Dodou Thiam incluso lanzó una red social específica para la comunidad de la fayḍa llamada Alfayda, la cual fue diseñada tanto para dispositivos Apple2 como Android3. Sin embargo, muchas de estas plataformas son personalistas y ofrecen una visión de la fayḍa conformada por la perspectiva de shaykhs individuales o familias. Además, estas aplicaciones tuvieron una vida útil limitada; desde marzo de 2024 no están disponibles.
Un análisis de estos esfuerzos en los medios sociales revela la falta de un discurso unificado o coherente, mostrando en su lugar una diversidad de voces. Por ejemplo, algunos de estos contenidos son poco profesionales o aficionados, y a menudo consisten en grabaciones personales u opiniones subjetivas. En una entrevista que realicé en el verano de 2016, en Medina Baye (Senegal), un destacado shaykh senegalés lamentaba que veía aquí una oportunidad perdida para que la ṭarīqa produjera material de calidad para los medios sociales4. En otra entrevista, esta vez en Madrid, España, Ḥājj al-Mishry, un destacado shaykh y erudito mauritano, al reflexionar sobre las agrias disputas y polémicas entre los miembros de la Tijāniyya en Internet y en los medios sociales, hizo hincapié en “la necesidad de mantener un adāb (ética espiritual) en los medios sociales como lo haríamos en la vida real” (entrevista con Ḥājj al-Mishry, Madrid, 2018).
A pesar de la creciente influencia del sufismo electrónico, las prácticas tradicionales y físicas siguen siendo el modo dominante dentro de la Tijāniyya. Sin embargo, la esfera digital no deja de ganar adeptos debido a su comodidad para acceder y compartir contenidos, así como para facilitar el intercambio de opiniones. Por ejemplo, shaykhs carismáticos y populares como Maḥy Cissé o Shaykh Wuld Khairy tienen muchos discípulos más allá de su zāwiya física y de sus propios países. Esto refleja la globalización del discipulado. No obstante, estos shaykhs siguen conservando los métodos tradicionales de enseñanza, que abarcan tanto las prácticas esotéricas como las exotéricas.
Otro avance digno de mención en las transformaciones sociales impulsadas por los medios sociales —como pude observar durante mi trabajo de campo digital— es la progresiva adopción del inglés como lingua franca entre los miembros más jóvenes de la comunidad de la fayḍa Tijāniyya, especialmente en los entornos en línea. Estos discípulos anglófonos favorecen cada vez más el inglés en su discurso frente a otras lenguas tradicionales de los fayḍa como el francés o el árabe.
Por lo tanto, ahora está surgiendo un perfil diferente del discípulo medio en la fayḍa Tijāniyya, con esta nueva generación de jóvenes discípulos y muqaddams que suelen ser millennials musulmanes bien educados, residentes en Occidente, que buscan el conocimiento tradicional sin rechazar el nuevo mundo contemporáneo. Un ejemplo especialmente conocido es el de un grupo de jóvenes artistas musulmanes que se basan en las doctrinas de Tijāni. Se llaman los Baraka Boys y tienen una poderosa presencia activista en las redes sociales5. Pero también existe una nueva generación de discípulos africanos, los millennials musulmanes, que están introduciendo las TIC en sus contextos, están bien conectados con otros discípulos y han reconfigurado la ṭarīqa y sus propias prácticas espirituales. Esta nueva generación de tijānis, nacidos y criados en el mundo digital, está remodelando la Tijāniyya, al preguntarse por la autoridad espiritual y la transmisión del conocimiento, y al cuestionar el papel del secreto en un mundo sin él. Aunque pueda parecer que todos estos son aspectos sociológicos, lo más interesante reside en los problemas y desafíos que este mundo virtual crea en el marco epistémico y doctrinal de la propia ṭarīqa, un desafío que no solo está presente en la esfera social sino también en aspectos relacionados con la epistemología, la metafísica y la doctrina espiritual.
Difuminando el Ẓāhir y el Bāṭin: problemas epistemológicos a la luz de la doctrina Tijāni
Los medios sociales poseen un estatus ontológico distinto al de las epistemologías sufíes tradicionales. Es ontológico en el sentido de que crea realidades. Su lógica deriva de la inmediatez, de su “transparencia aparente”, que a menudo conduce a una mayor difusión y viralización. Por el contrario, el sufismo opera dentro de un paradigma en el que la coexistencia de los niveles de ẓāhir (manifiesto) y bāṭin (oculto) desempeña un papel central en la configuración de su marco epistemológico.
La teoría sufí del conocimiento sostiene que los discípulos deben alcanzar los estados más elevados del conocimiento divino (ma‘rifa), a través de la experiencia transformadora que proporciona el viaje (sulūk), bajo la guía de un maestro experimentado (murabbi). Este proceso, conocido como tarbiya (educación espiritual), es central en el sufismo. La tradición sufí, en particular tal como la articula Ibn ‘Arabī, hace hincapié en que sin un equilibrio entre lo esotérico y lo exotérico, los discípulos serían incapaces de emprender el sulūk necesario para conocer verdaderamente a Dios (Ibn ‘Arabī 2014). Asimismo, el concepto de secreto (sirr) es esencial para el progreso, ya que el conocimiento divino (ma‘rifa) no es algo que deba revelarse abiertamente debido a los riesgos que puede entrañar para uno mismo o para los demás (Ibn ‘Arabī 2014). Desde entonces, la mayoría de las ṭarīqas sufíes han adoptado este enfoque de la gestión del conocimiento como medio para alcanzar el conocimiento divino (ma‘rifa) y, en última instancia, acercarse a Dios.
Ibrāhīm Niasse y la comunidad de la fayḍa simplificaron el concepto de tarbiya, haciéndolo mucho más accesible de lo que tradicionalmente era en otras ramas de la Tijāniyya. Ya no era solo para los elegidos; Ibrāhīm Niasse abrió el camino del conocimiento divino, la ma‘rifa, a cualquiera que lo necesitara, democratizando la tarbiya. Esta “democratización” del conocimiento divino, profundamente ligada a la idea de emancipación social, se convirtió en una piedra angular de la doctrina fayḍa (De Diego González 2020). Sin embargo, este enfoque integrador no ha protegido a la comunidad de la fayḍa de las críticas dentro de la propia Tijāniyya. A lo largo de mi trabajo de campo, fui testigo de críticas constantes a la comunidad de la fayḍa y a sus diputados (muqaddams), por parte de miembros de las comunidades de la Tijāniyya marroquí y de la de Tivaoune. Estas críticas se centran a menudo en lo que se percibe como excesiva permisividad en la tarbiya y en la representación de Niasse como único acceso a la fayḍa y su papel como líder espiritual de la ṭarīqa. Como se documenta en la bibliografía, el shaykh Ibrāhīm escribió extensamente en su defensa (Seesemann 2011).
Internet y la virtualización del sufismo interactúan con la práctica tradicional de formas bastante interesantes. En primer lugar, provocan un auténtico replanteamiento del esquema epistemológico de la ṭarīqa. La amplificación de la realidad, la falta de secreto, la ausencia de retrasos, la inmediatez, el simulacro y la hiperrealidad empujan a replantearse las metodologías clásicas. Además, existe el reto cultural de que los shaykhs más mayores traten con discípulos más jóvenes, que a menudo proceden de contextos culturales muy diferentes. Esta dinámica crea no solo un desafío epistemológico, sino también un “problema ético”, un punto al que me referiré en la siguiente sección.
No cabe duda de que, en el ámbito de Internet de los Tijāni, el uso de las TIC representa la continuación de un camino que comenzó con la aceptación de estas tecnologías como herramientas esenciales para promover el camino espiritual como una opción global, como expliqué anteriormente (De Diego González 2021). La Tijāniyya y especialmente la comunidad de la fayḍa tienen cuentas y perfiles en las principales redes sociales. Aunque la mayoría de los sitios están gestionados de forma privada por particulares, una parte importante está gestionada oficialmente por representantes de la comunidad. La Tijāniyya no ha sido conservadora per se a la hora de adoptar estas opciones contemporáneas. Sin embargo, muchos de estos avances pueden parecer contradictorios con las enseñanzas tradicionales con las que se compromete un discípulo al emprender el camino del Aḥmad Tijāni.
Una cuestión epistemológica importante que plantean las TIC y los medios sociales está relacionada con el silencio, porque el silencio (ṣamut) es un aspecto central en la experiencia sufí. Un discípulo (murīd) no debe decir a nadie, que no sea su maestro (murabbi), lo que siente, ve y experimenta. Este silencio sirve de protección contra las opiniones externas, que pueden alinearse —o entrar en conflicto— con su viaje espiritual (sulūk). Se trata de un proceso profundamente privado e íntimo. El propio Niasse hizo hincapié en ello en su obra Rūḥ al-Adāb (El espíritu de las buenas costumbres), donde escribió “Y sé sincero con tus hermanos o mantente en silencio, en compañía de personas con excelentes valores morales, entre parientes cercanos” (Niasse 2001a, 84)6.
Este verso, de una de las claves de Niasse, ofrece una visión de cómo los medios sociales crean un problema epistemológico dentro del corpus doctrinal de la Tijāniyya. Los medios sociales tienden a amplificar los mensajes, al animar a los individuos a compartir públicamente sus sentimientos y experiencias, revelando a menudo aspectos íntimos, ya sea de forma intencionada o no. En el espacio digital, la esfera pública domina a la privada y la hiperestimulación de las emociones es comúnmente aceptada. Esto contrasta fuertemente con la práctica sufí, que hace hincapié en la necesidad de que los discípulos controlen sus emociones durante el entrenamiento espiritual (tarbiya).
En la tradición sufí, un majdhūb es una persona que ha experimentado la jadhba (arrobamiento espiritual) durante su viaje espiritual (sulūk). Mientras que la cultura occidental podría interpretar esta figura como un necio, el majdhūb desempeña un rol mucho más complejo dentro de la doctrina sufí. La tradición sufí asocia este papel con el de un discípulo que ha sido iniciado, pero aún no ha integrado plenamente la teofanía divina en su interior. Al carecer de la capacidad para construir una comprensión coherente de su experiencia del conocimiento divino (ma‘rifa), el majdhūb se siente abrumado. Incapaz de soportar este estado, a menudo, rompe su silencio pronunciando palabras sin sentido o mostrando un comportamiento antisocial. El propio Niasse describe este estado en su obra Kāshif al-Ilbās (Niasse 2001b) y en su libro Jawāhir al-Rasā’il, donde critica a estos discípulos sin formación. Señala que su arrebato no regulado (jadhb) con frecuencia conduce al rechazo social y al abandono de la sharī‘a (Niasse 2013).
Este fenómeno no es reciente; se remonta a figuras clásicas como Manṣūr al-Ḥallāj (858-922), que fue condenado a muerte por este comportamiento. Pero en nuestros tiempos posmodernos un ciber-majdhūb representa una nueva amenaza para la ṭarīqa. El principal problema que se plantea, fundamentalmente, es que el ciber-majdhūb es capaz de impactar, a través de los medios sociales, a un público más amplio de lo que podía hacerlo un individuo en épocas anteriores, ya sea en un pequeño pueblo de Saloum-Saloum o en una ciudad islámica medieval.
El secreto, y por tanto el silencio, se difumina hasta tal punto que la gente no sabe lo que es ẓāhir (exotérico) o bāṭin (esotérico), ni dónde están realmente los límites sobre lo que se puede y no se puede decir. Los discípulos se enfrentan a muchos dilemas y contradicciones, y parece que el maestro es incapaz de controlarlos y guiarlos. Los discípulos ya no se centran en su propia experiencia, sino que se ven absorbidos por múltiples lecturas, por las opiniones de otras personas o por la influencia de personalidades de los medios sociales. Estas personas influyentes, a menudo a través de historias de menos de un minuto, pueden redirigir la percepción y la atención del murīd. El celo tradicional (ḥimma) hacia el shaykh como fuente de conocimiento es suplantado ahora por el “shaykh popular”. Aquí la cantidad —de discípulos, de fama, de representación social— parece superar a la calidad; la versión más popular se gana al público, la que mejor se desenvuelve en lo que Baudrillard denomina hiperrealidad y simulacro (1981). Mediante el marketing espiritual y el uso hábil de los medios sociales, un discípulo diestro puede establecerse como una figura influyente de shaykh en el ciberespacio, a menudo ejerciendo una influencia que supera su madurez y posición espiritual real (maqām).
En este contexto, la metodología epistemológica de la fayḍa Tijāniyya —basada en la experiencia espiritual individual y la purificación (tazkiyya)— se derrumba y se vuelve inviable. Un murabbi senegalés que se ha establecido en España y que es mentor de discípulos virtuales, algunos de ellos occidentales, compartió conmigo sus experiencias personales y perspectivas sobre este asunto:
Es muy difícil controlar a una persona que está haciendo tarbiya [educación espiritual] a distancia por teléfono o chat. La forma tradicional, la que me enseñó mi padre, era tenerlo cara a cara, someterlo con la mirada. De esta forma, el discípulo era consciente de quién tenía la autoridad porque en el proceso de la tarbiya es cuando el nafs [ego] aumenta porque cuando descorre el primer velo, cree que tiene todo el conocimiento, lo real en sus manos, y no es así... Estar en la distancia exige más llamadas, más control, pero también más confianza entre nosotros. A veces es difícil... ¡muy difícil! Incluso algunos de mis discípulos que hicieron tarbiya conmigo se fueron a otro shaykh porque había gente que les decía que su fātḥ [apertura] sería mucho más rápida. (Entrevista con un murabbi, comunidad de la fayḍa, Zaragoza, España, junio de 2017)
Esta narración me indica que, más allá de que las TIC supongan un reto considerable para el murabbi actual, el factor de la globalización también influye bastante. Curiosamente, a pesar de este escepticismo del murabbi hacia el e-sufismo y la e-tarbiya, utilizó continuamente su teléfono móvil durante toda nuestra conversación, consultando con frecuencia WhatsApp y Facebook Messenger, y nuestra conversación se vio interrumpida en múltiples ocasiones por llamadas telefónicas.
Los problemas de la e-tarbiya se hacen evidentes en la medida en que el discípulo pierde un componente crítico: la presencia física ante el murabbi (De Diego González 2021). El conocimiento es encarnado (Wright 2015) por el individuo y requiere la proximidad del maestro, por lo que la baraka (energía sutil) y su mirada son elementos esenciales del proceso. Sin embargo, en la e-tarbiya todo es volátil e hiperreal, lo que resulta en una simulación epistémica que lucha por replicar la profundidad de una experiencia practicada durante generaciones.
No obstante, la e-tarbiya ha surgido como una alternativa viable para los discípulos que viven lejos de Medina Baye o de otros centros tijānis, y que buscan la orientación de un shaykh de renombre. Con solo un teléfono móvil y un ordenador, pueden establecer una relación virtual con su shaykh y, potencialmente, conectarse con una comunidad.
El murabbi de Zaragoza identificó otro gran problema: el de la inmediatez. En los medios sociales todo es inmediato, instantáneo. Funciones como el “doble check” en los servicios de mensajería indican cuándo se ha leído un mensaje, lo que fomenta la expectativa de respuestas instantáneas. Los discípulos suelen querer respuestas de inmediato, colocándose en posición de control. A diferencia de las prácticas tradicionales de Medina Baye, en las que los discípulos esperaban a la puerta del shaykh o participaban en la khidma (servidumbre), para comprender mejor los sacrificios inherentes al viaje espiritual, estos discípulos buscan un “servicio” que se basa en la inmediatez, una lógica transaccional que refleja una mentalidad poscapitalista.
El murabbi también expresó su preocupación por la amenaza simbólica que suponía que algunos de sus discípulos recurrieran a “shaykhs más populares” para “llegar más lejos”. Esta búsqueda de “más”, en un sentido cuantitativo, es diametralmente opuesta a un camino espiritual de paciencia (ṣabr) que valora el tiempo y “saborea” (dhawq) la experiencia para una comprensión profunda de la realidad. Zachary Wright, citando una narración de Hassan Cissé, ha documentado una convincente advertencia de Ibrāhīm Niasse sobre los peligros de la inmediatez y las presiones del “time-crunch”:
La comunidad de Ibrāhīm Niasse se enfrentaba en general a la aceleración del tiempo, el “time-crunch”, ahora reconocido como una característica fundamental de la modernidad, algo a lo que la pedagogía islámica tenía que adaptarse. La afirmación “En este tiempo no hay tiempo” parecía una afirmación generalmente aceptada en Medina-Baye. Sin duda, muchos musulmanes encontraban tal concepto fácilmente legible (aunque ominoso), dada la conocida narración del Profeta: “La Última Hora no llegará antes de que el tiempo se contraiga, siendo un año como un mes, un mes como una semana, un día como una hora y una hora como el encendido de un fuego”. Ibrāhīm Niasse creía que los avances tecnológicos tenían un papel en la aceleración del tiempo, y predijo: “Estas tecnologías traerán algún día el Fin de los Tiempos”. (2015, 208)7
En resumen, la mayoría de los shaykhs y muqqadam desaprueban la actitud de inmediatez y la “premura del tiempo”. Lo ven como el triunfo del ego (nafs), que tanto les ha costado controlar durante su formación espiritual. Para la mayoría de ellos, el “tiempo espiritual” es un “presente eterno”, un estado en el que se puede conocer profundamente a Allāh y vivir de acuerdo con la Sunna de su profeta.
En contraste con estos shaykhs y muqqadam, las generaciones más jóvenes —a menudo denominadas generación M o musulmanes millennials— adoptan el lenguaje de las redes sociales como propio y se esfuerzan por redefinir cómo se vive y se enseña la Tijāniyya. En todo el mundo, muchos jóvenes discípulos de la fayḍa, que han completado su tarbiya y obtenido los permisos necesarios para enseñar (idhn), han adoptado la lógica de plataformas como Instagram y Facebook. Elaboran narrativas que fusionan el marketing con la espiritualidad, donde la ostentación sustituye a menudo a la humildad. Los mensajes populistas y las pretensiones de éxito profesional y personal eclipsan las narrativas epistemológicas tradicionales de la ṭarīqa.
Cada vez está más extendida la idea de que la tarbiya (formación espiritual) potencia el mundo material (dunya). Sin embargo, a pesar de estos cambios, la ṭarīqa, los textos de la fayḍa y el conocimiento divino (ma‘rifa) han alcanzado un nivel de globalización sin precedentes, que abarca desde Senegal hasta Estados Unidos.
La comunidad de la fayḍa ha cumplido el sueño de Niasse de convertirse en un espacio transnacional e inclusivo para las personas que, de un modo u otro, buscan a Allāh. La Tijāniyya ha construido una biblioteca infinita y una zāwiya ilimitada en Internet, al tiempo que lidia con los problemas de la posmodernidad y de un adāb ausente.
La Zāwiya ilimitada, la biblioteca infinita y el adāb ausente
La comunidad de la fayḍa siempre ha tenido como objetivo compartir su modo de vida con el mayor número de personas posible. Desde el principio, Niasse comprendió que ṭarīqa no era un mensaje exclusivo para wolofes o árabes, sino una llamada universal, una universalidad inherente a las doctrinas y enseñanzas que desarrolló. Esta visión dio lugar a la idea de que la gracia de Allāh “inundaría” la tierra —haciéndose eco del significado de la palabra árabe fayḍa—, ofreciendo alivio en un mundo plagado de corrupción, de forma muy parecida a la historia coránica de Noé.
Aunque la comunidad de la fayḍa nunca ha rechazado explícitamente las TIC, ha habido consenso en preservar los métodos y las tecnologías educativas tradicionales para salvaguardar su patrimonio. Zachary Wright (2015) demuestra cómo se han mantenido los fundamentos epistemológicos de la ṭarīqa, a la vez que se han adaptado ciertos elementos para alinearlos con los tiempos contemporáneos. Aunque Niasse no vivió para ver la revolución digital, sus descendientes han adoptado el mundo digital como una poderosa herramienta para experimentar la ṭarīqa y crear una zāwiya ilimitada.
El concepto de la zāwiya ilimitada surge de la observación atenta de los medios sociales y las comunidades virtuales. Si el mensaje de Niasse era unir a los musulmanes en torno al conocimiento divino (ma‘rifa) y a una vida alineada con las normas proféticas, Internet y las TIC se han convertido en poderosas herramientas para cumplir esa aspiración. Utilizando principalmente el inglés como lingua franca, el alcance de la ṭarīqa se ha ampliado exponencialmente, conectando a una audiencia global no solo con los shaykhs, sino también con acontecimientos como el Mawlid de Medina Baye o el Gamou de Kossi que se retransmiten frecuentemente en línea.
Shaykhs como Maḥy Cissé —nieto de Ibrāhīm Niasse y portavoz de la comunidad de la fayḍa— tienen ahora discípulos y muqaddams en países tan alejados de Senegal como México y Brasil. Aunque persisten los retos antes mencionados, muchos tijānis ven esta globalización como un testimonio del triunfo de la ṭarīqa8.
Desde la llegada del Internet, la fayḍa Tijāniyya se ha beneficiado —principalmente a través de sus discípulos extranjeros— de una dinámica presencia en línea. Esta presencia incluye sitios web como Tijani.org9, promovido por el shaykh Fakhruddin Owaisi y Zachary Wright, Noor ala Noor10, los blogs impulsados por el nigeriano Ishma‘eel Bakare, que recopilan información diversa y extensa sobre la ṭarīqa11; y el sitio web español Tariqa Tijaniyya12, dirigido por Ibrahim Miguel Ángel Pérez, un español converso al islam.
En las redes sociales también han surgido otros formatos, como una lista de correo de Yahoo llamada Tijāniyyah13 y, más recientemente, el grupo privado de WhatsApp Tijaniyya Worldwide, que actualmente conecta a tijānis de más de quince países. Estas plataformas, dedicadas a la discusión, el aprendizaje y el debate, se han nutrido de la comunidad de la fayḍa y ahora forman parte de la zāwiya ilimitada.
Los medios sociales y esa zawiya ilimitada han permitido a los tijānis de distintos países conectarse y colaborar, incluso sin conocerse previamente. Estas plataformas facilitan las empresas cooperativas y las iniciativas de enseñanza. Para las comunidades de la diáspora y los conversos occidentales, la conectividad digital posibilita un compromiso significativo con el shaykh a miles de kilómetros de distancia y el acceso a recursos que de otro modo estarían fuera de su alcance.
Al igual que se ha establecido la zawiya ilimitada, es también importante reconocer que Internet ha creado una biblioteca infinita para los Tijānis. La biblioteca infinita es otro espacio simbólico creado a través de la World Wide Web. Contiene gigabytes de información sin filtrar que pueden descargarse a través de sitios web como Internet Archive o repositorios privados como Google Drive o Dropbox. Los libros Tijāniyya, como objetos materiales, son difíciles de obtener e inaccesibles en muchas partes del mundo. Estos libros, normalmente editados en África por particulares y no por editoriales, pueden ser difíciles de adquirir sin un contacto local o un viaje a la región.
Sin embargo, las TIC han puesto todo tipo de textos a disposición de los discípulos y miembros de la ṭarīqa: desde manuscritos clásicos doctrinales hasta libros de poesía o panfletos autoeditados en Nigeria o Mauritania. Incluso material raro y privado —como grabaciones de audio de importantes shaykhs de la Tijāniyya, entre ellos el propio Niasse o su secretario Barham Diop— puede encontrarse ahora en plataformas como YouTube o en formato MP3.
Además, la historia gráfica de la fayḍa se conserva en fotos y vídeos compartidos por la familia y los discípulos de Niasse en las redes sociales. Este rico contenido ofrece fascinantes oportunidades para la investigación del material doctrinal, su transmisión y adaptación dentro de la Tijāniyya (De Diego González 2021).
Pero, de nuevo, resurge la cuestión del secreto y de los límites a la difusión de contenidos en las redes sociales. Según los responsables de la ṭarīqa, no todo el contenido debe hacerse público. Hay cierta parte del corpus que debe ser privada, que debe permanecer secreta debido a los temas que trata. Los temas de los saberes esotéricos (‘ilm al-asrār), los talismanes y amuletos o el conocimiento divino (ma‘rifa) deben permanecer privados y no deben consultarse a menos que se obtenga el permiso (idhn) correcto o bajo la supervisión de un shaykh o muqaddam autorizado.
Sin embargo, una vez que estos materiales se escanean y publican en Internet, se pierde el control. Del mismo modo, el uso de letanías (adhkar) o fórmulas tradicionalmente secretas está ahora fuera de toda regulación. Tradicionalmente, estos conocimientos se pasaban directamente de maestro a discípulo, lo que enfatizaba la fuerza de la transmisión. Este proceso también servía como marcador del progreso espiritual del discípulo, un aspecto que se ve totalmente disminuido cuando el conocimiento se comparte con el simple clic de un botón de envío de WhatsApp.
Como vemos, reaparecen los problemas epistemológicos, acompañados de una serie de preguntas sobre la autoridad y gestión del patrimonio intelectual en las TIC, y los límites del conocimiento accesible. La paradoja reside en el hecho de que un discípulo alfabetizado por ordenador, recién entrado en la ṭarīqa, puede acceder a material muy superior a su capacidad espiritual, distorsionando potencialmente su comprensión del camino espiritual. Esto nos recuerda una vez más las palabras de Niasse: “En este tiempo, no hay tiempo” (Wright 2015, 208), al hacer hincapié en la importancia de no precipitarse en el proceso de desarrollo espiritual. Según la epistemología Tijāni, el verdadero conocimiento requiere un camino espiritual alejado del conocimiento virtual y posmoderno.
Por último, en contraste con la zāwiya ilimitada y la biblioteca infinita, está la cada vez más notable adāb ausente en Internet y en las redes sociales. El adāb (ética espiritual) es un elemento central en el sufismo, sobre todo en la relación entre maestro y discípulo (Petrone 2017), pero también se extiende a las interacciones con el mundo cotidiano. Desde la perspectiva de los eruditos tradicionales, el adāb representa una práctica continua de encarnar la Sunna en la vida cotidiana, sin interrupción. Como me señaló Ḥājj al-Mishry, “el adāb es la tarjeta de visita de un Tijāni y posiblemente lo primero que debe aprender un discípulo” (entrevista con Ḥājj al-Mishry, Madrid, 2018).
Sin embargo, las redes sociales han alterado este equilibrio, provocando un declive de la cortesía y el respeto en las interacciones. El anonimato, la inmediatez, la emotividad y el poder de escribir sin restricciones erosionan el adāb, haciendo que se desvanezca y acabe desapareciendo. La ausencia del shaykh y de su autoridad permite que crezca el ego del discípulo (nafs) de forma poco saludable, lo que a menudo conduce a enfrentamientos con otros discípulos.
Además de las clásicas disputas doctrinales con la salafiyya que se desarrollan en línea —un tema que merece un estudio en profundidad—, la Tijāniyya ha experimentado conflictos internos entre sus miembros en las redes sociales. Un tema recurrente —que aparece cíclicamente en plataformas como Facebook o WhatsApp— es la rivalidad entre dos discípulos que buscan la atención y el respaldo de su shaykh.
Como me explicó el murabbi de Zaragoza, estas disputas suelen comenzar cuando un discípulo se dedica al “marketing digital” para destacar las virtudes y beneficios de su shaykh, atrayendo a nuevos discípulos a su círculo, a menudo sin la aprobación explícita del shaykh. Esto, a su vez, desencadena el resentimiento y la ira entre los discípulos de otro shaykh, lo que lleva a la deslegitimación o a conflictos virtuales. Dichos enfrentamientos reviven con frecuencia viejos rencores o disputas personales, asuntos que los shaykhs superiores de la ṭarīqa nunca permitirían ni tolerarían, pero que los discípulos del espacio digital consideran necesarios14.
Otro ejemplo es la primacía que se da a las opiniones doctrinales de algunos muqaddams que, cuando se expresan con excesivo fervor en los espacios virtuales, pueden ofender a otros Tijānis. Si bien estos comportamientos son habituales en las redes sociales, cuando se habla de política o de cuestiones sociales, nos sorprenden cuando el centro de la comunicación debe ser el propio desarrollo espiritual.
Resulta sorprendente que ningún shaykh superior de la ṭarīqa Tijāniyya haya propuesto aún una respuesta estructurada a esta compleja situación, ni se haya desarrollado un e-adāb o “código de etiqueta virtual” para los discípulos Tijāni. Esta falta de acción parece derivarse de la percepción que muchos eruditos y shaykhs veteranos tienen de Internet como una herramienta de difusión distante e impersonal, en lugar de como parte de la zawiya ilimitada. Esto refleja una brecha generacional en la comprensión sobre cómo la ṭarīqa podría evolucionar hacia una e-ṭarīqa. Esa brecha se hace evidente al observar cómo los Tijānis navegan y experimentan el mundo virtual.
Conclusiones
Este documento ha explorado la interacción contemporánea entre el mundo digital y la religión dentro de la comunidad de la fayḍa, rastreando su influencia. Como ocurre con todos los fenómenos relacionados con la espiritualidad, la tensión entre modernidad, tradición y adaptación a un mundo globalizado y virtualizado es evidente, especialmente en una comunidad profundamente arraigada en la búsqueda del conocimiento divino (ma‘rifa). La Tijāniyya, al igual que otras tradiciones espirituales, no es inmune a estas transformaciones y desafíos, que han traído efectos tanto positivos como negativos a las prácticas religiosas y espirituales en todo el mundo.
En el contexto del islam, las predicciones y análisis de Peter Mandaville (1999) se han hecho realidad. Hemos visto cómo la generación M o musulmanes millennials han obligado a reevaluar las epistemes tradicionales y la dinámica espiritual. Por ejemplo, han redefinido categorías como riḥla (viaje), majlīs (círculo de conocimiento), tarbiya (educación espiritual) y muchas otras adaptándolas a contextos virtuales. Sin embargo, los elementos clave de la experiencia espiritual sufí —como el silencio, la obediencia y la paciencia— son mucho más difíciles de virtualizar. Estas prácticas fundacionales siguen encontrando un lugar adecuado dentro de la episteme clásica.
La comunidad de la fayḍa ha experimentado una profunda transformación en las dos primeras décadas del siglo XXI, impulsada por los esfuerzos de la familia Cissé y los hijos de Ibrāhīm Niasse que, guiados por los consejos de discípulos más jóvenes, han reconocido en Internet una valiosa herramienta para promover y popularizar su ṭarīqa. Sin embargo, la revolución digital también ha introducido desafíos, como los cambios en las categorías comunicativas que suponen amenazas potenciales para las dimensiones metafísicas y espirituales de la tradición.
Esto se debe a que la episteme Tijāni se basa en gran medida en los modos tradicionales de comunicación y autoridad. La virtualidad desdibuja los conceptos epistemológicos que rigen la estructura del conocimiento y la experiencia de lo espiritual. También prioriza las medidas cuantitativas sobre la profundidad cualitativa en la imaginación del discípulo. Además, la inmediatez de la virtualidad fractura el tiempo sagrado esencial para la formación y la práctica espiritual del discípulo Tijāni.
Y, del mismo modo, podemos percibir una adāb ausente (ética espiritual) y una incapacidad de los miembros más veteranos de la ṭarīqa para guiar eficazmente a los discípulos más jóvenes. De hecho, uno de los problemas más notorios en los últimos años es la brecha generacional, que deja a los diputados Tijāni de más edad luchando por responder a las preguntas de los miembros más jóvenes sobre cómo encarnar y practicar el modo de vida Tijāni en el contexto de la World Wide Web. Este dilema plantea cuestiones más amplias dentro de los campos de la epistemología y la filosofía de la religión, poniendo de relieve retos que también pueden existir en otras religiones con dimensiones esotéricas.
A pesar de esos retos, los conceptos de una zāwiya ilimitada y una biblioteca infinita —ambas representaciones simbólicas— se erigen como fenómenos sin precedentes en la historia del sufismo. Discípulos de todo el mundo pueden aprender y contemplar la herencia Tijāni y adaptarla a las exigencias de los tiempos modernos. Esto plantea una pregunta profunda: ¿Estamos asistiendo a una nueva revolución social y epistemológica en el sufismo y, concretamente, en la ṭarīqa Tijāniyya? Solo el paso del tiempo revelará la respuesta. Lo que sigue siendo seguro es que la comunidad de la fayḍa sigue tan activa como siempre, al mantener su misión de transformar vidas facilitando el conocimiento de Allāh (ma ‘rifa) y reviviendo (tajdīd) la Sunna de su profeta.
Referencias
* Este artículo forma parte del proyecto de investigación “Identidad cultural y religiosa en el sufismo de Marruecos y Senegal (siglos IX-XX): Hagiografías, cuestiones de género y simbología” (Cód. PID2023-151079OB-100), financiado por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y la Agencia Estatal de Investigación, ambos dependientes del Gobierno de España. Expreso mi agradecimiento al investigador principal del proyecto, Rachid El Hour, así como a mis colegas Gracia López Anguita, Luis Carlos Castro Ramírez y Fernando Wulff por sus sugerencias durante la redacción y edición final de este texto. Una versión inicial fue presentada como conferencia en The Harvard Islam in Africa Initiative: The Fayḍa Tijāniyya Sufi Community in the Twenty-First Century: A Major Articulation of Global Islam, celebrada en la Universidad de Harvard en 2021, como continuación de la investigación posdoctoral iniciada con African Orality? Tijānī Sufism, Sacred Knowledge, and the ICTs in Post-Truth Times, sobre sufismo tijāni y nuevas tecnologías.Agradezco también al profesor Ousmane Kane sugerirme trabajar este tema y sus primeras reflexiones sobre este texto. Este artículo fue publicado por primera vez en inglés como: De Diego González, Antonio. 2025. “The Limitless Zawiya and the Infinite Library. Rethinking the Epistemology of Contemporary Sufism and Digital Islamic Thought.” Antípoda. Revista de Antropología y Arqueología 58: 179-199. https://doi.org/10.7440/antipoda58.2025.08 y fue traducido por el autor con recursos propios.
1 Entrevistas con varios diputados (muqaddams) de la Tijāniyya, la Naqshbandiyya y la ‘Alawiyya, 2018-2020.
2 https://apps.apple.com/es/app/alfayda/id1441534400. Consultado el 9 de febrero de 2021.
3 https://play.google.com/store/apps/details?id=net.alfayda.android/. Consultado el 9 de febrero de 2021.
4 Notas del trabajo de campo en Medina Baye, julio de 2016. Los entrevistados prefieren permanecer en el anonimato.
5 https://www.instagram.com/barakaboys/?hl=es. Consultado el 18 de noviembre de 2024.
6 Traducción libre al español de la edición inglesa.
7 Traducción libre.
8 Notas del trabajo de campo en Medina Baye, julio-agosto de 2016.
9 http://www.tijani.org. Consultado el 18 de noviembre de 2024.
10 https://web.archive.org/web/20191229030342/; http://home.earthlink.net/~halimcisse/index.html. Consultado el 18 de noviembre de 2024. y recuperado gracias a Internet Archive.
11 https://ismaheelbakare.wordpress.com. Consultado el 24 de noviembre de 2024.
12 https://www.tariqa-tijaniyya.es. Consultado el 24 de noviembre de 2024.
13 https://groups.yahoo.com/neo/groups/qutbulmakhtum. Consultado el 17 de septiembre de 2021, ya no está activo.
14 Trabajo de campo en Internet y medios sociales, 2016-2018.
Doctor en Filosofía de la Universidad de Sevilla, España. Magíster en Estudios Históricos Avanzados con mención en Historia Contemporánea de la misma universidad. Profesor Ayudante Doctor en el departamento de Filosofía de la Universidad de Málaga, España. https://orcid.org/0000-0002-9403-6340