Apartes de la sección "Una política exterior para un mundo nuevo"

César Gaviria Trujillo

es

33-48

01/07/1993

01/07/1993

Informe al Congreso, 20 de julio de 1993.

Los cambios en el escenario internacional y la política exterior de Colombia

El sistema internacional atraviesa por una difícil etapa de transición. Esta se identifica por dos procesos aparentemente contradictorios. Por un lado, avanza la integración económica del mundo en bloques regionales y, por el otro, varios países de Europa Oriental y la antigua Unión Soviética enfrentan graves procesos de desintegración. El orden mundial que prevaleció durante la Guerra Fría ha desaparecido y con ellos los factores que condujeron las relaciones internacionales después de la Segunda Guerra Mundial.

Estos cambios han permitido la consolidación de nuevos actores de poder en el ámbito mundial, tales como Japón y la Comunidad Económica Europea. La Cuenca del Pacífico y la Europa unificada son hoy potencias económicas y centros de influencia. Esta transformación del sistema internacional de bipolar a multipolar también ha alterado significativamente la política mundial. Atrás ha quedado la disputa ideológica que dominó la segunda parte del siglo XX.

Las tradicionales motivaciones de la interacción y el conflicto entre las naciones están cediendo el campo a una nueva agenda mundial, de la cual forman parte temas como la protección del medio ambiente, la defensa de los derechos humanos, la lucha contra el narcotráfico, el libre comercio internacional, la integración económica regional y la seguridad energética.

Un aspecto esencial de este nuevo panorama es el énfasis en las soluciones multilaterales a los conflictos y problemas. Se ha reconocido que los temas de esa agenda no pueden ser responsabilidad única de un Estado, sino que necesitan la colaboración de todas las naciones. La Organización de las Naciones Unidas actualmente cumple con los cometidos por la cual fue fundada en 1945. La ONU ha desempeñado un importante papel en la resolución de conflictos de diversa índole y en el mantenimiento de la paz. Al mismo tiempo, la Organización de Estados Americanos ha comenzado a cumplir una función similar en nuestro hemisferio.

Hoy, más que nunca, se aboga por la plena vigencia del derecho internacional. Sin embargo, este escenario internacional no está libre de conflictos. Las guerras en la antigua Yugoslavia y en la antigua Unión Soviética son prueba de ello. La desaparición de algunos países y el nacimiento de otros produce inestabilidad en el sistema mundial. Esta situación ha impedido la consolidación de un nuevo orden, y la prolongación de una fase de transición que sin duda trae riesgos y oportunidades para la comunidad global.

América Latina, por otra parte, experimenta el período más democrático de su historia. Prácticamente todos los gobiernos de la región han sido elegidos por voluntad popular. Varios de ellos llevan a cabo esenciales cambios institucionales que buscan consolidar sus nacientes democracias. También adelantan profundas reformas a sus economías encaminadas a la modernización y la apertura. Este clima político ha sido favorable a la concertación regional, la pacificación interna, la integración económica, la resolución de conflictos limítrofes y la distensión. Colombia ha desempeñado un papel destacado y de liderazgo en estos procesos.

Dentro de esta nueva coyuntura, se abre un amplio espacio para la cooperación internacional. Es por ello que el Gobierno Nacional ha buscado adaptar la política exterior colombiana a esas realidades internacionales, dentro de la tradición de la defensa de los principios fundamentales y la vigencia del derecho internacional. Esos pilares de la política exterior colombiana son aún más válidos en estos tiempos de transición en el sistema internacional.

La política exterior colombiana también se ha diseñado para promover y recoger los objetivos más relevantes de la política doméstica, como son la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, la diversificación de las relaciones económicas, la universalización de las relaciones internacionales, la apertura económica y la modernización del aparato productivo, la búsqueda de la paz y el fortalecimiento de la democracia participativa.

El "revolcón" en la estrategia internacional del país busca hacer de Colombia un protagonista y un interlocutor de los cambios que están ocurriendo en el mundo y en la región, y no un simple espectador del emergente nuevo orden internacional. Se busca aprovechar para el país las nuevas oportunidades de progreso y bienestar que ofrece la economía mundial.

La actual estrategia internacional ha mantenido y fortalecido la tendencia hacia la desideologización y universalización de las relaciones internacionales de Colombia y el predominio de consideraciones de tipo pragmático en el diseño y manejo de la política exterior. El Gobierno ha defendido en todo momento la vigencia del derecho internacional y los principios inalienables de la política exterior colombiana: el respaldo a la solución pacífica de los conflictos; la igualdad jurídica de los Estados; la libre autodeterminación de los pueblos, y la protección de la vida y de la paz. Colombia rechaza, así mismo, la amenaza y el uso de la fuerza en la solución de las disputas internacionales y el armamentismo en todas sus formas posibles.

La política exterior del Gobierno también busca fortalecer la autonomía y el poder negociador del país en el manejo de sus relaciones exteriores, especialmente en los temas más sensibles, e incrementar el perfil de Colombia.

La Colombia de hoy tiene las condiciones políticas y económicas para alcanzar niveles de influencia regional e internacional superiores a las que tradicionalmente han caracterizado nuestra posición en el concierto mundial. Nuestro deber es capitalizar ese potencial, y lo estamos haciendo. Esa posición es el resultado de factores internos y externos que se han conjugado de manera especial a lo largo de la última década: el afianzamiento de la cooperación regional; la diversificación geográfica de las relaciones diplomáticas y comerciales; la mayor eficacia de la diplomacia presidencial, la modernización de la Cancillería; la refinación de la agenda internacional; la estabilidad de la política interna; el prudente manejo de la situación financiera externa; la internacionalización y modernización de la economía, y el fortalecimiento de nuestra posición dentro del sistema energético regional.

Así mismo, se ha ampliado el consenso político interno con respecto al manejo de los asuntos internacionales de Colombia, con lo cual se ha fortalecido el respaldo doméstico a la política exterior. Una expresión de esta realidad se observa en la mayor frecuencia con que se reúne actualmente la Comisión Asesora de Relaciones Exteriores y la forma concertada en que se manejan los aspectos estratégicos de nuestras relaciones internacionales, sin detrimento de la autonomía del Ejecutivo en el diseño y orientación de la política exterior del país.

El nuevo rumbo que se está trazando para la política exterior colombiana busca ampliar aún más el espacio internacional para los intereses nacionales y sentar bases sólidas para que Colombia llegue a ocupar un lugar más destacado en el contexto internacional.

Es por ello que la política exterior de la actual administración se esfuerza por hacer del país un actor estratégico en la definición de la nueva agenda internacional. Esto se traduce en la búsqueda de múltiples interlocutores y escenarios diversos, de acuerdo con los intereses de la Nación. La apertura económica, la modernización del aparato productivo, la búsqueda de acuerdos de libre comercio, el acercamiento comercial con otros bloques económicos, son elementos que forman parte de un proyecto modernizante, que requiere una política exterior ágil, multidimensional y moderna.

La integración latinoamericana

Los cambios en el sistema internacional nos exigen la concertación y la integración como única alternativa frente al surgimiento de nuevos y cada vez más consolidados "bloques" regionales. Hasta hace poco la integración de América Latina era una construcción teórica, pero actualmente existe un proceso donde se están acabando las trabas proteccionistas y aprovechando las complementariedades naturales de la economía y la geografía.

La integración debe considerarse como un mecanismo de acceso a los mercados y libre comercio para alcanzar los niveles de desarrollo económico indispensables para derrotar la pobreza y para promover un clima de paz mundial.

El Grupo de Rio: la concertación regional

Gracias a su amplia representación regional, el Grupo de Rio es en la actualidad el más importante foro de consulta y concertación política con que cuenta América Latina y el Caribe. Esto le ha permitido convertirse en un interlocutor válido frente a otros bloques regionales, especialmente para el proceso de diálogo con bloques regionales, especialmente para el proceso de diálogo con las comunidades europeas y con las nacientes democracias de Europa Oriental. Las actividades y metas del Grupo de Rio se circunscriben alrededor de un conjunto de principios compartidos. Ellos son la consolidación de la democracia; el respeto a los derechos humanos; la defensa irrestricta de las libertades individuales; la acción conjunta para promover el desarrollo; el libre intercambio comercial; la integración económica; la solidaridad contra el terrorismo, el narcotráfico y la violencia, así como la lucha común por la paz y el bienestar de los países miembros.

Durante su discurso de posesión ante los colombianos, el presidente César Gaviria se refirió a la necesidad de crear un gran foro latinoamericano en el que se trataran los asuntos políticos y económicos de interés regional, y que se constituyera en interlocutor de la región frente a los grandes actores del escenario internacional. De esa manera, dijo el presidente, América Latina fortalecería su capacidad de negociación frente al resto del mundo mediante la unidad de criterios y de acciones. En efecto, el Grupo de Rio, cuyo origen se remonta a enero de 1983 con la creación del Grupo de Contadora, ha dado pasos que lo aproximan cada vez más a la idea del Foro Latinoamericano. En su seno se han debatido y llegado a consensos sobre diversos temas de interés para los países miembros: las relaciones con la CEE, la situación de Centroamérica y el Caribe, la vigencia de la democracia, la deuda externa, el narcotráfico, el medio ambiente, el comercio internacional, el financiamiento para el desarrollo, la ciencia y la tecnología, entre otros.

Desde que se institucionalizó el diálogo entre el Grupo de Rio y la CEE se han logrado importantes avances. El hecho de que la CEE considere que varios países latinoamericanos han vuelto a ser atractivos para las inversiones extranjeras, los ha llevado a tomar medidas dirigidas a fomentar el aumento del flujo de sus inversiones hacia las naciones del Grupo de Rio, al igual que el incremento de los intercambios comerciales. Como resultado de esta determinación, el Banco Europeo de Inversiones ha abierto sus puertas a los países del Grupo.

El proceso de liberalización comercial de los países del Grupo de Rio ha presentado un aumento significativo del intercambio comercial con la CEE. Sin embargo, aunque la CEE propone la defensa de los principios del libre mercado, varios productos de exportación de América Latina han tenido serios problemas para ubicarse en el mercado comunitario a raíz de algunas barreras que ha impuesto la CEE. El diálogo Grupo de Rio-CEE ha tenido importantes logros, pero debe intensificarse en los asuntos comerciales, en especial el acceso al mercado comunitario. Por esta razón, durante la tercera reunión de cancilleres de la CEE y el Grupo de Rio (23 y 24 de abril de 1993), los dos temas centrales de discusión fueron las restricciones comerciales impuestas a algunos productos latinoamericanos y la Ronda Uruguay del GATT.

Durante esta reunión, celebrada en Copenhague, la delegación colombiana, encabezada por la canciller de la República, destacó las tendencias regionales de integración económica, acompañadas de liberalización comercial. También hizo alusión a los temas de banano, narcotráfico, la democracia y los derechos humanos.

El evento fue escenario de la suscripción de un Acuerdo Marco de Cooperación entre la CEE y los países miembros de la Junta del Acuerdo de Cartagena (Pacto Andino), el cual se basa en el respeto de los principios democráticos y de los derechos humanos. Cubre aspectos de tipo comercial, industrial, financiero, científico, tecnológico, energético, turístico, cultural, de telecomunicaciones, medio ambiente, desarrollo social, salud, lucha contra las drogas y administración pública, entre otros.

El Grupo Andino: líder en la integración económica de América Latina

Desde el inicio de este gobierno se tenía claramente definido que un camino adecuado para fomentar y armonizar la política de la apertura de la economía colombiana era emprender una iniciativa de integración que permitiera darle un revolcón al Grupo Andino. Era necesario fortalecerlo para aprovechar el extraordinario potencial de unidad que poseen los cinco países.

La renovada voluntad política de los cinco países fue determinante para reanudar el proceso integracionista del Grupo Andino. Se vivieron procesos de internacionalización en cada una de las economías y se adoptaron medidas semejantes que favorecieron el libre comercio. En este sentido, se generó una complementariedad económica nunca antes vista en los 23 años de vida del Grupo.

La Declaración de Galápagos fue el primer gran instrumento que cambió radicalmente la situación del mercado andino y marcó su recuperación. Es así como los últimos tres años han sido los más fructíferos del Grupo. Las diferentes cumbres presidenciales y las frecuentes reuniones de los cancilleres y los ministros de Comercio Exterior de los países miembros han dinamizado de manera significativa su integración.

El VI Consejo Presidencial Andino, celebrado en Cartagena en diciembre de 1991, estableció la creación de una zona de libre comercio a partir del primero de enero de 1992, la implantación de una unión aduanera y la adopción de un arancel externo común.

En la Cumbre de Quito en junio de 1992 se presentaron algunas diferencias con Perú que se opuso a la aplicación del Arancel Externo Común, debido a sus dificultades internas. De allí que se acordara permitir a Perú colocarse al margen del proceso de integración comercial, pero sin abandonar el Grupo Andino, y con la perspectiva de que una vez superadas las dificultades será posible que ese país regrese como miembro pleno del libre comercio en la región andina.

En septiembre de 1992 Ecuador y Bolivia entraron a formar parte de la zona de libre comercio andina, cumpliendo con los objetivos de la Cumbre de Cartagena. El ingreso de Ecuador fue un gran logro del presidente Sixto Duran Ballen. Esto indica el perfeccionamiento del Programa de Liberación del que ya hacen parte Colombia y Venezuela.

Fruto de estos esfuerzos es el incremento de cerca del 20% del comercio global andino para 1992. En efecto, en 1991 el comercio intrasubregional se ubicó en los US $1.798 millones y en 1992 la cifra alcanzó los US $2.156 millones.

Colombia se ha convertido en el principal exportador hacia la región, con el 46.4% del mercado en 1992. Esto implica un incremento en su participación en este mercado de tres puntos con relación a 1991. Las exportaciones nacionales hacia los países miembros llegaron en 1992 a los US $999.5 millones, con un crecimiento del 28.4% (US $220 millones) en comparación con las realizadas durante 1991. Nuestro país evidencia aumentos en las exportaciones hacia la totalidad de sus socios dentro de la región. Las ventas hacia Venezuela crecieron un 30%, hacia Perú un 27%, a Ecuador un 22.7% y a Bolivia un 63 %. Venezuela es el principal país de destino de nuestras exportaciones (56%), seguido de Perú (27%) y Ecuador (16%).

El proceso sigue su marcha. Recientemente se aprobó la Decisión 335 que adoptó los niveles del Arancel Externo Común, AEC. La estructura aprobada se basa en cuatro niveles arancelarios convenidos en el Acta de Barahona de 5,10,15 y 20% y la fecha de su plena aplicación se extendió hasta el 31 de diciembre de 1993. De igual manera, se mantuvo el acuerdo presidencial andino de diferimento al 5% para los productos no elaborados por la subregión, y la aprobación de una lista reducida de productos para los cuales se diferirá el AEC a un nivel de 0%. También se introdujeron modificaciones importantes a la actual estructura del AEC aprobada en Barahona que llevará a la reducción de los aranceles para un significativo número de productos. En este sentido se acordó que en el evento en que se verificara la producción efectiva para un bien no producido previamente, se aplicará un AEC del 10%, salvo casos excepcionales.

Por otro lado, el pasado 23 de abril, la Comunidad Económica Europea y el Grupo Andino suscribieron un acuerdo de cooperación de tercera generación, que hace énfasis en el respeto a los derechos humanos, los principios democráticos y el respaldo a la lucha contra el narcotráfico. El acuerdo también incluye la cooperación económica y comercial, el desarrollo tecnológico, la cooperación en sectores como el agropecuario, financiero, minero e industrial, planes de fomento en materia de medio ambiente, ciencia y tecnología, normas de calidad y propiedad intelectual. La CEE mantendrá dentro de sus relaciones comerciales con los países andinos el esquema de nación más favorecida.

El Grupo de los Tres: hacia una zona de libre comercio

El Grupo de los Tres, desde su constitución en 1989, ha demostrado ser uno de los mecanismos de integración con más proyección en el contexto latinoamericano. Colombia, México y Venezuela buscan consolidar sus lazos de cooperación, promover la integración económica y comercial y alcanzar una mayor complementariedad económica. En este sentido, las tres naciones han venido adoptando procesos similares de reforma a sus economías y creando un escenario compatible que facilita las relaciones comerciales bilaterales y regionales.

Los tres países miembros, poseedores de importantes recursos naturales, buscan crear la Cuenca Energética del Caribe, que garantizará un abastecimiento energético regional a través de la realización de proyectos concretos que combinan los recursos petroleros, carboníferos e hídricos.

El Grupo de los Tres tiene el propósito de involucrar a Centroamérica y el Caribe dentro de este esquema para alcanzar su mayor inserción en la región, facilitando su proceso de desarrollo. En este sentido se adelantan programas de cooperación económica, cultural, científica y tecnológica, que le garantizarán a esa región un mejoramiento en su desempeño económico, al igual que una mayor estabilidad política.

Las negociaciones para alcanzar un Acuerdo de Libre Comercio, objetivo primordial del Grupo, entraron en su etapa final. Es así como se ha avanzado de manera importante en su normatividad, específicamente en lo relacionado con las normas de origen, normas técnicas, competencia desleal, cláusulas de salvaguardia, soluciones de controversias y compras gubernamentales. Se espera que para el primero de enero de 1994 se suscriba el Acuerdo definitivo, abriendo aún más las fronteras comerciales de las tres naciones, y fortaleciendo el actual proceso de integración entre Colombia y Venezuela.

Relaciones con Centroamérica y el Caribe

Los recientes cambios en el sistema internacional, la estabilización política y las reformas económicas que han adoptado los países de Centroamérica y el Caribe hacen que esta región ofrezca un prometedor panorama político y económico. Ante estas circunstancias, el Gobierno Nacional considera prioritario el fortalecimiento de las relaciones con la zona, en especial porque sus diversos procesos políticos y económicos inciden sobre nuestros intereses nacionales.

El Gobierno Nacional es consciente de que en la vitalidad del proceso de democratización y reconciliación de Centroamérica está comprometido el futuro y la prosperidad regional. Por eso también ha apoyado el proceso de paz en El Salvador y respalda las conversaciones que sostiene el gobierno guatemalteco con el grupo insurgente URNG. Colombia se opuso a la suspensión del orden constitucional decretado por el presidente de Guatemala Jorge Serrano e hizo esfuerzos para el retorno de la democracia a esa nación centroamericana. La solidaridad latinoamericana fue fundamental para el fracaso del intento de golpe.

La coincidencia de intereses también sugiere la conveniencia de profundizar las relaciones con Centroamérica. Una manifestación de esta voluntad de acercamiento fue la visita oficial del presidente hondureño Rafael Callejas al archipiélago de San Andrés y Providencia, el pasado mes de junio. Dada la actual estructura productiva y exportadora de los países centroamericanos, existen intereses comunes que obligan a Colombia y a estos países a tomar decisiones conjuntas en el frente externo. Claros ejemplos son las dificultades que afrontan productos de inmensa trascendencia en las economías de la región, tales como el café, el banano y el azúcar, en los mercados internacionales.

De manera similar a como se percibe la ampliación de la presencia colombiana en Centroamérica, el Gobierno Nacional considera inaplazable el fortalecimiento de los vínculos con el Caribe, el cual recibe un bajo porcentaje de las exportaciones colombianas (0.23%). El Caribe posee un ascendente poder adquisitivo, el cual lo ubica como un potencial socio comercial. Las nuevas realidades económicas internacionales han impulsado a las naciones del Caribe a tomar medidas orientadas a crear condiciones para el libre comercio y a fortalecer y diversificar sus actividades productivas, con el objetivo de conquistar un espacio económico adecuado en el concierto internacional y asegurar su futuro en un mundo cada vez más competitivo.

Las relaciones bilaterales con Venezuela: el éxito indiscutible de la integración

El afianzamiento y profundización de las relaciones bilaterales con Venezuela siempre serán un objetivo primordial en la política exterior colombiana. La presente administración no ha escatimado esfuerzos para fortalecer las relaciones en el campo económico, comercial, político y cultural. Compartir una extensa frontera con un gran potencial de desarrollo nos obliga cada vez más a un acercamiento, a través de una variedad de mecanismos de diálogo que van desde una activa diplomacia presidencial hasta la eficaz tarea adelantada por las comisiones presidenciales de integración colombo-venezolana.

Colombia y Venezuela tienen intereses comunes en el marco del Grupo de Rio, del Grupo de los Tres y del Grupo Andino. Esta situación ha favorecido ampliamente el clima de las relaciones bilaterales, cuya característica ha sido el alto grado de convergencia dentro de estos tres mecanismos de integración. Es así como hemos logrado establecer una estrecha colaboración en asuntos regionales y de política exterior, en medio de un escenario que impulsa la integración latinoamericana y apoya los procesos de democratización y pacificación.

En el campo de las relaciones comerciales los resultados han sido ampliamente satisfactorios. Desde la puesta en marcha de la Zona de Libre Comercio Binacional, la implantación de la Unión Aduanera y el Arancel Externo Común se ha avanzado en los esfuerzos para aplicar las medidas tendientes a agilizar estos mecanismos. Durante 1992 se eliminaron totalmente los aranceles y restricciones no arancelarias para las exportaciones recíprocas, incluyendo las listas de excepción. Igualmente, se logró que se comerciaran sin cuota, a partir de abril de 1993, cerca de 60 productos sensibles del sector siderúrgico. En el campo automotor se flexibilizaron las normas de origen lo que permitió un incremento en el flujo comercial de automóviles, camperos, camiones y autopartes. En materia del Arancel Externo Común, se logró cobijar cerca del 92.6% del universo arancelario binacional, con unas franjas arancelarias que fluctúan entre el 5% y el 20%.

Estas medidas han permitido que el comercio entre las dos naciones supere los registros históricos más recientes. Para 1991 las exportaciones colombianas al vecino país se ubicaron en los US $429.8 millones, incrementándose un 42% en relación con las de 1990. En 1992 las ventas colombianas hacia Venezuela crecieron en términos absolutos US $129 millones, al ubicarse en los US $559 millones. Hubo un crecimiento del 30% en las exportaciones hacia ese destino en comparación con la cifra registrada para 1991. Esta tendencia ha implicado un importante aumento en el comercio binacional. Para 1991 el comercio total se ubicó en los US $738.9 millones, en 1992 se llegó a los US $1.028.9 millones, con un incremento del 39%. Para 1993 se espera que el comercio global se sitúe en los US $1.200 millones.

El papel que está desempeñando el sector empresarial es definitivo en los diferentes procesos de integración y apertura económica.

En el desarrollo actual de la integración entre los dos países los empresarios son los verdaderos protagonistas.

El acuerdo de libre comercio entre Colombia y Venezuela significa que los empresarios tienen pleno acceso a una economía binacional con un producto interno de unos US $100.000 millones, con un mercado de 50 millones de personas. Por ello, se puede decir que el buen funcionamiento de la integración colombo-venezolana se debe a una notable revitalización del espíritu empresarial y del dinamismo del sector privado.

Los Estados Unidos: una nueva perspectiva en las relaciones

Con los Estados Unidos siempre se han mantenido las más amplias relaciones políticas, comerciales y económicas, y durante la presente administración se han incrementado la cooperación y los vínculos entre ambas naciones. La existencia de desacuerdos en algunos temas no ha sido un obstáculo para la profundización de los vínculos entre los dos países.

Colombia ha recibido con beneplácito las políticas anunciadas por la nueva administración demócrata en Washington. El presidente Bill Clinton ha respaldado la Iniciativa para las Américas expuesta por su predecesor y ha apoyado la negociación de tratados de libre comercio con los países del hemisferio.

La vigencia de unas estrechas relaciones entre Colombia y los Estados Unidos quedó constatada plenamente en la carta que le envió el nuevo primer mandatario estadounidense al presidente Gaviria. En la misiva, el presidente Clinton destacó los logros del presente gobierno y reiteró el respaldo de los Estados Unidos a la lucha contra el narcotráfico. Dijo que su gobierno le dará una alta prioridad al desarrollo de las relaciones comerciales entre las dos naciones.

Así mismo, la ministra de Relaciones Exteriores realizó la primera visita de un canciller latinoamericano a los Estados Unidos después de la posesión del presidente Clinton. La ministra se reunió con el secretario de Estado, Warren Christopher, y otros altos funcionarios estadounidenses. En la visita se definieron los lineamientos para la profundización de las relaciones de Colombia con el nuevo gobierno de los Estados Unidos.

El presidente Clinton también anunció un nuevo enfoque en la política antinarcóticos de su gobierno. Se le otorgará una mayor importancia a combatir la demanda de estupefacientes, como lo ha exigido repetidas veces Colombia en diversos foros y escenarios internacionales.

Es importante resaltar la continuidad en las relaciones entre los Estados Unidos y Colombia en la transición de un gobierno republicano a uno demócrata. Este hecho se debe en gran parte a los excelentes vínculos que estableció el Gobierno colombiano con el Congreso estadounidense de mayoría demócrata. Varios de los congresistas son hoy miembros prominentes de la administración Clinton.

Esas relaciones entre el Gobierno colombiano y el Congreso de los Estados Unidos fueron fundamentales en la aprobación de la Iniciativa Andina, la cual fue proclamada por el presidente George Bush en noviembre de 1989. En su enfoque inicial era bastante restringida y limitada. Posteriormente, con motivo del encuentro de los presidentes Bush y Gaviria en la 45a. Asamblea de las Naciones Unidas en septiembre de 1990, se logró que los Estados Unidos ampliaran el horizonte de la propuesta.

Hoy en día la Iniciativa Andina es una realidad. El Congreso estadounidense la aprobó en junio de 1992 y el presidente Bush la sancionó. Colombia fue el primer país beneficiado, gracias a la excelente labor de la diplomacia colombiana ante los poderes ejecutivo y legislativo.

El comercio global entre Colombia y los Estados Unidos se ha caracterizado por su gran dinamismo. Las exportaciones de productos colombianos hacia ese país han pasado de cerca de US $1.974 millones en 1988, a más de US $2.476 millones en 1989, US $3.005 millones en 1990 y US $4.394 millones en 1991. Esa tendencia se mantuvo durante los primeros nueve meses de 1992. El comercio en ese período fue de US $3.600 millones.

Igualmente, deben resaltarse los avances hacia un acuerdo de cooperación energética bilateral. En agosto de 1991, se realizó en Washington durante una reunión en la que se identificaron las áreas en que esta cooperación podría desarrollarse.

En materia cafetera, el presidente Clinton manifestó, antes de las negociaciones en Londres, la disposición de su gobierno de negociar un nuevo Pacto Cafetero. Los Estados Unidos han expresado reiteradamente que su respaldo al Pacto Cafetero siempre nació de un compromiso político con Colombia. Infortunadamente, en las negociaciones de Londres no se pudieron acercar las posiciones entre los países consumidores y los países productores.

Gracias a su audaz proceso de reforma económica, financiera y comercial, Colombia fue uno de los primeros países de América Latina en firmar con E. U. un acuerdo marco de comercio e inversión. En desarrollo de este acuerdo, se conformó la Comisión Bilateral de Comercio e Inversión, con el fin de tratar temas de gran importancia para las relaciones bilaterales como es el libre comercio.

Esta Comisión celebró su cuarta reunión el 30 de junio de 1993. Se discutieron diversos temas de interés mutuo, tales como la propiedad intelectual, productos agrícolas y textiles. En esta ocasión, Colombia expresó su deseo de iniciar el diálogo para un posible ingreso del país al Nafta.

Relaciones con Europa

Europa es uno de los escenarios más importantes para la política exterior colombiana. Se perfila hoy en día como un bloque comercial que concentra una muy alta proporción del comercio mundial y sin duda tendrá un papel destacado que desempeñar dentro del nuevo orden mundial. Por esta razón, muchas de las metas económicas y políticas que se ha fijado el Gobierno Nacional están directamente vinculadas con este continente. Europa es el segundo socio comercial de Colombia, después de los Estados Unidos. El comercio global anual entre nuestro país y la CEE se ha cifrado en US $2.600 millones. A nivel de esta organización, Alemania es nuestro principal socio, con un comercio global bilateral que alcanzó los US $1.000 millones entre 1988 y 1991 (37%) Nuestro segundo socio comercial es Francia (13%) y el tercero es la Gran Bretaña (12%).

En los últimos tiempos se han fortalecido los lazos políticos y económicos con el Viejo Continente. Como reconocimiento a los costos humanos y sociales que para Colombia ha significado la lucha contra el narcotráfico, una amplia gama de exportaciones colombianas ha tenido importantes concesiones en materia arancelaria. En efecto, las Comunidades Europeas aprobaron al finalizar 1990 un programa de cooperación a favor de nuestro país (y otros andinos como Bolivia, Ecuador y Perú), el cual implicó el establecimiento de preferencias arancelarias por cuatro años —a partir del 13 de noviembre de 1990— y acciones de cooperación técnica por tres años, por valor de 80 millones de ecus (US $78 millones).

Estas preferencias arancelarias cubren la casi totalidad del universo arancelario: cerca de 800 posiciones arancelarias de productos originarios de Colombia entran al mercado comunitario en franquicia y sin restricciones cuantitativas. Entre estos productos se encuentran el café verde, cacao, flores, frutas, vegetales frescos, confecciones, textiles, manufacturas de cuero y calzado. Se exceptúan algunos productos agrícolas como banano y fresas frescas.

Estas preferencias le han significado al país un ahorro de entre US $40 millones y US $60 millones anuales. Adicionalmente, representan una mejora en los precios pagados por los importadores, mayor generación de empleo, reducción de la vulnerabilidad de las exportaciones y diversificación de los mercados de destino de nuestros productos con el consecuente incremento del interés del sector exportador colombiano en el mercado europeo. Habida cuenta de que el período de vigencia de estas preferencias finaliza en noviembre del próximo año, y ante las acciones que aún debe mantener el Gobierno Colombiano frente a la lucha contra el narcotráfico, el Gobierno Nacional, a través de la ministra de Relaciones Exteriores en reunión sostenida en Bruselas con el comisario Manuel Marín en abril de este año, solicitó la prórroga de las preferencias por 10 años más. A pesar de que el balance de actividades realizadas es impresionante, los costos que esta lucha implica son aún muy altos y se requiere seguir contando con la ayuda internacional. Es un plazo indispensable para desarrollar nuevas inversiones y consolidar los resultados alcanzados hasta el presente con el aprovechamiento de estas preferencias.

Otro elemento que señala la intensificación de las relaciones con Europa es la concesión de recursos de cooperación técnica de la CEE a Colombia entre 1990 y 1993, de unos US $78 millones. Esto representa un aumento de siete veces en el presupuesto anual destinado a esa cooperación.

Colombia también ha estrechado sus vínculos bilaterales con los países europeos. La conmemoración del V Centenario de la llegada de los españoles a América ha permitido redefinir e intensificar nuestras relaciones con España. La comisión conformada para tal fin, que presidió la primera dama de la Nación, permitió adelantar varios programas en el campo de la cultura, el sector social, la historia, la arquitectura y la promoción de eventos. De otro lado, la visita que efectuó el presidente a España a finales de octubre de 1992 significó un paso muy importante para las relaciones bilaterales. Durante esta ocasión se firmó el Tratado de Cooperación entre el Reino de España y Colombia, el cual establece un esquema que permitirá profundizar las relaciones de los dos países en todos los órdenes, y además España ofrece cerca de US $800 millones a Colombia en financiación de diversos programas, en términos ampliamente favorables para el país. Con la visita también se superaron las dificultades de financiación del Metro de Medellín, cuyas obras habían estado suspendidas desde finales de 1991. En efecto, se ha logrado la refinanciación de las mismas, a través de la apropiación de recursos cercanos a los US $350 millones.

Hemos avanzado en nuestro propósito de ampliar nuestras relaciones con la Gran Bretaña. Los aspectos más importantes por destacar son el fortalecimiento de las relaciones comerciales, el incremento de los lazos de cooperación judicial y el aumento de las inversiones británicas en Colombia, especialmente en el sector petrolero. El primer ministro de ese país, John Major, visitó Colombia en junio de 1992. Fue la primera visita oficial de un primer ministro británico a un país latinoamericano. Posteriormente, el vicecanciller de la Gran Bretaña visitó Colombia, donde ofreció la colaboración de su gobierno en distintos frentes de acción en la lucha contra el narcotráfico.

La millonaria inversión efectuada por la compañía British Petroleum en los yacimientos de hidrocarburos en los Llanos Orientales, más específicamente en la región de Cusiana, es superior a los 371 millones de dólares, en la etapa exploratoria. Esta es una de las mayores inversiones efectuadas por los británicos en algún país en desarrollo. La inversión se incrementará de manera considerable en la etapa de explotación, ahora que el Gobierno Nacional declaró oficialmente la comercialidad de los pozos descubiertos en Casanare. Con los yacimientos de Cusiana y Cupiagua, Colombia incorpora a sus reservas cerca de 2.000 millones de barriles de petróleo y 3.200 millones de pies cúbicos de gas.

Se calcula que, para finales de esta década, Colombia estará exportando entre 750.000 y 800.000 barriles diarios de crudo.

La bonanza petrolera que generarán los pozos de Cusiana a partir de 1995 permitirá al país contar con 500 millones de dólares por año y en el año 2000 con 1.500 millones de dólares aproximadamente. Durante los próximos once años el país tendrá utilidades cercanas a los 14.000 millones de dólares.

Con Europa, y específicamente con la CEE, existe un vasto campo de acción que permitirá ampliar las relaciones en materia de comercio e inversión, lo cual beneficiará las estrategias que se ha fijado el Gobierno en materia económica. Sin embargo, las estrategias comerciales de Colombia deberán enfrentar el proteccionismo de algunos países europeos.

Relaciones con la Cuenca del Pacífico

Colombia tiene 1.300 kilómetros de costas sobre el litoral pacífico que lo inscriben naturalmente dentro de la Cuenca de esta importante área geográfica. Aunque tradicionalmente el país se había vinculado de manera muy tenue con esta región, durante los últimos años ha habido un aumento de las relaciones con los países del Asia y el Pacífico, y de esta manera esta zona se ha convertido en una prioridad en la agenda internacional de Colombia.

La Cuenca del Pacífico es considerada el mercado más dinámico del mundo. Concentra el 37% de las importaciones y el 48% del producto bruto del mundo. Esta región ha sido capaz de demostrar con sus grandes avances industriales, financieros y tecnológicos, que formará parte fundamental de las relaciones internacionales durante el próximo siglo. Colombia ha reconocido la importancia de esta área y por ello sostiene nexos políticos, diplomáticos y comerciales con la mayoría de los países pertenecientes a esta Cuenca. El comercio más importante de Colombia con los países asiáticos es con el Japón. Con este país se han logrado grandes avances en el mejoramiento de las relaciones, algo muy significativo para Colombia debido al inmenso mercado potencial que está al alcance de los empresarios colombianos.

El Gobierno Nacional ha venido desplegando grandes esfuerzos para ejercer un papel cada vez más activo en esta importante región. Colombia pretende acercarse al Pacífico a través de un incremento en las relaciones comerciales con las naciones asiáticas. Este fue el objetivo esencial de la Primera Misión Empresarial de los sectores privado y oficial de Colombia a Japón, China, Corea del Sur, Taiwán y Hong Kong, que tuvo lugar entre el 16 de abril y el 5 de mayo del presente año. Esta misión arrojó resultados favorables y fue catalogada como una de las más fructíferas de Colombia en el exterior. La Misión regresó al país con valiosos acuerdos comerciales. Entre los principales está el suscrito entre Colombia y China, donde esta nación se compromete a comprar 10 mil toneladas de banano colombiano, conceder un crédito por US $2.5 millones y donar US $500 mil en pequeños tractores y motores para lanchas. También se anunció la próxima visita de empresarios japoneses y surcoreanos a Colombia en búsqueda de contactos para efectuar inversiones. En octubre del presente año se realizará en Japón una feria de la industria colombiana. Colombia tiene representaciones diplomáticas en la mayoría de los países asiáticos. Con la intención de participar más activamente en el comercio de esta área, nuestro país ha abierto una representación comercial en Taiwán, por ser este uno de los crecientes centros económicos de la región. Las relaciones con los países de la Cuenca del Pacífico no son solamente bilaterales, sino que Colombia también es parte integral de diferentes organismos regionales. A principios del año pasado nuestro país fue aceptado en el Consejo Económico de la Cuenca del Pacífico, PBEC, el cual está conformado por empresarios de diferentes países. Este Consejo orienta sus acciones exclusivamente al desarrollo de las relaciones comerciales entre los diferentes miembros. Adicionalmente, Colombia junto a Chile, Ecuador y Perú, participan en la Comisión Permanente del Pacífico Sur, CPPS. Este organismo permite desarrollar vínculos con las naciones de la vertiente occidental de la Cuenca y con los países y territorios insulares de la misma, coordinando estrategias conjuntas hacia toda el área del Pacífico. La CPPS tiene como propósitos principales la coordinación de la política marítima entre los Estados miembros y el fortalecimiento de las relaciones entre la Comisión y los demás organismos regionales y países integrantes de esta Cuenca. El logro más importante en el transcurso del último año ha sido la admisión de Colombia al Consejo de Cooperación Económica del Pacífico. Este organismo está encargado de fomentar el progreso económico, sobre la base del impulso al comercio entre sus miembros. Está integrado por representantes de los gobiernos, empresarios y personalidades del sector académico de todos los países de la región.

Los organismos internacionales. Organización de las Naciones Unidas

La delegación colombiana ante la Organización de las Naciones Unidas ha actuado con la intención de proyectar ante la comunidad internacional los principios generales de la convivencia pacífica que tradicionalmente han orientado la política exterior colombiana. Estos se refieren principalmente a la libre autodeterminación de los pueblos, la no injerencia en los asuntos internos de otros Estados, la solución pacífica de las controversias internacionales y el pluralismo político. De otro lado, las actuaciones de Colombia ante la ONU se desarrollan de acuerdo con los fundamentos de la nueva realidad internacional. Bajo esta óptica, Colombia ha participado en los diferentes debates que se han generado en las sesiones de la Asamblea General y ha sido un actor importante en las diferentes Comisiones de la Organización.

En el segundo semestre de 1992 se celebró el 47 período de sesiones de la Asamblea General de la ONU, ante la cual intervino el presidente Gaviria. En esta oportunidad destacó el papel decisivo que ha adquirido la ONU como catalizador de la nueva agenda global, aunque puntualizó la necesidad de que sus organismos de decisión se reformen para ser más democráticos, equilibrados, representativos y eficaces. El presidente también llamó la atención sobre las paradojas que contiene el Nuevo Orden Mundial y los riesgos que esto representa para los países en desarrollo. Por último, destacó la labor que ha venido desarrollando Colombia en la lucha contra el flagelo de la droga y llamó a la solidaridad internacional para combatirlo. El presidente reiteró su propuesta de crear una jurisdicción penal internacional especial para el narcotráfico, el lavado de dinero y la exportación ilegal de precursores químicos.

En los últimos años se ha venido realizando en la ONU un debate sobre la necesidad de redefinir la estructura interna de la Organización, así como las funciones de la misma, con el ánimo de fortalecer su capacidad de acción para responder con mayor eficiencia a las características y condiciones que presenta el nuevo escenario internacional. Esta reorganización se refiere de manera esencial a las funciones del Consejo de Seguridad y de la Secretaría General, y la incorporación de nuevos centros de poder internacional dentro de sus órganos decisorios. Colombia ha apoyado la necesidad de esa redefinición y, en esta medida, es copatrocinador de la Resolución 47/62 de la Asamblea General, en la cual se invita a los gobiernos a transmitir sus comentarios sobre la posible revisión del Consejo de Seguridad. Al respecto, nuestro país favorece la enmienda del artículo 23 de la Carta y propone que en un futuro se aumente el número de miembros de ese órgano, para que se convierta en uno más representativo y democrático.

Un hecho que merece ser destacado es la designación unánime de Colombia para ocupar la Presidencia del Grupo de los 77 durante 1993. Este Grupo fue creado en 1964, a raíz de la primera reunión de la Unctad, como un foro informal de concertación de los países en desarrollo con el objetivo de lograr un entorno económico más favorable frente a las naciones industrializadas. En la actualidad está integrado por 128 naciones y constituye el organismo de concertación más importante con que cuentan estos países.

Nuestro país no sólo ha participado activamente en el proceso de toma de decisiones dentro del seno de la ONU, sino que además se comprometió a enviar efectivos para que hicieran parte de las fuerzas multinacionales de las Naciones Unidas que se han desplazado a diferentes partes del mundo (Camboya, Croacia, El Salvador).

Organización de Estados Americanos

Colombia ha desempeñado un papel de primer orden en la OEA desde su creación en 1948. Actualmente, en el contexto de un nuevo escenario hemisférico determinado por el fin de la Guerra Fría, la consolidación de la democracia en todo el continente, las reformas en favor de la apertura e internacionalización de la economía, y el fortalecimiento de los esquemas de integración, Colombia considera necesario un replanteamiento de la estructura y las funciones de este organismo interamericano.

Colombia ha impulsado un nuevo papel de la Organización dentro del hemisferio. Ha destacado los nuevos retos que enfrenta el continente americano y los temas de la agenda multilateral que deben ser discutidos en este foro: la defensa de la democracia, la defensa del principio de la no intervención, la seguridad colectiva regional, la pobreza, el medio ambiente, la cooperación económica y la lucha contra el narcotráfico. Importantes iniciativas como la promoción de una Estrategia Energética para las Américas, el trata-miento multilateral del problema del narcotráfico, y el concepto de "deuda ecológica" han sido encabezadas por nuestro país dentro de la Organización.

En junio del año pasado se convocó a una Comisión Especial para estudiar reformas a la Carta de la Organización de Estados Americanos. En los debates, Colombia mantuvo una posición intermedia, procurando resaltar la importancia de luchar concertadamente contra la pobreza crítica por considerarla un elemento desestabilizador de la democracia.

Al advertir la prevalencia de tendencias intervencionistas, esbozadas por delegaciones de algunos países, Colombia buscó promover fórmulas conciliadoras. Estas intentaban mantener un equilibrio entre la defensa de la democracia y el respeto al año intervención, piedra angular de nuestra política exterior.

El 13 y 14 de diciembre de 1992 se celebró en Washington D. C. el XVI Período Extraordinario de Sesiones de la Asamblea General, con el fin de examinar las reformas propuestas a la Carta. Éstas consistían, principalmente, en la posibilidad de suspender a los gobiernos de los Estados miembros donde se produzcan hechos que ocasionen una interrupción abrupta o irregular del orden institucional y democrático y, por otro lado, enfrentar la pobreza crítica en la región, que constituye una de las más graves amenazas a la democracia.

La Asamblea General aprobó el artículo 8 (bis) referente al tema de la suspensión de un Estado Miembro de la Organización cuyo gobierno democráticamente constituido sea derrocado por la fuerza. Así mismo, se adoptaron varios textos en relación con el tema de la pobreza crítica que fueron examinados en el período de sesiones de la Asamblea General realizado en Managua los primeros días de junio de 1993.

Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT)

El Gobierno colombiano, que respalda las premisas del GATT sobre el libre comercio y el respeto de reglas multilaterales que garanticen la apertura total de mercados en el comercio mundial bajo prácticas legítimas de competencia, se ha incorporado activa y destacadamente en las distintas fases de la Ronda Uruguay. Así mismo, ha buscado la aplicación real de estos ideales en sus reformas internas, claramente reflejado en la política de apertura económica del país.

Las negociaciones en la Ronda Uruguay, que se encontraban suspendidas, se reanudarán próximamente, tras el acuerdo que se logró durante la cumbre del Grupo de los Siete en Tokio. Aún se espera, sin embargo, la aprobación por parte del Congreso de los Estados Unidos de la extensión de la autorización "Fast Track" para la negociación de la Ronda Uruguay.

Se aspira a que el Acta Final de la Ronda entre en vigor, a más tardar, en enero de 1995. Este nuevo texto representará un vuelco en las relaciones comerciales internacionales.

Colombia ha colaborado en diferentes iniciativas para salvar la Ronda Uruguay bajo cuyas reglas comerciales únicas estarán sometidos todos los países signatarios. El Gobierno colombiano ha sido parte importante en el desarrollo de las distintas fases de negociación, tanto para los temas tradicionales, particularmente sobre agricultura y productos tropicales, como para los denominados "nuevas esferas", incorporados por primera vez dentro del GATT en la Ronda Uruguay.

En el tema agrícola el país ha participado a través del Grupo de Cairns. Este grupo, la Comunidad Europea y Estados Unidos son los tres principales actores en las negociaciones de este tema. En asociación con los otros países latinoamericanos de este Grupo, Colombia ha presentado iniciativas y propuestas para llegar a un acuerdo constructivo y conseguir, así mismo, la ampliación y apertura de los mercados internacionales para los productos agrícolas.

La lucha contra el narcotráfico y el narcoterrorismo

El narcotráfico sigue siendo asunto prioritario en la agenda diplomática colombiana. Ningún país ha pagado un costo tan alto en la lucha contra las drogas. Colombia asume la responsabilidad que le corresponde en la solución de este problema, por convicción moral y en defensa de los principios fundamentales de la democracia y el Estado de Derecho.

Pero el esfuerzo aislado de nuestro país es inútil si los demás Estados no cooperan eficazmente. El tratamiento multilateral del problema ha sido un objetivo fundamental de la política exterior colombiana. En este contexto, se ha promovido la adopción de medidas para la reducción del consumo, la erradicación de cultivos ilegales, el control a la desviación ilícita de precursores químicos, al lavado de dinero y al tráfico de armas.

Durante el último año, Colombia demostró nuevamente su liderazgo en la lucha contra el tráfico de estupefacientes. Colombia fue sede del I Encuentro Latinoamericano de Autoridades del Sector Justicia realizado en Cartagena de Indias del 10 al 12 de diciembre de 1992. En este encuentro se logró un intercambio de experiencias a nivel latinoamericano sobre el fortalecimiento y las reformas a la justicia. Se hizo particular énfasis en el narcotráfico.

Al finalizar el encuentro, presidido por el ministro de Justicia, se firmaron dos declaraciones. En la primera se ofrece apoyo y cooperación con el Centro Internacional de Estudios sobre Narcotráfico y Estupefacientes, propuesto por Colombia. Los asistentes al encuentro expresaron su convencimiento de que la experiencia adquirida por Colombia en la lucha contra el narcotráfico puede ser de gran valor para otros países de la región. Se busca así incrementar la cooperación internacional. En la segunda declaración, los asistentes se comprometieron a promover en cada uno de sus países medidas pertinentes para que las instituciones financieras y bancarias observen procedimientos de severo control de las transacciones que puedan estar vinculadas a las actividades del narcotráfico, el terrorismo, la guerrilla u otras formas de delincuencia organizada.

El Grupo de Dublín realizó una reunión en Cartagena de Indias los días 12,13 y 14 de octubre de 1992. Este es un organismo multilateral para la lucha contra el narcotráfico que se ha caracterizado por la colaboración en materia de cooperación técnica que ha prestado hacia aquellos países que han estado encarando una guerra frontal contra el narcotráfico. Durante ese encuentro se planteó un paquete de proyectos de cooperación técnica para el fortalecimiento de la justicia con el fin de reforzar la acción colombiana en la lucha contra el narcotráfico.

Colombia también ha estado presente en los principales foros internacionales sobre este tema. Participó en el XII Período de Sesiones de la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad) celebrada entre el 27 de octubre y el 1º. de noviembre. Allí se logró la adopción de una resolución propuesta por Colombia en relación al control de los cultivos ilícitos de amapola y la necesidad de incrementar la cooperación regional en ese sentido.

El ministro de Justicia presidió la delegación colombiana que asistió al XXXVI Período de Sesiones de la Comisión de Estupefacientes de las Naciones Unidas, realizado en Viena del 29 de marzo al 7 de abril de 1993. En este evento y con la activa participación de Colombia, los países se comprometieron a adoptar medidas con respecto a la cooperación y la asistencia judicial, el tráfico ilícito de armas y explosivos en relación con el narcotráfico, el tratamiento y rehabilitación de consumidores de drogas que cumplen condenas penales y medidas para contribuir a la aplicación de la Convención de Viena.

En dicho contexto, el Gobierno colombiano le dio prioridad a la ratificación de la Convención de las Naciones Unidas contra el Tráfico Ilícito de Estupefacientes y Sustancias Psicotrópicas. Este instrumento fue ratificado por el Congreso de la República en las últimas sesiones. Esta Convención constituye un paso importante en la tarea que adelanta Colombia por conseguir una acción internacional coordinada y común en contra de las drogas y de propiciar responsabilidades compartidas en la lucha contra este flagelo. La Convención de Viena plasma el carácter integral del narcotráfico al abordar temas como el lavado de dinero, el control del consumo y de los precursores químicos, la erradicación y sustitución de los cultivos y la asistencia legal.

La Convención de Viena es considerada por la comunidad internacional como el instrumento por excelencia para canalizar los esfuerzos mancomunados de los países dentro del más estricto respeto a la soberanía y a los ordenamientos jurídicos de cada Estado signatario.

Dada la naturaleza internacional de los delitos de narcotráfico, un efectivo fortalecimiento de la justicia exige un incremento de la cooperación internacional en la materia de intercambio de información, evidencia y experiencias. Es por ello que Colombia ha emprendido una exitosa campaña para lograr la adopción de instrumentos legales y mecanismos administrativos que agilicen la cooperación entre la rama judicial entre los países comprometidos en la lucha contra ese flagelo de la humanidad. Esta gestión ha tenido como resultado la suscripción de Memorandos de Cooperación Judicial con Estados Unidos, Ecuador, Brasil, Venezuela, Guatemala, El Salvador, Cuba y Gran Bretaña. Se firmó un canje de notas con España y un Acta de Intención con Francia. En la actualidad se encuentran en negociación acuerdos de igual naturaleza con Argentina, Surinam, Bolivia, Hungría, Chile e Italia.

Colombia ha firmado recientemente acuerdos para la prevención, control, fiscalización y represión del tráfico ilícito de estupefacientes y precursores químicos con los siguientes países: Nicaragua, México, Chile, Costa Rica, Guatemala y El Salvador. De igual forma, el convenio entre Colombia y los Estados Unidos sobre las medidas para impedir la desviación de precursores químicos esenciales falta ser ratificado por el Congreso colombiano.

Gracias a una ardua labor diplomática, se ha logrado obtener de las naciones industrializadas compensación por los altos costos sociales y económicos que ha generado la lucha contra el tráfico ilícito de drogas en Colombia. El Programa Especial de Preferencias Arancelarias de la Comunidad Europea a los países andinos y la Iniciativa Andina del Gobierno norteamericano así lo demuestran.

Programa especial de cooperación

En noviembre de 1989 el Gobierno Nacional presentó ante la comunidad internacional el Programa Especial de Cooperación para Colombia, PEC, orientado a buscar apoyo para fortalecer nuestro aparato productivo y mitigar el impacto social y económico de la lucha contra el narcotráfico y el narcoterrorismo. Como respuesta a esta situación, Colombia logró concientizar a la comunidad internacional de que la lucha contra el tráfico de drogas no se podía realizar unilateralmente. Se necesitaba de la cooperación internacional, y de manera especial la de aquellos países desarrollados, que por sus importantes niveles de consumo se convirtieron en parte integral del problema.

A través del PEC, el Gobierno colombiano instauró un esquema novedoso en materia de cooperación internacional. Así mismo se convirtió en un elemento importante de la política integral de lucha contra el tráfico de drogas ilícitas en nuestro país.

El Gobierno tiene como firmes propósitos reducir el desempleo y los niveles de pobreza y lograr una mayor cobertura en el campo social. Es por eso que el Programa Especial tendrá un nuevo enfoque, y será un instrumento para impulsar no sólo este objetivo, sino para trabajar de manera exitosa en todas las áreas prioritarias para el desarrollo del país. En este aspecto, se ha considerado de gran importancia el papel primordial que deben ejercer los Organismos No Gubernamentales ONG. El Gobierno Nacional colabora estrechamente con ellos, no solamente para el buen desempeño del Programa sino por su permanente contacto con los problemas de la comunidad.

En el nuevo enfoque del Programa Especial hay objetivos muy específicos y ambiciosos que permiten no sólo el fortalecimiento del mismo, sino que serán un puente para que Colombia siga promocionando su imagen en el exterior, vendiendo sus productos con mayor calidad y eficiencia. Igualmente, permitirá mejorar las condiciones sociales de las regiones afectadas por el narcotráfico, a través de la promoción de microempresas, estableciendo líneas de comunicación con la juventud para evitar que entren en el consumo de drogas prohibidas y dándoles mayores oportunidades de trabajo.

En tres años de vigencia, los recursos obtenidos por el Programa Especial de Cooperación superaron ampliamente las expectativas. Los US $350 millones ofrecidos hasta la fecha han permitido que el desarrollo del Programa sea exitoso. La importante movilización de recursos por parte de la comunidad internacional fue un hecho sin precedentes en la historia de la cooperación técnica internacional en Colombia, y despertó la solidaridad de aquellos países con los que no existían lazos de cooperación.

Política cafetera

A pesar de las manifestaciones de apoyo político hechas por el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, y de los esfuerzos del Gobierno colombiano por restaurar el Pacto Mundial del Café en las negociaciones de Londres en marzo de este año, fue imposible lograr un consenso entre productores y consumidores para restablecer el acuerdo cafetero. El país deberá continuar su política cafetera dentro del sistema de libre mercado, tal como lo ha venido haciendo desde 1989, cuando no se pudieron renegociar las cláusulas económicas del convenio.

La protección del medio ambiente

El tema del medio ambiente ocupa un lugar destacado dentro de la agenda internacional. Colombia es el país con mayor biodiversidad del mundo, y posee parte importante de las reservas forestales de la Amazonia, considerada el pulmón del mundo. Con el fin de proteger la Amazonia, el Gobierno colombiano ha considerado que la cooperación internacional es definitiva para resolver el problema de la deforestación de esta valiosa región. Colombia se encuentra entre los países en desarrollo que dedican una mayor proporción presupuestal y de recursos a la conservación del medio ambiente y de las cuencas hidrográficas.

El país ha sostenido ante la comunidad internacional que las naciones industrializadas tienen una deuda ecológica con la humanidad y ella debe ser cancelada suministrando los recursos indispensables para que América Latina y otras regiones ecológicamente privilegiadas puedan avanzar en la conservación del medio ambiente y en el desarrollo social y económico.

Por otra parte, el Departamento Nacional de Planeación, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo y el Inderena han trabajado en el Programa Colombia de Cooperación Internacional para el Medio Ambiente, que recoge diversos proyectos ecológicos. El Gobierno colombiano los está presentando a algunos países industrializados y organismos no gubernamentales para su financiación. El paquete también incluye propuestas de entidades privadas.

El pasado mes de diciembre Colombia y E.U. llegaron a un acuerdo por medio del cual nuestro país será beneficiario del programa de reducción de deuda de la Iniciativa para las Américas. Se acordó reducir la deuda oficial de Colombia con la AID en aproximadamente US $31 millones y destinar los recursos para el pago de intereses sobre el monto restante al establecimiento de un Fondo del Medio Ambiente-Ecofondo, para que las entidades privadas y organismos no gubernamentales puedan desarrollar programas en ese sentido. Actualmente se están ejecutando programas de la Fundación Natura, Prosierra Nevada de Santa Marta y Departamento Nacional de Planeación para preservar las reservas naturales.

El objetivo principal de Ecofondo será el fortalecimiento del desarrollo científico y tecnológico para el manejo del medio ambiente y el aprovechamiento de los recursos naturales renovables, así como la financiación de proyectos relacionados con el control de la contaminación, manejo de cuencas, aspectos forestales, preservación de la biodiversidad, manejo sostenido de los recursos naturales, estudios de investigación referentes a los anteriores temas y fortalecimiento institucional.

Por otro lado, el Gobierno Nacional se dispone a realizar en los próximos seis años significativos programas en el Plan de Acción Forestal para Colombia (PAFC). Se tiene proyectado invertir aproximadamente US $100 millones provenientes de créditos del Banco Mundial y el BID, sumados a US $30 millones adicionales provenientes de diversas propuestas de cooperación internacional.

Hay que destacar que por primera vez en la historia de nuestro país el Departamento Nacional de Planeación, a instancias de la Presidencia de la República, formuló una Política Nacional Ambiental la cual quedó incluida en el Plan de Desarrollo Económico y Social del actual gobierno. Para tal efecto, se duplicó la participación del PIB en los programas ambientales. De la misma manera, se desarrollarán los artículos relacionados con el medio ambiente y los recursos naturales que consagra la nueva Constitución, se fortalecerán las entidades responsables de la política ambiental y de gestión ecológica, partiendo de la creación del Ministerio del Ambiente.

Colombia tuvo una destacada participación en la Conferencia sobre Medio Ambiente y Desarrollo convocada por la Asamblea General de la ONU realizada a mediados del año pasado. A esta conferencia asistieron aproximadamente 170 delegaciones gubernamentales, 50 intergubernamentales y 500 organizaciones no gubernamentales de todo el planeta, constituyéndose de esta manera en el foro internacional más amplio y significativo que se haya realizado para la discusión de la problemática del medio ambiente y su relación con el desarrollo.

Política energética: hacia un manejo regional y hemisférico

En diferentes escenarios y reuniones de carácter bilateral y multilateral, el presidente Gaviria ha expuesto ante la comunidad internacional los objetivos y alcances de su Iniciativa Energética. Esta Iniciativa, que busca la cooperación y unidad regional en el manejo del sector energético, incluye una dimensión hemisférica y otra regional.

Dentro de esta primera dimensión, la Iniciativa está orientada hacia la promoción de la cooperación energética interamericana, la reducción de la vulnerabilidad hemisférica ante las perturbaciones en ese mercado mundial y la creación de un mecanismo financiero para ayudar a las naciones americanas con débiles economías para que puedan enfrentar el impacto ocasionado por los altos costos energéticos. Bajo la dimensión regional, la Iniciativa contempló la constitución de la Cuenca Energética conformada por los países miembros del Grupo de los Tres, grupo que deberá ser protagonista del proceso de coordinación de la concentración energética regional.

Los desarrollos de esta Iniciativa se han dado principalmente bajo el marco de las Cumbres del Grupo de Rio y las reuniones de ministros de la Organización Latinoamericana de Energía, Olade.

Dentro del marco del Grupo de los Tres, se ha venido fomentando la cooperación en la Cuenca Energética conformada por los países miembros, mediante el impulso a proyectos concretos en los que se combinen los recursos petrolíferos, carboníferos e hidráulicos. Colombia ha trabajado intensamente dentro del Grupo de Alto Nivel de Energía del Grupo de los Tres con el ánimo de hacer viable la integración energética entre los países miembros, y entre éstos y la subregión centroamericana.

En este sentido, se ha convenido con Venezuela y México desarrollar actividades que permitan, a largo plazo, la interconexión a través de Centroamérica.

Entre las principales perspectivas del Grupo de Alto Nivel en Energía del Grupo de los Tres se encuentran: la conformación de la cartera de proyectos de generación termoeléctricos e hidroeléctricos que contribuyan a la interconexión eléctrica de la Cuenca; los trabajos sobre interconexión gasífera Colombia-Venezuela; la continuación de los proyectos de estudios para las interconexiones binacionales de los países del G-3 y América Central (Colombia-Venezuela y México-Guatemala), la iniciación de nuevas acciones (Colombia-Panamá), y la promoción de bienes, servicios e insumos relacionados con proyectos termoeléctricos en Centroamérica.

Bajo el ideal de cooperación e integración energética, el Gobierno de Colombia, conjuntamente con la Olade, llevó a cabo del 15 al 18 de junio de 1993 en Santafé de Bogotá, la "Conferencia Energética de América Latina y el Caribe. Energía y Desarrollo en un Mundo Interdependiente, Enerlac'93".

El objetivo principal de esta Conferencia fue crear una conciencia regional en torno al sector energético ante los nuevos cambios que presenta el escenario mundial, caracterizado principalmente por la conformación y consolidación de grandes bloques económicos. Los países de América Latina y el Caribe están realizando importantes reformas en sus economías, y de manera especial en el sector energético, buscando una mayor participación de la inversión privada conjuntamente con una redefinición del papel del Estado. Estos objetivos constituyeron así mismo el tema central de la XIII Reunión de Ministros de Energía de los países miembros de la Olade, celebrada en Santiago de Chile en noviembre de 1992.

En este contexto, América Latina y el Caribe se preparan para cumplir un papel activo en la nueva estructura de la geopolítica mundial, donde temas como la energía y protección del medio ambiente constituyen los elementos centrales de las relaciones internacionales.

La diplomacia presidencial

Dentro del nuevo esquema mundial, y en las relaciones internacionales, la llamada diplomacia presidencial es un mecanismo de gran valor para conseguir los objetivos de la política exterior y responder a los desafíos que impone un sistema internacional en el cual la interdependencia económica y política es cada día más creciente. La política exterior colombiana le ha impreso dinamismo a las relaciones exteriores, buscando adecuar la presencia internacional del país a las transformaciones dentro del escenario mundial y como factor indispensable para el desarrollo, al incrementar nuestra participación en asuntos de interés mundial y regional.

Durante el último año, el presidente Gaviria ha realizado visitas a diferentes países con el objeto de asistir a reuniones y cumbres internacionales e igualmente firmar importantes convenios bilaterales. En agosto asistió a la posesión del señor presidente del Ecuador, Sixto Duran Ballen. En octubre visitó oficialmente España, invitado por Su Majestad, el Rey Juan Carlos de Borbón. En noviembre viajó a Ecuador a la firma del Acuerdo de Libre Comercio entre los dos países. En diciembre visitó oficialmente Argentina, invitado por el presidente de ese país, Carlos Saúl Menem, y participó en la Cumbre del Grupo de Rio en Buenos Aires. En enero asistió a la reunión de las Comisiones de Vecindad Colombo-Ecuatoriana en Quito. En febrero participó en la Cumbre de Países Productores de Banano en Quito, y en la Cumbre del Grupo de los Tres y Centroamérica realizada en Caracas.

Igualmente, el señor presidente Gaviria ha recibido la visita de algunos jefes de Estado y de personalidades de diversos países, con los cuales ha analizado el estado de las relaciones bilaterales y las posibilidades de intercambio y cooperación. Han visitado nuestro país los presidentes de Ecuador, Sixto Duran Ballen; de Panamá, Guillermo Endara, y de Honduras, Rafael Callejas. Por otra parte, el Gran Maestre de la Soberana Orden Militar de Malta, Su Alteza el Príncipe Fra Andrew Bertie; Su Alteza Real la Infanta Cristina de España; el vicepresidente de Costa Rica, Amoldo López; el exprimer ministro de Jamaica, Michael Manley; el canciller mexicano, Eduardo Solana; el canciller de Guatemala, Gonzalo Menéndez Park; el ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, Fernando Enrique Cardozo; el ministro de Industria y Comercio de Brasil, José Eduardo Andrade; el presidente del Eximbank del Japón, Yamaguchi; el parlamentario canadiense Guy Cheerbonear; la primera dama de Francia, Danielle Miterrand; y el subsecretario de Estado Asistente para Asuntos de Narcotráfico de Estados Unidos, Melvyn Levitsky.