Una buena definición de comprensión de la realidad es, sencillamente, la mínima expresión de lo máximo compartido. ¿Qué es lo compartido? Bueno, de un solo pedazo de realidad no se puede extraer ninguna comprensión. Para comprender hay que observar varios pedazos de realidad similares y buscar qué tienen en común. Observar es justamente eso: elegir un pedazo de realidad y considerar variaciones del mismo ejemplo, dejando pasar el tiempo o recorriendo el espacio para, a continuación, investigar si se puede encontrar la convergencia entre la divergencia, lo similar entre lo diferente, lo común entre lo diverso. Y atención, porque en esa intersección compartida es donde hay que buscar las ideas con las que elaborar una comprensión.
Jorge Wagensberg1
El recorrido vital, geográfico y cultural de Denis Scott Brown entre 1931 y 1955 -etapa previa a su futura actividad docente y profesional- es un trayecto que conviene retomar para establecer el contexto de observación y el marco cronológico que gesta la creación del concepto mirada distanciada como detonante primigenio del Learning from Las Vegas, que se publicó en 1972. En ese texto, este concepto se desarrolla como un mecanismo aplicable en el ámbito educativo de la enseñanza y aprendizaje del proyecto de arquitectura: la detección y puesta en marcha de la Mirada Distanciada en el observador, sea estudiante, diseñador o proyectista, como potenciador cognitivo en el proceso y desarrollo de su proyecto.
Denise Scott Brown nace en Zambia, en 1931, aunque procede de una familia judía de Letonia que emigra en el siglo XIX. Inicia sus estudios en la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, en 1948; pero en 1952 decide continuarlos en la Architectural Association School of Architecture, en Londres, tras vivir una adolescencia multicultural. Se gradúa allí en 1955, año que coincide con el de su boda con el también arquitecto Robert Scott Brown, con quien inicia su viaje europeo de tres años, justo antes de instalarse definitivamente en territorio norteamericano.
La mirada distanciada, como le ocurrió a Denise Scott Brown, puede ejercitarse bajo diferentes circunstancias determinadas por el tiempo y por el espacio: por descontextualización, cuando la identidad del observador no está definida por el arraigo; este salta geografías y es modelado por entornos culturales efervescentes. Por trasferencia, cuando la herencia directa de conocimiento influye tempranamente en la formación del observador. Por desobediencia, cuando los entornos desatan eventos que reafirman una actitud de rebeldía que no asume protocolos impuestos por defecto. Y por anticonvencionalismo, cuando el observador practica la mínima ideología con el fin de ser lo más objetivo o científico posible.
Mirada distanciada por descontexualización (el hecho cultural y geográfico)
El paisaje es un constructo, una elaboración mental que los hombres realizamos a través de los fenómenos de la cultura. El paisaje entendido como fenómeno cultural, es una convención que varía de una cultura a otra, esto nos obliga a hacer el esfuerzo de imaginar cómo es percibido el mundo en otras culturas, en otras épocas y en otros medios sociales diferentes del nuestro.
Javier Maderuelo2
La mirada distanciada por descontextualización se produce cuando la identidad del observador no está definida por el arraigo. Este salta geografías y es modelado por entornos culturales efervescentes. Puede considerarse afortunado quien se haya experimentado en medio de serias dificultades coyunturales, aunque esto reporte una paradoja.3 Una crisis es siempre una decisión que agita el pensamiento y supone poner a prueba los mecanismos intelectivos del hombre para su convivencia.
La noción de territorio en Scott Brown es una elaboración mental sobre la cultura de choque realizada por ella a través de dos fenómenos tempranos y paralelos que roban por completo su interés. Por un lado, está el origen judío de su familia que abandona por fuerza Europa del Este para ocupar posteriormente el África salvaje. Hay que tener en cuenta que sus abuelos iniciaron su nueva vida en chozas de barro; cazaron, cocinaron con fuego al aire libre y dominaron el Ndebele del Sur.4 Por otro, está el efecto inverso e impuro5 basado en la influencia de los blancos sobre las culturas folk que tanto le influyó. En particular de los migrantes rurales en las afueras mineras de Johannesburgo que se inspiraban en las costumbres y patrones extranjeros, pues adaptaban desechos y objetos encontrados para fabricar juguetes, herramientas o piezas de decoración para sus casas. Ambos sucesos están basados en el intercambio e interpretación constante de significados.
Para explicar este asunto sobre ’lo semántico’, resulta ilustrativo exponer un recuerdo de infancia de Denise, que define con cercanía la noción de descontextualización, pues este desenmascara términos aprendidos, asumidos y heredados de la cultura dominante europea que de alguna manera hemos convenido como genéricos. Se trata de una fotografía de su abuela cocinando a cielo abierto, abriendo fuego en una gran olla de hierro de tres patas -utensilio típico muy utilizado por los afrikáners de todo el país-. Tenía escrito en su trasera Mother in the ’kitchen’.
Así nace el interés de Scott Brown por la fricción, el solape y la mezcla: habitando un país heterogéneo donde el contraste evidenciaba la convergencia entre la divergencia, lo similar entre lo diferente, lo común entre lo diverso. Estas condiciones amplificaron su mirada sobre ’lo cotidiano’ para deslocalizarlo y situarlo en una escala más amplia y compleja. El significado de las cosas oscila según la cultura y se introduce un factor extra: la observación desprejuiciada. Ya no se trata de ver objetos, sino conciliaciones: una cosa tiene trozos de una o de otra y el significado de varias; lo que conduce a hacer un esfuerzo por imaginar.6
Es importante resaltar que esta manera de mirar deslocalizada se radicaliza en Scott Brown cuando los expatriados ingleses quieren reproducir en África la idea del Surrey británico.7 Ella contempla con indignación los juicios prematuros que hacen sobre el paisaje, las costumbres y la belleza del veld,8 que consideraban feo. En una entrevista concedida a Paula Marantz Cohen para de The Drexel InterView,9 Denise comenta:
El paisaje que veía a mi alrededor, en África, era hermoso a pesar de que la cultura dominante era inglesa. Pero para ellos, la belleza solo se concebía sobre el silencio de las green hills10 de Surrey, no sobre el Veld sudafricano. Así que me pregunté: ¿Qué hay de malo en ellos? ¡Si son fantásticos! Así que tengo que decirlo, Paula: tuve una visión africana sobre Las Vegas.11
Y es que, en definitiva, Las Vegas no es más que un desierto que reproduce sobre este la idea de muchas ciudades europeas al servicio del ocio. Es un territorio al que se le superponen culturas y paisajes heterogéneos estructurados físicamente por la línea recta del highway.
Esta experiencia conduce a Scott Brown a proponer revisar las consideraciones sobre lo feo, pues ella sabe que tanto el veld como el kraal12 del África rural son objetivamente hermosos. Así surge la voluntad que posteriormente consolidará Learning:
Aprender del paisaje existente es la manera de ser un arquitecto revolucionario. Y no de un modo obvio, como ese arrasar París para empezar de nuevo que proponía Le Corbusier en los años veinte, sino de un modo distinto, más tolerante: poniendo en cuestión nuestra manera de mirar a las cosas.13
A partir de Learning, aprender del paisaje existente fue un método que reacomodó por completo las piezas dentro de un nuevo tablero de juego que otorga presunción de inocencia y estatus a lo cotidiano, lo ignorado y lo denigrado. Se pasa del rechazo inmediato al entendimiento mediante un ejercicio de “retención del juicio”.14 Ya lo mencionó Martino Stierli en su libro Las Vegas in the Rearview Mirror: The City in Theory, Photography, and Film: “Los autores proponen excluir evaluaciones subjetivas a través de procedimientos metódicos”15 y lo enfatiza al citar un fragmento de On Pop Art Permissiveness and Planning, escrito por Scott Brown en 1969, en el que aboga por una receptividad más amplia.16
Mirada distanciada por transferencia (el hecho afectivo)
De pequeña, mi profesora de arte me dijo que no podríamos ser creativos a menos que aprendiéramos de lo teníamos alrededor.
Denise Scott Brown17
La mirada distanciada por transferencia se produce cuando la herencia directa de conocimiento influye tempranamente en la formación del observador. En una entrevista llevada a cabo por el diario El País,18 a raíz de la polémica en materia de desigualdad en la profesión que desató el veredicto del jurado de los premios Pritzker en 1991,19 Anatxu Zabalbeascoa pregunta a Scott Brown cómo sigue viendo las cosas que a los demás les cuesta ver. Denise responde que para ella tener la cabeza como un radar es clave, y no duda en apuntar que, además de eso, con el transcurrir del tiempo “la mitad de la vista es memoria”.
Analizando las experiencias de su biografía, podemos constatar que la transferencia de conocimientos y actitudes por proximidad afectiva influyeron en su formación con muchísima fuerza. Scott Brown lo ha dejado claro: “el fervor del futuro Learning from Las Vegas corre a cargo de la atmósfera familiar”.20 Denise experimentó una carga de sobreinformación erudita a una edad muy temprana y por parte de grandes referentes; situación que valida y recupera la idea de la importancia del maestro por encima de los propios métodos.21
Su madre, Phyllis Lakofski, también arquitecta, terminó la carrera a finales de la década de los veinte y compartió amistad con jóvenes arquitectos rebeldes modernistas discípulos de Le Corbusier. Entre ellos Norman Hanson,22 quien diseñó la casa familiar en Johannesburgo, en 1936. Una casa que se negaron a bautizar de Estilo Internacional, pues lo que ellos consideraban que hacían no participaba de ningún estilo; era modernismo temprano o, simplemente, modernismo.
Con tan solo dos años, Scott Brown estaba ya familiarizada con los planos de arquitectura hechos en copiasblueprint que rondaban por su casa, y a los cinco, con la filosofía del modernismo aprendido de su madre. Las dos hicieron muchos dibujos in situ. “Mi lealtad al modernismo temprano se inicia con ella, al igual que mi ’cabeza giratoria’, mi postura hacia la observación y el aprender”,23 señala Scott Brown. El mantra inculcado en la infancia por su madre fue el to look around, siempre con un lápiz en la mano, y posteriormente, con una cámara de fotos bajo el brazo.
Su padre, Simon Lakofski, era un promotor que viajaba a menudo a Nueva York. Según Scott Brown:
[…] era un visionario que pensaba a lo ancho, que buscaba los principios de las cosas; era un estratega capaz de predecir futuras transformaciones. A la vuelta de uno de sus viajes dijo: ¡Lo que he visto podría haberlo hecho yo!; también anticipó que la Sexta Avenida desaparecería, y así fue.24
Pero a Lakofski también le apasionaban los parques de diversiones y las ferias que visitaba con asiduidad. Casualmente, en los años cincuenta, cuando Scott Brown parte a Londres para continuar sus estudios de arquitectura en la Architectural Association School of Architecture, los Lakofski viajan a Las Vegas. Aunque Denise no asiste a ese viaje (evento premonitorio de futuras peregrinaciones), pudo ver por primera vez el Strip a través de las películas filmadas por sus padres.25
Pero a pesar de ese primer contacto directo, familiar y cinematográfico26 con Las Vegas, es importante mencionar que la primera experiencia de Scott Brown con el neón se remite a los cinco años. Fue en la celebración del jubileo de Johannesburgo, en 1936. Para ella el neón fue fairyland, un flechazo estético de infancia que se vería reforzado con regalos brillantes de espumillón27 que sus abuelos le comprarían en Coney Island, al volver de la Feria Mundial de Nueva York, en 1939.
La idea primigenia del ’tinglado-decorado’ evidencia su origen simbólico-afectivo en frases como esta: “Recuerdo una visita familiar a Londres, fue un fin de año que me transportó a escenas de cuentos de hadas. Los escaparates de Oxford Street estaban maravillosamente decorados, había un enorme Santa Claus en movimiento en el Selfridges”.28
Pero aprender a mirar más allá de lo cotidiano es también es un ejercicio circunstancial: en Johannesburgo, el racismo era algo asumido, “eso te hace ver o te ciega”, replica Scott Brown en la entrevista de El País. El racismo no solo era entre negros y blancos, y la ascendencia inglesa era la clase más alta. Había refugiados nazis y Denise creció entre ellos y los afrikáners. Los negros apenas se veían y su abuelo era racista. El contexto no podía ser más convulso, paradójico y delicado; de hecho, la contradicción más grande de los judíos en Sudáfrica fue que, huyendo de la persecución, colaboraron claramente con el Apartheid.
Scott Brown era una niña judía y eso la catapultó inmediatamente como una refugiada más. Sus maestros también lo fueron, y, casualmente, en su gran mayoría mujeres. Todos eran profesionales cualificados que no podía ejercer sus profesiones por falta de licencia, así que se dedicaron a la enseñanza en centros educativos desde la primaria hasta la universidad. Precisamente fueron ellos los que aportaron una gran sofisticación cultural a la vida de Johannesburgo.
Denise iba a una escuela inglesa. Allí su profesora de arte fue quien le abrió los ojos para el resto de su vida: recuerda que, pintando muñecos de nieve para las felicitaciones de Navidad, ella les pidió que miraran por la ventana. ¡En Sudáfrica no había nieve! “¿Cómo podíamos ser creativos si no pintábamos lo que teníamos delante y solo repetíamos lo que hacían los otros?”. Con esta pregunta planteada años después, Scott Brown lo entendió todo. Y entonces, la pregunta que le plantea Zabalbeascoa es clave: “¿Su libro Learning from Las Vegas comenzó en África?”. A lo que Scott Brown respondió: “Todo lo que vi en mi infancia lo recordé más tarde”.
La primera vez que Scott Brown vio físicamente el Strip fue contra un cielo azul celeste. Según ella, las personas que lo odian enseñan fotos de él por la noche; sin embargo, a ella le encantó mirarlo de día. “Los colores puros, brillantes y los contornos grabados con nitidez trajeron a mi mente la Acrópolis. ¡Sentí un escalofrío! ¿Era odio o amor? No lo supe. Y no me importó. Algo me dijo: ’Denise, esto es clave, será muy importante para ti’”.29
Mirada distanciada por desobediencia (el hecho personal)
Cómo añoro un poco de entusiasmo humano. Solo entusiasmo, eso es todo. ¡Quiero escuchar una voz cálida y emocionante que grite Hallelujah! ¡Estoy vivo! Tengo una idea ¿Por qué no iniciamos un pequeño juego? Hagamos como si fuéramos seres humanos, y que en realidad estamos vivos. Solo por un rato. ¿Qué dices? Vamos a pretender que somos humanos.
John Osborne30
La mirada distanciada por desobediencia se produce cuando los entornos culturales desatan eventos que reafirman una actitud de rebeldía que no asume protocolos impuestos por defecto.
El aterrizaje de Scott Brown en territorio británico significa una pausa y un punto de inflexión que condensa un largo periplo como observadora de un mundo cambiante al que ha asistido como pasajera del destino familiar. Denise experimenta diversas culturas que casualmente afrontaban una vívida crisis histórica. El huésped habita temporalmente escenarios muy agitados en lo político, en lo afectivo y en lo social. Podría decirse también que previamente a Londres ella es un producto modelado por el territorio africano, y que, a partir de 1952, sufre el desprendimiento físico más abrupto que le conducirá a procesar, clasificar y aplicar las experiencias acumuladas.
Corren los años cincuenta. Londres vive el movimiento social de la posguerra llamado Back in Anger Generation, nombre derivado literalmente de la obra de teatro Look Back in Anger, de John Osborne.31 Este, junto con otros escritores de su generación, usó la dureza y el realismo, en contraste con lo que anteriormente era visto como producción escapista. Era un momento radical, las disciplinas creativas y humanistas respiraban una nueva postura hacia el cambio. Se proponía un pensamiento innovador que ofrecía nuevas ideas en lo social para la reconstrucción de Londres, sobre todo en vivienda.
Durante este periodo de transición surgen severas críticas que cuestionan el papel de quién debe hacer qué y cómo se deben hacer las cosas. El debate sobre asuntos urbanos -que empezaban a manifestarse como mal resueltos- instala en los arquitectos su nuevo gen de urbanistas en pro de lo común, y así, por fin, practicar una nueva conciencia más cercana hacia los problemas reales y cotidianos.
En el ensayo “London in the Early 50s”, incluido en el libro Having Words,32 Scott Brown nos cuenta cómo los sociólogos Michel Young y Peter Willmott describieron por entonces la vida del Londres del antes en el East End, y el de después, tras las consecuencias de las políticas adoptadas cuando los barrios de rentas bajas se movieron hacia la periferia tras las decisiones de planificadores urbanos. Tales decisiones evidenciaron una falta grave de entendimiento sobre la sensibilidad de lo social. Y es precisamente esa irrupción inducida, la de la renovación urbana insatisfactoria, la principal crítica que detona como un bombazo en artistas de vanguardia que, tras reunirse en Londres, forman el Independent Group33 como reacción inmediata a los hechos ofrecidos.
Las ideas de la Neue Sachlichkeit,34 retomadas por Alison y Peter Smithson, junto con otros integrantes del grupo, calan fuerte sobre una Scott Brown de tan solo veinte años de edad. La Nueva Objetividad (de raíces profundamente modernas) permitía aprender de lo impuro, del folk/pop. Porque tal y como rezaban los modernistas tempranos y los mismos brutalistas: “si se mira directamente a un problema, la solución puede ser fea, pero la fealdad pude tener la razón”. Parece que tenían claro que, mirando de esta nueva manera, no solo conseguían afrontar el reto de la realidad moderna, social y tecnológica, sino realzar la creatividad a través de una nueva apreciación estética. Al igual que Osborne, los arquitectos quisieron transmitir los valores del inconformismo social en el propio diseño, entendido como una pantalla-puente que pudiese activar la incomodidad del momento.
Así, en Londres no nace el sentimiento revolucionario scottbrowniano, pero sí se reafirma una actitud personal que se instala en ella como una manera de estar en el mundo y de observarlo con cierta desobediencia. Y aunque el origen de dicha postura haya brotado tempranamente en África (ese disco duro que acumula todo lo aprendido), es el contexto candente liderado por los jóvenes iracundos el que provocará el amalgamamiento indisoluble entre actitud y experiencia.
Resumiendo, Londres ejercita la actitud que activará posteriormente la experiencia africana. Sin una actitud personal crítica, no hay motor que ponga en marcha una ulterior comprensión de la memoria acumulada; ambas imprescindibles en el nacimiento del futuro Learning from Las Vegas, o sea, imprescindibles para la gestación un manifiesto editorial -sin precedentes-; puro conocimiento potencial capaz de seguir engendrando nuevo conocimiento.
Se plantean aquí dos condiciones inherentes y previas al nacimiento del futuro manifiesto editorial Learning from Las Vegas: la primera condición que tiene que ver con hecho cultural-geográfico-afectivo, que se activa cuarenta años antes de su publicación, y gracias al conocimiento adquirido por Denise Scott Brown tras la observación de varios trozos de realidad desarrollados en África. La segunda condición, que tiene que ver con un hecho personal-desobediente-contextual, que consolida una actitud de valentía y confianza, aparato y motor indispensable para llevar a cabo la transmisión de una idea en conocimiento universal.
Mirada distanciada por anticonvencionalismo (el hecho objetivo)
Denise, permíteme que te interrumpa: en realidad tú me corrompiste, tú despertaste en mí ese interés, ¡tú me llevaste a Las Vegas!
Robert Venturi35
La mirada distanciada por anticonvencionalismo se produce cuando el observador practica la mínima ideología con el fin de ser lo más objetivo o científico posible. El valor de lo objetivo será para Scott Brown la lente que permitirá filtrar los trozos de realidad sin ideologías previas que contaminen ulteriores observaciones. Como si se tratase del trabajo de una periodista o corresponsal de guerra que intenta transmitir un mensaje directo, crudo y neutral, basado simplemente en los hechos ofrecidos. En este sentido, podría decirse que los principios del espíritu de la Nueva Objetividad que influenciaron a Scott Brown reafirmaron positivamente una postura más científica y exigente como arquitecta. El cambio social exigía posicionarse profesionalmente de una manera más aséptica y amplia posible. Sí, el arquitecto ya no es un diseñador de edificios; es un puente entre los acontecimientos, el planteamiento urbano, las políticas y las dinámicas sociales.
Esta postura de distanciamiento entre el sujeto y el objeto alude precisamente al primer principio del método científico de objetivización, donde la observación es máximamente objetiva y según el cual la observación debe hacerse de manera que afecte lo mínimo posible tanto al observador como aquello que se observa.36
Esta es la postura elegida por Scott Brown para analizar Las Vegas y un pedazo de su realidad: el Strip. La objetividad expuesta en Learning es, sin lugar a dudas, la cualidad que ha garantizado su universalidad y su alcance. Digamos que el debate sobre la vigencia teórica ha quedado resuelto de alguna manera; queda claro que el libro supone o una “ruptura” o un “link” entre el modernismo y el posmodernismo. Pero es un hecho que, desde 1972, no ha habido precedente editorial comparable en la historia de la enseñanza de la arquitectura. Su modelo pedagógico37 sigue empleándose hoy, invitando al arquitecto-sujeto a tener la mínima influencia de sus creencias particulares o prejuicios sobre el objeto, ese pedazo de realidad sobre el cual desarrollar su proyecto.
Metodológicamente, el estudio sobre el Strip se basa en la objetividad, y en ese sentido vale la pena reforzar una cuestión sobre el valor de la intuición38 y el reconocimiento de la autoría intelectiva del propio libro. Si bien el reconocimiento de Learning ha desplazado varios focos hacia la comparación, la influencia y la disyuntiva con Complexity and Contradiction in Architecture(1966), tal y como argumenta Aron Vinegar en su libro I Am not a Monument (2008),39situar que el libro surge como un método autobiográfico explorado por Scott Brown, que posteriormente es potenciado por el factor complementario de un Venturi que se suma a las intuiciones e intereses particulares de su autora por lo folk, sistematiza y visibiliza el proceso de gestación de una idea pedagógica trasgresora.
Aunque el libro sobre Las Vegas destila intuiciones y teorías sobre la enseñanza de la arquitectura, ya planteadas por Venturi en 1966,40 este supone un cambio radical en su manera de observar. En Learning, la opinión del autor no será el nunca el centro de la reflexión, sino el objeto que se va a analizar: elStrip . A pesar de que Complexity and Contradiction concentra todos sus esfuerzos por identificar crítica y creación, estos quedan anulados por el empeño de su autor en oponerse a la objetividad y universalidad a través de juicios personales continuos sobre sus gustos o disgustos.41 En resumen, Robert Venturi evita todo tipo de amortiguación entre el impacto que produce su ideología y su manera de observar, que modifica a partir de la elaboración de su siguiente libro, gracias al empeño de Scott Brown.
Es innegable que Complexity and Contradiction in Architecture supuso un impulso importante para el desarrollo de Learning from Las Vegas, pero es su autor quien aclara y despeja las dudas sobre el origen y la idea primigenia de Learning en The Drexler Interview, cuando su entrevistadora encasilla los roles: Venturi es más historicista, Denise está más involucrada con el paisaje y la cultura popular. Cuando Denise atribuye un exceso de mérito por esta última cuestión a Venturi, es él quien deja claro su lugar:
Denise, permíteme que te interrumpa: en realidad tú me corrompiste, tú despertaste en mí ese interés, ¡tú me llevaste a Las Vegas! En realidad, yo no sentía particular apego por la cultura popular hasta que conocí a Denise. Ella tuvo esa influencia en mí. Y en ese sentido, es interesante lo que antes dijo sobre el manierismo: que es la idea del arte que quiere reconocer la excepción y el poder de la ambigüedad. En cierto modo, mi libro Complexity and Contradiction podría haberse llamado Mannerism for Architecture for Today, porque este reconocía que no debías ser purista, porque estaba reaccionando contra un modernismo totalmente involucrado en el minimalismo. Lo que yo quise decir fue -y Denise estaba de acuerdo con esto-: “echemos un vistazo al arte, a las complejidades y contradicciones que no son para nada minimalistas, que no son nada puras”.
Esta respuesta de Venturi nos permite posicionar a Scott Brown en un lugar privilegiado dentro de un debate más amplio: el relacionado con la autoría intelectual sobre lo producido en la profesión este último siglo. Sentar precedente con esta revisión sobre el origen de Learning from Las Vegas no solo resulta necesario y pertinente en un momento donde es urgente exponer las cuotas de visibilidad a favor de la excelencia, independientemente del género.
Conclusiones
Este artículo expone dos situaciones paralelas. La primera, relacionada con la enseñanza y elaprendizaje del proyecto arquitectónico, y que tiene que ver con la ejercitación del método que desarrolla el concepto mirada distanciada: un arma eficaz, capaz inocular ideas trasgresoras y de gran alcance como libro Learning from Las Vegas. La segunda, relativa a la puesta en valor de la autoría intelectual del producto arquitectónico, como una reivindicación pertinente en un momento álgido dentro de una profesión que reclama sus cuotas de visibilización, independientemente de las cuestiones de género. En ambos sentidos, las vías de investigación quedan servidas: la revisión de las circunstancias y hechos que generan la obra arquitectónica -construida o editada-, para desvelar la importancia del proceso proyectual por encima de los propios resultados.
Cuando parece que ya está todo dicho sobre el Learning from Las Vegas, resulta interesante descubrir que a través del estudio de los behind the scenes que posibilitaron su gestación, puede identificarse un método autobiográfico, en este caso el ejercitado por Scott Brown entre 1931 y 1955: un constructo, una elaboración mental a través de las circunstancias y fenómenos geográficos, afectivos y personales; intersecciones compartidas que derivaron en una particular forma de observar el mundo con objetividad y de traducirlo en pensamiento arquitectónico universal.
Así, cuantas más miradas practique el observador -sea estudiante, diseñador o proyectista-, más realidad, complejidad, libertad y objetividad sobre el proyecto podrá ejercer. Indagar en las miradas distanciadas ya adquiridas o ejercitar aquellas que no se han explorado es un ejercicio poderoso que el proyectista debería incorporar a sus rutinas creativas, pues actúan como potenciador cognitivo en el proceso y desarrollo del proyecto.