Entrevista a Jacob van Rijs


A lo largo de la historia, el programa residencial, y especialmente la vivienda colectiva y social, ha sido un campo de investigación muy fructífero para la arquitectura y una herramienta muy eficaz para la configuración de las ciudades.

Cada vivienda es una célula necesaria en el tejido urbano y su consideración como unidad estructuradora no solo de la vida doméstica, sino también del espacio colectivo, determina el éxito de las distintas intervenciones. En la medida en que confluyen en su diseño no solo los aspectos funcionales domésticos y constructivos, sino la escala urbana, desde los puntos de vista social y medioambiental, permite, con los mismos recursos, generar una ciudad más amable y habitable.

Los agentes que participan en el diseño de la vivienda no siempre están presentes en las decisiones urbanísticas preliminares y, generalmente, la rentabilidad de las operaciones condiciona el resultado, al limitar la calidad potencial del conjunto a favor del aspecto comercial a corto plazo.

La diversidad tipológica e integración de diferentes usos en un mismo edificio, la consideración de los espacios colectivos como un valor adicional al de las viviendas que los disfrutan y la integración del espacio público y el privado como una mejora en la calidad del espacio urbano, que repercutiría en el valor de las viviendas, va contra unos agentes económicos determinados por una rentabilidad a corto plazo y una reglamentación anticuada e inflexible. A esta inercia se unen en algunos contextos culturales las reticencias de los propios habitantes a la disolución de los límites de la propiedad y el disfrute de los espacios colectivos.

La vivienda debe evolucionar para adaptarse a las necesidades contemporáneas de una población más diversa y con estructuras más complejas. En pro de ello, parece necesario fomentar los laboratorios en los cuales se experimente para contrarrestar la dinámica de un sector que obstaculiza de forma generalizada cualquier tipo de innovación. No hay avance sin riesgo, y acometer la vivienda colectiva de nuevas maneras es necesario para mejorar nuestro entorno doméstico y poder descubrir la vivienda y la ciudad por venir.

A pesar de todo, la investigación en vivienda colectiva existe, y aunque deberíamos apostar por una audacia mayor en el sector residencial, también debemos hacernos eco de las numerosas experiencias experimentales que se desarrollan en diferentes niveles y geografías urbanas. En este sentido, parece especialmente oportuno acudir a una oficina como la de MVRDV, que en los últimos treinta años se ha caracterizado por acometer cada proyecto residencial con una vocación desprejuiciada y rompiendo moldes constructivos, tipológicos y urbanos.

Desde su proyecto ganador, en 1991, de un Europan en Berlín, pronto comenzaron a materializar sus visionarias propuestas residenciales como el Silodam, en Ámsterdam, y El Mirador, en Madrid. Hoy en día realizan proyectos por todo el globo y se enfrentan a todo tipo de circunstancias económicas y sociales sin perder su voluntad de atención a la diversidad.

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Silodam en Amsterdam, Países Bajos. 2003. Proyecto de MVRDV © Rob ’t Hart.

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Fig. 2_

Patio Island en La Haya, Holanda. 2005. Proyecto de MVRDV © Rob ’t Hart.

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Aprovechamos una cita con Jacob van Rijs, uno de los tres fundadores y directores de MVRDV, para compartir y comentar con él las cuestiones que abordamos en esta nueva edición de Dearq.

Ignacio Borrego y Juan Manuel Medina (IB + JMM): Considerando su amplia experiencia en vivienda en contextos sociales, culturales y tecnológicos muy diferentes, ¿cuál ha sido su aprendizaje de esta diversidad? ¿Adapta de alguna manera su discurso o aproximación dependiendo del contexto en el que está trabajando?

Jacob van Rijs (JvR): En muchos de nuestros proyectos de vivienda, tratamos de averiguar qué grado de diversidad ofrece la mejor combinación. Diversidad es una palabra con muchos significados y realidades. Puede referirse al tamaño, precio, forma, material, grupo social. Cómo mezclar y qué mezclar es siempre la cuestión. El contexto social y político también cumple un papel importante. En los Países Bajos, los ayuntamientos hacen parte de esto, y recientemente los aspectos de asequibilidad se han convertido en un gran problema en muchas ciudades. La diversidad de precios podría ser una herramienta para crear una mejor combinación y calidad. De este modo, en caso de que haya menos diversidad en precio y tamaño, puede implementarse más variedad en el diseño y la tipología.

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Traumhaus Funari en Mannheim, Alemania. 1997. Proyecto de MVRDV © MVRDV.

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(IB + JMM): ¿Qué papel desempeña la flexibilidad y progresividad de los espacios habitables, espacios productivos, colectividad, etc.? Tiene desarrollos profesionales y académicos en programas híbridos y trabajo en casa. ¿Qué tan necesario es este acercamiento para la vivienda?

(JvR): Recientemente, la edificación abierta (open building) se ha convertido en un tema popular entre los arquitectos en los Países Bajos. El “padrino” Habraken ha inspirado a una nueva generación que está combinando el concepto de edificación abierta con durabilidad y sostenibilidad. Las nuevas colectividades de viviendas —cooperativas privadas— también, en su mayoría por necesidad, se están convirtiendo en una nueva forma de desarrollar un edificio en conjunto. La presión sobre el mercado de la vivienda, que ahora está en todas partes, pero bastante intensa en los Países Bajos, hace posibles nuevas soluciones.

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Parkrand en Amsterdam, Holanda. 2006. Proyecto de MVRDV © Rob ’t Hart.

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(IB + JMM): ¿Es la configuración de la vivienda un elemento clave para regular los desplazamientos y la productividad remota en las grandes ciudades?

(JvR): ¿Se refieren a trabajar y vivir en el mismo lugar? Tiene dos lados. Las áreas para vivir y trabajar pueden volverse más mixtas y animadas. Y, por otro lado, se puede ver cómo la gente se va de la ciudad, ya que es posible estar en la oficina menos días a la semana y aceptar un viaje más largo. La división estándar entre el centro de la ciudad y los suburbios adormecidos se vuelve menos blanca y negra. Tanto la ciudad como el suburbio pueden beneficiarse de cierta manera.

(IB + JMM): ¿Qué opina sobre de la asequibilidad, la autoconstrucción y la vivienda mínima como regenerador del tejido social?

(JvR): A ver, es interesante, pero en muchos casos estos desarrollos son resultado de los problemas del mercado inmobiliario. Se necesita más experimentación, ya que el mercado de la vivienda está literalmente estancado y estas iniciativas pueden ser inspiradoras y son necesarias para crear nuevas soluciones que podrían ser un agente de cambio.

(IB + JMM): ¿Qué opina de la intervención participativa como método de construcción de programas de vivienda?

(JvR): Están surgiendo muchos buenos ejemplos. Hace un par de años, el concepto de klus-houses (casas de bricolaje) tuvo mucho éxito en Róterdam. Se podía comprar una casa grande en mal estado por un precio bajo con la obligación de reformarla para así poder vivir en ella. La propuesta no fue interesante para los promotores o inversores, pero resultó en una mejor cohesión social en estos proyectos y en los barrios.

(IB + JMM): ¿Cuáles son los principales desafíos de la vivienda y su impacto ambiental?

(JvR): La asequibilidad, cómo asegurarse de que el aumento de los costos de materiales y mano de obra no conduzca a una reducción de la calidad de vida, porque los apartamentos se vuelven demasiado pequeños o costosos. Podría abrir nuevas direcciones, como se discutió, pero también requiere esfuerzos adicionales de muchos.

Y la ubicación, ubicación, ubicación… Es lo que dicen los agentes inmobiliarios. Los precios del suelo están subiendo demasiado en muchas ciudades.

Sin embargo, cuando no hay nada disponible, cualquier lugar se vuelve interesante. Esto significa que los vecindarios difíciles ahora se están desarrollando más rápido que otros. Algunos dicen que eso es gentrificación, pero eso es demasiado simple. También tiene un efecto secundario positivo, aunque se deben tener en cuenta las desventajas.

(IB + JMM): Gracias, Jacob, por su tiempo y sus reflexiones sobre la flexibilidad, la colectividad, el medio ambiente, la productividad y las personas. Lo hemos contactado con motivo de este número especial de Dearq sobre la vivienda y le agradecemos por inspirarnos con su actividad profesional, que reúne un acercamiento visionario de la arquitectura con la realidad.

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WoZoCo en Amsterdam, Holanda. 1997. Proyecto de MVRDV © Rob ’t Hart.

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