Cómo citar: Trujillo-Torres, Sebastián. "Aprendiendo de infraestructuras (in)constantes". Dearq no. 38 (2024): 24-41. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq38.2024.03

Aprendiendo de infraestructuras (in)constantes*

Sebastián Trujillo-Torres

sebastian.trujillo.torres@gmail.com

Universidad Nacional de Colombia

CEPT University, India

Recibido: 15 de abril de 2023 | Aceptado: 12 de octubre de 2023

Como parte de un esfuerzo de investigación más amplio, este artículo tiene como contexto las condiciones actuales y potenciales de la venta ambulante en India, como constante en la construcción de ciudad. Comienza por examinar ciertos prejuicios utilizados para justificar su exclusión de las narrativas de planificación y diseño urbano, luego de mapear y analizar metódicamente el diseño y las características infraestructurales de casos de estudio seleccionados. De esta manera, la venta ambulante se investiga como un tipo de sistema infraestructural en sí mismo, que es una constante urbana que manifiesta conjuntos inconstantes de procedimientos y procesos, cuyas características temporales y espaciales son en apariencia incompatibles con las comprensiones convencionales de planificación y diseño. Por lo tanto, este artículo no solo pretende legitimar las prácticas espacial-sistémicas de estas infraestructuras como recurso, sino también esbozar pistas que re-imaginen futuros más equitativos para estas.

Palabras clave: infraestructura, India, urbanismo, diseño, venta ambulante, futuros, (in)constante.


sobre prejuicios cuestionables

Es en verdad difícil cuantificar a plenitud la escala de la venta ambulante en la India.

Si bien las estimaciones oficiales fijan las cifras en alrededor de diez millones de personas que actualmente participan en la venta ambulante en el país (Sanzgiri 2020), se podría argumentar que esto es más que inexacto. India posee en 2023 una sexta parte de la población mundial: con mil cuatrocientos millones de ciudadanos (UNFPA), se ha convertido en el país más poblado del mundo —superando hace poco a China— debido a sus crecientes tasas de fertilidad. Una cifra aún más sorprendente, si consideramos que el 1 % de esta población posee alrededor del 40 % de la riqueza total del país, mientras que el 50 % (alrededor de setecientos millones de personas) posee el 3 % (Oxfam 2023).

Puede que parezca desmedido equiparar pobreza con venta ambulante, o incluso afirmar que su causa sea la desigualdad extrema. Correlación no es causalidad. Sin embargo, sabemos que la venta ambulante tiende a ser un recurso económico de fácil acceso (a veces como último recurso) para grupos de bajos ingresos (el 50 % más pobre), vinculado de forma simultánea con el desempleo formal, procesos de urbanización intensa, marginalización y falta de presencia estatal. También sabemos que dada su naturaleza volátil y que las estadísticas se basan sobre todo en los vendedores autorizados (de ahí la absoluta imposibilidad de contabilizarlos a todos), podemos especular con que el número de vendedores ambulantes en la India es mucho mayor, por decir algo comparativo, que la población actual de Portugal1.

De hecho, según estimaciones de organizaciones de defensa de los derechos de los vendedores ambulantes, el número real de vendedores ambulantes podría ser de aproximadamente ciento treinta millones (NASVI), cifra que si tiene en cuenta círculos familiares podría llegar a unos doscientos treinta millones de personas. Esto significa que los vendedores ambulantes componen no solo alrededor del 17 % de la población del país más poblado del mundo, sino también que son una población equivalente a la de Nigeria2, país que ocupa la sexta posición en el mundo.

Es justo decir entonces, siguiendo esta línea de razonamiento, que los vendedores ambulantes en la India no son un tema menor: su número es inmenso y existirán por un tiempo considerable.

Figura 1

Figura 1_ Bhadra Plaza en Ahmedabad, Gujarat (India), 2015. La revitalización de este significativo espacio público, llevada a cabo por la firma Vastu Shilpa Consultants en 2014 (entonces dirigida por Balkrishna Doshi, premio Pritzker de arquitectura) fue fuertemente criticada por no incorporar adecuadamente a los vendedores ambulantes en la planificación del recinto, lo cual acentuó las fricciones entre las entidades locales y los representantes de los informales. Problemas preexistentes como la congestión y la densidad fueron simultáneamente acentuados por factores económicos y sociales externos, sintomáticos de ciertos urbanismos del sur, procesos que apuntan a la necesidad de incorporar sistemas infraestructurales más maleables, que puedan absorber y adaptarse a estos cambios. La imagen muestra el marcado contraste entre la compleja organización de los vendedores en el mercado abierto de Bhadra y el Premabhai Hall, a la derecha, una de las piezas más representativas del modernismo indio, diseñada por Balkrishna Doshi en 1976. Fuente: Fotografía del autor.

Y por cierto que es este el caso si tomamos en cuenta lo polarizado y, en algunas instancias, controvertido del tema, como lo han documentado académicos indios3. Un punto común de disputa que es en esencia un problema espacial, un problema del espacio público, que amerita cuestionar expectativas, capacidades y recursos. En el centro de la cuestión tenemos una serie de prejuicios que no permiten una comprensión profunda y exhaustiva que pueda producir mucho más que los principios de planificación draconianos que caracterizan la institucionalidad india (Schindler 2014).

Figura 2

Figura 2_ Tienda de doble nivel en las calles del norte de Calcuta (India), 2022. Esta tipología de tiendas mínimas, común en ciudades tan altamente densificadas como esta, ilustra procesos frecuentes de partición propietaria progresiva que se encuentran entre lo formal y lo informal. Este ejemplo, aunque arquitectónico, refleja la disputada naturaleza del espacio público en la India y los recursos utilizados para enfrentar estas situaciones. Asimismo, es importante destacar que, casos como este, funcionan en colaboración y con dependencia de formas de intercambio más móviles y transitorias. Fuente: Fotografía del autor.

Estos prejuicios comienzan con el supuesto de que la venta ambulante es una actividad informal que no pertenece a los procesos de planificación formal. Por lo regular, estas actividades se ignoran o se consideran un obstáculo en lugar de una actividad económica valiosa o un activo potencial para la ciudad. Los vendedores ambulantes tienden a ser tildados de invasores del espacio público4 (que congestionan y obstaculizan el movimiento de los peatones), una percepción que conduce al desplazamiento y desalojo de sus lugares tradicionales de trabajo, siendo que sus prácticas se entienden como "caóticas". Se cree que carecen de orden, regulaciones y control visibles y, por lo tanto, generan ansiedades en cuanto seguridad, higiene o degradación ambiental; habría que sumar el argumento estético, el cual establece que la venta ambulante implica una "fealdad" alejada de la estética popularmente deseada para el entorno urbano y, por tanto, se justifica su eliminación. Esta supuesta falta de calidad formal también está relacionada con la idea de que los vendedores ambulantes se resisten al cambio y la innovación, presunción que en apariencia dificulta su incorporación a los procesos de diseño urbano.

En otras palabras, como se los asume incompatibles con la noción de "progreso" deben ser eliminados del paisaje público de la ciudad.

Más aún, el prejuicio más equívoco de todos es que los vendedores ambulantes son ilegales: tanto así que resulta bastante común presumir que operan por fuera de los márgenes de la ley y del Estado y, por ello, son un obstáculo para la conformación adecuada de una "nación legal". Esta es, quizás, la argumentación más dañina y, sin embargo, la más fácil y viable de refutar.

Ahora bien, aunque podría parecer fácil contraargumentar estos prejuicios desde el punto de vista de una investigación disciplinaria orientada al conocimiento (lejos de las atribuladas decisiones del mundo real), es importante desafiar estos conceptos erróneos como una forma de fabricar urbanismos bottom-up renovados (Arefi y Kickert 2019) como reingeniería de sistemas existentes, mientras se vislumbra la relevancia de éstos en los futuros próximos de los urbanismos del Sur Global, urbanismos que India caracteriza de manera radical.

prejuicio 1: informalidad absoluta

La venta ambulante a menudo se considera una actividad informal que no parece encajar en los procesos de planificación formales.

Esta percepción se basa en la creencia de que la venta ambulante es una ocupación temporal o transitoria que eventualmente será reemplazada en un futuro por actividades económicas más formales, una visión que ignora cómo a menudo se trata de una ocupación a largo plazo o incluso permanente para muchas personas, en particular aquellas provenientes de comunidades marginalizadas5.

Sin embargo, lo más importante es que este supuesto se basa en una comprensión errónea de la informalidad como una categoría que denota actividades y condiciones que se desenvuelven por fuera del ámbito del Estado. Nada más lejano de la realidad. No solo lo "informal" suele estar en constante intercambio con lo "formal" (mantiene estrechas relaciones con agencias oficiales, utilizando infraestructura, etc.), sino que lo "formal" también retribuye esta dependencia utilizando continua y sistemáticamente métodos "informales" (pasa por alto procedimientos oficiales, prioriza ciertos procesos o proyectos de forma arbitraria, etc.) (Schindler 2014).

Es fácil presentar la venta ambulante como una actividad insurrecta que no merece ser incluida en un plano de formalidad; es fácil porque así lo aparenta. Sin embargo, al observarla con detenimiento se pueden comprender sus complejas relaciones con el Estado, que por momentos son antagónicas, cooperativas o, incluso, ajenas unas de otras. Por lo tanto, reconocer la venta ambulante como una actividad económica legítima (desde el ámbito de esta innegable relatividad), es más, como un sistema infraestructural en sí mismo, no resulta para nada descabellado: solo se requiere comprender su complejidad más allá de una visión reduccionista de la ciudad.

Figura 3

Figura 3_ Carro callejero empotrado, en Lucknow (India), 2022. Este dispositivo, en principio móvil, ha sido incrustado como parte de un borde arquitectónico en el que simultáneamente lleva a cabo actividades económicas "informales" y proporciona un límite de propiedad "formal". Fuente: Fotografía del autor.

prejuicio 2: el mito del hawker

Los vendedores ambulantes también pueden ser vistos como invasores del espacio público.

De hecho, el término hawker es una expresión colonial despectiva, elaborada en su momento como una clasificación vertical por parte de funcionarios británicos que percibían a los vendedores ambulantes como perturbadores del orden civil, aprovechándose de los transeúntes desprevenidos. De ahí el mito del hawker, el nocivo vendedor ambulante.

Una narrativa que, si bien persiste hoy en gran medida en muchos de los contextos y grupos sociales de la India, también ha sido muy cuestionada. El mejor ejemplo es aportado por la National Hawkers Federation, una de las organizaciones de vendedores ambulantes más grandes de la India, la cual lucha por los derechos de los vendedores y aboga por un cambio estructural, reapropiando así el término hawker con el fin de otorgarle un nuevo significado.

Ahora bien, la percepción del vendedor ambulante como "invasor" del espacio público también se basa en el supuesto de que el espacio público es (o debería ser) neutral y vacío por naturaleza, y que como tal debería estar libre de cualquier obstrucción. O, al menos, de cualquier obstrucción "antiestética". Sin embargo, sabemos que el espacio público en realidad está ocupado y moldeado por una multiplicidad de relaciones de poder en constante disputa (Roy y AlSayyad 2004) —procesos sociales, políticos y económicos— en las que la venta ambulante contribuye con un alto grado de vitalidad y diversidad, al permitir a cualquier ciudadano participar en la construcción integral de la calle. Esto no significa que la venta ambulante sea en sí misma virtuosa, pero sí que no es axiomáticamente objetable.

Esto se debe a que la venta ambulante hace que la calle sea productiva, no solo en términos económicos, sino también en términos culturales, relacionales, de orientación e, incluso, de seguridad ("los ojos de la calle"6). En comparación, la venta ambulante cuenta con un potencial productivo de lejos mayor que, por ejemplo, los vehículos estacionados en la calle, los cuales no son recibidos con la misma hostilidad por parte de las autoridades o por el propio ciudadano (Butani 2021). Por supuesto, una persona que posee un tenderete móvil y otra que posee un automóvil no parecen paradójicamente contar con los mismos derechos. Esto no quiere decir que se deba dar absoluta libertad a la venta ambulante en la ciudad, ni que se deban prohibir los vehículos privados, sino que es preciso reconocer la naturaleza dinámica del espacio público como un constante territorio de negociación, en lugar de constituirse en un espacio para el ejercicio judicial arbitrario.

Figura 4

Figura 4_ Ram Kumar, vendedor de té chai en College Street, Calcuta (India), 2022. Ram ha trabajado como vendedor ambulante en esta emblemática área de la ciudad durante más de una década, donde ha construido relaciones significativas con los propietarios de las librerías circundantes (las cuales son características de Calcuta). Ram demuestra de manera concisa la forma como los vendedores ambulantes tienden a activar la calle con intervenciones materiales mínimas. Fuente: Fotografía del autor.

prejuicio 3: solo el caos prevalece

Cuando se trata de venta ambulante, la retórica popular tiende a señalar que en su presencia lo único que prevalece es el caos.

Este prejuicio del "caos" se enmarca en una retórica que denota actividades urbanas sin orden, regulación o control aparente, en concreto, un control emanado de una autoridad vertical y superior. Esta percepción, por lo tanto, se basa en dos supuestos que, además de dudosos, se hallan entrelazados.

El primer supuesto consiste en que la única forma de garantizar la calidad y seguridad de bienes, servicios y espacios es mediante el diseño e imposición de protocolos y lineamientos formales. Sin embargo, es bien sabido que estas reglas, en ocasiones, comportan sesgos y exclusiones estructurales, y así estén bien diseñadas, son políticas que enfrentan grandes dificultades en su implementación y promoción. Sería injusto decir que este enfoque es redundante, pero considerar que es categóricamente exitoso y autosuficiente, es en verdad discutible (Brenman y Sanchez 2012).

El segundo supuesto es el encasillar a la venta ambulante como carente en su esencia de orden y organización, lo cual también es discutible. Esto se debe a que se reconoce que los vendedores ambulantes desarrollan sus propios sistemas de regulación y autoorganización para garantizar la calidad y seguridad de sus productos, basándose en complejas redes sociales de suministro, intercambio y mantenimiento. Sus disposiciones infraestructurales dependen de una multiplicidad de factores en constante cambio, que suelen manejar de manera frugal pero diestra. Hay orden en la venta ambulante, planificado, recurrente, y, hasta cierto punto, predecible. Sin embargo, estas no son por necesidad formas de organización de arriba hacia abajo, sino quizás más descentralizadas y, en ocasiones, mucho más circunstanciales.

Figura 5
Figura 6

Figuras 5 y 6_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Ram Kumar, 2022. Estos dibujos reflejan procesos subyacentes de toma de decisiones, donde patrones de movimiento e intercambio reflejan órdenes complejos a pesar de aparentes desordenes. Fuente: Dibujos del autor y Kruti Shah.

prejuicio 4: estética in absentia

Antiestético, intrusivo, desordenado.

La venta ambulante a menudo se percibe como poco atractiva o, más bien, alejada de la estética aspiracional que parecería caracterizar el entorno urbano del siglo XXI7, algo que lleva a demandar la eliminación de los vendedores ambulantes y sus arquitecturas, por no ajustarse a estos sistemas estéticos.

Sin embargo, es evidente que este razonamiento no alcanza ningún tipo de objetividad: ¿los ideales estéticos de quién?, ¿de dónde vienen?, ¿qué aspiraciones y valores representan?, ¿garantizan el bienestar de quién?, y lo más importante, ¿cómo se produce esa presunta 'falta de estética'?

Baste decir que los vendedores emplean ciertas estrategias estéticas para atraer clientes y diferenciarse entre sí (la estética, como tal, tiene un propósito muy práctico), pero si nos centramos en aquellas que reflejan de alguna manera una sensación de negligencia y descuido, debemos examinar los aspectos económicos y sociales, además de los contextos donde operan. Si abordamos la estética no como una cuestión de juicio individual o subjetivo, sino como una forma de medir el sentido de cuidado hacia los espacios que ocupamos, podríamos argumentar que esto implica una inversión de recursos y tiempo con los que no muchos vendedores cuentan, o bien no asumen el incentivo para invertirle. Esto se correlaciona con condiciones de escasez y desarrollo pedagógico, asuntos que seguramente están en la raíz del problema.

La "estética in absentia" refleja medios específicos y dificultades estructurales.

Figura 7

Figura 7_ Carro callejero en las calles de la localidad de Lalbagh, en Lucknow (India), 2022. Este caso de estudio demuestra no solo ciertas estrategias estéticas utilizadas en el diseño gráfico del dispositivo, sino también la naturaleza constructiva frugal de estos dispositivos móviles mínimos. Fuente: Fotografía del autor.

prejuicio 5: "esos reaccionarios"

Existe la percepción de que los vendedores ambulantes se resisten al cambio y la innovación, lo cual hace que parezca imposible incorporarlos en los procesos de diseño urbano.

Ahora bien, dejando de lado el hecho de que haya o no resistencia, lo cierto es que los planes de desarrollo y planificación urbana requieren, si no consenso, un esfuerzo concertado para incorporar la multiplicidad de partes interesadas que componen la urbanidad india, incluso si tal condición implica tediosos procesos de negociación, en especial con un grupo tan importante como es el de los vendedores ambulantes.

Por otro lado, es sabido que las organizaciones de vendedores ambulantes sí suelen ser receptivas a la transformación de sus condiciones urbanas (por supuesto, salvadas excepciones). Sin embrago, dado que con frecuencia estos desarrollos parten de la exclusión, remoción y prohibición de los vendedores ambulantes, cualquier muestra de resistencia se percibe como una actitud regresiva. Cuando tal desarrollo es ejercido de arriba hacia abajo y encuentra oposición popular, generalmente se lo tacha de reaccionario y retrógrado, por lo tanto de ilegítimo.

Figura 8

Figura 8_ Conferencia y capacitación en liderazgo de la National Hawkers Federation, Ratnagiri (India), 2023. Esta conferencia, que reunió a diversas figuras de liderazgo de toda la India, se centró en los desafíos y estrategias de implementación del "Street Vendors Act" de 2014, el papel de los vendedores ambulantes en el contexto del calentamiento global y la degradación ambiental, además de diversos métodos inclusivos de diseño y planificación urbana. Fuente: Fotografía del autor.

prejuicio 6: ilegal, por lo que parece

Como ya se mencionó, el prejuicio más dañino es la idea de que la venta ambulante es un acto ilegal en India.

Sin embargo, según la "Ley de vendedores ambulantes" (Street Vendors Act), promulgada en 2014, los vendedores ambulantes tienen derecho a llevar a cabo sus negocios siempre que cumplan con las condiciones de su licencia. Los vendedores ambulantes deben estar censados por un comité de ventas municipal y no pueden ser desalojados de ninguna zona a menos que se los aprovisione de nuevas licencias y un nuevo lugar para vender, proceso que requiere de plazos adecuados de adaptación y planificación, de acuerdo con las nuevas circunstancias.

Puede parecer ilegal, pero la venta ambulante en la India es absolutamente legal.

Ahora bien, aunque no sea necesario analizar aquí la propia ley, podría ser relevante revisar el principal desafío que esta enfrenta: su implementación. Lo anterior se debe a que, si bien la Street Vendors Act de 2014 fue formulada a nivel nacional, su ejecución depende de gobiernos estatales y es ahí donde radica el problema: las administraciones estatales suelen pasar por alto esta ley, bien sea por negligencia o por ignorancia, de modo que operan ex profeso por fuera de sus predisposiciones (casi de manera informal, podríamos decir).

Los vendedores ambulantes en la India suelen tener condiciones variadas en términos de licencias y certificaciones; sin embargo, la problemática generalizada —y la fundamental— es la negación de sus derechos (por omisión o malicia) y la ocurrencia cotidiana de sobornos, amenazas y violencia8.

Figura 9

Figura 9_ Mercado Ima en Imphal, Manipur (India), 2022. Como uno de los mercados más grandes de Asia dirigido por mujeres ―y dentro de un entorno cultural en el que la gran mayoría de los vendedores ambulantes son mujeres―, el mercado Ima demuestra cómo infraestructuras fijas pueden responder positivamente a la legalización de la venta ambulante y las economías informales que sustentan grandes mayorías en el subcontinente indio. Fuente: Fotografía del autor.

la venta ambulante como infraestructuras (in)constantes

El propósito de refutar la anterior serie de prejuicios responde a una agenda doble.

Por un lado, se deben exponer las propiedades operativas de un fenómeno tan significativo como este, no solo por su enorme escala e inevitable prevalencia, sino por el papel indiscutible que desempeña en los procesos subcontinentales de urbanización. Por lo tanto, es a través de la comprensión de sus dinámicas clave que podemos prever procesos de planificación adecuados, formas de desarrollo más democráticas y sensibles, más allá del paradigma del strongman (Rachman 2022). Por otro lado, desenredar estos prejuicios puede abrir un terreno de teorización capaz de construir un sentido común renovado, sobrepasando las alianzas ideológicas, en un potencial escenario de prosperidad horizontalizada: el propósito de esta argumentación es comprender qué posibilidades tenemos para repensar nuestras ciudades, teniendo en cuenta recursos y activos (en su definición amplia) actuales, como campos para atender.

También es importante aclarar esta argumentación en el contexto de un proyecto de investigación más amplio9. Este proyecto se basa en un extenso proceso de documentación de las condiciones actuales de la venta ambulante en la India, teniendo en cuenta aspectos económicos, sociológicos y ambientales. Una investigación que comenzó a través de un proceso iterativo de recolección de datos en ciudades seleccionadas —involucrando una red amplia de colaboradores—, que dio paso a una serie de inferencias que no solo permitieron una comprensión holística del sistema, sino que también nos permitieron explorar posibles escenarios futuros. De esta manera, los conocimientos que reunimos en definitiva se consolidaron en la proposición de la venta ambulante como un sistema infraestructural, uno que hemos denominado "(in)constante".

Figura 10
Figura 11

Figuras 10 y 11_ Extracto del Atlas of (in)constant Infrastructures financiado por la Fundación DXD-Sanskriti y desarrollado junto a Kruti Shah. La primera imagen describe las ciudades seleccionadas para la investigación junto con la posición relativa de todos los casos de estudio, mientras que la segunda traza el marco metodológico utilizado en el proceso de investigación.

Dentro de este marco general de ideas, por 'infraestructuras' se entienden los procesos de intercambio y gestión de recursos o servicios que permiten (sin ser necesariamente visibles) el funcionamiento de los asentamientos humanos. Por lo tanto, no es inconcebible clasificar a los vendedores ambulantes como parte de un sistema infraestructural más amplio, en cuanto que proporcionan bienes y servicios a un gran número de personas en espacios públicos y privados, mediante un conjunto complejo de arquitecturas variables. Además, la venta ambulante abarca distintas infraestructuras sociales y económicas, entre ellas, redes comunitarias, sistemas de crédito y mercadeo, que implican un papel fundamental a la hora de garantizar el acceso a recursos e información de una porción poblacional enorme. Estas infraestructuras a menudo se desarrollan a través de la acción colectiva y la autoorganización, lo cual da forma a los contextos sociales y políticos en los que operan. Sin embargo, estos sistemas infraestructurales tienen una particularidad que los distingue.

Figura 12
Figura 13

Figuras 12 y 13_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Raju, vendedor de tabaco y 'gutka' en Lucknow (India), 2022. Estos dibujos buscan ilustrar que, si bien el dispositivo de Raju parece un objeto aislado y desconectado, está incrustado del todo en los circuitos de flujo urbano al demonstrar una clara cooperación e intercambio con los vendedores contiguos. Fuente: Dibujos del autor y Kruti Shah.

Si bien en muchos casos los vendedores ambulantes pueden parecer estacionarios, está en su naturaleza ocupar físicamente la ciudad de manera intermitente e, incluso, de forma móvil. De hecho, se podría argumentar que, más allá de ocupar el espacio físico, utilizan tiempos determinados, ya que esta dimensión es el parámetro definitorio en sus actividades de corto y largo plazo. Por lo tanto, son inconstantes desde una perspectiva espacial. Al mismo tiempo, dada su presencia integral e inevitable en las dinámicas de la urbanidad india, son en verdad una constante: un patrón de urbanización consistente y definitorio a través del subcontinente. Sistemas y subsistemas que surgen casi sin remedio. Así pues, son infraestructuras a la vez inconstantes y constantes: (in)constantes.

El reconocimiento de la venta ambulante como un sistema infraestructural (in)constante tiene implicaciones importantes sobre cómo entendemos y abordamos la venta ambulante en la India y en otras partes del Sur Global. Dicho reconocimiento desafía ideas preconcebidas que obstaculizan la incorporación de la venta ambulante y sus arquitecturas en las agendas de planificación y diseño urbano, destacando así la importancia de crear entornos urbanos más inclusivos y maleables.

Figura 14
Figura 15

Figuras 14 y 15_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Praveen, un productor y vendedor de cebollas en las afueras de Delhi (India), 2022. Como estrategia para vender sus productos sin intermediarios, Praveen utiliza su tractor. Aunque tiende a seguir días, horas y rutas específicas en su labor, rara vez se detiene demasiado tiempo en un lugar para así minimizar el riesgo de atraer la atención y el posible acoso de la policía. Fuente: dibujos del autor y Kruti Shah.

urbanismo más allá del urbanismo

Una de las ideas preconcebidas más evidentes en el diseño y la planificación urbana es el hecho de que los sistemas infraestructurales son fijos, determinados e inmutables. Sin embargo, algo que es fácilmente observable en las infraestructuras (in)constantes es cómo predomina su tendencia al movimiento y a la temporalidad. Al desafiar formalidades fijas, permanentes y formales —y al adoptar prácticas espaciales itinerantes, reversibles e incluso improvisadas—, las infraestructuras (in)constantes crean una relación dinámica y cambiante con su entorno. Una relación que debe pensarse no en términos de oposición binaria, sino más bien dentro de un diagrama de continuidad: la ecología del entorno construido se compone de un gradiente de ritmos, materialidades y permanencias que se atenúa de lo más rígido a lo más laxo. Las infraestructuras (in)constantes ocupan un tramo pequeño dentro de este diagrama, que tiende hacia la temporalidad y el movimiento.

Figura 16
Figura 17

Figuras 16 y 17_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Indira, una vendedora de 'paan' y 'gutka' en el mercado Ima de Imphal, Manipur (India), 2022. Estos dibujos demuestran la compleja construcción de los dispositivos usados por muchas mujeres en Manipur, las cuales negocian complejas espacialidades dentro de infraestructuras estatales fijas. Las vendedoras de Manipur son conocidas no solo por sus notables capacidades organizacionales, sino también por su éxito al exigir condiciones infraestructurales a los gobiernos locales. Fuente: Dibujos del autor y Kruti Shah.

Ahora bien, nuestra investigación ha arrojado luz sobre el papel fundamental que desempeñan estas condiciones. Desde arquitecturas improvisadas sobre las aceras hasta artefactos desplegables, estos constituyen la vitalidad irredimible de la urbanidad india. En lugar de ser vistas como usurpadoras del paisaje urbano, estas estructuras pueden entenderse como una potencial respuesta a los desafíos únicos que enfrentan las ciudades indias: alta densidad, escasez de recursos públicos y baja presencia institucional.

Por otro lado, como elementos urbanos estos dispositivos tienden a ser comparativamente pequeños, fáciles de mover o desmontar, fabricados con materiales asequibles y económicos. Su construcción se hace de manera incremental, en respuesta a necesidades cambiantes y capacidades variables que ofrecen los contextos en los que se ubican, al mismo tiempo que construyen asociaciones y relaciones a largo plazo dentro de sus entornos culturales y sociales. Lo interesante de esto es que, no obstante parecer ad hoc y no planificadas, las infraestructuras (in)constantes se construyen de forma cuidadosa y tienden a ser bastante duraderas, lo que apunta a un proceso de diseño contraintuitivo cuyos materiales duraderos son ensamblados de manera contingente, capaces de evolucionar hacia características formales cuando el entorno lo dicta. Esto significa que, si bien la fase inicial de estos dispositivos puede asimilarse a los procesos de fabricación convencionales, su desarrollo es siempre circunstancial y sensible al contexto. Lo que nos dice es que, si bien la demanda de diseño es autogestionada y los vendedores ambulantes tienden a ser bastante autosuficientes en este sentido, todavía existe una brecha para que el diseño arquitectónico y espacial garantice estándares de diseño urbano más integrales y cohesivos.

Sin embargo, hay una serie de patrones de creación de espacios que vale la pena considerar; uno de ellos es el uso recurrente de estrategias de "anclaje", que se entienden como un proceso de adhesión y negociación material con infraestructuras más fijas como principio fundamental de interdependencia, lo cual tiende a ser más productivo que destructivo (al contrario de lo que suele suponerse). En otras palabras, las infraestructuras (in)constantes tienden a adherirse y asociarse a elementos urbanos más estáticos como árboles, cajas eléctricas, farolas y similares, y esta adhesión tiende a asegurar el bienestar y mantenimiento de los elementos urbanos (dado que los mismos brindan seguridad). Estos procesos de responsabilidad adquirida llevan a cuestionar si se puede pensar el diseño infraestructural desde este presupuesto, proyectando elementos urbanos que tengan en cuenta sistemas de cuidado descentralizado.

Figura 18
Figura 19

Figuras 18 y 19_ Análisis de las condiciones de diseño e infraestructuras de Shiv Mangal, un vendedor de 'paan' y 'gutka' en Lalbagh, Lucknow (India). Como se ve en los dibujos, el dispositivo de Shiv no es más que una bicicleta, una caja de madera y una variedad de objetos complementarios que crean una tienda ad-hoc entre dos contadores eléctricos. Lo que de otro modo sería una zona residual se convierte en un lugar de reunión. Fuente: Dibujos del autor y Kruti Shah.

Es importante resaltar que, si bien las condiciones espaciales de la venta ambulante varían mucho (son reflejo de tendencias culturales y regionales, así como del intangible ingenio individual), numerosos vendedores operan en entornos precarios y con recursos en extremo limitados, donde protecciones legales o el acceso a servicios básicos son prácticamente inexistentes. Asimismo, organizaciones de vendedores tienden a expresar la creciente invisibilidad y falta de representación en las narrativas dominantes de desarrollo urbano (las cuales se asemejan a agendas de desarrollo ahora consideradas obsoletas). Procesos que no producen otra cosa que estigmatización y antagonismos innecesarios.

Enfoques sensatos para transformar de manera positiva el espacio público en la India tienden a reconocer el papel fundamental de mayorías subrepresentadas10 —en este caso los vendedores ambulantes— como contribuyentes a la vitalidad social y económica de la ciudad. Esto implica reconocer las complejas relaciones espaciales entre los vendedores, su infraestructura y el entorno urbano más amplio en el que actúan, acatando estos sistemas como temporales por naturaleza, dinámicos y adaptables. Esto evidentemente implica la utilización de vocabularios de diseño urbano que asuman el movimiento, la flexibilidad e, incluso, la improvisación, como valores legítimos.

Así, se pueden tomar estos aprendizajes como punto de partida para definir un urbanismo que asuma estos factores organizacionales (movimiento, temporalidad, etc.) como pautas de construcción de ciudad, en adición a las responsabilidades legales por atenderse. Un campo de exploración prometedor para el diseño, más allá de la hegemonía del urbanismo smart iliberal (Dürr 2023). Las infraestructuras (in)constantes, en este sentido, pueden servir como vía para reinventar capacidades futuras.

infraestructuras (in)constantes como futuro

Es innegable la necesidad de un enfoque participativo en la planificación urbana que involucre vendedores, residentes y autoridades. Esto requiere abordar los desafíos espaciales e infraestructurales que enfrentan los vendedores ambulantes —como acceso a servicios básicos—, pero también hacer cumplir los marcos legales que protegen sus derechos, mientras se regulan como se debe sus prácticas espaciales. Sin embargo, es importante entender esto como una manera de reinventar el futuro reconociendo potencialidades presentes en lugar de extender prácticas pasadas ostensiblemente obsoletas, como un método para integrar los sistemas urbanos actuales en nuevas metodologías de construcción de ciudades.

Es aquí donde los diseñadores desempeñan un papel crucial, no solo al reconciliar las demandas globales con potencialidades locales, sino también al contribuir a la construcción de estándares de codiseño urbano. El desafío consiste entonces no en cómo imponer modelos genéricos de desarrollo, sino en cómo reimaginar, por ejemplo, la ciudad smart a través de sistemas que ya funcionan de manera descentralizada e interconectada. Esto es posible si se consideran las infraestructuras (in)constantes como un activo que no solo mantiene sino también enriquece el funcionamiento de una futura ciudad más equitativa. Por ejemplo, las organizaciones de vendedores ya están trabajando contra el cambio climático, formulando e implementando estrategias básicas para reducir los plásticos de un solo uso, utilizar fuentes alternativas de producción de energía y comercializar productos locales y de temporada, entre otras.

Desarrollar y renovar vocabularios apropiados para convertir lógicas (in)constantes en lógicas de diseño implica también trabajar a nivel local en el desarrollo de enfoques inventivos para gestión del espacio público que se adapten a las necesidades de las estructuras de intercambio móviles y temporales, al tiempo que aborden desafíos más amplios de la urbanización (es decir, el cambio climático, la desigualdad social extrema, la degradación ambiental, las crisis políticas, etc.). Está claro que no podemos seguir planificando como lo hacíamos en el siglo XX, como si tuviéramos recursos y tiempo infinitos. Por lo tanto, se vuelve imperativo capitalizar las propiedades de un sistema más amplio, más allá de las connotaciones ideológicas. Esto implica reconocer propiedades como la frugalidad y la maleabilidad como posibles atributos críticos en el diseño contemporáneo de infraestructura. Un reconocimiento que quizá permita responder adecuadamente a patrones irregulares de inversión en el mercado, imprevisibilidad ambiental y lógicas de crecimiento urbano que sobrepasan la capacidad del Estado.

Lo anterior supone un cambio radical en la forma como pensamos el diseño y la planificación urbanos. Significa reconocer el papel fundamental de las infraestructuras (in)constantes en su complejidad y su inherente diversidad. Requiere el desarrollo de nuevas herramientas y metodologías que nos permitan comprender y diseñar en colaboración con estas infraestructuras, en lugar de hacerlo a pesar de su existencia. Un cambio que, empero depender parcialmente de desarrollos estructurales e institucionales, solo puede comenzar con la movilización de los ciudadanos junto con la urgente inclusión de infraestructuras (in)constantes en las agendas de planificación. Dado que es poco probable que las causas y circunstancias subyacentes de las formas actuales de urbanización en la India cambien por completo en la próxima década, este enfoque se vuelve aún más imperativo.

Puede haber una infinidad de enfoques para abordar los múltiples desafíos y oportunidades inherentes a esta realidad. Una vía que vale la pena explorar es el establecimiento de una red organizacional más amplia, capaz de gestionar y coordinar eficientemente a los vendedores a gran escala; una aplicación que podría eludir las complicaciones habituales asociadas a las formas actuales de gobernanza y que podría diseñarse para la mejora progresiva del paisaje urbano. Por lo tanto, aprovechando esta tecnología, sería posible ofrecer un medio para asignar con precisión espacios y horarios específicos a los vendedores, con garantías para su seguridad y el cumplimiento de las regulaciones legales. Al mismo tiempo, liberaría a las instituciones y a los gobiernos locales de la titánica tarea de implementar la regulación de vendedores ambulantes (lo cual a menudo arroja resultados contraproducentes). Estas herramientas podrían ser diseñadas y supervisadas por terceros, que actúen como intermediarios entre el Estado y las organizaciones de base, reconciliando así lógicas de gobernanza dispares y al mismo tiempo emitiendo las debidas previsiones para aquellos que no pueden acceder a esta tecnología.

La integración de estos servicios tecnológicos podría presentar una oportunidad para salvaguardar los derechos y responsabilidades de los proveedores, la integración de los ciudadanos en formas participativas de zonificación, así como las demandas de las instituciones y autoridades existentes. De hecho, esto ya está sucediendo en la India en el ámbito de la seguridad de las mujeres11 y podría transferirse fácilmente a este contexto. Este desarrollo implicaría, al mismo tiempo, la inclusión de infraestructuras (in)constantes en los lineamientos de la ciudad, con el propósito de optimizar la adecuada distribución entre las diferentes formas de movimiento y ocupación que consolidan la urbanidad india, incorporando infraestructuras (in)constantes como un conjunto más complejo de mobiliario urbano en el espacio público. Esto comportaría ir más allá de la disyuntiva entre zonas de venta y no venta, hacia una forma más matizada de regular la calle en consideración a la naturaleza de las circulaciones, densidades y demandas fluctuantes, como un paso importante y necesario para superar los obstáculos de la informalidad.

La citada Street Vendors Act de 2014 requiere una revisión urgente para dar cabida a las diversidades legales, de diseño, urbanas, arquitectónicas y espaciales de estos sistemas desde una perspectiva integral. Las regulaciones reduccionistas deben ser reemplazadas por enfoques matizados que aborden adecuadamente las multiplicidades existentes. Un paso adelante en esta dirección supone el desarrollo de una taxonomía integral de infraestructuras (in)constantes, que describa distintas tipologías espaciales en correlación con las ocupaciones temporales. La creación de una matriz de este tipo puede fomentar una mayor adaptabilidad y resiliencia, que puede integrarse como una herramienta de empoderamiento para los vendedores y un puente entre ellos y las agencias institucionales.

Figura 20

Figura 20_ Extracto del Atlas of (in)constant Infrastructures. Mapa taxonómico propuesto, realizado a partir de las condiciones infraestructurales de los casos de estudio.

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  21. United Nations Population Fund (UNFPA). "Population Data Portal". n.d. Acceso el 15 de abril de 2023. https://pdf.unfpa.org

* Este ensayo, elaborado en colaboración con Kruti Shah, deriva del proyecto de investigación "Atlas of (in)constant Infrastructures" que se desarrolló como parte de la beca de investigación otorgada por DXD-Sanskriti en el año 2022. La beca financió y apoyó durante un año diversos procesos de documentación, mapeo, investigación y análisis de setenta y ocho casos de estudio —un análisis integral de las condiciones actuales y futuras de estos sistemas infraestructurales— en doce ciudades indias, los cuales revelaron una gran diversidad de dispositivos en el espacio público con un alto índice de movimiento y temporalidad.

1 Según el portal de datos poblacionales de la ONU (https://www.unfpa.org/es/data/world-population/PT), la población de Portugal en 2022 era de aproximadamente diez millones de personas.

2 Según el portal de datos poblacionales de la ONU, la población de Nigeria en 2022 era de aproximadamente doscientas veintidós millones de personas.

3 Jayanta Bourah y Sarthak Aryan han explorado cómo durante la pandemia, se intensificaron los retos que presentan los vendedores ambulantes, destacando el conflictivo reconocimiento del "Right to Livelihood" como derecho fundamental y su difícil implementación (Boruah y Aryan 2020). Su investigación examina el complejo marco legal de la India para los vendedores ambulantes y lo compara con enfoques más efectivos en otros países, enfatizando la necesidad apremiante de reformas precisas para regular este sector en crecimiento. De manera similar, Vikas Kumar (2019) ha documentado la polarización de posiciones frente a los vendedores ambulantes en la India, donde promesas de cambio se incumplen a menudo a pesar del importante papel que estos cumplen en la economía. Así, desalojos persisten y leyes como el 'Street Vendors Act' de 2014 enfrentan complejos desafíos de implementación, mientras que iniciativas gubernamentales como la "Smart City Mission" exacerba las problemáticas, revelando actitudes institucionales frente a grupos de escasos recursos.

4 Según el Center for Civil Society ―una organización con sede en Delhi enfocada en el cambio social a través de políticas públicas―, muchos vendedores ambulantes son continuamente estigmatizados por las autoridades, dada la resistencia a registrarlos y, en algunos casos, la repetición de procesos de acoso, extorsión y desalojos arbitrarios por parte de la policía y funcionarios gubernamentales. La investigación de Narang y Sabharwal (2019) revela la significativamente lenta e inconsistente implementación del "Street Vendors Act" de 2014, debido a prejuicios generalizados en su contra. Esta documentación también difunde el consistente sesgo de procesos judiciales que con frecuencia favorecen acciones gubernamentales (incluidos desalojos improvisados) a pesar de protecciones legales. La CCS también ha estudiado cómo en Delhi ―ciudad pionera en la implementación de la Ley―, los desafíos persisten, considerando la insuficiente representación de los vendedores en los Vendor Committees y las prácticas de desalojo arbitrarias, algo que se ha acentuado aún más con el "Smart Cities Mission".

5 Arvind Rajagopal (2002) analiza esto a través de la evolución de dinámicas de ciudadanía, inclusión y política en el contexto de los vendedores ambulantes de Mumbai, desafiando el supuesto de que la venta ambulante está destinada a ceder ante procesos económicos más estructurados. Rajagopal explora cómo nuevas tendencias empresariales y políticas (tal como el enfoque en individuos más que las masas), desdibujan las distinciones tradicionales entre las esferas pública y privada; en este contexto, el artículo examina las implicaciones para los derechos de los vendedores ambulantes, destacando el potencial para generar agencia política por medio de nuevos circuitos de comunicación ―e intercambio de propiedad intelectual― entre clases sociales.

6 La idea de "ojos en la calle", defendida por Jane Jacobs, enfatiza la importancia de interacciones sociales y comunitarias en la planificación urbana y la vida ciudadana (Kanigel 2017). Según Jacobs, los vecindarios son seguros y vitales en la medida en que haya un activo intercambio entre ciudadanos en espacios públicos, donde los mismos se observen e interactúen entre sí; estos "ojos en la calle" sirven como una forma de vigilancia informal. Las teorías de Jacobs desafiaron las prácticas conocidas de planificación urbana, enfatizando el valor de preservar comunidades existentes y de privilegiar dinámicas sociales orgánicas.

7 La percepción de la venta ambulante como poco atractiva en los entornos urbanos contemporáneos es un estereotipo común, a menudo desconectado de las estéticas aspiracionales del siglo XXI; Jonathan Shapiro Anjaria (2006) documenta y disputa este fenómeno. El autor destaca la importancia de los vendedores ambulantes en el tejido urbano, ofreciendo una valiosa perspectiva sobre sus dinámicas en el espacio público mientras revela cómo estos luchan, no con un Estado regulador, sino con uno depredador, enfrentando sobornos y amenazas de demolición, y donde las licencias sirven como único recurso de seguridad.

8 Sharit K. Bhowmik (2001) en su informe a la National Alliance of Street Vendors of India, demuestra a través de casos específicos cómo la corrupción gubernamental o la intimidación institucional constituyen procedimientos ilegales frecuentes, y destaca la urgencia de abordar sus causas estructurales. El reporte de Bhowmik también reconoce el papel esencial que desempeñan los vendedores ambulantes en las economías urbanas, constituyéndose como una labor frecuente para grupos sociales marginalizados por lo que aboga por su legalización y regulación adecuadas. De manera similar, otros estudios en Sonipat (Panwar y Garg 2015) y Visakhapatnam (Kiran y Babu 2019) han documentado el fenómeno de sobornos a los que están sujetos los vendedores ambulantes, enfatizando variables como frecuencia y costo sobre ingresos generales.

9 Atlas of (in)constant Infrastructures, financiado por la Fundación DXD-Sanskriti y desarrollado junto con Kruti Shah entre principios de 2022 y mediados de 2023.

10 En este sentido, India tiene una amplia trayectoria de prácticas involucradas en la planificación y el diseño urbano participativos. Desde un enfoque más sobrio como el de Prasana Desai en Pune, hasta la acción directa de Urban Design Collective en Chennai, o Sponge Collaborative entre el sur de la India y Boston, uno puede fácilmente mapear un esfuerzo creciente por abrir alternativas de diseño.

11 Esto se refiere específicamente a Safetypin, una organización de impacto social que trabaja para construir sistemas urbanos más receptivos, inclusivos, seguros y equitativos, con un enfoque particular en mujeres y otros grupos marginalizados. Esta organización colabora con instituciones gubernamentales y no gubernamentales mediante el uso de big data para mejorar elementos y servicios urbanos a través de aplicaciones que proporcionan información sobre factores de seguridad en relación con infraestructuras físicas y sociales.