
Cómo citar: Noguerón Maldonado, Lesly Yanely. "Escalas simples, cuerpos complejos ¿Cómo las medidas de una casa impactan los roles de género?". Dearq no. 41 (2025): 139-146. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq41.2025.06
Lesly Yanely Noguerón Maldonado
lesly.yanely.nogueron@estudiantat.upc.edu
Universidad Politécnica de Cataluña, España
Recibido: 1 de diciembre de 2023 | Aceptado: 12 de junio de 2024
Una casa no solo contiene espacios, objetos y personas, sino también jerarquías, roles y tensiones influenciadas por el contexto que permea dentro de sus límites y que se refleja en las relaciones humanas dentro de ella. Puede ser una habitación, un apartamento, un anti-refugio o un dominio. Esta investigación hace un análisis cuantitativo de la representación de roles de género en manuales de antropometría y ergonomía usados en diseño y arquitectura. En los manuales de Neufert, Fonseca y Panero & Zenik, se observa que más del 90% de los espacios de servicio en viviendas son representados por escalas gráficas que representan mujeres, mientras que los de recreación y descanso por hombres. Se cuestiona cómo estas representaciones refuerzan estructuras de dominación y se plantea la necesidad de alternativas más inclusivas en el diseño.
Palabras clave: antropometría, arquitectura doméstica, ergonomía, perspectiva de género, vivienda.
La vivienda y la concepción de ella en el ideario colectivo, tanto en su forma como en su contenido, "[T]iene su origen en la vivienda para la familia victoriana en el siglo XIX y comienzos del XX cuando se formalizó la estructura familiar y la estructura física que la alberga" (Fonseca Salinas 2014, 84).
A pesar de la diversidad actual en las estructuras familiares y los diferentes modelos de vida colectiva, la concepción tradicional de la vivienda, vinculada a la familia nuclear conformada por una pareja heterosexual con hijos, continúa siendo la base predominante en el diseño de viviendas del mercado contemporáneo.
Una casa es también un modelo de construcción de género en arquitectura, "[L]a domesticidad es entonces una construcción del siglo XIX […] como reacción a la división entre trabajo y hogar" (Heynen 2016).
El "culto a lo doméstico" descrito por Connellan (2016) como la apropiación forzada de las mujeres del espacio doméstico, es una dinámica derivada del valor social asignado a los roles de esposa y madre. Este fenómeno se vincula estrechamente con la idea de la respetabilidad doméstica, un importante marcador social en el que "la presentación tanto interior como exterior del hogar se consideraba una responsabilidad femenina, aunque representaba la riqueza y el estatus del hombre" (Oakley 1974; traducción propia).
En el proceso de diseño de viviendas, los profesionales de la arquitectura y el diseño frecuentemente se basan en manuales de ergonomía y antropometría que no están actualizados ni reflejan los nuevos modelos de vivienda ni las investigaciones recientes sobre la influencia de estos factores en la salud de los habitantes. Las dimensiones, la forma en que el cuerpo debe moverse en el espacio e incluso el mobiliario adecuado para cada área de una casa han sido documentados en numerosos manuales por diversos autores. "La antropometría, que se sitúa en la intersección entre la antropología, las ciencias sociales y la biología, surgió con la intención de detectar patrones e identificar características corporales relacionadas con el crimen, la raza y la patología" (Pujals 2019).
Estos manuales establecen medidas universales sin considerar la complejidad y diversidad de los cuerpos humanos, incluyendo factores como el género, los contextos culturales, las condiciones físicas y las relaciones espaciales. Al imponer estandarizaciones, los espacios diseñados pueden excluir a aquellos que no se ajustan a los patrones establecidos y sus limitaciones. La forma y las dimensiones de los espacios arquitectónicos promueven roles de género y favorecen la industrialización, dado que las viviendas estandarizadas facilitan la producción en masa.
Autores como Neufert y Panero retoman las medidas del cuerpo humano en manuales que se consideran "clásicos" en las academias de arquitectura y replican tipologías que obedecen a una "propuesta geométrica en dos dimensiones" (Cervantes 2015).
Desde la primera edición del Arte de proyectar en arquitectura de Neufert, en 1936, no habían surgido alternativas en contraposición a los patrones de una casa que no evolucionaba. Fue en 1972 cuando un grupo de mujeres artistas liderado por Judy Chicago intervinieron una casa a punto de demolición en California, la llenaron con exposiciones, crítica y performances, se llamó Womanhouse (fig. 1).
Figura 1_ "Sandy Orgel, Linen Closet, Womanhouse, mixed media, 1972. Fuente: Balducci (2006).
La intervención supuso una crítica del espacio doméstico como tecnología de producción y dominación del cuerpo de las mujeres y de las instituciones matrimoniales y sexuales como regímenes de encierro y disciplina. Vicki Hodgetts intervino colgando huevos y senos de las paredes de la cocina para denunciar que cocinar, alimentar y nutrir son actividades asignadas a las mujeres por la sociedad, y no por la biología. Sandy Orgel expone que "las esposas-maniquí pasan más tiempo limpiando, secando, doblando y organizando la ropa en el cuarto de lavado que disfrutando de un vestido de moda detrás del escaparate de las tiendas y de las calles" (Barba 2015).
Los libros y las imágenes tienen un papel crucial en la perpetuación de ideas, y algunos "clásicos" continúan siendo referencias fundamentales en las academias. La presente investigación se centra en la revisión de tres de estos libros, particularmente en el apartado de vivienda, para realizar un análisis cuantitativo de cómo se representan las escalas humanas y los roles de género planteados en ellos.
A través de una revisión bibliográfica, este ejercicio de investigación analiza el porcentaje de representación gráfica de las escalas humanas realizando tareas de servicio o siendo servidas, considerando si los grafismos refieren a ciertos roles de género. Aunque a primera vista es común asociar los cuerpos a un determinado género, los rasgos que se consideran típicamente masculinos o femeninos han cambiado mucho a lo largo del tiempo. El historiador Thomas Laqueur (1990) sostiene que las bases de comprensión moderna del sexo y la sexualidad humanos se asentaron en la Europa del siglo XVIII durante la Ilustración, cuando la religión tomó dominancia en cuanto al sexo y diferencia de género. Por su parte, Anne Fausto-Sterling (2000, traducción propia) indica que hemos hecho una lectura incorrecta de la biología y establece que "el sexo biológico puede interpretarse como un espectro en el que la mayoría se agrupa como femenino o masculino, pero hay un abanico de posibilidades intermedias". Coincide Judith Butler (2007), quien además plantea la fluidez del género en el tiempo como algo que puede variar debido a las circunstancias y ubicarse en cualquier lugar del espectro en diferentes etapas del ciclo de vida. Aunque en la actualidad dichas teorías han cobrado fuerza y relevancia, para la presente investigación partiremos del principio según el cual los géneros han estado divididos en dos grandes bloques: hombres y mujeres, siendo estas últimas subyugadas a servir a los primeros, como lo señalan Montaner y Muxí (2020):
El androcentrismo se basa en dos concepciones del mundo que no han tenido resultados positivos: el antropocentrismo que considera a un animal, el ser humano, ocupa la cima de la pirámide de las especies y el androcentrismo, que hace del varón la medida de todas las cosas que atañen a su especie animal, es decir que la mitad de una especie considera a su contraparte como dependiente, que vive para servirles.
Para clasificar las escalas se definieron dos grupos según las siguientes características:
Es importante destacar que en los primeros capítulos de los libros se especifica qué escalas corresponden a hombres y mujeres, por lo tanto, las características mencionadas fueron definidas por los propios autores.
Los libros para analizar son:
Considerando la frecuencia de reediciones a lo largo del tiempo y su persistencia en el presente, se optó por analizar exclusivamente estos tres manuales, contrastándolos con otros disponibles (fig. 2).
Figura 2_ Evaluación de reediciones de manuales antropométricos en el tiempo. Fuente: elaboración propia.
Se delimitó el análisis solamente a los espacios relativos a la vivienda y a buscar en dichas secciones la representación de escalas gráficas correspondientes a:
Los porcentajes se obtienen contabilizando el total de escalas representadas en cada sección y definiendo cuántas de ellas se asocian a mujeres o a hombres.
En espacios "servidos" es notable que las tareas de limpieza y de servicio se realizan por escalas representadas por mujeres (fig. 3 y fig. 4).
Figura 3_ Boceto de mujer limpiando una bañera elaborada a partir de ilustración original del libro Arte de proyectar en arquitectura (Neufert 1995). Fuente: elaboración propia.
Figura 4_ Boceto de mujer sirviendo un plato elaborada a partir de ilustración original del libro Las medidas de una casa. Antropometría de la vivienda (Fonseca Xavier. 1991). Fuente: elaboración propia.
Figura 5_ Expresión de resultados en Fonseca, Neufert, Panero y Zelnik. Fuente: elaboración propia.
Figura 6_ Resultados globales. Fuente: elaboración propia.
La cocina y sus consecuentes tareas: almacenar, preparar, cocinar y limpiar, ocupan el porcentaje más alto de representación de dichas tareas por escalas gráficas de mujeres. "Si bien, las cocinas son relacionadas con los ideales de hogar, calor, reunión y familia, también son el espacio del trabajo y del subyugo femenino" (Villarreal-Pimienta y Ríos-Llamas 2020). Por otro lado, el dormitorio, la estancia, el baño y la sala de televisión son los espacios de la vivienda donde el porcentaje de representación de hombres siendo atendidos, descansando o haciendo alguna actividad recreativa, es mayor.
A pesar de no estar incluida en la lista de actividades de vivienda, en la figura 9 se destaca una imagen que muestra el ángulo de visión de una cubierta ajardinada a otro edificio, donde se señala la importancia de aumentar la sensación de bienestar de estos espacios gracias a la posibilidad de, por ejemplo, espiar a las mujeres mientras toman el sol desnudas.
Figura 7_ Boceto de "Valor físico-psíquico de las superficies verdes" elaborada a partir de ilustración original del libro Arte de proyectar en arquitectura (Neufert 1995). Fuente: elaboración propia.
Es notable la diferencia entre espacios como el cuarto de lavado y la cocina, que son representados en más del 98% por mujeres, contrastando con el comedor, la estancia y la sala de televisión ocupadas en más del 98% por hombres. A pesar de hacer referencia a una casa de familia nuclear, la siguiente imagen (fig. 10) muestra a un grupo de hombres reunidos frente al televisor, invisibilizando a los otros miembros de la familia en las actividades recreativas.
Figura 8_ Boceto de grupo de hombres frente al televisor elaborada a partir de ilustración original del libro Las medidas de una casa. Antropometría de la vivienda (Fonseca Xavier. 1991). Fuente: elaboración propia.
En el manual de Panero y Zenik se representa en escalas gráficas no solo a las mujeres y hombres, sino a niños y personas con discapacidad. Aunque en espacios como la cocina los roles de género son evidentes, comparado con los otros dos manuales analizados, este resalta por tener porcentajes más equilibrados.
La representación gráfica de los espacios de una casa y las escalas gráficas en los manuales antropométricos evidencian los roles de género asignados a las actividades domésticas. Las dinámicas del espacio privado impactan a la vida pública de quienes los habitan, extiende el dominio de los cuerpos a las ciudades en las que las mujeres reciben órdenes y condicionantes sobre sus tránsitos. Cuestionar lo doméstico implica imaginar nuevos mundos, nuevos cuerpos y nuevos habitares.
Nuestras sociedades, todavía androcéntricas y con ellas la academia y por extensión, el modo de proponer y hacer las viviendas, han ido priorizando y simplificando las relaciones entre las personas y su hábitat. Los modelos de vivienda tienden por ejemplo a: esquematizar las actividades en su interior, menospreciar los ciclos vitales, obviar las circunstancias temporales, abolir los espacios que acompañan el trabajo doméstico incluso no tienen en cuenta las aspiraciones y contingencias personales, etc. (Fonseca Salinas 2014, 84).
Proyectar el hábitat sin perspectiva de género es obsoleto, las familias se han reconfigurado y, con ellas, las estipulaciones de actividades y responsabilidades domésticas subyugadas a los integrantes de estas.
Las personas dedicadas a la arquitectura y el diseño deben cuestionar prototipos para crear dispositivos no estandarizados que atiendan la realidad sociocultural y los nuevos tiempos. Desde diferentes bastiones, incluso es cuestionable añadir el género como especificidad. Judith Butler (1990, traducción propia) argumenta que "El género no es un sustantivo, pero tampoco es un conjunto de atributos flotantes; es una identidad constituida tenuemente en el tiempo, instituida en un espacio exterior a través de una repetición estilizada de actos".
¿Estamos frente al fin del culto a lo doméstico? ¿Cómo plantear alternativas que entiendan la complejidad de los cuerpos? ¿Puede el cuerpo habitar los espacios natural y genuinamente? Si bien la intención de Neufert era establecer orden y estructura, sería oportuno preguntarse si es en el caos donde hay arte al proyectar, y tal como lo aclara él mismo en las instrucciones de consulta de su propio manual: "Sobre esta base el proyectista podrá desarrollar su trabajo adecuándose a los requisitos particulares del encargo y conforme al espíritu de su tiempo [...]. Si el lector echara en falta algún dato importante para la proyección, ruego que me lo comunique para tenerlo en cuenta en futuras ediciones" (Neufert 1936). Sería oportuno enviar las observaciones descritas en la presente investigación en vísperas de la 17.a edición.
Es evidente que un análisis cuantitativo no es suficiente para profundizar en este tema, por lo que la presente investigación tuvo continuidad en forma de Trabajo de fin de Máster, "ManuAll: creación y compendio de un manual antropométrico y ergonómico para el diseño" (Nogueron Maldonado 2023), en donde también se consideran los aspectos cualitativos.
* Este trabajo surgió a partir de un proyecto realizado en la clase de Ámbitos y Métodos de Investigación Teórica y Crítica en HCCSS sobre Diseño bajo la supervisión de la Profesora Sandra Bombillar Valladares, profesora asociada ETSAB del Máster Univeristario en Estudios Avanzados en Diseño, a quien agradezco por su valiosa orientación y aportaciones al presente artículo.