
Cómo citar: Gilsanz-Díaz, Ana, José Parra-Martínez, María-Elia Gutiérrez-Mozo y Asunción Díaz-García. "En conversación con las arquitectas: la entrevista como herramienta de investigación feminista en estudios de postgrado". Dearq no. 40 (2024): 39-51. DOI: https://doi.org/10.18389/dearq40.2024.05
Ana Gilsanz-Díaz
Universidad de Alicante, España
José Parra-Martínez
Universidad de Alicante, España
María-Elia Gutiérrez-Mozo
Universidad de Alicante, España
Asunción Díaz-García
Universidad de Alicante, España
Recibido: 8 de diciembre de 2023 | Aceptado: 12 de junio de 2024
El artículo aborda una experiencia que retroalimenta investigación y docencia con perspectiva de género en el Máster habilitante en Arquitectura de la Universidad de Alicante. Esta entrelaza estrategias heurísticas y hermenéuticas con el objetivo de proporcionar al alumnado metodologías y herramientas de análisis que alienten su aproximación crítica al entorno construido. El estudio de conjuntos de vivienda colectiva de arquitectas españolas es el catalizador de un proceso de indagación biográfica y encuentro con sus obras y habitantes que recurre a la entrevista como instrumento para superar la condición objetual de la arquitectura y explorar su fecundidad epistémica y política.
Palabras clave: arquitectas españolas, entrevista, archivo oral, herramientas de investigación, vivienda colectiva, pedagogías feministas, estudios de postgrado.
Aunque en el contexto profesional y académico español los inicios, evolución y aportes de la perspectiva de género a la arquitectura y al urbanismo están bien documentados (Muxí 2018; Gutiérrez-Mozo et al. 2020; Sánchez de Madariaga 2020; Pérez-Moreno 2021; Álvarez Lombardero 2022; etc.), no sucede así en la docencia de estas disciplinas, donde esta cuestión permanece aún suspendida entre su teórica obligatoriedad1 y el voluntarismo del profesorado más comprometido.
En el caso de la Universidad de Alicante (UA), donde se plantea la experiencia que recoge este artículo, la implementación de pedagogías feministas y queer en el Grado en Fundamentos de la Arquitectura, liderada desde el área de teoría (Composición Arquitectónica), lleva dando frutos desde hace más de una década (Gutiérrez-Mozo 2014; Parra-Martínez et al. 2021a; Parra-Martínez et al. 2021b), entre ellos, la primera guía para la introducción de la perspectiva de género en la docencia e investigación en arquitectura (Gutiérrez-Mozo et al. 2021a). En estos estudios de grado se ha tratado, principalmente, de movilizar dichos enfoques con nuevos planteamientos y formatos pedagógicos (Díaz-García et al. 2023) para transmitir una nueva cultura arquitectónica alejada de relatos historiográficos androcéntricos que, por exclusión, pseudoinclusión o invisibilización, han desplazado otros modos de entender, producir y estudiar la arquitectura (Arias Laurino 2018; Colomina 2018). Asimismo, al incidir en obras y proyectos tradicionalmente considerados menores se ha procurado romper con otro sesgo de las narrativas y las crónicas hegemónicas: la aparentemente necesaria iconicidad del hecho arquitectónico. Este conocimiento alienta la curiosidad e inconformismo del alumnado, refuerza su comprensión de la complejidad del medio construido y sus imaginarios, y permite hacerle consciente de la influencia que las relaciones de poder y normas de género, a través de los entrelazamientos de los sistemas del capitalismo y el colonialismo, tienen en la planificación, realización y percepción de la arquitectura y la ciudad.
Esto último puede conectarse con la actual aspiración de recuperar el papel social y político de la arquitectura y con el entendimiento de la perspectiva de género como un eje transversal que atraviese la totalidad de sus prácticas (Montaner y Muxí 2020). Precisamente por ello, la producción de las arquitectas resulta, en general, inspiradora para un alumnado que, cada vez más, comprende que ser arquitecta/o supone adaptarse a los desafíos del Antropoceno y dar prioridad a nociones de interdependencia y ecodependencia con las que "construir" pasa a convertirse en una acción necesariamente más próxima a la de "cuidar".
Y, si estas cuestiones son relevantes en la docencia de grado, aún más insoslayables resultan en los planes de postgrado. Por un lado, porque estos abren la puerta a estudios de doctorado y, por tanto, a investigaciones cuya conceptualización y metodologías exigen apuntar a un horizonte ético de inclusión y equidad. Por otro, porque ello no solo implica plantear un nuevo enfoque hacia la realidad arquitectónica y urbana sino también reflexionar sobre otras formas de enseñar, aprender, producir y compartir conocimiento.
Esta investigación surge en el seminario teórico-práctico Aproximaciones Conceptuales al Proyecto I (APCI), una asignatura obligatoria2 impartida por el profesorado de Composición Arquitectónica en el Máster habilitante en Arquitectura de la UA. Sus objetivos, en general, y de la experiencia descrita, en particular, son, por un lado, proveer utillajes teóricos y metodológicos que entienden la conversación como herramienta para la adquisición de conocimiento, y los archivos orales derivados de ella como fuentes primarias que pueden contribuir a la construcción conceptual e investigación del proyecto final de Máster. Además, las particularidades del grupo estudiado —arquitectas en pleno ejercicio de la profesión— permiten aportar referentes susceptibles de ser incorporados a los procesos creativos desde el reconocimiento mismo de su fecundidad epistémica y ecopolítica.
En este sentido, los marcos de análisis y las propias referencias de la teoría y el activismo feministas resultan ineludibles, no solo por su apuesta por la diversidad sino, también, porque, por su naturaleza crítica, fuerza a futuras/os profesionales a moverse en ámbitos de riesgo, plantear fricciones y negociar los conflictos que supone contestar hegemonías de todo tipo. En efecto, el compromiso del postgrado reside en localizar e, incluso, desestabilizar otro conocimiento que, de hecho, ya se esté dando en una exterioridad siempre más heterogénea.
Localizar estos focos de producción de conocimiento permite aprender a partir de la compleja experiencia del compartir aquello que investigamos, lo cual, además, aboca a la universidad a repensarse desde los hallazgos que suceden en su interior. Por ello, entendemos el aula como laboratorio, un auténtico campo de pruebas donde performar las disidencias que desvela, moviliza y amplifica la perspectiva género y, en general, el análisis y estudio interseccional de la arquitectura y la ciudad.
Para ello, hemos concebido ACPI como un doble seminario teórico-práctico para el que, cada año3, se proponen dos talleres: uno de metodologías de investigación, denominado "de heurística" por su condición abierta al descubrimiento e, incluso, a la paradoja que este pueda entrañar; y otro de refuerzo de fuentes y referencias, generalmente textuales, aunque no solamente, que llamamos "de hermenéutica". Habitualmente, el primero de ellos es grupal, mientras que el segundo se plantea como una reflexión individual, a partir de la lectura e interpretación de escritos, siempre de arquitectas, que han contribuido decisivamente a la reflexión arquitectónica y urbana4.
A continuación, se aborda la experiencia del curso 2022-23, concretamente, el taller de heurística titulado "La entrevista de investigación: en conversación con arquitectas". Su marco conceptual fue el proyecto de investigación "Miradas Situadas: Arquitectura de Mujer en España desde Perspectivas Periféricas, 1978-2008" (concedido por la Generalitat Valenciana, 2021-23)5. Se ofreció al alumnado la posibilidad de estudiar una serie de edificios de autoría femenina que, por sus implicaciones sociales y pedagógicas, se restringió al ámbito de la vivienda colectiva, ya fuese de promoción pública o privada y, en ambos casos, un tipo arquitectónico que el alumnado ya había estudiado ampliamente durante su formación de grado a través de la historia y la teoría y que, con esta experiencia del Máster habilitante en Arquitectura, pretendía ser abordado desde la crítica con una mirada más situada6. En este sentido, el reto metodológico consistió tanto en el diseño de entrevistas con sus autoras, arquitectas de diferentes generaciones, como de cuestionarios7 destinados a entender la percepción de su trabajo por parte de las/os habitantes de las viviendas de los conjuntos seleccionados. La experiencia se planteó, pues, como pretexto para estimular abordajes cualitativos basados en historias de vida y aproximaciones sensibles, suscitar encuentros personales y fomentar el intercambio sin generar relaciones de otredad, sino de alteridad y empatía; para lo cual, el trabajo de campo, el hecho de salir en busca de las arquitectas y sus obras, establecer complicidades con las/os usuarias/os de sus edificios y dialogar con asociaciones vecinales, se entendió como distintas facetas de una misma investigación.
Para situar y ejercitar al alumnado en las posibilidades de la entrevista como instrumento de investigación se dieron a conocer algunos casos ilustrativos: trabajos en los que convergían arquitectura y arte (Koolhaas y Obrist 2011); ejemplos que provenían de revistas de investigación arquitectónica, como la chilena ARQ o del periodismo más generalista (Zabalbeascoa 2022); así como proyectos editoriales divulgativos que tratan la entrevista de forma monográfica, como la colección Conversaciones de la editorial Gustavo Gili. Finalmente se profundizó en un caso paradigmático de producción de conocimiento con perspectiva de género mediante el uso de la entrevista, en concreto, el artículo "Construyendo un lugar en la profesión: trayectorias de las arquitectas españolas" (Agudo Arroyo y Sánchez de Madariaga 2011). Resultado de la colaboración entre una socióloga y una arquitecta, estudia la situación de mujeres de tres generaciones y de diversos ámbitos —ejercicio liberal, administración pública, docencia universitaria y asalariadas—, a través de 21 entrevistas que recogían pautas en la transición de la etapa formativa al empleo, las dificultades de su práctica y desarrollo profesional, los problemas asociados a su invisibilidad, sobreesfuerzo y promoción desigual e, incluso, la negación de la diferencia. Recuperar este texto para poner en valor sus métodos —análisis de entrevistas grabadas y transcritas— donde se encuentran, en lo dicho y omitido, las claves de las trayectorias de estas arquitectas, pero también de sus vivencias personales, alentó al alumnado a pensar sus propias preguntas en relación con sus análisis de las obras escogidas, registrar audiovisualmente las conversaciones y editar los resultados de su labor. Para apoyar este trabajo y su formulación en un material publicable, se contó con la presencia, en diversas sesiones, de tres conferenciantes: una de las autoras del mencionado artículo, la socióloga Yolanda Agudo Arroyo, quien aportó valiosas claves metodológicas, el realizador y documentalista Gonzalo Ballester y el arquitecto y editor Moisés Puente.
El desarrollo del taller implicó dividir a sus 65 estudiantes8 en diez grupos de 6 o 7 miembros. Se aporta a continuación el listado de arquitectas y obras escogidas por los 9 equipos que concluyeron su estudio (tabla 1). Con esta selección (fig. 1) se atendía a la pluralidad de situaciones en las que ejercen las arquitectas españolas, lo cual también permitía especular sobre una necesaria redefinición de la práctica profesional (Álvarez Lombardero 2017). De los nueve casos de estudio, se han seleccionado 7 de ellos para su discusión en este artículo. El criterio ha sido que la muestra refleje la diversidad tipológica y escalar de los ejemplos abordados (fig. 1).
Tabla 1_ Obras abordadas en la experiencia docente. Los nombres con asterisco corresponden a los analizados en este artículo.
Figura 1_ Obras estudiadas (de izda. a dcha. y de arriba abajo): Edificio 'Mare de Déu' (Barcelona)*, Casa cuartel (Oropesa del Mar)*, viviendas en Mas del Rosari (Paterna)*, edificio intergeneracional Plaza América (Alicante)*, 172 viviendas protección oficial (Alicante)*, 8 viviendas experimentales (Granada), viviendas de mayores y centro de día (Alcora)*, complejo intergeneracional en Poblenou (Barcelona) y Rehabilitación de 28 viviendas San Cristóbal de los Ángeles (Madrid)*. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado. Los asteriscos indican las obras analizadas en el artículo.
El enunciado propuesto al alumnado demandaba que la entrevista a las arquitectas ahondase en las ideas del proyecto, las vicisitudes del encargo, diseño y construcción, sus expectativas, así como en su idea misma de arquitectura desde una práctica situada que, necesariamente, estaría vinculada a un contexto y a una trayectoria vital y profesional. Se trataba de documentar la mirada retrospectiva con la que, transcurrido el tiempo, sus autoras valoran ese trabajo y su repercusión, en su carrera y en la disciplina.
Como instrumento complementario a las entrevistas se pidió también que el estudiantado elaborase cuestionarios dirigidos a las/os usuarias/os de la obra y a su vecindario, lo que permitiría, de acuerdo con las preguntas formuladas, obtener un muestreo y registro de vivencias diversas de esta arquitectura con las que contrastar visiones. Se debía diseñar el cuestionario, recopilar las respuestas, tratarlas cuantitativamente, analizar y editar los resultados y extraer conclusiones. Como en el caso anterior, este segundo ejercicio tenía un doble formato de presentación, audiovisual y textual. Por tanto, la entrega consistía en un dossier ilustrado con la información de la obra seleccionada, la entrevista más los cuestionarios y un vídeo a modo de cortometraje documental.
La exposición de los resultados de esta experiencia docente se basa en una selección de materiales elaborados por los distintos equipos y el análisis de las entrevistas editadas realizadas. Sin embargo, los cuestionarios, correctamente planteados por los grupos, en la mayoría de los casos no consiguieron una participación significativa con la que poder arrojar resultados sobre las vivencias y experiencias de estas arquitecturas, más allá de valiosos testimonios puntuales.
Blanca Lleó construyó este complejo de 97 apartamentos, de unos 40 m2, pensado inicialmente para facilitar el acceso a la vivienda a jóvenes, y hoy habitado por diversas generaciones, en la Zona Franca de Barcelona. Este edificio residencial incluye dos dotaciones, una escuela infantil y un centro ocupacional. Es un gran prisma ortogonal realizado con un sistema de pantallas de hormigón armado ejecutadas con moldes de aluminio. Incidiendo en su imagen industrializada, las terrazas, los patios cubiertos, los locales comunes y las zonas in-between generan una secuencia de espacios exteriores e interiores relacionados con Montjuïc (fig. 2).
Figura 2_ Edificio de viviendas para jóvenes 'Mare de Déu' con citas textuales de la entrevista a Blanca Lleó. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado.
La entrevista confirma la idea principal del proyecto: vaciar el interior mediante la concatenación de lugares colectivos o vecinales abiertos al entorno. La importancia de los espacios vacíos, sin programa, "que no son de nadie y son de todos", afirmó Lleó.
"Todos esos vacíos entran en relación con la percepción de la montaña", sostuvo también la arquitecta. Esta catedrática de Proyectos Arquitectónicos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (ETSAM) desgranó la vinculación entre su práctica profesional, la docencia y la investigación; entre ejercer y enseñar arquitectura. También habló de ética, de "jugar limpio", de la feroz competencia profesional y de saber ganarse el respeto en un mundo dominado por varones a través del trabajo constante a lo largo del tiempo, animando a las alumnas a liderar sus proyectos y reivindicando la necesidad de un relevo generacional.
En este caso, el trabajo de campo y las conversaciones con sus habitantes reflejaban problemas de gestión por parte de la Administración, responsable de los alquileres, y de convivencia que escapan de los principios bajo los cuales se proyectó esta obra.
Las arquitectas Carmen Espegel y Concha Fisac fueron las ganadoras del concurso restringido para resolver el complejo programa de la casa cuartel de la Guardia Civil. En él se combinan espacios de trabajo y habitacionales: doce viviendas para familias y otras doce para personas solteras, que se materializan en dos piezas en L. Una arquitectura de volúmenes sencillos con patios y lamas de protección solar que moderniza la imagen de esta institución de la seguridad nacional.
El equipo entrevistó a Espegel, arquitecta con estudio propio y catedrática de Proyectos Arquitectónicos en la ETSAM, quien relató cómo, partiendo de un programa dado, inició una discusión proyectual cuya clave estaba en combinar los usos en un elemento compacto y reconocible que permitiera dos modos de vida diferentes, con el condicionante de la seguridad que se exige para este programa —protección para sus habitantes, recinto protegido con videovigilancia y entrada para presos que deben ir a los calabozos— (fig. 3). De esta reflexión surgió la propuesta de viviendas patio adaptadas al clima, cuyos espacios intermedios son protagonistas, aprovechando las vistas al mar y la orientación. Por otro lado, la imagen contemporánea de la arquitectura, con el hormigón, las lamas y el color, colabora en la transformación del imaginario colectivo asociado a una institución histórica sin renunciar a los requisitos de seguridad exigidos. Asimismo, explicó las vicisitudes de ejercer la profesión siendo mujer y la apasionante aventura de materializar los proyectos puesto que "cuando se construye, se construye". Defendió por último que la docencia y la investigación están muy ligadas a la obra y que este trabajo de retroalimentación entre la calle y la academia, en su caso, ha sido fundamental para llegar a ser catedrática.
En relación con los cuestionarios, se registraron una gran variedad de opiniones donde se remarca la dificultad de desconectar al vivir donde se trabaja.
Figura 3_ Casa cuartel en Oropesa del Mar con citas textuales de la entrevista a Carmen Espegel y Concha Fisac. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado.
Este caso, ubicado en Paterna, Valencia, presenta una situación frecuente: la arquitecta autora del proyecto, Lourdes García Sogo, no dirigió la obra y, por tanto, no controló ciertos cambios del diseño original. Se trata de viviendas sociales y locales en planta baja, uno de ellos escuela infantil. En este conjunto, regido por la regularidad, la geometría y la modulación, las viviendas se organizan por bandas funcionales y se reducen al mínimo las superficies de los núcleos de comunicación. Su claridad reside en un componente determinante, la terraza corrida como "elemento continuo de escape y renovación", en palabras de la arquitecta, y de entrada de luz natural en todos los espacios. Este elemento, accesible desde todas las estancias, expande el espacio doméstico y configura su imagen (fig. 4).
Figura 4_ Edificio de 72 viviendas de protección oficial 'Mas del Rosari' con citas textuales de la entrevista a Lourdes García Sogo. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado.
García Sogo, quien lidera su estudio desde 1992 abordando todo tipo de proyectos y escalas, manifestó abiertamente la discriminación que ha sufrido y sufre y que, pese a los cambios en los paradigmas de la profesión, todavía queda mucho por hacer, incluidos los oficios de la construcción, donde apenas hay mujeres. Asimismo, se posicionó claramente al expresar que ser "arquitecto [sic] no es solo saber hacer el proyecto, sino conseguir que te lo construyan" y al hablar de responsabilidad profesional: saber intervenir, renunciar si es necesario, para no ser cómplice de aquello con lo que no estamos de acuerdo, puesto que "cualquier proyecto va encaminado a resolver problemas reales", a mejorar el mundo.
Este ambicioso proyecto por su complejo programa y gestión de equipamientos es un ejemplo excelente de arquitectura de los cuidados (Gutiérrez-Mozo et al. 2021b). Consiste en viviendas en alquiler, de 40 m2, para personas mayores no dependientes en las cuales se reserva un porcentaje para jóvenes que adquieren el compromiso contractual de prestación de servicios a la comunidad. Estas se organizan en dos hileras separadas por una calle interior, lugar de expansión de lo doméstico, encuentro, diálogo y apropiación, idea principal del proyecto para las arquitectas Consuelo Argüelles y Carmen Pérez. El programa se completa con estancias colectivas para acoger espacios que potencien la vida comunitaria: salas, lavandería, solárium, terraza ajardinada o huertos (fig. 5). Además, acoge otras dotaciones: un centro de salud público, un centro de día para personas mayores y un aparcamiento igualmente público. Se trata de un contundente equipamiento colectivo al servicio del barrio, un elemento de referencia en su entorno que ha dotado de carácter a la zona y que "equilibra los intereses públicos y privados en la ciudad" (Chinchilla 2020, 52).
Argüelles y Pérez han trabajado por cuenta propia y al servicio de la Administración, respectivamente. Colaboraron en este proyecto de "microciudad", tal como lo consideran, sumamente complicado por las diferentes instituciones responsables de cada dotación y por la gestión económica del presupuesto, pero satisfactorio, a su juicio, y exitoso a la vista de su funcionamiento y de las opiniones de habitantes, vecindario y usuarias/os. Se trata de un edificio "híbrido" e intergeneracional que se complementa y conecta con el barrio, relataron satisfechas sus autoras. Asimismo, expresaron cómo han ido soslayando situaciones difíciles y discriminatorias desde su formación en la universidad hasta en el ámbito laboral, concretamente en la gestión de los proyectos y en las direcciones de obra.
Figura 5_ Edificio intergeneracional de viviendas, centro de día y de salud 'Plaza de América' con citas textuales de la entrevista a Consuelo Argüelles y Carmen Pérez. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado.
Estas viviendas resultaron del concurso de anteproyectos convocado por el Instituto Valenciano de Vivienda (IVVSA9) que Marta Pérez Rodríguez ganó recién terminada la carrera. El conjunto se organiza en dos bloques conformando una U, uno en L y otro exento, ocupando el perímetro de la parcela y dejando un gran espacio libre en el centro a modo de plaza. Una potente materialidad de ladrillo caravista perforado con huecos y celosías del mismo material esconde una gran variedad tipológica habitacional. Pérez confirmó el objetivo planteado de conseguir la máxima calidad espacial con la menor superficie, para lo cual realizó nueve tipos en base a tres unidades básicas funcionales combinándose para configurar múltiples posibilidades y relaciones espaciales. Además, se plantean desde el entendimiento de habitar el exterior, generar espacios abiertos anexados a la vivienda y otros pasantes para vincularlos a una visión lateral de un patio o una terraza. De modo que la rotundidad que exhibe protege espacios luminosos, frescos, ventilados y semiabiertos (fig. 6). "El lema del concurso era 'sombras' y eso era, realmente, lo que buscaba", declaraba Pérez.
La entrevista desveló el desafío que supuso enfrentarse en solitario, recién egresada, al proceso de construcción y la importancia de rodearse de un buen equipo para el desarrollo de las obras. También, la oportunidad que entrañó para, posteriormente, ingresar como docente en la universidad. Afirmó que, pese a reconocerse como arquitecta, "no arquitecto", no considera el género como elemento diferenciador a la hora de concebir proyectos, sino más bien una cuestión de formación, ética y sensibilidad. Recordando su etapa de estudiante, recalcó que el profesorado solo mostraba obras realizadas por hombres y enseñaba un mismo tipo de arquitectura.
Figura 6_ 172 viviendas de protección oficial con citas textuales de la entrevista a Marta Pérez. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado.
El conjunto de viviendas tuteladas en régimen de alquiler de Débora Domingo es resultado de un concurso público del IVVSA. Se trata de una forma compacta, cuya imagen transmite protección y cobijo, erigida a las afueras de Alcora, Castellón, y compuesta de 3 bloques que albergan 40 viviendas de 40 m2 para mayores y un centro de día en planta baja (fig. 7). Los pasillos abiertos articulan las diferentes distribuciones mientras buscan vistas al paisaje.
Tras una ejecución dilatada en el tiempo con cambios en las empresas constructoras y polémicas gestiones, la inacción de las entidades gestoras y políticas ha impedido a la ciudadanía el acceso a las viviendas y centro social —los testimonios recogidos por el alumnado en el municipio desvelan el desconocimiento respecto al edificio y sus servicios—. Domingo se aproximó al complicado proceso de construir y a la necesidad de desligarse emocionalmente de las obras para seguir adelante. Reivindicó el papel de la arquitectura como servicio social y, también, mencionó el reto del trabajo en la obra como mujer en solitario, puesto que "siempre se veía a las mujeres asociadas a hombres" al frente de proyectos de envergadura. En este sentido, tras la crisis económica de 2008 y su reciente maternidad, se ha desempeñado como profesora universitaria para conseguir la estabilidad que el ejercicio libre de la profesión no le proporcionaba.
Figura 7_ 40 viviendas sociales y centro de día en Alcora con citas textuales de la entrevista a Débora Domingo. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado.
Esta intervención ejemplifica la arquitectura alejada de utopías y fundamentada en alianzas entre los agentes involucrados. El edificio se ubica al sur de Madrid, en un barrio humilde y aislado del resto de distritos, con alta tasa de desempleo, inmigración, ocupación y criminalidad.
El bloque de viviendas, construido en los años sesenta, fue objeto de un concurso restringido impulsado por la Empresa Municipal de la Vivienda y Suelo de Madrid para mejorar sus condiciones de accesibilidad y de eficiencia energética y fue ganado por Margarita de Luxán y Gloria Gómez, dos arquitectas de generaciones distintas, ambas especialistas en sostenibilidad. Se rediseñaron los núcleos de comunicación y se aislaron cubiertas y fachadas, creando galerías climatizadas para aprovechar la orientación y generar un ahorro considerable (fig. 8). Fue desarrollado mediante un proceso de mediación y participación que incorporaba a las/os habitantes y en el que la ejecución evitó su desalojo, por lo que el cuestionario recogía su satisfacción por las acciones aplicadas, como la eficiencia de las medidas pasivas de climatización.
Ambas han trabajado de forma conjunta en varios proyectos a lo largo de su carrera y han desarrollado una práctica estrechamente relacionada con la investigación en la ETSAM. De Luxán, catedrática (emérita) en la Universidad Politécnica de Madrid, es una de las pioneras en arquitectura bioclimática en España, y Gómez, docente e investigadora en la ETSAM, se ha vinculado también a la sostenibilidad y en la actualidad participa en proyectos que abordan la desigualdad de género y la pobreza energética. Gómez relató cómo "cualquier proyecto es siempre una oportunidad de investigación" y cómo este fue un reto importante y clave en su trayectoria profesional. Asimismo, reafirmó en la entrevista su apuesta por el papel de profesionales comprometidas con la sociedad, interesadas en la rehabilitación, que escuchan y hablan con las/os clientes y colaboran con otras personas expertas.
Figura 8_ Rehabilitación de 28 viviendas en San Cristóbal de los Ángeles con extractos de la entrevista a Margarita de Luxán y Gloria Gómez. Fuente: elaboración propia a partir del material entregado por el estudiantado.
Esta investigación, y la práctica docente feminista que expone, ha revisitado, más de una década después, el mencionado artículo de Agudo Arroyo y Sánchez de Madariaga, uno de los que mayor impacto ha tenido en la literatura posterior sobre perspectiva de género y arquitectura. Esta revisión se efectúa desde dos posicionamientos, intelectuales y éticos, a través de los cuales extraer conclusiones: por un lado, como referencia desde la que replicar, a la escala de este Máster habilitante, la experiencia y adquirir los rudimentos de la metodología, propia de las ciencias sociales, principalmente las entrevistas (cualitativa) y, en menor medida, los cuestionarios (cuantitativa); por otro, como elemento de comparación entre la realidad que describe y el horizonte que dibuja y la situación actual, explorando la capacidad prospectiva de este texto fundacional y aportando nuevas notas con las que, a nuestra vez, vislumbrar un panorama ante el cual actuar.
En relación con el primer aspecto, son varias las cuestiones reseñables. La primera implica el entendimiento de las aportaciones de la Composición Arquitectónica a los estudios de postgrado, que trascienden el papel de la teoría sustentadora y fermentadora del proyecto y brindan la oportunidad de un auténtico acercamiento a la arquitectura, a sus autoras y a la profesión. Una aproximación que requiere, en el caso de las obras, su estudio y documentación (contenidos conceptuales); en el de las arquitectas, el despliegue de procedimientos (estudiar su trayectoria, preparar la entrevista, concertarla, registrarla, editarla) y actitudes (empatía, respeto, adaptación a otros ritmos y otros modos de ser y estar en el mundo, flexibilidad para reconducir el guion original, improvisación…); y, en el de la profesión, apertura de miras hacia formas de su ejercicio cuyas variedad e interseccionalidad ejemplifican el quehacer de las mujeres: liberal, funcionarial, docencia e investigación, gestión, etc. Precisamente, la complejidad de la disciplina y de sus relaciones con otras ha permitido al estudiantado tomar conciencia de la necesidad de servirse de otros saberes expertos sin usurparlos: el aporte, aunque en este caso relativo, de los cuestionarios ha evidenciado la obsolescencia del modelo heteropatriarcal de la profesión y, especialmente, de su traslado a la enseñanza.
Sobre el segundo aspecto, cabe destacar que, si bien el tiempo transcurrido es inferior al que se considera como una generación, el texto de Agudo Arroyo y Sánchez de Madariaga resulta premonitorio cuando advierte que la afluencia de arquitectas en la profesión, por sí sola, no cambiará las situaciones de desigualdad —de lo que deriva la pertinencia de medidas de discriminación positiva—. Al analizar este archivo oral de entrevistas es impactante constatar cómo se repiten algunas de las "causas fundamentales que dificultan el desarrollo profesional de estas mujeres"; en particular, es recurrente la mención al sobreesfuerzo, de nuevo sublimado bajo la especie de la tan traída y llevada "vocación" en cuyo altar se sacrifica la vida personal permanentemente pospuesta, así como la negación de la evidencia o de la diferencia, que resplandece en argumentarios ajenos al machismo para explicar situaciones claramente sexistas o discriminatorias. Sorprende, además, que esta negación sea más frecuente entre las arquitectas más jóvenes.
Todo lo cual nos lleva a pensar que, en efecto, no estamos adonde íbamos. Salvo en que, durante estos diez años, la arquitectura y el urbanismo, la agenda política, la investigación y la gestión con perspectiva de género han producido una ingente cantidad de prácticas y reflexiones que, habiendo al menos introducido el tema en la sociedad, sin embargo, no han logrado desestabilizar ni los comportamientos ni los discursos que los justifican, como si llegaran tarde o, sencillamente, no llegaran. Acaso solo empezando desde el principio, es decir, desde la formación universitaria, podamos impulsar y atisbar una ya impostergable transformación de la profesión.
1 Establecida, entre otras normas, por la Ley de Igualdad 3/2007, y la reciente Ley Orgánica 2/2023 del Sistema Universitario.
2 La asignatura cuenta con treinta horas presenciales impartidas entre los meses de septiembre y noviembre.
3 Uno de los aspectos más reconfortantes de la docencia de este Máster es trabajar cada curso con propuestas diferentes, variables desconocidas e impredecibles. Otro valor añadido es el aprendizaje junto a las propias compañeras y las personas expertas que nos visitan cada curso como invitadas.
4 Entre otras, Diana Agrest, Beatriz Colomina, Margaret Crawford, Dana Cuff, Elizabeth Diller, Keller Easterling, Alice Friedman, Cristina Goberna, Francesca Hughes, Sylvia Lavin, Ana María León, Mary McLeod, Joan Ockman, Marina Otero, Felicity Scott, Jill Stoner o Inés Weizman.
5 El objetivo de este proyecto ha sido conocer y caracterizar en su idiosincrasia la arquitectura realizada por las mujeres en España entre la restauración democrática del país (1978-82) y el cambio de paradigma sobrevenido tras la crisis financiera de 2008, un tiempo marcado por su progresiva pero imparable incorporación a la profesión. Más allá de cuantificar sus múltiples y ejemplares prácticas, esta investigación ha tratado de determinar qué tiene de singular la aportación de las mujeres a la cultura arquitectónica española de la postmodernidad, para lo cual ha sido imprescindible entender las circunstancias y condiciones materiales en las que estas han ejercido. Traer al frente este último aspecto, el de las desigualdades y obstáculos de partida que las arquitectas han tenido que superar —discriminación e, incluso, acoso laboral, sobrecarga de tareas de cuidados, etc.— fue precisamente el punto de partida del taller, pues obviarlos, como defiende el mantra patriarcal de que la obra debe hablar por sí sola, transparenta puros prejuicios de clase y de género.
6 En la aplicación para móviles NAM, Navegando Arquitecturas de Mujer, que constituye el principal resultado de transferencia de la investigación del proyecto "Miradas Situadas", hasta la fecha se encuentran registradas 517 obras realizadas por arquitectas y de estas 95 son residenciales, lo que representa un 18,25% del total de obras contabilizadas. Los edificios y conjuntos seleccionados para esta experiencia docente forman parte, todos ellos, de este archivo digital.
7 Se optó por el cuestionario, frente a la encuesta, porque se trataba de recopilar información específica sobre el tema más que datos cuyo tratamiento estadístico, por otra parte, estaba fuera del alcance del estudiantado.
8 La composición del alumnado participante, 31 hombres (47,5% del grupo) y 34 mujeres (52,5%) era paritaria y su procedencia diversa, con personas egresadas mayoritariamente de la propia UA, que aportó un 50%, y de universidades de Madrid, con casi el porcentaje restante, aunque también había estudiantes de otras comunidades como Cataluña o el País Vasco.
9 El Instituto Valenciano de la Vivienda Sociedad Anónima fue una empresa pública del Gobierno de la Generalitat Valenciana, activa entre 1987 y 2003.