
Capital mercantil y migración de mano de obra en el Océano Índico colonial❧
Ohio University Press, United States
https://doi.org/10.7440/histcrit89.2023.05
Recepción: 16 de enero de 2023 / Aceptación: 14 de marzo de 2023 / Modificación: 7 de abril de 2023
Resumen. Objetivo/Contexto: Los historiadores han reconocido durante mucho tiempo la importancia de las diásporas mercantiles y las redes comerciales en la historia del Océano Índico, pero han prestado poca atención al papel del capital mercantil en la migración de mano de obra transoceánica dentro y fuera de esta parte del mundo. La investigación sobre el comercio de esclavos en el Océano Índico durante los siglos xvii, xviii y xix destaca la necesidad de prestar más atención a las complejidades de la vida económica en este mundo oceánico. Metodología. Este artículo examina la historiografía relevante y se basa en la investigación documental de los India Office Records en Londres y los Archivos Nacionales de Mauricio, en Coromandel. Originalidad. Se ilustran algunas de las formas en que el capital mercantil asiático y europeo dio forma a la vida social y económica colonial. Conclusiones. Una comprensión más profunda de las complejidades sociales, económicas y políticas inherentes a la historia del Océano Índico depende de situar los estudios de casos especializados que caracterizan este campo de estudio en contextos locales, regionales, panregionales y comparativos más desarrollados.
Palabras clave: capital mercantil, economías coloniales, migración de mano de obra, Océano Índico.
Merchant capital and labor migration in the colonial Indian Ocean world
Abstract. Objective/Context: Historians have long acknowledged the importance of merchant diasporas and trade networks in Indian Ocean history but paid little attention to merchant capital’s role in transoceanic labor migration in and beyond this part of the globe. Research on slave trading in the Indian Ocean during the seventeenth, eighteenth, and nineteenth centuries highlights the need to pay closer attention to the complexities of economic life in this oceanic world. Methodology. This article surveys relevant historiography and draws on archival research in the India Office Records in London and the Mauritius National Archives in Coromandel. Originality. This article illustrates some of the ways in which Asian and European merchant capital shaped colonial social and economic life. Conclusions. A deeper understanding of the social, economic, and political complexities inherent in Indian Ocean history is contingent upon situating the specialized case studies that characterize this field of study in more fully developed local, regional, pan-regional, and comparative contexts.
Keywords: colonial economies, Indian Ocean, labor migration, merchant capital.
Capital mercantil e migração de mão de obra no Oceano Índico colonial
Resumo. Objetivo/Contexto: há muito que os historiadores reconhecem a importância das diásporas mercantis e das redes comerciais na história do Oceano Índico, mas prestaram pouca atenção ao papel da capital mercantil na migração de mão de obra transoceânica dentro e fora do globo. A investigação sobre o comércio de escravos no Oceano Índico durante os séculos 17, 18 e 19 sublinha a necessidade de prestar mais atenção às complexidades da vida econômica nesse mundo oceânico. Metodologia: este artigo analisa a historiografia relevante e baseia-se na pesquisa documental dos India Office Records em Londres e nos Arquivos Nacionais de Maurício, em Coromandel. Originalidade: este artigo ilustra algumas das maneiras pelas quais o capital mercantil asiático e europeu moldou a vida social e econômica colonial. Conclusões: uma compreensão mais profunda das complexidades sociais, econômicas e políticas inerentes à história do Oceano Índico depende da colocação dos estudos de caso especializados que caracterizam esta área de estudo em contextos locais, regionais, pan-regionais e comparativos mais desenvolvidos.
Palavras-chave: capital mercantil, economias coloniais, migração de mão de obra, Oceano Índico.
Introducción
Los historiadores reconocen desde hace tiempo la importancia de las diásporas mercantiles y de las redes comerciales que unían diferentes partes del vasto y diverso mundo —en términos económicos, sociales, culturales y políticos— del océano indico que se extiende desde la costa oriental africana y el litoral del Mar Rojo hasta el sudeste asiático insular y más allá1. Los trabajos de K.N. Chaudhuri y Ashin Das Gupta inspiraron a otros historiadores a examinar las redes de comerciantes árabes, armenios, del este asiático, indios, musulmanes y de otros países que atravesaron este mundo oceánico antes del siglo xix.2 Holandeses, ingleses, franceses, portugueses y otros europeos, que actuaron en esta parte del globo después del año 1500, también han sido objeto de gran interés académico. Los historiadores han prestado especial atención a la Compañía Británica de las Indias Orientales (eic) y a la Compañía Holandesa de las Indias Orientales (Verenigde Oostindische Compagnie, o voc) y a su papel como agentes del imperialismo y el colonialismo europeos3. Estudios más recientes han empezado a prestar más atención a la diversidad de los cargamentos transportados a través de este reino acuático y a examinar aspectos hasta ahora inexplorados de esta actividad, como por ejemplo, la forma en que la deuda, la ley y las exigencias del capitalismo influyeron en el comercio en el noroeste del Océano Índico entre finales del siglo xviii y mediados del xx.4
En estos debates, sin embargo, se ha dejado de lado el papel de los comerciantes en la migración laboral a gran escala en el mundo del Océano Índico. Esta omisión no resulta sorprendente. Los historiadores de la trata transatlántica de esclavos han prestado poca atención al papel del capital mercantil en la exportación de aproximadamente 12,5 millones de hombres, mujeres y niños africanos esclavizados a las Américas, y sólo recientemente han empezado a analizar las formas de financiación y organización de dicha trata5. En los estudios sobre el Océano Índico existe un vacío historiográfico similar que refleja, en parte, las dificultades inherentes a la reconstrucción del comercio de esclavos en el Mare Indicum, dificultades derivadas de la escasez relativa de fuentes si se comparan con las del Atlántico, de la naturaleza generalmente problemática de las fuentes a nuestra disposición y de su dispersión en archivos de todo el mundo6. A estas limitaciones en la evidencia se ha sumado la reticencia a situar los estudios de caso, que caracterizan la producción sobre el Océano Índico, en contextos locales, regionales, panregionales y comparativos más amplios7 Las consecuencias conceptuales de esta “tiranía de lo particular” se magnifican por un eurocentrismo que impide considerar el papel de los pueblos africanos y asiáticos en la formación del mundo moderno.8
Estudios recientes resaltan la necesidad de prestar más atención al papel del capital mercantil en las más importantes transformaciones en la historia del Océano Índico. El argumento de Pedro Machado, según el cual los comerciantes gujarati fueron cruciales en el mantenimiento de la actividad comercial en el Mozambique portugués y en la generación los ingresos de los que dependía el Estado da Índia (el imperio portugués en la India) es evidencia de esta necesidad. Machado señala, por ejemplo, que en la década de 1770, un observador portugués bien informado comentó que sin los comerciantes Vāniyā en Mozambique, “nada puede existir” 9. Examinar el papel del capital mercantil en la migración laboral transoceánica resulta también necesario, si se tiene en cuenta que millones de africanos y asiáticos esclavizados fueron transportados y vendidos a través y más allá de la cuenca del Océano Índico a lo largo de siglos y que el volumen de este comercio aumentó considerablemente después de 1600.
Los análisis económicos del comercio de esclavos en el Océano Índico se han centrado hasta ahora en los problemas de la oferta y la demanda y en la economía política de la esclavitud durante el siglo xix10. Contextualizar las relaciones multidimensionales que dieron forma a este tipo de comercio es esencial para avanzar en la comprensión de la naturaleza y las dinámicas del tráfico esclavista. Como muestra un estudio reciente sobre la financiación de la trata de esclavos en el Océano Índico, es necesario ir más allá de las historias nacionales que dominan los estudios sobre el Océano Índico y analizar las complejidades sociales, económicas y políticas de la región11. El estudio de las islas Mascareñas, en particular, las islas de Francia (Mauricio) y de Borbón (Reunión) en el siglo xviii y principios del xix, implica analizar sus vínculos comerciales con diferentes regiones de la India (Bengala, las costas de Coromandel y Malabar), Madagascar, la costa swahili (por ejemplo, Kilwa, Zanzíbar), el Mozambique portugués, la colonia del Cabo controlada por la voc, el Golfo Pérsico, el sudeste asiático insular (por ejemplo, Batavia) y el Río de la Plata español, así como la Francia metropolitana12. Entre 1770 y 1810, las islas Mascareñas se convirtieron en un importante centro comercial que atraía barcos no sólo de la región, sino también del norte de Europa y Estados Unidos13. La complejidad de estas relaciones queda ilustrada por los estudios sobre el papel de comerciantes y agentes comerciales asiáticos en facilitar el comercio europeo en este mundo oceánico14.
Evaluar el valor del capital mercantil que circulaba en el Océano Índico es fundamental para comprender la economía y la importancia histórica del comercio de esclavos en esta parte del mundo. Es bien sabido que los comerciantes podían amasar grandes fortunas, y de hecho lo hicieron15. Sin embargo, determinar el valor de los flujos de capital regional es una tarea más difícil. Las fuentes archivísticas que pueden dar luces sobre dicha actividad son escasas, especialmente en el caso de los comerciantes árabes/musulmanes y asiáticos. Aunque sabemos mucho más sobre la actividad mercantil europea en el Océano Índico, el énfasis en los estudios de carácter nacional ha impedido el desarrollo de una imagen más completa del capital mercantil europeo y su impacto en la vida social, económica y política regional.
Lo que sabemos sobre las exportaciones europeas de especies y metales al Océano Índico durante los siglos xvii, xviii y principios del xix ofrece un punto de partida para calcular el valor del capital mercantil que sustentó el comercio a larga distancia y el comercio en esta parte del mundo, incluido el tráfico de bienes muebles16. Como revelan las tablas 1, 2 y 3, los europeos enviaron grandes cantidades de monedas y lingotes de plata al Océano Índico desde el inicio del siglo xvii y hasta mediados del xix. Estas cifras revelan un aumento espectacular de dichas exportaciones a finales del siglo xvii y principios del xviii, un período en el que aumentó de manera significativa el comercio de esclavos impulsado, no sólo por la creciente demanda de mano de obra esclava en los asentamientos y colonias europeas dentro y fuera de la cuenca del Océano Índico, sino también porque los comerciantes europeos aceptaron, después de 1750, que parte del precio de un esclavo fuera pagado en monedas de plata17.
Tabla 1. Exportaciones holandesas de metales preciosos acuñados y sin acuñar a Asia, 1602-1794
|
Periodo |
Valor (florines)a |
Periodo |
Valor (florines) |
|
1602-20 |
15,393,000 |
1700-20 |
78,102,000 |
|
1620-40 |
20,860,000 |
1720-40 |
106,154,000 |
|
1640-60 |
17,600,000 |
1740-60 |
97,233,000 |
|
1660-80 |
23,395,000 |
1760-80 |
101,859,000 |
|
1680-1700 |
48,325,000 |
1780-94 |
64,868,000 |
|
Total |
573,789,000 |
Nota: a Aproximado al millar más cercano
Fuente: Om Prakash, European Commercial Enterprise in Pre-colonial India, 87.
Tabla 2. Exportaciones de la Compañía Británica de las Indias Orientales a Asia, 1601-1819
|
Periodo |
Especie (£) a |
Bienes (£) |
Total (£) |
|
1601-40b |
1,390,296 |
449,851 |
1,849,274 |
|
1659/60-1699/1700 |
4,342,282 |
2,646,456 |
6,988,738 |
|
1700/01-1740 |
16,817,078 |
7,439,107 |
24,256,185 |
|
1741-1779 |
14,485,012 |
5,570,661 |
20,055,673 |
|
1780-1819 |
16,195,524 |
55,666,088 |
71,861,612 |
|
Grand Total |
53,230,192 |
71,772,163 |
131,002,355 |
Notas: a Oro y plata.
b Excluye 1602, 1604-05.
Fuentes: K.N. Chaudhuri, “The East India Company and the Export of Treasure in the Early Seventeenth Century”, 25; K.N. Chaudhuri, “Treasure and Trade Balances: The East India Company’s Export Trade, 1660-1720”, 497-98; Om Prakash, European Commercial Enterprise in Pre-colonial India, 106; H.V. Bowen, “Bullion for Trade, War, and Debt-Relief: British Movements of Silver to, around, and from Asia, 1760-1833”, 462.
Tabla 3. Exportaciones de la Compañía de las Indias a Asia, 1725-69
|
Valor promedio anual (Livres Tournois) |
|||
|
Periodo |
Plata |
Exportaciones totales |
% Plata |
|
1725/6-1734/5 |
6,014,325 |
6,976,174 |
86.2 |
|
1735/6-1744/5 |
9,419,610 |
11,428,789 |
82.4 |
|
1745/6-1754/5 |
9,857,508 |
13,095,305 |
75.2 |
|
1755/6-1764/5 |
2,971,994 |
4,300,516 |
69.1 |
|
1765/6-1768/9 |
5,596,522 |
10,113,855 |
55.3 |
|
Total/Promedio |
33,859,959 |
41,614,123 |
81.4 |
Fuente: Om Prakash, European Commercial Enterprise in Pre-Colonial India, 109.
Comparar estas exportaciones con los metales preciosos que llegaron al Imperio mogol a través del Mar Rojo y el Golfo Pérsico demuestra su creciente importancia. Podemos observar, más concretamente, que en los tres periodos sobre los que se tiene información, los portugueses suministraron el 9 % de las importaciones de metales al imperio entre 1588-1602, mientras los holandeses y los ingleses juntos suministraron el 13,9 % de dichas importaciones entre 1630-1645, cifra que alcanzó el 26,6 % entre 1679-168518. Desgraciadamente, no es posible hacer comparaciones similares para el siglo xviii. Aun así, el espectacular aumento en el valor de los bienes que el eic exportaba a Asia a finales del siglo xviii y principios del xix muestra la creciente importancia del capital mercantil europeo en la economía de la región.
El volumen del comercio transoceánico de esclavos en el Océano Índico es difícil de determinar con precisión. Se calcula que durante los años 800 y 1600, fueron exportados 2,4 millones de africanos desde el Mar Rojo y las costas de África Oriental a Arabia, el Golfo Pérsico y la India occidental, y que entre 1600 y 1900 fueron exportados otros 2.451.000 al resto del territorio del Océano Índico19. La información sobre las exportaciones transoceánicas de esclavos desde la India sigue siendo escasa, pero un cálculo conservador, según el cual comerciantes indios suministraron 600.000 esclavos a los estados del Sudeste Asiático entre los siglos xv y xvii, puede indicar su posible volumen20. Tampoco se sabe mucho sobre el volumen del comercio de esclavos en el Sudeste Asiático insular. Algunos estimativos consideran que entre 660.000 y 1.135.000 esclavos, 50% de los cuales fueron traficados por comerciantes chinos e indígenas sin vínculos con la voc, fueron llevados a zonas controladas por la compañía en el archipiélago indonesio durante los siglos xvii y xviii, lo que muestra la posible magnitud de este tráfico21. Otros análisis sobre el volumen de este tráfico en el Sudeste Asiático estiman que Bali y las islas vecinas exportaron entre 100.000 y 150.000 esclavos entre 1620 y 1830, y que en los años comprendidos entre 1820 y 1850 se produjeron entre 386.000 y 437.000 exportaciones desde Bali, Batak, Kalimantan, Lombok, Manado, las islas Mentawai, Nueva Guinea, Nias, Sulawesi, Sumatra y Timor, y entre 280.000 y 384.000 importaciones a Aceh (Java), Amboina, Bali, las islas Banda, Lombok, Kalimantan, Riau, Sulawesi, Sumatra y Ternate22.
El envío de 24 esclavos indios desde Cochin (Kochi), en la costa india de Malabar, a Portugal antes de 1510 demuestra que la participación europea en el comercio de esclavos comenzó poco después de que Vasco da Gama llegara a Calicut (Kozhikode) en 149823. El volumen de este comercio sigue siendo difícil de determinar. Los estudios publicados sugieren que los europeos exportaron entre 473.700 y 583.100 esclavos africanos, indios, del sudeste asiático y de otras regiones asiáticas a destinos en el Océano Índico entre 1500 y 1850 (Tabla 4). Sin duda, las investigaciones futuras aumentarán considerablemente estas estimaciones. El alcance total del comercio europeo de esclavos en el Océano Índico queda más claro si al número de esclavos traficados dentro de esta cuenca oceánica se añaden los 542.668 que, según las proyecciones, se exportaron desde Madagascar, Mozambique y la costa Swahili a las Américas entre 1624 y 186024. Estas cifras combinadas indican que los europeos exportaron un mínimo de 1.016.373-1.125.780 de esclavos africanos y asiáticos dentro y fuera del mundo del Océano Índico entre 1500 y mediados del siglo xix25.
La escasa información que tenemos acerca de los precios de los esclavos hace difícil calcular con precisión el valor general de estos intercambios. Los precios de los esclavos podían variar mucho en función del suministro y del tipo de esclavos que se buscaban y se vendían. En 1622, por ejemplo, los esclavos que costaban 8 rials cada uno en la costa de Coromandel se vendían por 20 rials en Surat, en Gujarat. La inestabilidad política, las guerras y las catástrofes naturales, como las inundaciones, las sequías y las hambrunas que les seguían, bajaban los precios considerablemente. El gran número de prisioneros de guerra, o de personas que se vendían a sí mismos o a sus hijos como esclavos intentando desesperadamente mantenerse con vida, inundaban los mercados indios. En 1618, por ejemplo, con una pagoda se podían comprar tres o cuatro niños en los alrededores de Tirupapaliyur, una región en el sur de la India asolada por la hambruna. Casi dos siglos después, un funcionario británico informaba que las víctimas de una hambruna en el distrito de Purnia en el norte de la India, se vendían “por [una] suma inferior a la que se pagaría por un gato o un perro”26.
Tabla 4. Exportaciones mínimas de esclavos europeos a destinos en el Océano Índico, 1500-1850
|
Nacionalidad |
Periodo |
Procedencia |
Total |
|
|
Portuguesa |
1500-1834 |
Mozambique, India, Sudeste Asiático |
53.875-101.750 |
|
|
Holandesa |
1621-1808 |
África Oriental, Asia Meridional, Sudeste Asiático |
75.319-87.619 |
|
|
Británica |
1622-1804 |
África, Madagascar, India |
5.698-5,716 |
|
|
Francesa |
1670-1848 |
África Oriental, Madagascar, India, Sudeste Asiático |
334.936-384,040 |
|
|
Danesa |
1695-1789 |
India |
3.877-3,987 |
|
|
Gran Total |
473.705-583,112 |
|||
Fuente: Richard B. Allen, European Slave Trading in the Indian Ocean, 16-18, revisado según investigaciones recientes.
Los problemas historiográficos y la falta de evidencia señalados anteriormente hacen que el estudio del papel del capital mercantil en la migración de mano de obra en el Océano Índico sea difícil. Los datos publicados sobre el valor de las importaciones y exportaciones regionales de esclavos se limitan al comercio de esclavos del sector privado en Macasar a mediados del siglo xviii27. Sin embargo, la quiebra de la Compañía Francesa de las Indias en 1765, así como la llegada de la monarquía a las Islas de Francia y de Borbón en 1767, y los decretos posteriores, que abrieron la colonia al libre mercado por súbditos franceses en 1769, a ciudadanos estadounidenses en 1784, y a cualquier otro ciudadano extranjero en 1787, generaron un corpus de documentación que nos permite explorar con cierto detalle la economía del comercio de esclavos de las islas Mascareñas28. Las realidades demográficas reiteran la necesidad de hacerlo. Además de ser el destino de entre dos tercios y cuatro quintos del total de exportaciones europeas de esclavos a los asentamientos y colonias de la cuenca del Océano Índico, las islas Mascareñas recibieron aproximadamente el 25 por ciento de todas las exportaciones francesas de esclavos entre 1770-1810, el 40% de dichas exportaciones entre 1811-1848, y una quinta parte del total de las exportaciones francesas entre la década de 1670 y el fin del comercio francés de esclavos a principios de la década de 183029.
Los decretos que abrieron las Mascareñas al libre comercio tuvieron un profundo impacto en la economía de las islas. El número de comerciantes en Puerto Luis, capital y centro comercial de la colonia, se multiplicó por más de siete, pasando de 25 en 1776 a 183 en 1808, mientras el número de barcos que hacían escala en el puerto aumentó anualmente de 101 en 1773, a 347 en 180330. Las fuentes archivísticas confirman la intensidad de este tráfico. Además de las expediciones de esclavos a Mauricio y Reunión entre 1770 y 1810 –678 de las que se tiene evidencia— se pueden relacionar también con las islas durante este periodo, 120 expediciones probables o posibles y 39 infructuosas31.
Estos negocios fueron organizados por comerciantes y casas comerciales, tanto metropolitanas como coloniales. Al menos 230 viajes confirmados/probables/posibles pueden vincular las islas con intereses mercantiles en Francia. La mayoría de estos viajes (123) involucraban comerciantes y casas comerciales de Burdeos, mientras los demás involucraban intereses mercantiles en Bayona, Brest, Dieppe, La Rochelle, El Havre, Lorient, Marsella, Nantes, San Brieuc y San Malo. Al menos 34 de estos comerciantes o casas comerciales metropolitanas participaron en múltiples viajes esclavistas a las islas. Los manifiestos de carga conservados, así como otras fuentes, ofrecen información adicional sobre los aspectos económicos de estas actividades. El velero L’Agilité, por ejemplo, zarpó de Marsella alrededor del 24 de septiembre de 1781 con un cargamento de vino, alimentos, ropa y otras mercancías valoradas en 124.013 libras y 12 soles, en un viaje financiado por trece inversores de Cádiz (España), París, Ginebra, Génova, Marsella, y Vevey (Suiza). Tras una estancia de seis meses y medio en Port Louis, la embarcación se dirigió a las islas Querimba, frente a la costa mozambiqueña, donde cargó 270 esclavos, 266 de los cuales sobrevivieron al viaje de regreso a Port Louis, lugar al cual llegó el 2 de diciembre de 178232. Siete años más tarde, Le Scipion partió también de Marsella rumbo a Port Louis con un cargamento de vino, licores, jabón, productos alimenticios, hierro sueco, papel y otras mercancías valoradas en 126.783 libras 6 soles. Tras una estancia de seis semanas en el puerto, la embarcación continuó hacia Mongalo (Mgao), en la costa swahili, donde cargó 264 esclavos. De allí partió de regreso el 27 de noviembre de 1790 vía las Seychelles, donde se detuvo para “refrescar” su cargamento de esclavos, con 188 esclavos aún vivos33.
Como revelan los archivos, los comerciantes locales apoyaban con frecuencia estas actividades financiadas por la metrópolis. Su capacidad para hacerlo se debía, en parte, a que mantenían relaciones comerciales y de otros tipos a través de los océanos Atlántico e Índico. Cuando en mayo de 1788 La Petite Dorade zarpó de la isla de Francia rumbo a Mozambique para comerciar con esclavos, lo hizo con una tripulación de veintidós hombres suministrada por Janvier Monneron, un destacado comerciante local que actuaba en nombre de Louis Bourdon de Burdeos34. Al año siguiente, Pitot Frères y Cía., otra importante casa comercial local, vendió los 395 esclavos que llegaron en la embarcación, La Ville de Bordeaux, que había sido suministrado por la firma bordelesa Henry Romberg, Bapst y Cia. La casa comercial vendió los esclavos por 428.460 libras a dos capitanes de barco que actuaban en nombre de otras dos casas comerciales bordelesas, y que los entregarían en Saint Domingue35. El 21 de mayo de 1787, el comerciante de Port Louis, René André Oury, autorizó al Señor Catel, oficial de la corbeta española La Pepita, deshacerse de la carga del barco. Ésta incluía esclavos que Nicholas Thomas Baudin, propietario y capitán del barco, planeaba adquirir y trasladar a Luisiana si moría o no regresaba a la Isla de France36.
Como atestigua la historia de Janvier Monneron y sus hermanos, los comerciantes mascareños cultivaron activamente relaciones comerciales también alrededor del Océano Índico37. Se calcula que el Mozambique portugués exportó 125.306 esclavos a las Mascareñas entre 1733 y 199938. Las fuentes archivísticas confirman la llegada de 228 cargamentos a las islas provenientes de Mozambique, de los cuales, al menos 31, llegaron en navíos portugueses. También señalan la llegada de otros 73 probables/posibles cargamentos de este tipo, la mayoría entre 1770 y 180939. Los registros notariales mauricianos ofrecen otros ejemplos de estos vínculos mascareno-mozambiqueños, como la venta hecha por el capitán Manuel Justinian Dasnevez (o Dasneves) del Bailli de Suffren, también llamado La Stella d’Affrica, de 250 toneladas, al comerciante de Port Louis Jean Philippe Pilliet en mayo de 1786 por 100.000 libras, tras haber recibido permiso del gobernador portugués de Ibo para hacerlo40.
Los comerciantes gujarati en Mozambique también se involucraron en el comercio mascareño antes de 1780, cuando la embarcación portuguesa La Ste. Antoine d’Alinas partió de Mozambique con una tripulación de 28 hombres suministrada por Assan Valy, un comerciante musulmán, y 217 esclavos para el comerciante de Port Louis, en Mauricio, Pierre Antoine Monneron41. Como muestran las actividades de Sobhachand Sowchand, los comerciantes gujarati participaron en el comercio mascareño como inversores a finales del siglo xviii y principios del xix. Al final de 1805 o al inicio de 1806, Sowchand compró el barco General Isidro a Joaquim do Rosário Monteiro, un destacado comerciante originario de Goa, que empezó a traficar con esclavos entre Mozambique y Mauricio en 1788. En noviembre de 1806, el barco, que ya había transportado tres cargamentos de esclavos a Mauricio entre 1803 y 1804 y dos a la Colonia del Cabo entre 1804 y 1805, zarpó de nuevo hacia Port Louis cargado de esclavos mozambiqueños, pero fue capturado por los británicos. En 1806 y 1807, Sowchand compró dos cargamentos de esclavos en Port Louis junto con dos comerciantes portugueses42. Otro ejemplo de la participación de comerciantes indios en estas actividades es el de la familia Mahamay Kamat de Goa, que facilitó el trasbordo de esclavos mozambiqueños a Mauricio a través de este enclave portugués hacia 177743.
La participación de los comerciantes coloniales en esta actividad era resultado de su capacidad para movilizar los recursos financieros necesarios. L’Aventurier, por ejemplo, llevaba un cargamento de 35.871 libras cuando zarpó de Port Louis a Querimba en enero de 1777 para comprar esclavos, y el total de los gastos conocidos durante el viaje (incluidas 28.884 libras para comprar 318 esclavos) ascendió a 70.590 libras44. En 1783, Emmanuel Touche du Pujol y sus socios invirtieron más de 109.000 libras en el envío de Le Bollé a Mozambique. Diez años más tarde, el envío de Le Bon Père a Mozambique requirió de casi 154.000 libras45. La capacidad de los comerciantes locales para movilizar recursos les permitió, a algunos de ellos, participar activamente en el negocio. Los señores Armand Cloupet, Bouchet, Le Blanc y Rolland, por ejemplo, organizaron al menos cinco viajes de esclavos cada uno. Asimismo, las empresas Le Roux K/morseven, Oury y Cía., y Janvier Monneron y Cía., organizaron al menos cuatro viajes. El mejor ejemplo del capital con que contaban los comerciantes de las Mascareñas fue el caso del comerciante de Port Louis, Paul de la Bauve d’Arifat. Este comerciante formó un consorcio de cuatro empresas que movilizaron más de 3,8 millones de libras para enviar siete barcos a China en 1782 y 1783 con el propósito de comerciar porcelana, seda y té46.
Este capital provenía de diversas fuentes. Las ganancias producidas por el comercio de la colonia con África y la India durante las décadas de 1780 y 1790 eran tales, que los inversores locales recibían frecuentemente ganancias de entre el 25 por ciento y el 35 por ciento de su inversión47. Las empresas individuales de trata de esclavos podían ser muy rentables. Los propietarios e inversores de L’Aventurier esperaban vender su cargamento de esclavos por 150.000 libras, con una ganancia potencial del 112 por ciento sobre la inversión. En 1820, Le Succès obtuvo ganancias del 133 por ciento sobre la inversión en su primer viaje a Zanzíbar48. Entre abril y junio de 1784, Pierre Bertrand y Pitot Frères, proveedores del Le Maréchal de Castries que se dirigía a Kilwa para adquirir esclavos, obtuvieron 118.000 libras en cantidades que oscilaban entre las 3.000 y las 15.000 libras, provenientes de veintidós inversores locales a los que se les prometió un rendimiento del cuatro por ciento mensual49. El comercio intracolonial también podía producir ganancias. Los 36 esclavos comprados en Mauricio y llevados a Reunión en mayo de 1787, probablemente por Louis Bonneau, produjeron un rendimiento del 12,8 por ciento sobre el precio de compra original de 32.400 libras50.
El corsarismo durante las guerras anglo-francesas del siglo xviii y principios del xix proporcionó recursos de capital adicionales. Un comerciante de Nantais obtuvo una ganancia neta de 1,3 millones de libras de su inversión en cuatro corsarios localizados en las Mascareñas durante la Guerra de Sucesión Austriaca (1740-1748)51. En septiembre de 1781, Pitot Frères informaba que las posesiones obtenidas por los corsarios de las Mascareñas desde 1778, cuando Francia declaró la guerra a Gran Bretaña durante la Guerra de Independencia de Estados Unidos, se habían vendido por doce millones de libras, una suma que equivalía, solamente, a la mitad de su valor real, dada la rapiña que se producían a bordo de estas embarcaciones en el momento de su captura52. Los viajes individuales de los corsarios podían ser extraordinariamente lucrativos. En septiembre de 1781, Pitot Frères informó de que una acción en el corsario La Philippine comprado por 1.200 libras valía ahora 7.481 libras53. Durante las eras napoleónica y de la Revolución Francesa el corsarismo fue igual o más lucrativo. Según una fuente contemporánea, entre 1793 y mediados de 1804, los corsarios de las Mascareñas capturaron barcos angloindios y aliados por valor de 2,5 millones de libras54. El historiador marítimo Auguste Toussaint calcula que los corsarios y las fragatas francesas localizadas en las Mascareñas, y que operaban en el Océano Índico, se llevaron botines por valor de 47,7-72,0 millones de francos entre 1793 y 181055.
El hecho de que algunos de las embarcaciones capturadas transportaran grandes cantidades de especies y lingotes aumentó aún más los recursos de capital y la liquidez de los comerciantes coloniales. El tesoro extraído del Laurel, un barco inglés capturado en 1797, incluía 954 libras de lingotes de plata, 6.063 écus d’empire (probablemente táleros o dólares de plata de María Teresa [MT$]), 5.642 écus turcs, 10.610 rupias indias y 1.879 monedas de oro y plata de alto valor de orígenes árabe, indio, turco y veneciano, así como muchas monedas de menor denominación que se pesaron en lugar de contarse56. Para facilitar el comercio regional era esencial disponer de suficientes monedas. Los manifiestos de carga conservados revelan que algunos barcos franceses zarparon con grandes cantidades de piastras o dólares de plata españoles a bordo. Tal fue el caso de Le Consolateur, que zarpó de Marsella rumbo a la isla de Francia, la costa de Coromandel y Bengala el 12 de enero de 1784 con $50.000 dólares españoles a bordo. Tres años más tarde, L’Olimpe partió de Marsella rumbo a Mauricio con $13.005, mientras en febrero de 1792, L’Indien cargó seis cofres con $18.600 en Burdeos antes de zarpar rumbo a la isla de France y la India57. Los barcos con destino a las Mascareñas a principios del siglo xix también podían llevar grandes cantidades de piastras. Le Général Moreau, equipado en St. Mâlo, partió el 27 de enero de 1803 con destino a Mauricio llevando $7.810 a bordo. Las referencias al número de piastras que llevaban los barcos negreros franceses que operaban desde las islas evidencian la necesidad, así como la disponibilidad degrandes cantidades de moneda. En 1792, Le Saveur de l’Ile de France partió de Port Louis con destino a Kilwa con $8.074 a bordo; al año siguiente, el capitán de Le Paquebot informó que su segundo oficial había salvado $2.000 y veinte esclavos cuando el cúter del barco se hundió mientras regresaba a Kilwa desde Guingera [sic], donde había comprado esclavos58.
A pesar de la limitada y problemática información disponible, es posible estimar el valor y el impacto económico regional del comercio de esclavos Mascareño. Los cálculos basados en los precios de los esclavos, las proyecciones de las exportaciones de esclavos africanos y malgaches a las islas, y un informe de 1820 según el cual el 35 por ciento del precio de compra de un esclavo malgache debía pagarse en monedas, sugieren que los traficantes malgaches, mozambiqueños y africanos de la costa swahili obtuvieron al menos entre $3,5 y $4,7 millones de dólares, y quizás entre $4,0 y $5,9 millones por la venta de esclavos destinados a las Mascareñas entre 1770 y 1810, de los cuales al menos entre $1.241.000 y $2.047.000 dólares se pagaron en monedas de plata.59 Esta última cifra concuerda con la estimación de Pedro Machado de que los esclavistas franceses pagaron hasta $1,5 millones en monedas a los comerciantes portugueses y gujarati en Mozambique durante la década de 1790; plata que contribuyó a que los banqueros gujarati pudieran descontar las letras de cambio, cruciales para la actividad comercial en la región60.
Estos cálculos subestiman sin duda el impacto económico de esta actividad comercial porque no tienen en cuenta los impuestos, comisiones, honorarios de corretaje y otros gastos requeridos en un viaje. Un informe según el cual en 1818-19 costaba $31enviar a Mauricio un esclavo malgache comprado por $50, junto con información sobre los impuestos, comisiones de corretaje y otros gastos de Le Succès durante los viajes de esclavizados a Zanzíbar en 1820-1821 (véase más adelante), sugieren que el impacto financiero del comercio Mascareño entre 1770 y 1810 podría incrementarse al menos en un 40 por ciento, llegando a un mínimo de $4.962.000, e incluso, alcanzando los $8.228.000.
Si se compara la cantidad de especies que el comercio Mascareño pudo inyectar en la economía regional con la cantidad de metales preciosos exportados de Francia a la India a finales del siglo xviii, se obtiene una idea más completa de su posible impacto económico regional. Entre 1770 y 1790, los barcos franceses transportaron a la India monedas y lingotes por valor de 41.455.000 livres61. Los cálculos basados en una tasa de cambio promedio de 7 livres 7 sols por piastra durante este periodo, sugieren que el comercio Mascareño consumió el equivalente de, al menos, del 11,0 al 18,2 por ciento del valor del metal precioso enviado desde Francia a la India durante las décadas de 1770 y 1780.
La captura de Mauricio y Reunión por una fuerza expedicionaria británica en 1810 inauguró una nueva era en la historia del comercio de las Mascareñas. En 1811, las islas fueron sometidas al acta de 1807 que prohibía a los súbditos británicos comerciar con esclavos, prohibición que se mantuvo en Mauricio y las Seychelles, entonces bajo su administración tras su cesión a Gran Bretaña en 1814. El comercio de esclavos con la isla de Borbón volvió a ser legal tras el retorno de la isla al control francés en 1814 y permaneció así hasta 1818, cuando Francia abolió el comercio esclavista. A pesar de estas prohibiciones, entre 1811 y principios de la década de 1830 se exportaron a las islas entre 119.000 y 145.000 esclavos de África Oriental, Madagascar y el Sudeste Asiático62.
Los intereses mercantiles, tanto coloniales como metropolitanos, fueron activos partícipes de este tráfico ilícito. Entre 1818 y principios de la década de 1830, los 89 barcos que, se sabe, estuvieron involucrados en el comercio ilegal en la isla Reunión entre 1818 y principios de la década de 1830, procedían de Burdeos, Honfleur, Marsella, Nantes, Paimbeuf y St. Mâlo, mientras los residentes de la isla organizaron al menos 79 de los 212-216 viajes de esclavos conocidos/probables durante este periodo63. Desgraciadamente, se desconoce el número de viajes ilícitos a Mauricio. Sin embargo, los informes de que Le Coureur desembarcó una media de 150 a 200 esclavos malgaches en la isla durante cada uno de los seis viajes realizados de 1819 a 1820, y la estimación de que 52.550 esclavos llegaron a la isla entre 1811 y 1826 aproximadamente, sugieren la magnitud de este tráfico64.
Los documentos recuperados del barco negrero Le Succès permiten examinar con más detalle los aspectos financieros de este tráfico ilícito. La construcción y dotación del barco en Francia costaron 156.586,89 francos, de los cuales 34.222,30 se destinaron a la adquisición de aproximadamente 6.518 piastras. El capitán del barco compró 248 esclavos por $6.474 en Zanzíbar entre el 28 de junio y el 30 de agosto de 1820; los impuestos, comisiones de corretaje y gastos varios en Zanzíbar elevaron el costo de este cargamento a $9.465. Los impuestos de desembarco, la comida, los guardias, los servicios de un médico, las “propinas” a las autoridades locales y las comisiones añadieron otros $5.592,55 en gastos cuando el barco llegó a Reunión, donde los 226 esclavos que sobrevivieron la travesía por el Atlántico fueron vendidos por $35.157, un 133 por ciento de rentabilidad sobre los gastos conocidos del viaje. El 28 de diciembre, el barco cargó $5.548 y 4.452 écus d’empire antes de iniciar un segundo viaje a Zanzíbar, donde adquirió 309 hombres, mujeres y jóvenes varones entre el 10 de febrero y el 4 de marzo de 1821 por $6.947. Los impuestos y gastos elevaron el costo de este cargamento a $10.314. Sin embargo, esta inversión resultó ser una pérdida total cuando el buque real Menai lo capturó el 21 de marzo de 1821 cerca de las islas Amirantes en el archipiélago de las Seychelles65. Otros indicios de la rentabilidad del comercio ilegal se encuentran en los informes de observadores contemporáneos según los cuales los esclavos comprados entre $20 y $25 en la costa oriental africana se vendían entre $100 y $200 en Mauricio, y los esclavos mozambiqueños que se vendían por $150 en la isla de Reunión en 1821 alcanzaban entre $300 y $400 en las Seychelles66.
Evaluar el impacto económico regional del comercio ilegal es problemático. Las proyecciones basadas en los precios conocidos de los esclavos, las exportaciones estimadas a las islas entre 1811 y 1848, y el informe de 1820 sobre la exigencia malgache de pago en monedas de plata mencionado anteriormente, sugieren que los comerciantes de África Oriental, Madagascar y Mozambique obtuvieron entre $3.523.000 y $5.056.000 entre 1811 y 1833 aproximadamente, por la venta de esclavos destinados a las Mascareñas. De estas cifras, entre $1.233.000 y $1.769.000 se pagaron en monedas67. Estos datos concuerdan con los de Machado, según el cual cerca de $2,9 millones en especies circularon en la región entre 1811 y 183168. Si se tienen en cuenta los impuestos, corretajes, comisiones y otros gastos en los que inevitablemente se incurre durante estos viajes, el valor total del comercio ilegal de las Mascareñas puede incrementarse hasta una cifra estimada que oscilaría entre $4.932.000 y $7.074.000.
El comercio Mascareño influyó en la vida política y económica de la región. Su espectacular expansión a partir de 1770 tuvo un papel importante en el auge del reino de Merina en las tierras altas de Madagascar a finales del siglo xviii y principios del xix, y en sus posteriores relaciones con Gran Bretaña y Francia69. El impuesto de capitación sobre los esclavos exportados desde Tamatave fue una importante fuente de ingresos del gobierno, y añadió casi $33.000 a las arcas reales en 182170. La adopción de la autarquía por parte del reino durante la década de 1820 se ha atribuido a la pérdida de estos ingresos después de que un tratado anglo-merino prohibiera las exportaciones de esclavos desde los puertos controlados por Merina en 182071. El Tratado de Moresby de 1822, que restringía las exportaciones de esclavos desde las posesiones omaníes en la costa swahili, le costó al sultán Seyyid Said entre mt$40.000 y MT$50.000 en ingresos anuales perdidos. Esta pérdida influyó decisivamente en su decisión de establecer plantaciones de clavo en Zanzíbar y Pemba, lo que impulsó la expansión masiva del comercio de esclavos en África Oriental durante el siglo xix72.
La desaparición del comercio ilegal mauriciano y de la isla Reunión en 1826 y 1832, respectivamente, y la abolición de la esclavitud en el Imperio Británico en 1834, estimularon la migración de más de 2,2 millones de trabajadores africanos, chinos, indios, y melanesios a través y más allá del mundo de las plantaciones coloniales desde mediados de la década de 1830 e inicios del siglo xx73. Muchos de estos trabajadores viajaron como indentured laborers, es decir, como trabajadores libres contratados para realizar trabajos específicos en periodos de tiempo determinados. Los orígenes de esta diáspora laboral suelen remontarse al deseo de los abolicionistas británicos de acabar con la esclavitud y demostrar la superioridad de la mano de obra “libre” contratada sobre el trabajo esclavo en la producción de materias primas tropicales, especialmente azúcar, para los mercados imperial y mundial. Mauricio, que recibió más indentured laborers que cualquier otra colonia (452.602, dos tercios de los cuales eran indios), fue el caso fundacional para el uso de este tipo de mano de obra después de 1834, en el mundo de las plantaciones coloniales tras la emancipación74. La isla Reunión recibiría 113.404 trabajadores en estas condiciones entre las décadas de 1840 y 1880, dos tercios de los cuales eran también de origen indio. El interés en el indentured labor system, a menudo caracterizado como un “nuevo sistema de esclavitud”, se ha centrado principalmente en la contratación de estos trabajadores, sus condiciones de vida y de trabajo, la naturaleza y la dinámica del control y la resistencia laboral, y en debatir si estos trabajadores eran personas “libres” o “no libres”75. Lamentablemente, estos debates han ignorado los aspectos económicos de este tipo de migración laboral antes de la década de 1840, cuando era dominada por intereses comerciales privados. Estudios recientes señalan la necesidad de prestar más atención al papel de los comerciantes y del capital mercantil en la migración de los primeros trabajadores bajo este sistema. Podemos señalar, concretamente, el papel que tuvo la eic en el primer experimento con estos trabajadores agrícolas pues se encargó del reclutamiento y transporte de doscientos trabajadores chinos a Trinidad en 1806. Aunque este experimento fracasó, el interés de la empresa por los migrantes chinos bajo contrato, hizo que planeara obtenerlos para su colonia de Santa Elena, en el Atlántico Sur. En 1809, los funcionarios de Santa Elena pidieron a los comerciantes británicos que operaban en Cantón, la contratación de cincuenta chinos para trabajar en la isla. Al año siguiente llegaron cincuenta y tres trabajadores, y en 1817 llegaron seiscientos cuarenta y tres, número que empezó a reducirse durante la década de 182076.
El colapso del comercio ilegal de las Mascareñas llevó a los funcionarios y dueños de plantaciones mauricianos y de la isla Reunión a considerar el uso de trabajadores indentured en las industrias azucareras de las islas que se encontraban en rápida expansión. En 1827, el gobernador de Reunión resucitó una propuesta de 1820 para introducir este tipo de trabajadores en la isla. Al año siguiente, el gobernador de Mauricio, Sir Lowry Cole, animó a un comerciante parsi de Bombay a importar indios a la colonia bajo este sistema laboral77. Un año más tarde, en 1829, unos 1.500 trabajadores chinos e indios, contratados por Guillardin & Cía., llegaron a Mauricio. En 1830, más de 3.100 trabajadores indios habían llegado a Reunión a través de los antiguos enclaves franceses de trata de esclavos de Pondichéry (Puducherry), Karikal (Karaikal) y Yanam.78 Lamentablemente, sabemos muy poco sobre la contratación y el transporte de estos trabajadores a las islas. Sin embargo, la participación de James Edward Arbuthnot, a nombre de Hunter Arbuthnot and Company, en lacontratación y entrega de 36 dhangars o “Hill Coolies” (pueblos tribales de montaña) en Mauricio en noviembre de 1834, indica que había intereses comerciales tanto en la colonia como en la India. La familia Arbuthnot era propietaria de una cadena de empresas comerciales en la India, además de tener intereses comerciales en Mauricio79.
Conclusión
La preocupación de los historiadores por reconstruir la naturaleza y las repercusiones del sistema esclavista y el análogo sistema de migración y servidumbre laboral ha impedido ver que las empresas que suministraban trabajadores a los dueños de plantaciones y a otros, eran empresas comerciales interesados en obtener ganancias y que, como dice el viejo adagio, “se necesita dinero para hacer dinero”. Examinar cómo el capital mercantil dio forma a la migración laboral en el Océano Índico influye en nuestra comprensión de la esclavitud y la servidumbre en el mundo oceánico y, como consecuencia, en la comprensión de otros acontecimientos significativos en la rica y compleja historia social, económica, cultural y política de esta región. Varias realidades históricas nos obligan a hacerlo: el volumen del comercio de esclavos en el Océano Índico aumentó de forma espectacular entre finales del siglo xviii y principios del xix; el comercio de esclavos, convictos y trabajadores contratados se hizo cada vez más complejo e interconectado durante este periodo, y el comercio europeo de esclavos fue un fenómeno verdaderamente global y no sólo atlántico80.
El estudio del caso Mascareño pone de manifiesto la necesidad de profundizar en las conexiones comerciales que unían los mundos atlántico e índico. Como evidencian los tratos de René André Oury con Sieur Catel, y el caso del carguero La Ville de Bordeaux cuyos capitanes tuvieron que deshacerse de los esclavos que llevaban, estos vínculos comerciales podían ser complejos y extenderse por vastos territorios. Las actividades de individuos como Janvier Monneron y empresas como Pitot Frères demuestran, asimismo, la necesidad de prestar más atención al papel que desempeñaron los intereses mercantiles coloniales, y no sólo metropolitanos, en el transporte de cientos de miles de africanos y asiáticos esclavizados a través y entre las cuencas de los océanos Atlántico e Índico.
El estudio del caso de las islas Mascareñas, así como el estudio de Machado sobre los comerciantes gujarati en el Océano Índico occidental y la reciente reevaluación de la importancia historiográfica de Way of Death de Joseph C. Miller, revela también que los historiadores del capitalismo deben sacudirse el eurocentrismo y el atlantismo que dominan los debates sobre el capitalismo mercantil, y prestar más atención a la forma en que los intereses mercantiles no europeos dieron forma a historias locales y regionales, así como globales81. Los archivos notariales mauricianos ofrecen otros atisbos también interesantes de esa actividad. El 8 de marzo de 1814, por ejemplo, Zacharie Arlanda, un comerciante indio originario de Pondichéry pero residente en Port Louis, formalizó la compra de La Constance, una embarcación de tres mástiles y 200 toneladas, a Johan Michael Christjanie, que vivía en Gresik (Java), por $15.000, a pagar en monedas de plata u oro en Java82. Nueve años más tarde, Annassamy, un comerciante de la India residente en Port Louis, formalizó la compra de dos propiedades azucareras de 765 arpendes (798 acres) junto con otra pequeña parcela de tierra, 285 esclavos, un molino de caña a vapor y sus accesorios, ganado diverso y otros equipos por la asombrosa suma de $178.85083. Con ello, Annassamy sentó el precedente para las posteriores inversiones de comerciantes indios en la industria azucarera mauriciana84. Los comerciantes y empresarios indios no sólo compraban y vendían plantaciones de azúcar locales, sino que también proporcionaban los fondos necesarios para financiar las operaciones de estas plantaciones, y asumían la responsabilidad de comercializar el azúcar que éstas producían85.
Hechos como éstos demuestran que ignorar el papel del capital mercantil asiático en la experiencia colonial en el Océano Índico conduce a una comprensión incompleta, incluso potencialmente distorsionada, de la compleja historia de este mundo oceánico, una idea reforzada por los estudios sobre los prestamistas Chettiar del Sur de la India en el Sudeste Asiático colonial86. Estos avances indican que los historiadores del capitalismo no pueden seguir ignorando el Océano Índico y Asia, ni seguir pasando por alto la complejidad de las relaciones que dieron forma a la actividad mercantil en la práctica en el mundo colonial87. Estos avances obligan también a los estudiosos del mundo asiático y del Océano Índico a esforzarse por ampliar sus horizontes conceptuales e incluir las preguntas provocadoras que plantean los historiadores del capitalismo.
Bibliografía
Fuentes primarias
Archivos
Printed primary documentation
Fuentes secundarias
❧ Este artículo fue publicado primero en inglés como: Allen, Richard B. “Merchant capital and labor migration in the colonial Indian Ocean world.” Historia Crítica, n.° 89 (2023): 129-153, doi: https://doi.org/10.7440/histcrit89.2023.05
1 Ej., Kenneth McPherson, The Indian Ocean: A History of People and the Sea (Delhi: Oxford University Press, 1993); R.J. Barendse, The Arabian Seas: The Indian Ocean World of the Seventeenth Century (Armonk, NY: M.E. Sharpe, 2002); Milo Kearney, The Indian Ocean in World History (Nueva York: Routledge, 2004).
2 Ej., K.N. Chaudhuri, Trade and Civilisation in the Indian Ocean: An Economic History from the Rise of Islam to 1750 (Cambridge: Cambridge University Press, 1985); Uma Das Gupta, comp., The World of the Indian Ocean Merchant, 1500-1800: Collected Essays of Ashin Das Gupta (New Delhi: Oxford University Press, 2001). Trabajos académicos más recientes incluyen: Denys Lombard and Jean Aubin, eds., Asian Merchants and Businessmen in the Indian Ocean and the China Sea (New Delhi: Oxford University Press, 2000); Engseng Ho, The Graves of Tarim: Genealogy and Mobility Across the Indian Ocean (Berkeley: University of California Press, 2006); Himanshu Prabha Ray and Edward A. Alpers, eds., Cross Currents and Community Networks: The History of the Indian Ocean World (New Delhi: Oxford University Press, 2007); Sebouh David Aslanian, From the Indian Ocean to the Mediterranean: The Global Trade Networks of Armenian Merchants from New Julfa (Berkeley: University of California Press, 2014); Abdul Sheriff and Engseng Ho, eds., The Indian Ocean: Oceanic Connections and the Creation of New Societies (Londres: Hurst & Company, 2014).
3 Ej., Om Prakash, The Dutch East India Company and the Economy of Bengal, 1630-1720 (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1985); Philippe Haudrère, La compagnie française des Indes au xviiie siècle (Paris: Les Indes Savantes, 1989); Om Prakash, European Commercial Enterprise in Pre-Colonial India (Cambridge: Cambridge University Press, 1998); Lakshmi Subramanian, ed., The French East Indies Company and the Trade in the Indian Ocean: A Collection of Essays by Indrani Ray (New Delhi: Munshiram Manoharlal, 1999); H.V. Bowen, The Business of Empire: The East India Company and Imperial Britain, 1756-1833 (Cambridge: Cambridge University Press, 2006); Nick Robins, The Corporation That Changed the World: How the East India Company Shaped the Modern Multinational (Londres: Pluto Press, 2006); Donald C. Wellington, French East India Companies: An Historical Account and Record of Trade (Lanham, MD: Hamilton Books, 2006); Philip J. Stern, The Company-State: Corporate Sovereignty and the Early Modern Foundations of the British Empire in India (Oxford: Oxford University Press, 2011); Sanjay Subrahmanyam, The Portuguese Empire in Asia, 1500-1700 (Chichester, uk: Wiley-Blackwell, 2012).
4 Ej., Johan Mathew, Margins of the Market: Trafficking and Capitalism Across the Arabian Sea (Berkeley: University of California Press, 2016); Fahad Ahmad Bishara, A Sea of Debt: Law and Economic Life in the Western Indian Ocean, 1780-1950 (Cambridge: Cambridge University Press, 2017); Pedro Machado, Sarah Fee, y Gwyn Campbell, eds., Textile Trades, Consumer Cultures, and the Material Worlds of the Indian Ocean: An Ocean of Cloth (Cham, Switzerland: Palgrave Macmillan, 2018); Thomas F. McDow, Buying Time: Debt and Mobility in the Western Indian Ocean (Athens, OH: Ohio University Press, 2018); Martha Chaikin, Philip Gooding, y Gwyn Campbell, eds., Animal Trade Histories in the Indian Ocean World (Cham, Switzerland: Palgrave Macmillan, 2020); Burkhard Schnepel y Julia Verne, eds., Cargoes in Motion: Materiality and Connectivity Across the Indian Ocean (Athens, OH: Ohio University Press, 2022).
5 Una excepción notable es Joseph C. Miller, Way of Death: Merchant Capitalism and the Angolan Slave Trade, 1730-1830 (Madison: University of Wisconsin Press, 1988). Investigaciones recientes sobre la financiación y organización de este tipo de comercio incluyen: Kenneth Morgan, “Remittance Procedures in the Eighteenth-Century British Slave Trade”, Business History Review 79, n.º 4 (2005): 715-749; Sheryllynne Haggerty, “Risk and Risk Management in the Liverpool Slave Trade”, Business History 51, n.º 6 (2009): 817-834; David Eltis, Frank D. Lewis, and Kimberly McIntyre, “Accounting for the Traffic in Africans: Transport Costs on Slaving Voyages”, Journal of Economic History 70, n.º 4 (2010): 940-963; Filipa Ribeiro da Silva, “Crossing Empires: Portuguese, Sephardic, and Dutch Business Networks in the Atlantic Slave Trade, 1580-1674”, The Americas 68, n.º 1 (2011): 7-32; Nicholas Radburn, “Guinea Factors, Slave Sales, and the Profits of the Transatlantic Slave Trade in Late Eighteenth-Century Jamaica: The Case of John Tailyour”, William and Mary Quarterly 72, n.º 2 (2015): 243-286; Mary E. Hickes, “Financing the Luso-Atlantic Slave Trade, 1500-1840: Collective Investment Practices from Portugal to Brazil”, Journal of Global Slavery 2, n.º 3 (2017): 273-309; Bruce L. Mouser, “The Trial of Samuel Samo and the Trading Syndicates of the Rio Pongo, 1797 to 1812”, International Journal of African Historical Studies 46, n.º 3 (2013): 423-441.
6 Hubert Gerbeau, “The Slave Trade in the Indian Ocean: Problems Facing the Historian and Research to be Undertaken”, in The African Slave Trade from the Fifteenth to the Nineteenth Century (Paris: unesw, 1979), 184-207; Richard B. Allen, “Ending the History of Silence: Reconstructing European Slave Trading in the Indian Ocean”, Revista Tempo 23, n.º 2 (2017): 294-313.
7 Richard B. Allen, Slave, Convict, and Indentured Labor and the Tyranny of the Particular, Joseph C. Miller Memorial Lecture 1 (Berlin: EB-Verlag Dr. Brandt, 2020).
8 Ej., André Gunder Frank, ReOrient: Global Economy in the Asian Age (Berkeley: University of California Press, 1998).
9 Pedro Machado, Ocean of Trade: South Asian Merchants, Africa and the Indian Ocean, c. 1750-1850 (Cambridge: Cambridge University Press, 2014), 8-10.
10 William Gervase Clarence-Smith, ed., The Economics of the Indian Ocean Slave Trade in the Nineteenth Century (Londres: Frank Cass, 1989).
11 Hollian Wint, “Financing the Indian Ocean Slave Trade”, Oxford Research Encyclopedia of African History (2022).
12 Jerry W. Cooney, “Silver, Slaves and Food: The Río de la Plata and the Indian Ocean, 1796-1806”, Tijdschrift voor Zeegeschiedenis 5, n.º 1 (1986): 34-45; Jean-Pierre Tardieu, La traite des noirs entre l’océan Indien et Montevideo (Uruguay) fin du xviiie siècle et début du xixe (Paris: L’Harmattan, 2010); Rafaël Thiébaut, “An Informal Franco-Dutch Alliance: Trade and Diplomacy between the Mascarenes and the Cape, 1719-1769”, Journal of Indian Ocean World Studies 1 (2017): 128-147.
13 Ver: Auguste Toussaint: Early American Trade with Mauritius (Port Louis, Mauritius: Esclapon, 1954); La route des îles: Contribution à l’histoire maritime des Mascareignes (Paris: SEVPEN, 1967); Le mirage des îles: Le négoçe française aux Mascareignes au xviiie siècle (Aix-en-Provence: Edisud, 1977); Les frères Surcouf (Paris: Flammarion, 1979); ‘Avant Surcouf’: Corsairs en océan Indien au xviiième siècle (Aix-en-Provence: Publications de l’Université de Provence, 1989).
14 Ej., M.N. Pearson, “Brokers in Western Indian Port Cities: Their Role in Servicing Foreign Merchants”, Modern Asian Studies 22, n.º 3 (1988): 455-472; Teotonio R. de Souza, “French Slave-Trading in Portuguese Goa (1773-1791)”, en Essays in Goan History, editado por Teotonio R. de Souza (New Delhi: Concept Publishing Company, 1989), 119-131; Ghulam Ahmad Nadri, “Commercial World of Mancherji Khurshedji and the Dutch East India Company: A Study of Mutual Relationships”, Modern Asian Studies 41, n.º 2 (2007): 315-342; Amrita Sen, “Searching for the Indian in the English East India Company Archives: The Case of Jadow the Broker and Early Seventeenth-Century Anglo-Mughal Trade”, Journal of Early Modern Cultural Studies 17, n.º 3 (2017): 37-58; Ghulam A. Nadri, “The English and Dutch East India Companies and Indian Merchants in Surat in the Seventeenth and Eighteenth Centuries: Interdependence, Competition, and Contestation”, en The Dutch and English East India Companies: Diplomacy, Trade and Violence in Early Modern Asia, editado por Adam Clulow y Tristan Mostert (Amsterdam: Amsterdam University Press, 2018), 125-149.
15 Ej., Martha L. Keber, Seas of Gold, Seas of Cotton: Christophe Poulain Dubignon of Jekyll Island (Athens, GA: University of Georgia Press, 2002).
16 K.N. Chaudhuri, “The East India Company and the Export of Treasure in the Early Seventeenth Century”, Economic History Review 16, n.º 1 (1963): 23-38; K.N. Chaudhuri, “Treasure and Trade Balances: The East India Company’s Export Trade, 1660-1720”, Economic History Review 21, n.º 3 (1968): 480-502; Ishrat Alam, “Dutch Imports of Precious Metals into India in the First Half of the 17th Century”, Proceedings of the Indian History Congress 53 (1992): 265-75; Om Prakash, European Commercial Enterprise in Pre-Colonial India; Om Prakash, Bullion for Goods: European and Indian Merchants in the Indian Ocean Trade, 1500-1800 (New Delhi: Manohar, 2004), 497-498; H.V. Bowen, “Bullion for Trade, War, and Debt-Relief: British Movements of Silver to, around, and from Asia, 1760-1833”, Modern Asian Studies 44, n.º 3 (2010): 445-475.
17 Jane Hooper, Feeding Globalization: Madagascar and the Provisioning Trade, 1600-1800 (Athens, OH: Ohio University Press, 2017), 143-150.
18 Najaf Haider, “Precious Metal Flows and Currency Circulation in the Mughal Empire”, Journal of the Economic and Social History of the Orient 39, n.º 3 (1996): 323.
19 Paul E. Lovejoy, Transformations in Slavery: A History of Slavery in Africa, 3rd ed. (Cambridge: Cambridge University Press, 2012), 27, 46, 151.
20 Daniel Perret, “From Slave to King: The Role of South Asians in Maritime Southeast Asia (From the Late 13th to the Late 17th Century)”, Archipel, n.º 82 (2011): 164.
21 Matthias van Rossum, “The Dutch East India Company and Slave Trade in the Indian Ocean and Indonesian Archipelago World, 1602-1795”, Oxford Research Encyclopedia of Asian History (2020).
22 Markus Vink, “‘The World’s Oldest Trade.’ Dutch Slavery and Slave Trade in the India Ocean”, Journal of World History 14, n.º 2 (2003):144; Hans Hägerdal, “The Slaves of Timor: Life and Death on the Fringes of an Early Colonial Society”, Itinerario 34, n.º 2 (2010): 21; Ulbe Bosma, “Commodification and Slavery in the Nineteenth-Century Indonesian Archipelago”, Journal of Social History 54, n.º 1 (2020): 114-115.
23 K.S. Mathew, Portuguese Trade with India in the Sixteenth Century (New Delhi: Manohar, 1983), 137-138.
24 Trans-Atlantic Slave Trade Estimates, SlaveVoyages (https://www.slavevoyages.org/assessment/estimates) (consultado el 20 de marzo de 2023).
25 Richard B. Allen, European Slave Trading in the Indian Ocean, 1500-1850 (Athens, OH: Ohio University Press, 2014), 15-24.
26 Allen, European Slave Trading, 126. Ver también: Richard B. Allen, “Exporting the Unfortunate: The European Slave Trade from India, 1500-1800”, Slavery and Abolition 43, n.º 3 (2022): 533-552. La pagoda, ampliamente utilizada en el sur de la India y generalmente acuñada en oro, estaba valorada en 3.5 rupias en 1818 (Henry Yule and A.C. Burnwell, Hobson-Jobson: The Anglo-Indian Dictionary [Ware, UK: Wordsworth Reference, 1996], 653).
27 Gerrit J. Knaap and Heather Sutherland, Monsoon Traders: Ships, Skippers and Commodities in Eighteenth-Century Makassar (Leiden: KITLV Press, 2004), 125, 230, 235. El valor anual promedio de las importaciones de esclavos en Macasar aumentó de 20.000 rijksdaalder (Rix-dólares, o Rix$) durante la década de 1760 (16,3% de las importaciones de productos básicos principales) a 26.500 Rix$ durante la década de 1770 (19,2% de dichas importaciones) y a 48.500 Rix$ durante la década de 1780 (21,7% de dichas importaciones). El valor promedio anual de las exportaciones de esclavos durante el mismo periodo pasó de 30.000 Rix$ (22,8% de las exportaciones de productos básicos) a 40.000 Rix$ durante la década de 1770 (22,5% de dichas exportaciones) y a 70.000 Rix$ durante la década de 1780 (29,1% de dichas exportaciones).
28 Esta sección se basa en Richard B. Allen, “Merchant Capital and Slave Trading in the Western Indian Ocean, 1770-1830”, en The Atlantic and Africa: The Second Slavery and Beyond, editado por Dale Tomich y Paul E. Lovejoy (Albany: State University of Nueva York Press, 2021), 273-296.
29 Allen, European Slave Trading, 23.
30 Toussaint, Le mirage des îles, 20-21.
31 Allen, European Slave Trading, 68-69.
32 Louis Dermigny, Cargaisons indiennes: Solier et Cie, 1781-1793 (Paris: sevpen, 1959-60), vol. 1, 30-41; Jean Mettas, Répertoire des expeditions négrières françaises au xviiie siècle, vol. 2: Ports autres que Nantes, editado por Serge y Michèle Daget (Paris: Société Française d’Histoire d’Outre-Mer, 1984), 635; Mauritius National Archives (mna), Coromandel, Mauritius: ob 21 (Amirauté [Jurisdiction Royale], Registre des déclarations d’arrivées et autres, 11 février 1782-1 mars 1784), n.º 122, 7 diciembre 1782.
33 Dermigny, Cargaisons indiennes, 328-30; Mettas, Répertoire des expeditions, 645; mna: ob 28 (Amirauté [Jurisdiction Royale], Registre des déclarations d’arrivées et autres, 4 juin 1788-17 janvier 1791), n.º 352, 27 noviembre 1790.
34 mna: ob 50 (Amirauté [Jurisdiction Royale], Registre pour server à l’enregistrement des commissions des capitaines de marine, 14 mars 1785-3 septembre 1789), n.º 180, 20 mayo 1788; ob 28, no. 75, 1 noviembre 1788.
35 mna: OC 4 (Amirauté [Jurisdiction Royale], Registre des actes de grosse, de sociétés, d’affretements et autres contrats maritimes, 3 juin 1785-12 septembre 1791), n.º 126, 4 de julio 1789; Mettas, Répertoire des expeditions, 104.
36 mna: Notarial Acts: Original Deeds (na) 27 (notary Daniel Vital Touraille [active 1779-1791]), vol. 20, act n.º 4, 21 mayo 1787.
37 P. Butel, “Réorientations du négoçe français à la fin du xviiie siècle: Les Monnerons et l’océan Indien”, en Négoçe et industrie en France et en Irlande aux xviiie et xixe siècles, editado por P. Butel y L.M. Cullen (Paris: Éditions du C.N.R.S., 1980), 65-73; Abeydeera Ananda, “Louis Monneron, agent de la France à Ceylan”, Dix-huitième siècle 22 (1990): 25-37; Jean-François Klein, “Un chaînon manquant impérial? Les Monneron, un fratrie d’armateurs au tournant du monde”, en Les européens dans les ports en situation coloniale, xvie-xxe siècle, editado por Jean-François Klein y Bruno Marnot (Rennes: Presses Universitaires de Rennes, 2014), 43-70; Oliver Cussen, “The Lives of Merchant Capital: The Frères Monneron and the Legacy of Old Regime Empire”, French History 34, n.º 3 (2020), https://doi.org/10.1093/fh/craa037
38 José Capela, “Slave Trade Networks in Eighteenth-Century Mozambique”, en Networks and Trans-Cultural Exchange, editado por David Richardson and Filipa Ribiero da Silva (Leiden: Brill, 2015), 180.
39 Allen, European Slave Trading, 68-69.
40 mna: na 32 (notary Antoine Chasteaux de Balyon [active 1782-1791]), vol. 4A, act n.º 51, 10 mayo 1786.
41 mna: OC 40 (Amirauté [Jurisdiction Royale], Registre pour servir à l’enregistrement des commissions des capitaines de marine, 28 noviembre 1777-6 février 1782), n.º 237, 18 noviembre 1780.
42 José Capela, O Tráfico de escravos nos portos de Moçambique, 1733-1904 (Porto: Edições Afrontamento, 2002), 180; Machado, Ocean of Trade, 212, 223, 225, 235; mna: f 4 (Municipalité du Port Nord-Ouest, Registre pour l’enregistrement des déclarations d’arrivées de capitaines de navires et des cautionnements, 17 juillet 1794-20 septembre 1803), n.º 1360, 11 thermidor An xi; gb 26 (Bureau Central de Police, Registre pour l’enregistrement des déclarations d’arrivées de capitaines, 7 vendémiaire xx [30 septembre 1803]15 octobre 1810, 10 janvier 1811-19 avril 1815), n.º 210, 15 prairial An XII; gb 40 (Tribunal de Première Instance, Registre pour servir aux déclarations d’amirauté, 8 vendémiaire XII [1er octobre 1803]-8 mai 1809), no. 30, 16 prairial An xii; gb 26, n.º 300, 1 complémentaire An xii; gb 40, n.º 56, 2 complémentaire An xii.
43 Teotonio R. de Souza, “French Slave Trading in Portuguese Goa (1773-1791)”, 123-125.
44 mna: na 23 (notary André Jean Baptiste Leroux de Cinq Noyers [active 1774-1784]), vol. 10A, act n.º 26, Acte de Dépot de pieces par M. de Châteauneuf concernant le senault L’Aventurier, 8 octbre 1777.
45 mna: ob 21, n.º 243, 14 octobre 1783, and f 23 (Amirauté [Tribunal de Première Instance], Registre des actes de grosse, de sociétés, d’affretements et autres contrats maritimes, 17 octubre 1791-17 abril 1794), n.º 73, 15 enero 1793, respectivamente.
46 Keber, Seas of Gold, 119-120.
47 University of Chicago Joseph Regenstein Library (ucjrl), Chicago, IL, USA: Ms. f-1051, Vol. 2, Doc. 15, fol. 1, and Vol. 2, Doc. 1 (Culture Des Isles de France et de Bourbon), fol. 10.
48 Allen, European Slave Trading, 153.
49 mna: Registros notariales: Original Repertoire (nb), vol. 13 (notary François Pelte [active 1778-1791]), fols. 5r-67v.
50 mna: Dépôts Civils (jh), vol. 9 (1789), Etat Des Noirs que Jai Vendu a Bourbon.
51 Philippe Haudrère, La Compagnie française des Indes aux xviiie siècle (1719-1795), 938.
52 Biblioteca Nacional de Mauricio (mnl), Port Louis, Mauricio: Pitot Frères et Cie à M. de Maurville, au Port-Louis, 27 juin 1781, impreso en The Commercial Gazette [Mauritius], 27 de agosto de 1870.
53 mnl: Pitot Frères et Cie à MM Frin et Cie, Banquiers à Paris, 14 septembre 1781, impreso en The Commercial Gazette [Mauricio], 3 de septiembre de 1870.
54 William Milburn, Oriental Commerce, vol. 2 (Londres: Black, Parry & Co., 1813), 566.
55 Toussaint, Les frères Surcouf, 273-74.
56 mna: na 39 (notary Alexandre Louis Auguste de Balyon [active 1791-1804]), vol. 8, act n.º 43 & 44, 9 pluviôse An vi. Aunque probablemente sean otomanas, no es posible determinar el tipo y el valor de las monedas descritas como écus turcs.
57 Dermigny, Cargaisons indiennes, vol. I, 162, 260, 397.
58 mna: f 10 (Amirauté [Tribunal de Commerce], Registre des déclarations d’arrivées et autres, 18 janvier 1791-18 noviembre 1793), no. 540, 6 septiembre 1793.
59 Los datos limitados sobre precios de que disponemos indican que los esclavos costaban entre $27 y $34 en Madagascar en 1769, un promedio de $25 en la costa swahili en 1776 y entre $30 y $40 en Kilwa y Mozambique entre 1785 y 1780. Se calcula que entre 1770 y 1810 se exportaron a las islas entre 145.817 y 168.616 esclavos africanos y malgaches (Richard B. Allen, “The Mascarene Slave-Trade and Labour Migration in the Indian Ocean during the Eighteenth and Nineteenth Centuries”, en The Structure of Slavery in Indian Ocean Africa and Asia, editado por Gwyn Campbell [Londres: Frank Cass, 2004], 41).
60 Machado, Ocean of Trade, 241.
61 Dermigny, Cargaisons indiennes, vol. 2, 123.
62 Allen, “The Mascarene Slave-Trade”, 41; Allen, European Slave Trading, 147.
63 Hubert Gerbeau, “L’esclavage et son ombre: L’île Bourbon au xixe et xxe siècles”. Thèse pour le doctorat d’État, Université de Provence (Aix-Marseille I), 2005, 1311-12.
64 Documentos de Sesiones del Parlamento Británico (pp) 1829 xxv [292], Report of the Commissioners of Inquiry Upon the Slave Trade at Mauritius (en adelante Slave Trade Report), 22-23; Richard B. Allen, “Licentious and Unbridled Proceedings: The Illegal Slave Trade to Mauritius and the Seychelles during the Early Nineteenth Century”, Journal of African History 43, n.º 1 (2001): 100.
65 Allen, European Slave Trading¸ ١٥٢-٥٣.
66 Slave Trade Report, 42; National Archives of the United Kingdom, Kew, uk (nauk): co 167 (Oficina Colonial: Mauricio: correspondencia original), vol. 57, Extractos de los registros secretos de la oficina privada del Gobernador Farquhar relativos a la formación prevista de Depósitos de Esclavos en el Archipiélago de las Seychelles., 8 de abril de 1821. Enclosure No. 5 in Despatch No. 46, R.T. Farquhar to Earl Bathurst, 11 June 1821.
67 Los informes contemporáneos indicaban que los esclavos costaban $50 en Madagascar en 1818 y entre $18 y $28 en Zanzíbar en 1821. Se calcula que entre 1811 y 1848 se exportaron a las islas entre 123.379 y 144.959 esclavos africanos y malgaches. (Allen, “The Mascarene Slave-Trade”, 41).
68 Machado, Ocean of Trade, 241.
69 Pier Larson, History and Memory in the Age of Enslavement: Becoming Merina in Highland Madagascar, 1770-1822 (Portsmouth, NH: Heinemann, 2000); Gwyn Campbell, An Economic History of Imperial Madagascar, 1795-1895: The Rise and Fall of an Island Empire (Cambridge: Cambridge University Press, 2005).
70 Ludwig Munthe, Charles Ravoajanahary, y Simon Ayache, “Radama I and les anglais: Les négoçiations de 1817 d’après les sources malgaches (‘Sorabe’ inédits)”, Omaly sy anio: Revue d’études historiques 3-4 (1976): 55; Gwyn Campbell, “Madagascar and the Slave Trade, 1810-1895”, Journal of African History 22, n.º 2 (1981): 208.
71 Gwyn Campbell, “The Adoption of Autarky in Imperial Madagascar, 1820-1835”, Journal of African History 28, n.º 3 (1987): 400.
72 Abdul Sheriff, Slaves, Spices and Ivory in Zanzibar: Integration of an East African Commercial Empire into the World Economy, 1770-1873 (Londres: James Currey, 1987), xix, 50.
73 David Northrup, Indentured Labor in the Age of Imperialism, 1834-1922 (Cambridge: Cambridge University Press, 1995).
74 I.M. Cumpston, Indians Overseas in British Territories, 1834-1854 (Londres: Oxford University Press, 1953), 85.
75 Hugh Tinker, A New System of Slavery: The Export of Indian Labour Overseas, 1830-1920 (Londres: Oxford University Press, 1974). Ver también: Richard B. Allen, “Asian Indentured Labor in the 19th and Early 20th Century Colonial Plantation World”, Oxford Research Encyclopedia of Asian History (2017).
76 Richard B. Allen, “Slaves, Convicts, Abolitionism and the Global Origins of the Post-Emancipation Indentured Labor System”, Slavery and Abolition 35, n.º 2 (2014), 328-348. Ver también: Allen, European Slave Trading, 193-203.
77 nauk: co 167, vol. 102, Despatch No. 26, Sir Lowry Cole to Sir George Murray, 31 de diciembre de 1828 (párrafo 5).
78 Sadasivan Jagananda Reddi, “The Establishment of the Indian Indenture System, 1834-1842”, en Indians Overseas: The Mauritian Experience, editado por U. Bissoondoyal (Moka, Mauritius: Mahatma Gandhi Institute Press, 1984), 5; Richard B. Allen, “Plantation Economy and Slavery in the Mascarene Islands (Indian Ocean)”, Oxford Research Encyclopedia of African History (2022).
79 Huguette Ly-Tio-Fane Pineo, Lured Away: The Life History of Indian Cane Workers in Mauritius (Moka, Mauritius: Mahatma Gandhi Institute Press, 1984), 22-23.
80 Allen, European Slave Trading, passim.
81 Machado, Ocean Trade; Mariana P. Candido, “Capitalism and Africa: Revisiting Way of Death Thirty-Five Years after its Publication”, American Historical Review 127, n.º 3 (2022): 1439-1448.
82 mna: na 38 (notary Jean François Arnaud [active 1791-1823]), vol. 45, acta del 8 de marzo de 1814. Al año siguiente, A. Chisnon, un comerciante de Semarang (Java), informó a Arlanda que había efectuado el pago final de 1.500 dólares a Christjanie y cómo se había de la carga del barco dispuesto en Java, valorada en miles de piastras (mna: na 50 (notary Denis Louis Durant [active 1787-1819]), vol. 47, act dated 1 février 1816).
83 mna: na 33 (notary Jean Belin [active 1785-1823]), vol. 117, act dated 6 septembre 1823. Annassamy paid $20,000 down when he purchased this property and committed himself to payments of $22,770 each May 1st from 1824 through 1828 with a final payment of $45,000 on 30 September 1829.
84 Richard B. Allen, Slaves, Freedmen, and Indentured Laborers in Colonial Mauritius (Cambridge: Cambridge University Press, 1999), 136-171.
85 A principios de 1860, por ejemplo, Mylapoor Moonisamy, un comerciante y terrateniente indio, adelantó $12.000 a Jean François Chavrimoutou y Tatouvon Maniacara para cubrir los costos de producción de su finca. Más tarde ese mismo año, Moonisamy adelantó otros $6.000 a Chavrimoutou con el mismo propósito (mna: na 83 (notario Adolphe Noël Macquet [active 1838-1872]), vol. 21, n.º 2991, 9 de febrero de 1860; na 83, vol. 22, n.º 3235, 24 diciembre 1860).
86 Ej., Michael Adas, “Immigrant Asians and the Economic Impact of European Imperialism: The Role of South Indian Chettiars in British Burma”, Journal of Asian Studies 33, n.º 3 (1974): 385-401; Heiko Schrader, “Chettiar Finance in Colonial Asia”, Zeitschrift für Ethnologie 121, n.º 1 (1996): 101-126; David Rudner, “Banker’s Trust and the Culture of Banking among the Nattukottai Chettiars of Colonial South India”, Modern Asian Studies 23, n.º 3 (1989): 417-458; Paul H. Kratoska, “Chettiar Moneylenders and Rural Credit in British Malaya”, Journal of the Malaysian Branch of the Royal Asiatic Society 86, n.º 1 (2013): 61-78; Ummadevi Suppiah, “History of Moneylending during British Era: A Case Study of Chettiars as the Major Money Lenders”, Universiti Utara Malaysia and Malaysia Historical Society (2014), 850-867.
87 Panoramas recientes del capitalismo mercantil revelan la poca atención que se presta a estas partes del mundo: Ej., Jürgen Kocka, Capitalism: A Short History, trans. by Jeremiah Riemer (Princeton, nj: Princeton University Press, 2016), 25-53; Jairus Banaji, “Merchant Capitalism”, en The Sage Handbook of Marxism, 3 vols., editado por Beverly Skeggs, Sara R. Farris, Alberto Toscano, y Svenja Bromberg (Londres: Sage Publications Ltd., 2022), vol. 1, 3-23.
❧
Ph.D. en Historia de la Universidad de Illinois, Urbana-Champaign y un académico reconocido internacionalmente. Es autor de Slaves, Freedmen, and Indentured Laborers in Colonial Mauritius (Cambridge University Press, 1999), European Slave Trading in the Indian Ocean, 1500-1850 (Ohio University Press, 2014), y más de sesenta artículos, capítulos y ensayos sobre la historia social y económica de Mauricio, la esclavitud y el trabajo bajo sistemas de servidumbre en el mundo de las plantaciones coloniales, y la esclavitud, el comercio de esclavos, y la abolición en el Océano Índico y Asia. Entre sus publicaciones más recientes están: Slave, Convict, and Indentured Labor and the Tyranny of the Particular, Joseph C. Miller Memorial Lecture 1 (Berlín: EB Verlag Dr. Brandt, 2020) y un volumen titulado Slavery and Bonded Labor in Asia, 1250-1900 (Leiden: Brill, 2022). Actualmente es editor de la serie Indian Ocean Studies Series para Ohio University Press, chapandoz2003@yahoo.com