Japón y Colombia iniciaron relaciones diplomáticas en 1908. Son 112 años que han sido dinámicos y en los que ha surgido una conexión comercial y cultural (Embajada de Japón en Colombia, 2020). En esta interacción, muchas enseñanzas de sus culturas, de los factores de éxito y de sus fracasos han contribuido al desarrollo y beneficio mutuo. En este sentido, es deseable que dichas relaciones se fortalezcan hacia el futuro y una de las formas de hacerlo es conociéndonos más.
Un medio que contribuye a ese conocimiento es el Centro del Japón de la Universidad de los Andes, que tiene la misión de “facilitar e incentivar la comprensión mutua a nivel de los ciudadanos de Japón y Colombia en las áreas de la cultura, la academia y la economía” (Centro del Japón-Uniandes, 2020).
De los seis ejes temáticos que tiene el Centro del Japón, que contribuyen a su misión y visión, es el eje de Ciencia, Tecnología e Innovación (CTI) aquel en el que nos centraremos, pues a partir de este se puede presentar una visión amplia de algunos de los factores de mayor incidencia en el desarrollo científico y tecnológico en Japón y desde allí construir algunas conclusiones al respecto.
En esa medida propongo que el progreso y el bienestar de una sociedad tienen como uno de sus pilares la ciencia, la tecnología y la innovación, y, en tal sentido, considero que ellos han sido motores del desarrollo de la sociedad japonesa. Así mismo, entre los diversos aspectos que inciden en el desarrollo tecnológico, se pueden encontrar tres fundamentales que, desde mi perspectiva, contribuyen a lo logrado por Japón en ciencia, tecnología e innovación. Estos son el Ser, el Saber y las políticas.
1. La ciencia, la tecnología y la innovación tienen su fundamento en el Ser
El conocimiento que podamos tener del modo de ser e idiosincrasia de un pueblo ayuda a entender los fundamentos de sus desarrollos tecnológicos y de su impacto económico, social y ambiental actuales. Como Ser, los japoneses han desarrollado una fortaleza espiritual de emprendimiento y resiliencia, basados en las adversidades generadas por el hombre y la naturaleza. Lo anterior les ha dado la capacidad de analizar los eventos inesperados; estructurar salidas; trabajar juntos; implementar acciones; evaluar resultados; y, una cosa fundamental, acatar las normas.
En su historia figuran las tragedias y consecuencias de la guerra, las adversidades de las inundaciones, terremotos, tsunamis y la dependencia de la importación de alimentos y recursos minerales básicos para subsistir. Sin embargo, su ser ha sido motor para sobrellevar estas adversidades y aprender de ellas. Estas podrían ser lecciones para otros países como Colombia, en donde también la historia registra las adversidades naturales y las derivadas de nuestro transcurrir sociopolítico y cultural de muchos años.
En territorio, Colombia tiene un área tres veces mayor a la del Japón y una población aproximadamente tres veces menor. Y, aunque coincidimos en varias cosas y nos diferenciamos en otras, la mayor divergencia quizás es de tiempo: mientras Japón goza de una cultura milenaria, la nuestra tiene apenas unos pocos siglos. Así, aprender e incorporar los factores de éxito de una nación con una experiencia de muchos siglos, como Japón, es el reto para naciones jóvenes como la colombiana.
El poder del Ser que surge de la adversidad vivida por el pueblo japonés es parte del fundamento de sus logros tecnológicos, lo que los impulsa, y es el poder que debemos incorporar en nuestros desarrollos para aprovechar los recursos naturales y el potencial humano que poseemos. La creatividad, la capacidad de trabajar unidos, de emprender acciones, generar soluciones y cumplir las normas son los fundamentos de ese Ser que se requieren para los desarrollos en ciencia, tecnología e innovación. El Centro del Japón de la Universidad de los Andes y las Asociaciones de exbecarios pueden contribuir en dicha meta a través de sus acciones.
2. El desarrollo basado en la ciencia, la tecnología y la innovación se genera cuando el Saber responde a las necesidades de una sociedad.
Una vez se tiene claro el Ser, el siguiente paso es desarrollar el Saber. El Saber, logrado a través de la información empírica, el conocimiento tácito y también el derivado de la educación y de la investigación, genera valor, innovación e impacto. Es un gran capital del pueblo japonés para lograr su desarrollo tecnológico y posicionamiento económico.
En ese largo recorrido histórico, la educación ha sido estratégica y un pilar fundamental de la sociedad. La cobertura de la educación primaria y secundaria, el porcentaje de graduandos en la educación superior con relación a los que la inician, y la inversión ilustran la situación de la educación en Japón.
La educación básica primaria y secundaria tiene una duración de 12 años y es obligatoria. En 2018 el 55% de los que completaron educación secundaria ingresaron a una institución de educación universitaria, de los cuales el 58% completaron sus programas. Es decir, Japón cuenta con una base sólida de personas con educación y Saber que contribuye a los avances tecnológicos de hoy y a los que actualmente están en desarrollo. Esto es así porque la inversión pública en educación en los últimos años ha estado en torno al 15% de la inversión nacional y local. A su vez, Japón invierte en investigación y desarrollo el 3.5% del PIB (Statistical Handbook of Japan 2019).
Lo anterior implica que la sociedad japonesa cuenta con el privilegio de acceder a más oportunidades que la impulsan a mejorar en el desarrollo de ciencia, tecnología e innovación gracias a sus niveles educativos.
Hay varias formas e indicadores para ver el desarrollo en ciencia y tecnología de un país que pueden ser: la educación, inversión, número de investigadores, grupos de ciencia, publicaciones, descubrimientos y patentes, la transferencia tecnológica y el reconocimiento a sus investigadores. Para efectos de este artículo me centraré en dos puntos de vista relacionados con esta función del Ser y el Saber: en algunos de los desarrollos tecnológicos per se y en los reconocimientos otorgados a sus gestores.
En relación con los desarrollos tecnológicos, estos se centran fundamentalmente en las tecnologías electrónicas, digitales, óptica y robótica y su aplicación en diferentes sectores como automotores, medicina, trenes de alta velocidad, aviación y transporte marítimo, entre otros, así como en descubrimientos de distintos tipos. Todos son factores que aportan de forma directa y positiva a la calidad de vida de la humanidad.
No es mi intención hacer una revisión detallada de los desarrollos basados en la ciencia o en la creatividad de sus gestores, pero para ilustración del lector y en forma cronológica mencionaré algunos que pasan desapercibidos, pero que han sido de gran relevancia:
a. El Jet stream (corrientes en chorro) es de gran utilidad para las operaciones aéreas y predicciones meteorológicas. Fue descubierto por el meteorólogo japonés Wasaburo Ooishi, a finales de los años 40 (Lewis, J.M. 2003).
b. La primera calculadora de bolsillo la produjo comercialmente la compañía Sanyo. Se lanzó al mercado en 1971 (Datamath 2020).
c. La estatina, base de las medicinas para el colesterol, fue descubierta por Akira Endo en 1971 (Endo 2010).
d. El primer reloj de mano digital fue producido por Seiko en 1982 (Seiko 2020).
e. Los métodos de operaciones y procesos de manufactura, conocidos como “Lean manufacturing” y muy utilizados actualmente en el mundo, fueron desarrollados por la compañía Toyota a finales de los años 80 para reducir las pérdidas en los procesos y maximizar las ganancias para el cliente final (The Economist, 2009).
f. El código QR, forma análoga al código de barras y que almacena información que comparte a través del internet, fue inventado en la Compañía Denso Wave en 1994 (Denso Wave, 2020).
g. El primer vehículo híbrido producido en forma masiva fue desarrollado por Toyota en 1997 (DOE, 2014).
h. Los comúnmente usados Emojis fueron creados en Japón. Su desarrollo y aplicación en forma masiva para equipos móviles es obra de Shigetaka Kurita en 1998 (BBC, 2016).
i. La tecnología de luz LED fue descubierta por Shuji Nakamura y reemplazó a las fuentes convencionales de luz poco eficientes, tales como las incandescentes, fluorescentes, halógenas o a base de mercurio. Esto lo hizo acreedor al premio Nobel en física en 2014 (The Nobel prize, 2020a).
j. Entre los reconocimientos otorgados a científicos japoneses figuran varios premios Nobel: galardones que destacan a personas u organizaciones por sus descubrimientos y aportes importantes a la humanidad (The Nobel prize, 2020b). En la historia de los Nobel, Japón cuenta con 28 galardonados en las categorías de física, química, medicina, literatura y el premio a la paz, siendo las tres primeras las de mayor número de premios obtenidos. El más reciente de estos reconocimientos fue en 2019, en Química, otorgado a Akira Yoshino (The Nobel prize, 2020a).
Esta lista de algunos de los desarrollos tecnológicos más importantes en Japón evidencia cómo la integración del Ser y el Saber propicia los desarrollos tecnológicos ampliamente usados a nivel global. Los descubrimientos y la creatividad de los japoneses los han hecho merecedores de reconocimientos públicos, pues han marcado la diferencia a la hora de mejorar la calidad de vida en todas las regiones.
3. Las políticas forman parte integral de un desarrollo basado en ciencia, tecnología e innovación.
El establecimiento de políticas y proyección en ciencia y tecnología ha sido dinámico a través de la historia de Japón. Después de la Segunda Guerra Mundial, Japón experimentó una reestructuración en su organización como nación para proyectar su desarrollo.
Con ayuda externa e interés de promover la ciencia fortaleció sus relaciones con los países más avanzados en adelantos tecnológicos e investigación, dedicó recursos para infraestructura en educación y apoyó a la investigación (Wells, 2017).Las políticas de gobierno generalmente obedecen a planes quinquenales.
La estrategia actual relacionada con ciencia, tecnología e innovación es la denominada “Sociedad 5.0” (Japón 2020), centrada en el desarrollo del ser humano. Busca soluciones a realidades del entorno actual como lo son: tener una de las poblaciones de mayor edad en el mundo; tendencia a menor número de niños y jóvenes; problemas sociales; riesgos ambientales respecto al cambio climático; y disponibilidad de energía. El plan tiene como ejes:
1) la movilidad con vehículos autónomos y desarrollo de ciudades inteligentes.
2) la infraestructura inteligente.
3) tecnologías para sistemas inteligentes financieros que reemplacen las transacciones con dinero en efectivo.
4) el acceso a la salud con sistemas inteligentes, teleconsultas, etc. La meta con estos ejes es que los productos o servicios sean entregados en forma óptima a los usuarios y de acuerdo con sus necesidades.
En este sentido, los desarrollos requeridos tienen como fundamento las grandes bases de datos, el internet de las cosas (IoT) y los sistemas de inteligencia artificial. Así, para lograr las metas se están consolidando consorcios de empresas e instituciones para trabajar en forma integral y los recursos y apoyos desde el alto gobierno están definidos. Japón cuenta con una entidad rectora en ciencia denominada Agencia para la Ciencia y la Tecnología de Japón (JSTA) y, anexo a ella, un Centro para la Investigación y Desarrollo de Estrategias (CRDS, 2020) para sus desarrollos tecnológicos en ambiente y energía, TIC´s, nanotecnología y materiales, ciencias de la vida e investigación clínica y en ciencia, tecnología e innovación. Este Centro sienta las bases para la definición de políticas en ciencia, tecnología e innovación, en línea con el plan de “Sociedad 5.0”, y reafirma la importancia de estos desarrollos para el bienestar de las personas y de la nación.
Finalmente, una de las políticas de Japón a nivel internacional, para integrar conocimiento, desarrollo de proyectos y cooperación técnica, se basa en los programas de la Agencia de Cooperación Internacional del Japón (JICA 2020). En Colombia ésta se estableció en 1980, bajo la coordinación de la Embajada del Japón en Bogotá, con actividades como becas para entrenamiento en Japón, realización de proyectos colaborativos, estudios de desarrollo y la participación de expertos y voluntarios japoneses. Ello es una muestra de los beneficios que las relaciones diplomáticas entre países pueden aportar a la integración de políticas, basadas en el Ser y el Saber, que podemos tener para utilidad de nuestras sociedades, teniendo como apoyo la ciencia, tecnología e innovación.
Conclusiones
El progreso tecnológico, económico y social de Japón ha sido evidente en las últimas décadas. Ello se deriva de la integración de sus vivencias del pasado, de su cultura del presente, de la aplicación del saber y del apoyo gubernamental. Con este panorama han tenido respuestas a su entorno local y a las demandas tecnológicas a nivel global. Podemos concluir entonces que los desarrollos en ciencia, tecnología e innovación de Japón sirven como modelo para analizar que, aunque sus logros son dependientes de recursos, políticas e infraestructura, tienen como pilar fundamental el Ser y el Saber que se observa en la cultura japonesa.
Estos pilares han propiciado desarrollos de impacto global con reconocimiento a sus gestores, descubridores e inventores por parte de la sociedad, como son los premios Nobel. Gracias a esto, Japón tiene definido su plan de desarrollo en ciencia, tecnología e innovación, y posee entidades para coordinarlo y ejecutarlo con un enfoque en el ser humano, reflejado en su plan “Sociedad 5.0”. Además, con lo anterior, el país promueve la cooperación internacional, la cual es evidente en Colombia, en donde centros de estudio como el Centro del Japón de la Universidad de los Andes y las Asociaciones de exbecarios contribuyen a fortalecer las relaciones bilaterales y al beneficio mutuo entre los dos países.




