
Una luz histórica sobre los guerreros de las sombras
Jose Mauricio González Ramirez
ホセ・マウリシオ・ゴンサレス・ラミレス
Shidōshi 7º Dan de Bujinkan Dōjō
武神館道場 士道師七段
https://doi.org/10.53010/kobai.05.2023.03
Los ninjas han sido una de las figuras culturales japonesas más reconocidas en todo Occidente, junto con los samuráis, desde la primera vez que los vimos en las películas del famoso “Boom Ninja” durante el inicio de la década de los 80s. Aquellos que tenemos más de 40 años, y a los que nos gusta el cine de artes marciales recordamos las películas del actor, escritor, cineasta y artista marcial, Shō Kosugi, cuyo nombre real es Kosugi Shōichi (小杉 正一), como Enter the Ninja, Revenge of the Ninja, Ninja III: The Domination, Nine Deaths of the Ninja, entre otras. También son famosas las películas de Michael Dudikoff, llamadas American Ninja. Fue en estas películas donde surgió por primera vez el mito, que se difundió por todo el mundo, del ninja como un asesino implacable y despiadado que vendía sus servicios al mejor postor, y que muchas veces debía pasar por un entrenamiento inhumano, e incluso mágico, para desarrollar sus habilidades (Hayes, 1980). Más tarde, a principios de la década de los 90, llegaron las Tortugas Ninja, que, aunque eran películas de ciencia ficción, sumaron aún más puntos a la popularidad de los ninjas en Occidente. Uno de los últimos productos que ha dado fama mundial a los ninjas es la franquicia de Naruto, conocida en todo el mundo por su anime, que empezó a emitirse en el año 2002 y que es referente para las generaciones actuales en este tema.
Anónimo, Ilustración histórica dibujada a mano de dos ninjas de alrededor de 1770
(era Meiwa), [Fotografía digital], 2022.
Durante todos estos años se han arraigado varios mitos sobre el arte del ninjutsu y sus practicantes, algunos de ellos salidos de la fantasía y las leyendas, como que los ninja podían desaparecer o volverse literalmente invisibles. También se contaba que podían caminar sobre el agua, desplazarse corriendo a velocidades sobrehumanas, o saltar a grandes distancias y alturas, incluso llegando a volar. Otro mito popular es que podían realizar magia y encantamientos a través de posiciones de manos o rezos, tal como se muestra en el anime de Naruto (2002-2017). Dichos mitos han quedado impresos en la cultura popular y, aún hoy, cuando el ninjutsu se ha extendido por todo el mundo de la mano de varios maestros calificados y se ha conocido el arte real, se sigue creyendo que estos mitos fantásticos son hechos reales (Hatsumi, 1981).
Uno de los mitos más extendidos, y el que vamos a desmentir en este artículo, es que los ninjas funcionaban como “antagonistas” o “enemigos” de los samuráis, siendo contratados como asesinos o espías que ejecutaban labores que los samuráis no podían o no querían realizar por su código de honor. Este mito generalmente se puede ver en películas que representan sucesos, ya sea basados en hechos reales o producto enteramente de la ficción, donde se ve a un grupo de samuráis que desean eliminar a su enemigo, pero no pueden hacerlo directamente. Uno de los primeros ejemplos de esto lo podemos ver en la película Shogun Assasin, de 1980, donde la trama gira alrededor de un samurái al que el shogun quiere asesinar, y para esto envía a su grupo de ninjas. Otro ejemplo más reciente de este tipo de tramas es la película El último samurái, del año 2003 y protagonizada por Tom Cruise. En una de sus escenas el antagonista principal, Omura, envía un grupo de ninjas a la aldea donde vive el coprotagonista, Katsumoto, para asesinarlo en la noche durante una obra de teatro.
Katsushika Hokusai, Página del volumen 6 de los 15 volúmenes de Hokusai Manga (colección de bocetos),
[Fotografía digital], 2009.
Evidencia de esto es la experiencia que tuve finalizando la década de los 90, durante mis primeros años de entrenamiento, en una de las academias más grandes y conocidas de Bogotá, donde decían enseñar ninjutsu, aunque realmente no se trataba de este arte. Allí enseñaban que la palabra ninja significaba “asesino silencioso”. Considerando el gran número de estudiantes que tuvo esta academia durante muchos años, podría deducirse que el mito se extendió ampliamente en la ciudad y el país sin ningún control ni cuestionamiento.
En este punto resulta útil acercarnos al significado de las palabras ninja y ninjutsu. Los kanji de la palabra ninja son 忍者. El primero, 忍, se lee nin o shinobi (la palabra shinobi hace parte de otra de las formas de referirse a los ninjas antes del siglo XX, shinobi no mono, 忍びの者), y viene del verbo perseverar o resistir. Después tenemos 者, que se lee sha o ja1, y traduce persona. Si traducimos literalmente los kanji, tenemos que ninja significa “persona que resiste o persevera”, lo que no nos da muchas luces de su labor. Para entender un poco más el concepto de ninja, será útil analizar un poco en más detalle cada uno de los kanjis mencionados.
El kanji de nin, 忍, se puede descomponer en el radical2 刃, que se puede leer como ha, y hace referencia específicamente al filo cortante de una espada. El otro radical es 心, cuya lectura es kokoro y que significa corazón, mente, e incluso hasta espíritu (esta es una de esas palabras que en japonés tiene múltiples traducciones que pueden estar relacionadas, pero cuyo significado puede variar según el contexto). El significado de kokoro que más se ajusta a este contexto seria “lugar donde se alojan nuestros pensamientos, sentimientos y emociones”. Se puede decir que nin significa “perseverar, aunque el filo de una espada se encuentre justo encima de nuestro corazón”, lo que transmite la idea de “no rendirse, aunque las circunstancias sean duras”. Por lo tanto, ninja se podría traducir como “persona que no se rinde ante las adversidades”, y ninjutsu como “el arte de no rendirse ante las adversidades” (Hatsumi, 1981).

Roxanne Montoya Mahecha, [Ilustración digital], 2023.
Volviendo al mito de los ninjas como enemigos acérrimos de los samuráis, la realidad dista un poco de esta concepción maniqueísta, que pone a ambos grupos siempre en bandos opuestos, pues en muchos conflictos durante el periodo Sengoku (del cual hablaremos más adelante), e incluso antes, hubo ninjas actuando para cada bando del conflicto. Para dar luz a este tema, primero hay que entender cómo surgieron los ninjas y su papel durante la edad media japonesa. La primera mención de agentes o guerreros que ejercían las labores de lo que más adelante sería llamado “ninja”, se remonta a la época del príncipe Shōtoku Taishi (574 – 622 d.C.), donde miembros de la familia Ōtomo servían a la familia imperial recopilando información de interés estratégico y militar. Esta familia provenía de Iga, una aldea que se ubicaba en la actual prefectura de Mie, y que es considerada, junto con la aldea de Kōka, en la actual prefectura de Shiga, como la cuna del ninjutsu (Hatsumi, 2018).
Se dice que además de habilidades y conocimientos de infiltración y espionaje, estos predecesores de los ninjas también aprendieron kenpō (拳法) o artes marciales traídas de China, con lo que empezaron a ganarse una reputación de guerreros muy competentes. Durante su historia, dependiendo de la región donde operaban y de su función específica, se les conocía por diferentes nombres (Petroccello, 2004), como lo fueron:
Algo para tener en cuenta, viendo estos nombres, es que el arte comenzó a ser llamado ninjutsu, y sus practicantes pasaron a ser llamados ninjas de manera general solo durante el siglo XX (Hatsumi, 1981), pero sus raíces, métodos y auge se encuentran durante toda la edad media del Japón.
Al pasar los años, las familias ninjas recibieron influencia filosófica y religiosa de los gyoja (行者), un tipo de monjes ascetas que se encontraban muy a menudo en las montañas, y los dōshi (道士), que se podría decir que eran eruditos del taoísmo (Hatsumi, 2018). De ellos aprendieron principios morales del budismo y del taoísmo chino, que combinaron y adaptaron a su nativo sintoísmo. Además, también aprendieron las artes marciales practicadas por los samuráis y llegaron a organizar sus propios koryū (古流) o estilos de artes marciales antiguas. Uno de esos estilos de ninjutsu que ha llegado a nuestros días es la Togakure Ryū (戸隠流), “La escuela de la puerta escondida” que fue fundada a mediados del siglo XII, y que es uno de los koryū que hoy en día se sigue enseñando en el espacio de práctica de la Bujinkan Dōjō (武神館道場), en la ciudad de Noda, prefectura de Chiba, y que está a cargo del 34º sōke (宗家)3 de la Togakure Ryū, el Dr. Masaaki Hatsumi.
En cuanto a la parte del bugei (武芸), o las artes marciales propiamente dichas, el ninja usa como método principal lo que se denomina taijutsu (体術), que se puede traducir como “técnicas con el cuerpo”, y su principio fundamental es usar el cuerpo completo en armonía y coordinado, para no depender exclusivamente de la fuerza o potencia física, por ejemplo, al lanzar un golpe o derribar a un enemigo (Hayes, 1980). Este método hace que los practicantes de ninjutsu no debamos tener una contextura o unas habilidades físicas determinadas. En mi carrera como estudiante y como profesor de ninjutsu, he podido encontrarme con practicantes de baja y alta estatura, corpulentos y delgados, flexibles y firmes, fuertes y débiles. He visto cómo cada uno desarrolla su propio conjunto de habilidades específicas que aprovechan de la mejor forma sus características corporales, y cómo estas mismas les ayudan a desenvolverse muy bien en la práctica. Cada ninja puede tener su especialidad en lo que es fuerte o hábil, y además pulir con el entrenamiento esas habilidades que le cuestan un poco más por sus características físicas específicas. Esto en la antigüedad permitía que diferentes agentes ninjas fueran asignados a tareas específicas y se aprovecharan al máximo sus fortalezas.
Motokoka, Armas ninja (Tetsumari, Makibishi, Kunai en el museo medichine, Koka, Shiga, Japón),
[Fotografía digital], 2019.
Dentro del taijutsu existen un par de especialidades o sub-estilos que eran los favoritos de muchos koryū de ninjutsu: los llamados Kosshi jutsu (骨指術) y Koppō jutsu (骨法術). El primero se especializa en golpear las zonas blandas del cuerpo, como músculos y órganos, con las zonas huesudas de los dedos y las manos. El segundo es una especie de opuesto o complemento, al atacar y manipular los huesos y en general el esqueleto del oponente en el combate.
Al existir la posibilidad de estar involucrados en combates abiertos, los ninjas también debían ser diestros en el uso de las armas japonesas que se usaban en esa época, como lo son diferentes tipos de lanzas como el yari (槍)o lanza de hoja recta, o la naginata (薙刀)que es una lanza de hoja curva o alabarda, los arcos y las flechas, y por supuesto la icónica katana (刀) (Hayes, 1980). Sin embargo, también usaron algunas armas diseñadas para situaciones más específicas de su labor como espías, como lo son el kyoketsu shōge (距跋渉毛), un arma que consiste en una cuchilla de doble filo que tiene una hoja adicional saliendo lateralmente en forma de hoz, y cuenta también con una cuerda que sostiene un aro metálico al final; el muy conocido kunai (苦無), un arma similar a un cuchillo pero con forma de hoja, que se derivó de una pala de jardinería; los shukō (手鉤) o garras metálicas que se usan en las manos; el kusarifundō (鎖分銅), una cadena con pesos metálicos en sus extremos; o los famosos shuriken
(手裏剣), hojas arrojadizas (Hayes, 1980).
YuaXIII, Kunai con shuriken, [Fotografía digital], 2010.
Ahora bien, los ninjas estuvieron muy activos durante el periodo comprendido entre las guerras Genpei, a finales del siglo XII y hasta el periodo Sengoku. Se conoce como las guerras Genpei (源平合戦 Genpei Kassen) a una serie de conflictos que ocurrieron entre los años 1180 y 1185, donde los clanes Taira y Minamoto se enfrentaron por el control de la sucesión imperial. Al final, el clan vencedor fue el Minamoto, y la consecuencia directa de esta guerra fue que los samuráis tomaron el mando político y militar del Japón, estableciendo el primer shogunato de la historia, el shogunato Kamakura, en el año de 1192. El periodo Sengoku (戦国時代, Sengoku Jidai) o “periodo de los estados en guerra” abarcó desde 1467 hasta 1615, y tuvo como característica principal muchos conflictos que enfrentaron a varios señores feudales por el control total de Japón. Al final venció el famoso shogun Ieyasu Tokugawa, quien restauró la paz en el país después de casi 150 años de guerra constante. Durante estos periodos, todos los clanes o bandos de cada conflicto particular usaron ninjas para evitar batallas innecesarias, debilitar a su enemigo y acortar las batallas que ya habían iniciado (Hatsumi, 1981). Las misiones de los ninjas tenían objetivos tan variados como infiltrarse para recopilar información, sabotear al ejército enemigo, efectuar ataques furtivos y el rescate y protección de personas importantes.
Fue durante esta era que los ninjas sirvieron a varios señores feudales influyentes, como lo fue Takeda Shingen, un famoso daimyō4 de finales del siglo XVI, y que gracias a la acción de sus ninjas pudo vencer a su rival Uesugi Kenshin, otro daimyō de una región vecina. El shogun Ieyasu Tokugawa también utilizó ninjas durante las campañas que lo llevaron al poder. Se dice que, en 1557, cuando Tokugawa atacó al clan Uzichijo de noche, en sus filas estaba el famoso ninja Hanzō Hattori, que fue crucial para la victoria. Debido a las habilidades notables de lucha de Hanzō, Tokugawa lo reconoció con el sobrenombre de “Hanzō el fantasma”. Después de este hecho, Hanzō también ayudó a Tokugawa a pasar por la zona de Iga, donde el futuro shogun temía que emboscaran o asaltaran su compañía, y gracias a Hanzō y sus ninjas de Iga, Tokugawa pudo llegar sano y salvo a su destino en Migawa (Petroccello, 2004).
Roxanne Montoya Mahecha, [Ilustración digital], 2023.
Al final del periodo Sengoku, se escribieron varios pergaminos que registraban la historia, principios, métodos, estrategias y elementos usados por los ninjas. Algunos de estos pergaminos famosos han llegado a nuestros días (Petroccello, 2004). Los tres principales son los que se listan a continuación:
Como se puede ver, el ninja no fue un asesino despiadado, sino un guerrero especialista en el espionaje y en misiones especiales. Si buscamos un equivalente moderno con el cual comparar su labor, podemos encontrarlo en los cuerpos de fuerzas especiales, que trabajan de la mano con los ejércitos de sus países para lograr objetivos que, usando soldados regulares, sería mucho más difícil alcanzar.
El ninja simplemente fue otro tipo de guerrero especialista en varias habilidades específicas como la ocultación, el secreto y el combate “poco ortodoxo”, que actualmente sufre de una mala reputación causada por la ignorancia y la difusión distorsionada del arte. El verdadero ninjutsu tiene mucho que ofrecer a la comunidad de las artes marciales contemporáneas y a nuestra sociedad en general en los aspectos físico, mental y espiritual del ser humano.
Bibliografía
Hatsumi, M. (2018). Sengoku Ninpō Zukan, El Ninpo ilustrado del periodo de los Estados en Guerra. Shinden Ediciones.
Hatsumi, M. (1981). Ninjutsu, historia y tradición. Action Pursuit Group.
Petrocello, C. (2004). Ninjutsu, historia, tradición y técnicas de Bujinkan Dōjō. Editorial Kier.
Hayes, S. (1980). Ninja, el espíritu del guerrero de las sombras. Ohara Publications Inc.
1 Fonéticamente en castellano se debe usar la pronunciación de la silaba “ya”, en lugar de la que se usa normalmente para la silaba “ja”.
2 Los radicales se pueden entender como partes de los kanjis, compuestos por unos pocos trazos, que le dan significado a los kanjis que los contienen.
3 El termino sōke hace referencia al título que se le otorga al heredero de una tradición, escuela o estilo.
4 El término daimyō (大名) significa literalmente “gran nombre” y se usaba para llamar a los soberanos feudales en Japón desde el siglo X al siglo XIX, subordinados al shogun.