De la difusión a la comunicación pública de la ciencia: un diálogo en la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación en la Universidad Complutense de Madrid*

Cristian Yasser Martínez Rodríguez**

Universidad de los Andes (Colombia)

Naturaleza y Sociedad. Desafíos Medioambientales • número 12 • mayo-agosto 2025 • pp. 1-13

https://doi.org/10.53010/nys12.00

A lo largo de la historia de la ciencia, se han desarrollado diversas estrategias para garantizar la confiabilidad, replicabilidad y veracidad del conocimiento científico. Una de las más relevantes es la difusión, entendida como la propagación del saber científico entre especialistas, con un enfoque particular en la comunidad académica (Espinosa, 2010).

Sin embargo, más allá del ámbito académico, la divulgación científica es crucial para fortalecer las conexiones entre la ciencia y la sociedad. Aunque el acceso a contenidos científicos ha crecido gracias a las redes sociales, aún persisten desafíos importantes para llegar a públicos diversos sin distinción (González et al., 2023). La divulgación incluye actividades orientadas a compartir información científica y tecnológica que, aunque no siempre sea de actualidad, contribuye significativamente a la construcción de una cultura científica (Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología [FECyT], 2021). En este proceso, el público suele ocupar un papel pasivo, al recibir la información sin necesidad de conocimientos previos, mientras que el divulgador actúa como un experto (Castro, 2022). Esta dinámica establece una relación vertical entre la comunidad científica y la ciudadanía, lo que limita el potencial de interacción y apropiación del conocimiento.

En la actualidad, se promueve un cambio de paradigma al establecer un diálogo social entre el mundo científico y el público. Este enfoque requiere nuevos modelos de comunicación científica que sean inclusivos y reivindiquen el acceso al conocimiento abierto como un derecho fundamental. En este contexto, la comunicación pública de la ciencia (CPC) se presenta como una herramienta clave para construir diálogos entre la ciudadanía, los tomadores de decisiones, las instituciones y la comunidad científica. Desde esta perspectiva, comunicar ciencia no solo implica hacer públicos los avances del conocimiento, sino también presentarlos de manera clara, asertiva y comprensible para audiencias diversas (Castro, 2022).

Por tanto, socioculturalmente, la CPC tiene un carácter social, al fomentar relaciones de colaboración entre el público y la comunidad científica, así como vinculos entre instituciones públicas y privadas, organizaciones no gubernamentales y personas apasionadas por la ciencia (Sánchez, 2008). Este enfoque busca promover la apropiación social del conocimiento, entendida como la capacidad de las comunidades para integrar el saber científico en su vida cotidiana, lo que podría aumentar la confiabilidad en la ciencia para comprender el mundo (Castelfranchi y Fazio, 2021).

Unidades de Cultura Científica en el contexto español

Las Unidades de Cultura Científica (UCC), según la FECyT, son los principales agentes en la comunicación, difusión y divulgación de la ciencia, la tecnologia y la innovación en España. Han adquirido un papel fundamental en la formación de cultura científica a través de diversas actividades, como la formación sobre procesos de difusión, divulgación y comunicación social del conocimiento1 (FECyT, 2021). En concreto, las UCC+I (de innovación) intentan acortar distancias entre la sociedad y la comunidad científica, promoviendo una ciencia inclusiva, diversa, igualitaria y sostenible.

Particularmente, la UCC+I de la Universidad Complutense de Madrid (UCC-UCM) tiene como objetivo “incrementar el interés y el conocimiento de la sociedad española sobre la ciencia y la investigación, fomentando el trasvase de información desde los investigadores de la Universidad Complutense de Madrid hacia los ciudadanos” (UCC+I, 2025). Según esta unidad, la comunicación pública de la ciencia es una necesidad, ya que se requiere trascender de un modelo de difusión a la acción divulgativa, y finalmente, a comunicar la ciencia (Fernández, Mecha y Milan, 2018). Esto implica reconocer al acto comunicativo como un deber hacia la sociedad, dado que se financia con los impuestos de la gente, al requerir apoyo para su puesta en marcha y la generación de acciones para que sea sostenible.

En el marco de la comunicación pública de la ciencia, presentamos un diálogo sostenido con la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universidad Complutense de Madrid en febrero de 2025. El objetivo principal de la entrevista fue compartir experiencias significativas en el ámbito universitario, al reivindicar el poder social de la comunicación científica en relación con los cambios e incertidumbres que atraviesan nuestros contextos.

Las entrevistadas son Ana Casado y María Milán, Coordinadora y Periodista Científica de la Unidad, respectivamente. Ana se encarga de la gestión de los eventos de cara a la divulgación científica, y María se adentra en los mares del periodismo: contacto con los medios, profesores y la organización y gestión de actividades. A partir de su experiencia en la UCC, reflexionamos sobre la comunicación pública y social de la ciencia, el contacto con medios divulgativos y las dificultades de la labor divulgativa. Aprovechamos esta oportunidad para agradecer las atenciones y el gesto de confianza.

Imagen 1. Ana Casado (izquierda) y María Milán (derecha), coordinadora y periodista científica, respectivamente, de la UCC+I. Ana sostiene un café colombiano de autor, y María, el libro Grafiteros, donado por Ediciones Uniandes. Fuente: Cristian Martínez.

Editor Naturaleza y Sociedad (NyS): En términos generales, ¿podrían contarnos qué es la Unidad de Cultura Científica y de la Innovación de la Universidad Complutense de Madrid (UCC+I-UCM) y cuál es el fundamento de existencia de este espacio?

Ana Casado (AC): Las Unidades de Cultura Científica se gestaron en el año 2007, declarado como el “año de la ciencia” en España. En ese entonces, la FECyT apostó por la formación de estas unidades dentro de las universidades, proporcionando recursos. Lanzaron una convocatoria con una serie de requisitos para apoyar e impulsar su creación, y la Universidad Complutense de Madrid respaldó esta iniciativa desde el primer día. Pertenecemos a una red nacional de unidades de cultura científica, creada desde 2009, que ha crecido con el tiempo.

María Milán (MM): El impulso surgió de una apuesta del gobierno por hacer de la divulgación científica una necesidad dentro de las universidades. Parecía que la gente no conocía el impacto de la investigación científica en el bienestar de la sociedad, ya que esta información se quedaba en el ámbito de los congresos y el círculo científico. La población no comprendía bien que sus impuestos se destinaban a proyectos tangibles que mejoraban su vida.

AC: A lo mejor no era tan evidente que muchos proyectos, a la larga, contribuyen al avance de la sociedad. Esta apuesta gubernamental está reglamentada y debemos cumplir una serie de indicadores de calidad. El Ministerio nos evalúa cada dos años. Esta unidad está asociada al Vicerrectorado de Investigación y Transferencia, ya que la UCC+I forma parte de todo el equipo de transferencia de conocimiento a la sociedad2. Cabe destacar que, aunque este es el caso de la Complutense, en prácticamente todas las universidades y centros de investigación de España encontráis una UCC, y cada institución decide dónde ubicarla.

NyS: ¿Qué actividades se llevan a cabo al interior de la UCC+I?

MM: Nuestras acciones se dividen en tres áreas principales: difusión de resultados de investigaciones, eventos de divulgación y cultura científica. La primera, abarca la comunicación social, que consiste en transformar los artículos científicos en notas de prensa. Este proceso se realiza en colaboración con los profesores, a quienes se les envía una serie de preguntas. Ellos revisan el texto antes de enviarlo a los medios de comunicación. Dado que los artículos suelen ser muy extensos, me centro en las conclusiones del estudio para entender lo que han hecho, sus aplicaciones y la necesidad de comunicarlo. En ocasiones, ante eventos actuales, buscamos a un experto o experta que pueda explicar, contextualizar o dar voz a lo que está ocurriendo, como una catástrofe natural, una pandemia o una crisis sanitaria.

NyS: ¿Cómo se generó ese acercamiento con los profesores? ¿Cómo lograron comprender que este es un espacio para divulgar sus investigaciones?

MM: Dicen que de las grandes crisis surgen grandes oportunidades, y creo que eso fue lo que nos ocurrió poco después de comenzar hace cinco años. La pandemia mundial por COVID-19 nos obligó a todos a quedarnos en casa, lo cual fue muy duro tanto sanitaria como socialmente, pero también nos permitió reflexionar sobre el presente y el futuro. Nuestra estrategia fue buscar expertos en la Complutense que pudieran aportar su conocimiento sobre la situación. Teníamos especialistas en inmunología y virología, quienes claramente tenían mucho que decir durante la pandemia. Pero también buscamos a expertos en derecho para que explicaran la relación entre las medidas adoptadas por el gobierno español y la Constitución o psicólogos para establecer estrategias para explicar a niños sobre la cuarentena, y oftamólogos para que hablaran sobre los efectos del teletrabajo en nuestros ojos.

Entonces, empleamos de tres a cuatro meses generando ese tipo de información, lo que nos ayudó a darnos a conocer. También enviábamos notas de prensa a los medios de comunicación. Sin embargo, aunque éramos conocidos afuera de la universidad, teníamos problemas de visibilidad con nuestro público interno. La gente no sabía qué trabajo estábamos haciendo a menos que nos buscaran específicamente. La Complutense no terminaba de conocernos, así que generamos diversas estrategias. Ana propuso hacer un boletín semanal que resumiera nuestro el contenido. Todos los viernes enviamos una newsletter. Nuestra página web refleja nuestro trabajo diario ya que se actualiza casi todos los días, pero la gente no lo sabe. Poco a poco, nos hemos dado a conocer participando en distintos eventos.

La formación y las normas estatales han cambiado. Por ejemplo, la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (ANECA)3 ahora categoriza los productos de divulgación como hitos evaluables. Esto ha llevado a que los profesores busquen obtener esos puntos para avanzar en sus carreras, participando en las actividades que organizamos. En España hay un movimiento social dentro de los proyectos que promueve la divulgación de los resultados con el objetivo de extenderlos a toda la Unión Europea. A veces, lo que más nos importa es que la sociedad sepa a quienes nos dirigimos.

AC: María comenzó explicando que tenemos tres estrategias principales. La primera es llegar a los medios de comunicación, que es la forma de alcanzar a la sociedad en general. Luego tenemos un calendario de eventos, que se repiten anualmente y son de entrada libre. Por ejemplo, el 11 de febrero, Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, durante cinco o seis años, hemos consolidado actividades que buscan visibilizar la contribución de la mujer en la ciencia en todas las áreas, ya que los referentes siempre han sido masculinos.

MM: En esas actividades, tratamos de que los niños comprendan que cualquier mujer en su entorno puede dedicarse profesionalmente a al mundo científico. Otro evento importante es la Semana de la Ciencia, que se celebra en noviembre. Durante dos semanas, todas las facultades participan, y la Complutense organiza más de 300 actividades. Además, celebramos la Noche Europea de los Investigadores en septiembre.

En resumen, se realizan múltiples actividades: ferias de ciencia, concursos de divulgación científica o el concurso de monólogos, entre otros. Por ejemplo, hemos finalizado una colección sobre cómo mejorar las prácticas divulgativas: a través de la fotografía, en redes sociales o mediante el pódcast; todas ellas dirigidas a nuestro profesorado para que dispongan de estrategias para la divulgación de su conocimiento científico. Estas guías se alojan en la web de la UCC.

AC: Además, convocamos varias formaciones al año dirigidas a nuestro profesorado y estudiantes de doctorado sobre cómo redactar un artículo de divulgación o cómo elaborar un pódcast, donde tratamos temas de divulgación generalistas. Este año tenemos pensado abordar temas sobre la mujer en la ciencia y el uso de inteligencia artificial en la divulgación.

Otro de los hitos de nuestra unidad se llama “Ciencia en Residencia”4. En una ocasión, mientras tomábamos café con un profesor que estaba cansado de que los estudiantes adolescentes no prestaran atención a sus clases, comentó: “los estudiantes son maravillosos, pero, ¡dios mío, dame gente entre sesenta y cien años!”. Entonces, le propusimos ir a una residencia de ancianos. Así iniciamos el programa “Ciencia en Residencia”, con mucho miedo, pues no sabíamos si iba a tener acogida. Enviamos un correo a todo el profesorado, abrimos una convocatoria y luego hicimos una prueba piloto. Fuimos a una residencia a hablar sobre las científicas en la Escuela Cajal5 y cómo funcionan las neurociencias. La experiencia fue espectacular: ver la cara de personas de 90 años emocionadas porque tocaban un microscopio por primera vez fue increíble.

MM: Así comenzamos. En la primera semana se apuntaron 40 profesores con propuestas de todas las áreas, desde lingüística hasta ciencias naturales ya que aquí entendemos la ciencia como cualquier área de la investigación, y lo hicieron voluntariamente. Luego, buscamos residencias. Hasta la fecha, hemos realizado cerca de sesenta visitas, lo que indica que el programa está funcionando bien. En dicho espacio, hemos abordado temas como la evolución del lenguaje, el respeto a los mayores y el descubrimiento de la penicilina. Esas personas seguramente vieron como los niños morían por falta de medicamentos o como algún familiar se salvó gracias a alguien que logró extraer la penicilina.

Esos recuerdos les motivan a participar, además de que entienden muy bien la ciencia porque han vivido como los descubrimientos han mejorado sus vidas. Esta actividad es muy gratificante y somos la primera universidad en implementar un programa continuo. Aunque había actividades puntuales, nosotros hemos establecido un programa de continuidad.

NyS: Hablemos un poco de comunicación pública y social de la ciencia, temas que ya hemos abordado anteriormente. ¿Qué otras iniciativas podrían fortalecer el impacto social de la comunicación científica?

AC: Además de las acciones mencionadas, es fundamental acercarnos a la comunidad. Por ejemplo, realizamos actividades de divulgación en colegios y, en ocasiones, abrimos las puertas de la Universidad. También contamos con programas como Ciencia en Residencia, dirigidos a esas personas que no pueden salir de sus hogares. Por otro lado, es crucial colaborar con los medios de comunicación generalistas, como la radio, la televisión y las redes sociales. Asimismo, debemos concienciar al profesorado sobre la responsabilidad que tenemos de comunicar a la sociedad lo que hacemos.

NyS: ¿Cómo puede la comunicación social hacer que la ciencia sea pública, accesible e inclusiva para todos, tanto para científicos como para no científicos?

AC: Las prácticas científicas suelen desarrollarse en entornos privados o restringidos, como laboratorios, grupos de investigación en universidades. Para hacerlas más accesibles, nos apoyamos en las redes sociales. Por ejemplo, tenemos un perfil de Instagram6, pero también es importante utilizar canales dirigidos a los más jóvenes, como TikTok. En estas plataformas, seguramente hay un público interesado en lo que se hace en una universidad, y a lo mejor decidan continuar sus estudios e investigación allí después de verlo.

MM: Este es el poder de la comunicación científica. En la Universidad Complutense de Madrid, la divulgación se realiza desde las facultades, lo que nos ofrece una gran diversidad de personas con planes de comunicación activos. Hay quienes trabajan con población en condición de discapacidad. Los geólogos son especialmente activos en divulgación, contando con un equipo de predoctorales, doctores y profesores que hacen numerosas actividades relacionadas con reacciones químicas, con el objetivo de atraer más alumnado a las ciencias. Además, buscan devolver a la sociedad lo que han invertido en investigación científica, ya que el sistema público español se financia con impuestos. Por ello, es fundamental que la gente conozca en qué se invierten, y pueda tomar decisiones informadas al momento de votar.

NyS: ¿Qué dificultades han enfrentado en el desarrollo de las actividades en la UCC?

AC: La principal dificultad es la falta de personal. Podríamos hacer muchas más cosas con mayor seguimiento y detenimiento. Aquí hacemos casi de todo con mucha ilusión y dedicación. Al final, somos las primeras en creer en este proyecto y en cada cosa que hacemos, dejamos el alma.

MM: Otro desafío es la falta de estabilidad en el personal, lo que limita el crecimiento. Aunque podemos incorporar temporalmente a personas, cuando se marchan debemos asumir sus tareas. Discutimos estas situaciones en el encuentro anual de Unidades de Cultura Científica en España, donde contrastamos nuestros roles. Además, no se reconoce la profesionalización del periodista en esta especialidad de divulgación.

NyS: Existe una preocupación constante entre los distintos actores involucrados en la generación, curaduría y circulación del conocimiento —editores de revistas, autores, lectores e incluso quienes participan en los procesos de indexación— sobre los desafíos que enfrenta la divulgación académica. En este contexto, ¿cómo podría la UCC+I, desde sus diversos frentes de trabajo, fomentar reflexiones críticas sobre la relevancia de divulgar el conocimiento de manera accesible, rigurosa y socialmente pertinente?

MM: Suelo decir a nuestros investigadores que, aunque es muy importante contar con investigaciones publicadas en revistas indexadas, no nos preocupa tanto si un artículo proviene de una revista que no sea de primer cuartil, o si pertenece a las ciencias sociales o humanidades. Estos campos también son áreas de conocimiento científico, al igual que la biología, la medicina o la química. Una forma de analizarlo críticamente es abrirnos a todas las disciplinas científicas y dejar de pensar que las mejores investigaciones deben estar en revistas indexadas, que a veces tienen un prestigio dudoso mediado por el dinero, en un sistema en ocasiones perverso. Lo más importante es tener claro qué se quiere comunicar para que puedan acercarse a nosotras.

NyS: Hablemos un poco sobre ciencia abierta. Hay un movimiento que busca el fomento del conocimiento abierto en la Unión Europea, Latinoamérica y en Colombia; cuyo objetivo principal es facilitar el intercambio de saberes entre investigadores. ¿Qué apuestas podrían surgir desde la comunicación de la ciencia para propiciar esos intercambios?

AC: Para empezar, lo que no se comunica no se visibiliza ni se conoce. Fuera del ámbito de los congresos, es necesario llevar la ciencia a toda la sociedad. Esto permite que personas de distintos ámbitos conozcan el trabajo de colegas de otras especialidades, lo que puede generar vínculos de colaboración a través de los medios de comunicación y fomentar la interdisciplinariedad. Hay ejemplos de grandes catedráticos que nos cuentan cómo surgió su investigación fuera del ámbito científico, generando alianzas con empresas interesadas en desarrollar productos a partir de lo comunicado. En ese sentido, la comunicación debe reconfigurarse como una de las apuestas del conocimiento abierto, lo cual adquiere mayor relevancia en el contexto geopolítico actual, donde se observan ciertos retrocesos en materia de reivindicación de la ciencia.

NyS: Teniendo en cuenta esto último, ¿cuáles podrían ser las principales dificultades o retos para la popularización del conocimiento científico tanto en España como en Latinoamérica? ¿Cómo podría promoverse la sostenibilidad del conocimiento abierto?

MM: Es cierto que estamos viviendo tiempos convulsos, donde las fake news proliferan debido a la desinformación. Por eso, necesitamos que nuestros científicos y científicas estén presentes y que los medios recurran a los expertos. Es fundamental dar voz a la ciencia, permitiendo que se exhiba lo máximo posible y dando espacio a expertos en economía, políticas, sanidad, entre otros.

AC: Nos mantenemos alerta ante los bulos que circulan. Cuando surgen, María busca a alguien que pueda escribir algo que lo desmienta con argumentos científicos. Además, existen agencias de comunicación científica, que ofrecen a los periodistas personal especializado en cada tema que pueda salir.

NyS: Desde el fomento de las vocaciones científicas en la UCC+I, ¿cómo podrían colaborar para promover el conocimiento abierto desde el ámbito comunitario?

MM: El trabajo diario que realizamos está estrechamente vinculado con el de las escuelas, colaborando con los profesores que organizan actividades. Sabemos que ellos son conscientes de esta colaboración y que tienen actividades semanales fuera del ámbito universitario. En estos espacios, el espíritu de la Universidad se manifiesta plenamente. Hay profesores que están comprometidos con el trabajo en las comunidades, ya que la Complutense tiene una clara apertura hacia esas poblaciones específicas.

AC: Además, durante nuestra semana de la ciencia, muchas actividades están dirigidas a personas con discapacidad, o aquellas que tienen dificultades para acceder al conocimiento científico. Adaptamos el contenido para que sea accesible a todos. Por ejemplo, tenemos un pódcast que luego transcribimos, para personas con problemas auditivos. En la Facultad de Veterinaria, realizan actividades con niños en riesgo de exclusión. En resumen, hay muchas actividades asociativas que abarcan diversos ámbitos de la sociedad.

NyS: Finalmente, ¿cómo la UCC ha podido incentivar o promover la participación de la mujer para romper las brechas de género que existe en el ámbito científico?

AC: Poniendo el foco en ello. Cuando buscamos un experto en un tema concreto, procuramos que sea una mujer. Muchas veces, las mujeres en el ámbito científico sufren del síndrome del impostor y creen que no son lo suficientemente válidas para hablar sobre ciertos temas, aunque sí lo son. Siempre buscamos la equidad. En ocasiones, hablamos con un experto y una experta sobre un tema y luego organizamos una mesa redonda. Hemos sido proactivas en promover la equidad.

NyS: Muchas gracias Ana y María por la apertura a esta entrevista.

AC: Gracias a ti, cuando supimos que venían desde Colombia nos emocionamos mucho.

MM: Me encanta Bogotá, es un lugar muy acogedor.

Conclusiones

Los procesos de difusión de la ciencia se han transformado, pues pasaron a ser actividades centradas en especialistas a convertirse en procesos de comunicación más inclusivos y accesibles para el público en general. Esto implica desarrollar modelos de divulgación que conecten la ciencia con la sociedad, fortaleciendo la cultura científica. En este sentido, la UCC+I-UCM desempeña un papel fundamental al facilitar la comunicación entre investigadores y la sociedad civil.

La entrevista destaca varios aspectos importantes sobre el carácter público y social de la comunicación científica, subrayando la necesidad de hacer que la ciencia sea accesible y comprensible para todas las personas, como un compromiso con la sociedad. La diversidad de actividades, como la Semana de la Ciencia, la Noche Europea de los Investigadores y programas específicos como Ciencia en Residencia, son esfuerzos por alcanzar una ciencia abierta e inclusiva. Además, se enfatiza la importancia de la colaboración entre diversas disciplinas, y la necesidad de abrirse a todas las áreas del conocimiento, incluyendo las ciencias sociales y humanidades.

La UCC+I-UCM visibiliza desafíos como la estabilidad en la conformación de equipos, y una preocupación por la falta de profesionalización del periodista científico. Asimismo, destaca la importancia de la ciencia abierta y la necesidad de reconfigurar la comunicación científica como una apuesta por el acceso libre y democrático al conocimiento.

La comunicación pública de la ciencia no solo busca informar avances científicos, sino también fomentar diálogos entre la ciudadanía, las políticas públicas, los tomadores de decisiones y la comunidad científica. Esto es esencial para construir una sociedad más informada y participativa. Por ende, es necesario desarrollar estrategias que comuniquen la ciencia de manera interdisciplinar, inclusiva y accesible para todas y todos. La ciencia debe considerarse como un derecho fundamental.

Epílogo: la comunicación pública de la ciencia en Colombia

Esta entrevista ofrece algunos aspectos para analizar en el contexto universitario colombiano. Daza y Arboleda (2007) destacan varios puntos clave sobre la comunicación pública de la ciencia: la definición de políticas generales de ciencia y tecnología, las actividades de comunicación, la evaluación del impacto y los desafíos y oportunidades de comunicar la ciencia. Aunque en 2021 se publicó la política pública de apropiación social del conocimiento (ASC) en Colombia, que establece algunas pautas para la divulgación de la ciencia, aún falta reconocer la importancia de una comunicación pública de la ciencia que integre a todos los actores involucrados en la construcción y divulgación de la ciencia, desde un enfoque inclusivo y comunitario.

La definición de una política pública en torno a la comunicación pública de la ciencia podría ser un paso crucial para reconocer el valor de la formación científica, la inclusión de los periodistas científicos y divulgadores como parte del ecosistema de la ASC, y la valoración de estos productos como parte integral de la ciencia en los territorios. Este enfoque permitiría fortalecer la cultura científica desde el ámbito universitario, promover la participación ciudadana y garantizar que el conocimiento científico sea accesible y relevante para toda la sociedad. Invitamos a nuestra comunidad a continuar el debate sobre cómo se comunica la ciencia en el contexto colombiano, en Naturaleza y Sociedad. Desafíos Medioambientales.

Referencias bibliográficas

Castelfranci, Y. y Fazio, M. (2021). Comunicación Pública de la Ciencia. Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, UNESCO Montevideo. Policy brief. Recuperado de https://www.forocilac.org/wp-content/uploads/2021/04/PolicyPapers-CILAC-ComunicacionPublicaCiencia-ES.pdf

Castro, M. (2022). Fundamentos teóricos para integrar un modelo incluyente de divulgación científica. En V. Covarrubias, T. Carrillo, M. Urrea y A. Grijalva, Formas incluyentes para entender y divulgar la ciencia. Gobierno de Puebla. Recuperado de https://www.researchgate.net/publication/365890275_Formas_Incluyentes_para_entender_y_
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Daza, S. y Arboleda, T. (2007). Comunicación pública de la ciencia y la tecnología en Colombia: ¿políticas para la democratización del conocimiento? Signo y Pensamiento, 50(26), 100-125

Espinosa, V. (2010). Difusión y divulgación de la investigación científica. Idesia, 28(3), 5-6, http://dx.doi.org/10.4067/S0718-34292010000300001

Fernández, I., Mecha, R. y Milán, M. (2018). La Comunicación Científica ante los medios de comunicación. Guía de Actuación para la Divulgación de la Ciencia. Universidad Complutense de Madrid. Recuperado de https://www.ucm.es/data/cont/docs/1334-2018-05-04-Gu%C3%ADa%20de%20actuaci%C3%B3n%20WEB.pdf

Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología [FECyT] (2021). Libro blanco de las Unidades de Cultura Científica y de la Innovación (UCC+I). FECyT. Recuperado de https://www.fecyt.es/sites/default/files/info/UCC/libro_blanco_ucci.pdf

González, P., Alfaro, I., Amigo, C. y Martínez, C. (2023). El libro de divulgación científica en Chile, 2015-2020. Gobierno de Chile. Recuperado de https://librosdivulgacioncientifica.cl/wp-content/uploads/2023/10/El_libro_de_divulgacion_cientifica_en_Chile_2015_2020_pags_r.pdf

Sánchez, M. (2008). La comunicación pública de las ciencias en México: estudios precursores y senderos posibles. Nueva Antropología, 21(68), 80-111. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-06362008000100006

Unidad de Cultura Científica y de la Innovación [UCC+I] (2025). Sobre la UCC+I – Universidad Complutense de Madrid. Recuperado de https://www.ucm.es/otri/ucc-que-hacemos


* El autor agradece a la Vicerrectoría de Investigación y Creación de la Universidad de los Andes (Colombia), así como a la Coordinación de Revistas Uniandes, por el apoyo brindado para la realización de esta entrevista.

** Editor de Naturaleza y Sociedad. Desafíos Medioambientales. naturalezaysociedad@uniandes.edu.co

  1. 1 Para relacionar los términos, es importante señalar que la comunicación pública de la ciencia (CPC) se define desde una perspectiva social, orientada a fomentar el diálogo y la participación ciudadana. No obstante, en el contexto español, se utiliza con frecuencia el término comunicación social de la ciencia como equivalente, destacando su dimensión colectiva y su papel en la construcción de una cultura científica compartida.

  2. 2 En el contexto colombiano, las acciones de transferencia de conocimiento se asocian a la apropiación social del conocimiento, de acuerdo con la Política Pública de Apropiación Social del Conocimiento en el marco de la Ciencia, la Tecnología e Innovación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de Colombia.

  3. 3 Organismo oficial en España encargado de evaluar, certificar y acreditar la calidad del sistema universitario español. Su objetivo principal es contribuir a la mejora continua de la educación superior (https://www.aneca.es/).

  4. 4 https://www.ucm.es/otri/ciencia-en-residencia

  5. 5 Como parte de los hitos de la UCC, se han desarrollado propuestas divulgativas que buscan visbilizar el papel de la mujer en la Escuela Cajal, mediante un cómic, que se puede consultar aquí: https://www.ucm.es/otri/dia-internacional-de-la-mujer-y-la-nina-en-la-ciencia

  6. 6 Perfil de Instagram: https://www.instagram.com/ucc_complutense/?hl=es