Editorial
En el número 34 de Perífrasis tenemos cuatro artículos evaluados y seleccionados de la convocatoria abierta de nuestra revista, y cuatro más que llegaron para un dossier sobre ecocrítica preparado por el editor invitado Camilo Del Valle Lattanzio (Friedrich-Alexander-Universität Erlangen-Nürnberg). De los primeros me ocupo en este editorial; el dossier tendrá su propia presentación más adelante.
Los cuatro trabajos de la sección de artículos exploran distintas maneras de reconocer la relación entre literatura y marginalidad, bien sea como un tema, una estética, una oportunidad para comprender y explicar las ciudades latinoamericanas como escenarios para la crónica urbana, la literatura de la diáspora afrocaribeña, las formas poéticas tradicionalmente catalogadas como “literatura menor”. Comenzamos con un trabajo sobre narrativa de Ciudad de México que tiene como eje barrios populares, arrabales, inquilinatos de finales del siglo xix y comienzos del xx. Luego viene un trabajo que compara una novela (Temporada de huracanes) y un cuento (“Donaldson Park”) en donde el paisaje urbano, la infraestructura y las carreteras son expresión de la violencia social, de una lógica extractivista en la que amplios sectores sobreviven literalmente al margen de una carretera, de una ciudad, de una idea de desarrollo. El tercer trabajo estudia algunos ejemplos de literatura de viajes publicados en los últimos 20 años, libros gracias a los cuales la diáspora afrocaribeña recupera memorias, elabora proyectos identitarios, articula demandas. Cerramos la sección de artículos con un trabajo sobre la décima cubana del siglo xxi, poesía contemporánea en la que un modelo áureo muestra una ética y una estética que ponen en evidencia tensiones que están al margen del discurso oficial.
El primer trabajo se titula “Los dientes de Felipa y la maldita vecindad. Relatos de la pobreza urbana desde la perspectiva realista del mexicano Ángel de Campo y Valle” y fue escrito por Carolina Cáceres Delgadillo de la Universidad Santo Tomás de Colombia. Este trabajo arranca con una ubicación de las crónicas nacionalistas de Ángel de Campo (1868-1908) en el contexto del realismo literario latinoamericano, para luego ocuparse específicamente de una serie de relatos, crónicas periodísticas y novelas que describen “la cara oscura del avance moderno, que envuelve a la ciudad con el tufo de los desechos fabriles y sociales”. El tópico de la noticia sensacionalista convertida en novela, gracias a la voz narrativa de un periodista pobre, sirve para reconstruir la miserable vida de dos mujeres, Felipa y Remedios. La historia de Felipa, publicada bajo el título El de los claveles dobles, y la de Remedios, publicada como La Rumba, retratan con precisión “las actitudes clasistas que contagiaban todas las relaciones humanas, [exponen] la hipocresía, la intrincada red de comportamientos sociales solapados y anómalos propios de la cultura latinoamericana como el machismo, la violencia, el racismo, y la aporofobia, de los que eran capaces tanto ricos como pobres, así como el infame oficio de la prensa que se alimentaba del mal ajeno, el chisme y el crimen por medio de la crónica roja y las noticias sensacionalistas”.
Nuestro segundo artículo se titula “Representaciones a escala humana: ensamblaje literario de infraestructuras en Temporada de huracanes de Fernanda Melchor y ‘Donaldson Park’ de Sergio Chejfec” escrito por María Carolina Zúñiga Curaz de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Chile. Este trabajo tiene como base teórica el postulado de Nicole Fadellin “thinking through infrastructures”, en donde pensar a través de las infraestructuras implica reconocer procesos históricos, relaciones geopolíticas, materialidades, valoraciones particulares y colectivas etc., postulado que se aterriza en el análisis textual al rastrear la dimensión poética de las infraestructuras o al explicar el papel de las infraestructuras presentes en las narraciones y las representaciones que ellas originan. Para el caso de la novela de Fernanda Melchor, el tema podría sintetizarse en que la carretera, en tanto que infraestructura, se convierte en un lugar significativo asociado con la violencia como única posibilidad de trabajo, con la vía de escape, con la llegada o el paso del narco. Para el caso del cuento de Sergio Chejfec, la infraestructura está asociada con la manera en que los sujetos se encuentran en medio de las dimensiones inabarcables de la ciudad y también con la manera en que establecen relaciones con un puente, una calle, unos edificios y reconocen allí sus historias, les otorgan valor particular o colectivo.
El tercer artículo se titula “Escrituras de viaje de la diáspora afrocaribeña contemporánea: rutas hacia la metrópoli, África y de regreso al Caribe” y fue escrito por Lucía Stecher y María Teresa Johansson de la Universidad Alberto Hurtado, Chile. La base de este trabajo es un amplio corpus de obras publicadas después de 1990 por autores de la diáspora afrocaribeña, corpus en el que se cruzan relatos de viajes efectivamente realizados y ficciones en las que los desplazamientos tienen un lugar central en la trama. Contando con ese corpus pueden hacer su propia caracterización de la escritura de viaje y servirse de los estudios sobre diásporas para definir tres líneas fundamentales: “el viaje migratorio a la metrópolis, el viaje de memoria afrodescendiente a África y el viaje de retorno o visita al Caribe” y concluir que “leemos en estos textos diaspóricos un conjunto de demandas contra las concepciones tradicionales de pertenencia, las idealizaciones del origen y las experiencias de exclusión y subordinación que tienen las personas racializadas en los lugares a los que migran. La configuración de un espacio y la afirmación de una diferencia diaspórica permiten también marcar una distancia crítica con respecto a relatos que promueven la asimilación de las personas migrantes como destino final del viaje”.
La sección de artículos se cierra con el trabajo “Nosotros los cobardes y la décima cubana del xxi como vindicación heterotópica de la infamia”, escrito por Jesús Arencibia Lorenzo de la Universidad de Concepción, Chile. Lo primero que hace este artículo es presentar un contexto de la poesía cubana después del año 2000, y en ese contexto ubica el lugar de la décima cubana, “asumiendo un itinerario que la impulsó a renovarse, como venía haciendo desde los años 1980, con hibridez sorprendente entre tradición y novedad, universalidad y localismo, crónica y descarga existencial, [de manera que] ha devenido una de las áreas más dinámicas del campo poético cubano”. Tras esa ubicación en el campo literario y cultural de la isla, el autor del trabajo asocia ese contexto con la llamada “maldita circunstancia” en que se ha desarrollado la poesía cubana desde 1959 y el lugar que en ella han tenido figuras como Virgilio Piñera o casos como el de Heberto Padilla. Tras un detallado análisis de varios poemas se concluye que el libro Nosotros los cobardes reivindica individuos, procesos, tensiones que han estado en los márgenes del discurso, y con ellos resitúan la experiencia vivencial colectiva y su proyección. Las décimas de este tomo son deudoras y ampliadoras del cúmulo de transformaciones que han signado al molde lírico decaversal desde la década de 1980 en Cuba. En ese diapasón, muestran un despliegue composicional y una multiplicidad de referentes culturales que las ubican en el vórtice de las ganancias comunicativas del poema-décima descrito por Roberto Manzano. Acto de valentía y destreza enunciativa, Nosotros los cobardes emerge en el panorama literario de la isla caribeña, como un aportador muestrario de la resiliencia y alcances de un molde lírico que ha tendido por siglos una potente red cultural en Hispanoamérica.
La segunda parte de este volumen es un dossier que lleva por título “El amplio espectro de la ecocrítica: pájaros, desiertos y otros humanos y no humanos en la literatura” y que tuvo como editor invitado al colega Camilo Del Valle Lattanzio, quien pasa un año de investigación posdoctoral en el Departamento de Humanidades y Literatura de la Universidad de los Andes, gracias a una beca del Programa Feodor Lynen - Forschungsstipendium de la Fundación Alexander von Humboldt de Alemania.
Mientras preparábamos el número 34 de Perífrasis, nos sorprendió la noticia del fallecimiento del poeta y profesor David Jiménez Panesso. David dio clases en la Universidad de los Andes, pero su trayectoria como crítico y como profesor se asocia sobre todo a nuestra querida Universidad Nacional de Colombia; allí lo conocimos, lo leímos y lo escuchamos. De su obra docente nos queda la experiencia de las entrevistas que hacía después de leer los trabajos de clase; de su obra crítica nos queda, entre otras cosas, la Historia de la crítica literaria en Colombia (1992), Fin de siglo. Decadencia y modernidad (1994) o Poesía y canon (2002); de su obra poética nos queda Retratos (Premio Nacional de Poesía Universidad de Antioquia, 1987) y Día tras día (Premio Nacional de Poesía - Colcultura 1996), de Retratos recuerdo su “Pequeña oda al instante perfecto”:
Afuera aguardan el deber,
la angustia,
mientras, sentado, alargo los minutos
con un libro en las manos.
No leo o leo muy poco.
Pienso, divago, sueño. No me apresuro.
A veces oigo que me llaman,
suavemente,
sin rigor,
sólo con una pizca de inquietud.
Pierdo el tiempo y no me remuerde.
Justificado por la necesidad
y al abrigo de toda censura
me siento, por fin, libre y solo.
En general el último párrafo del editorial de Perífrasis suele ser un agradecimiento institucional a la Universidad, la Facultad de Artes y Humanidades, y el Departamento de Humanidades y Literatura. En las oficinas suele haber personas que, sin hacer aspavientos, lideran procesos que no se limitan a meses o años, sino que trazan objetivos complejos, de muy largo plazo, que hacen de esta institución una Universidad. La salida de Martha Elisa Lux, Jefa General de las Revistas, es un duro golpe para la visibilización de la actividad académica de la Universidad de los Andes. A Martha Lux se le debe la estrategia de posicionamiento de nuestras revistas: su visión de largo plazo hoy nos permite tener en la Universidad varias revistas impecablemente enfocadas, con unos procesos editoriales afinados, que cumplen rigurosamente con los más altos estándares de calidad internacional. Solo si institucionalmente tenemos la capacidad de cuestionar el cortoplacismo imperante y mirar “más allá del Excel” podremos continuar el legado construido por personas como Martha Lux.
Hugo Hernán Ramírez
Editor