Editorial

El número 36 de Perífrasis abre con tres artículos en los que poesía, ensayo y novela son la excusa para mirar tres momentos claves de la literatura colombiana a través de las propuestas estéticas de autores que han quedado relativamente marginados del canon nacional: la poeta Josefa del Castillo, el narrador y ensayista Tomás Vargas Osorio y la novelista Albalucía Ángel. Traemos luego dos trabajos sobre literatura del caribe antillano en los que la frontera entre República Dominicana y Haití, primero, y la situación de Cuba, después, son escenarios en los que violencia, discriminación, procesos de exclusión y machismo toman forma en novelas de René Philoctète y Dazra Novak. Cerramos este número con una miscelánea caracterizada por establecer vasos comunicantes entre al menos dos problemas estéticos: la relación entre periodismo y novela negra evaluada en dos textos de Leila Guerriero, un estudio sobre la recepción y la traducción de un libro de Lucio Mansilla y un artículo en el que confluyen cuento y poesía de la frontera norte de México.

Abrimos con un artículo llamado “Madre Josefa del Castillo: subjetividad y prácticas de lectura en los Afectos espirituales, Cuaderno de Enciso y el Devocionario” y escrito por Andrea Gayet de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). Aquí se muestra la manera en que la poeta neogranadina pensaba su lugar de enunciación desde la perspectiva de otras mujeres que reconocía como referentes espirituales (Santa Teresa), poéticos (sor Juana) y vitales (la madre de Tobías, María Magdalena y la Virgen María). Sirviéndose de un corpus claramente definido y contextualizado, la investigadora se plantea preguntas del tipo ¿cómo lee Josefa? ¿Qué selecciones y operaciones de lectura realiza? ¿Cómo lee a otras mujeres? Para concluir, por ejemplo, que la poeta “crea un ámbito alternativo para relacionarse con el conocimiento doctrinal y repensar el lugar de la mujer religiosa en diálogo con otras autoras. Ocupa un lugar intersticial, entre la glosolalia y la cita, interpreta sus visiones y también la Biblia, revelando una lectura singular y un espacio de enunciación propio que trasciende la “espiritualidad emotiva” como única forma de textualizar el espacio místico. Así, configura otra forma de pensarse en relación con la divinidad desde figuras femeninas”.

El artículo titulado “Tomás Vargas Osorio y el debate sobre la literatura regional en Colombia”, escrito por Sergio Pérez-Álvarez de la Universidad Autónoma de Bucaramanga (Colombia), arranca con una sucinta presentación de un autor poco estudiado pero muy importante en la historia de la literatura colombiana de los años cuarenta del siglo xx. Esa presentación tiene como eje la concepción de literatura regional que tuvo Vargas Osorio, que se plantea como la resistencia activa frente a la centralización del capital literario y como el producto de una lucha por el reconocimiento en un espacio cultural global. Tras una presentación de los ámbitos en donde Vargas Osorio desarrolló sus ideas, el artículo cierra con una muy provocadora conjetura: “Vale la pena imaginar que los escritores globales son en realidad los que gravitan sobre una red de autores ‘regionales’, que van apareciendo y desapareciendo; fertilizando el terreno literario; constituyendo y creando entre sí una tradición. Se trata entonces de cambiar de algún modo nuestra mirada sobre el eje del sistema literario y su organización —y también su historia por supuesto—, en estos autores regionales que de algún modo han sido definitivos para la consolidación de un paisaje cultural”.

Cierra esta parte dedicada a la literatura colombiana un artículo escrito por Claire Taylor de University of Liverpool (Inglaterra) titulado “Anniversaries and Key Dates: A Re-reading of Albalucía Ángel’s Estaba la pájara pinta sentada en el verde limón in the Framework of the Day of Victims —and Viceversa”. En el marco del cincuenta aniversario de una de las más importantes novelas colombianas, Taylor propone una relectura en la que confluyen una perspectiva feminista y una relectura del patriarcalismo que ha marcado el discurso sobre las víctimas del conflicto armado en Colombia y que ha tenido en Jorge Eliécer Gaitán a su figura central. Para lograr su cometido, la investigadora sitúa la novela en el marco de lo que en Colombia se llama la “novela de la violencia”, muestra las distintas líneas de análisis desarrolladas por la crítica y concluye que en esta novela se anticipan muchas de las preocupaciones actuales sobre el conflicto armado en Colombia. Ella permite reformular y desmontar el discurso oficial sobre la violencia, evidenciar la manera en que la violencia de pájaros y chulavitas no era otra cosa que la defensa armada de los intereses de la oligarquía nacional, así como, posteriormente, el paramilitarismo fue parte de la estrategia de implementación del neoliberalismo en Colombia. Taylor concluye su estudio sobre la obra de Albalucía Ángel señalando: “When re-reading her novel, we might ask ourselves whether we still need to interrogate now, in twenty-first century Colombia, why the national day for victims is framed around the masculine. This is not to say that Gaitán should be jettisoned, or that the 9 April is necessarily the ‘wrong’ day to be chosen: rather, that the day itself—and perhaps the very concept of the need for another national hero—should be interrogated. And this is the work—the contestation of models of heroism—that grassroots women’s groups in Colombia, such as the RPM [Ruta Pacífica de las Mujeres], vociferously do today.”

Los dos artículos que siguen estudian las novelas del haitiano René Philoctète y de la cubana Dazra Novak. Tenemos primero el artículo de Daniela Rita Fernández Hernández de la Universidad de La Habana (Cuba) titulado “La comunidad transfronteriza vs. el régimen totalizador: lecturas de Le peuple des terres mêlées, de René Philoctète”. En este trabajo la investigadora estudia una novela histórica que tematiza la matanza de haitianos de 1937 en el contexto del movimiento literario haitiano conocido como “espiralismo”, analiza los títulos que en las traducciones se ha dado a la novela, muestra la forma en que la novela construye un espacio en donde la frontera es física y simbólica, construida por la dictadura de Trujillo y la complicidad de Sténio Joseph Vicent, jefe de Estado haitiano en el momento de la masacre, caracteriza el grado de profundidad y desarrollo de los personajes y concluye que en la novela se muestra que “El pueblo de la frontera es uno solo y comparten rasgos culturales y experiencias de vida de ambas naciones. La masacre es resultado de un intento por construir un Estado monolítico dominicano ligado al antihaitianismo y a la negrofobia, realidad que es ajena al funcionamiento de la frontera. Este proceso de ‘dominicanización’ de la frontera se quiere imponer desde las estructuras de poder procedentes del espacio capitalino y es potenciado por la dictadura de Trujillo”.

El segundo artículo sobre literatura del caribe se titula “Literatura y lesbianismo en Cuba: Niñas en la casa vieja de Dazra Novak, una ‘bollocracia’ en el Vedado habanero”, escrito por Cristina Asencio Serrano de la Universidad de Alicante (España). El trabajo arranca mostrando un breve contexto sobre las mujeres lesbianas en Cuba, para proponer luego una extensa presentación del tema de las mujeres lesbianas en la literatura de la isla, repaso que incluye títulos como Amistad funesta (1885) de José Martí, El último amor de Safo (1901) de Mercedes Matamoros, La gozadora del dolor (1922) de Graziella Garbalosa o La vida manda (1929) de Ofelia Rodríguez Acosta. La tradición se frena con la censura y las limitaciones impuestas por la política cultural asociada, por ejemplo, con el triunfo de la revolución. Al enfrentar propiamente el análisis de la novela, el artículo muestra que se trata de un texto lésbico que recrea una atmósfera de protagonismo coral femenino, una novela en la que “se aprecia cómo el lesbianismo se configura en torno a ideas como la reivindicación de la identidad sexual a través de la institución de una bollocracia, la importancia de la casa como locus comunitario en el que se crea una comunidad afectiva y una nueva concepción de maternidad compartida”. La casa, tradicionalmente asociada con la imagen de la cárcel o la represión, es aquí ámbito de libertad y resistencia, espacio para una utopía que al final se opaca.

El número 36 de Perífrasis se cierra con una miscelánea en la que concurren novela, traducción, poesía. Va primero un artículo titulado “El periodismo literario desde el prisma de la novela negra: un análisis de dos textos de Leila Guerriero” escrito por Mairyn Arteaga Díaz de la Universidad de Concepción (Chile). La investigadora propone una lectura de obras desarrolladas en el marco del periodismo literario, esto es Los suicidas del fin del mundo. Crónica de un pueblo patagónico (2006) y La otra guerra. Una historia del cementerio argentino en las islas Malvinas (2021), obras que aquí se analizan en clave de novela policial moderna. Tras una presentación de las características y la tradición, tanto del periodismo literario como de la novela negra, la autora estudia asuntos como la estructura del relato, la voz narradora, la intriga como motor de la narración para concluir que “la reconstrucción de los hechos que cuenta Guerriero en sus obras se alcanza gracias a una investigación profunda, empleando incluso técnicas de la antropología y la etnografía como la observación participante y también las entrevistas, el contraste de los testimonios, para finalmente desplegar todo el cúmulo de la información recopilada y armar así estos textos que ella misma denomina musculosos, contundentes. La inclusión de distintos puntos de vistas y voces dentro de la narración les confieren a los relatos una condición coral que refuerza la idea de investigación y la credibilidad”.

El segundo estudio de esta miscelánea lleva por título “Lucio V. Mansilla llega a Hungría: traducción y recepción de Una excursión a los indios ranqueles en Budapest” y fue escrito por las colegas Mercédesz Kutasy de la Universidad Eötvös Loránd (Hungría) e Inés de Mendonça de la Universidad de Buenos Aires (Argentina). A partir del análisis de materiales editoriales, reseñas contemporáneas y elementos paratextuales, se examinan las condiciones de producción, traducción y recepción de un libro y se evidencia la manera en que la suma de traducciones, reescrituras, giros en el título, ilustraciones, inclusión en una colección, cambios de formato hacen que una obra profundamente política se transforme en una pieza de entretenimiento. El artículo concluye: “En los últimos años, reediciones, estudios y debates públicos han contribuido a recuperar su dimensión militar e incómoda, pero la plasticidad de su escritura sigue permitiendo también esa otra lectura: la del disfrute que ignora el drama ético y político de la subordinación y el avance territorial en la construcción de una nación moderna. En las primeras décadas del siglo xx, cuando la autoafirmación literaria de Mansilla llega a Europa, el texto se convierte en conocimiento etnográfico, pero también en aventura, divertimento y lectura juvenil. Para cuando su reputación vuelve a los húngaros argentinos, se ha transformado en un monumento dedicado a otro colectivo nacional: los heroicos húngaros. El texto original apenas se recuerda. El general Mansilla ha muerto casi veinte años atrás y su escritura ha sido retorcida y deformada en una nueva versión de viajeros y lenguaraces”.

Cerramos este número con un trabajo que se titula “Figuraciones necroficcionales de la frontera norte en el siglo xxi. Sobre Tijuana y los campos de espera” escrito por Laura Fandiño de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Lo primero que hace el artículo es caracterizar los múltiples rasgos que permiten reconocer la frontera México-Estados Unidos como un espacio de tensión en donde convergen múltiples formas de violencia estructural, así como autores y obras que han marcado la valoración que de esa zona hace la literatura, al menos desde comienzos del siglo xx. Con base en ese contexto se definen los objetos de estudio: “The Beginning”, pasaje poético del libro Capitalismo gore (2010) de Sayak Valencia, que tiene como figuración central la ciudad de Tijuana y el relato “Una música futura” (2023) de María José Navia, que se centra en los campos donde se retiene a los menores migrantes que logran cruzar la frontera. Las nociones de necro y tanatopolítica, desarrolladas por Mbembe o Agamben, así como la noción de necroescrituras de Cristina Rivera Garza, sirven como base al análisis de los textos objeto de estudio y permiten concluir que “los textos necroficcionales considerados Tijuana y los campos de espera son mundos de muerte y de muertos vivientes; sus figuraciones como cronotopías afectivas distópicas modulan dos alternativas históricas frente al mal lugar: la huida en Valencia y la esperanza de una alternativa en el futuro en Navia. Lo que tienen en común, sin embargo, es el posicionamiento ético: el hacer caer en la cuenta de que yo soy los Otros”.

Cuando estábamos cerrando el número 36 de Perífrasis nos enteramos de la muerte de Carlos Angulo Galvis, rector de la Universidad de los Andes entre 1997 y 2011. En el Departamento de Humanidades y Literatura le debemos mucho al rector Angulo: la renovación de la planta profesoral, la creación de los programas de maestría y doctorado en literatura, y el comienzo de Perífrasis son solo algunos ejemplos. En el último de sus discursos de grados como rector, tras hablar de la necesaria vinculación entre lo técnico y lo humanístico, pilar de esta Universidad, señaló: “Nunca podremos perder de vista que los problemas son humanos y requieren soluciones en cuyo centro deben estar las personas... Hoy más que nunca es claro que cualquier decisión tiene repercusiones locales y globales, así como inmediatas y de largo plazo. Los uniandinos hemos sido formados para tomar decisiones con argumentos técnicos y eso nos hace más responsables de las consecuencias. No olviden nunca que al decidir están afectando la vida de uno o de muchos. Háganlo responsablemente, háganlo con todo el cuidado que merece lo humano”.

Andrea Lozano Vásquez ya no será nuestra decana cuando este número de Perífrasis comience a circular y junto al agradecimiento por su trabajo va un mensaje de bienvenida al nuevo decano, el profesor Hernando Barragán, egresado del pregrado de Ingeniería de Sistemas y Computación, y profesor titular de la Facultad de Arquitectura y Diseño, facultad de la que fue decano entre 2017 y 2025. Como siempre, cerramos este editorial de Perífrasis agradeciendo la confianza que depositan en nosotros los autores que se presentan a las convocatorias de nuestra revista, al paciente y riguroso trabajo de nuestros evaluadores, al apoyo institucional del Departamento de Humanidades y Literatura, de nuestra Facultad de Artes y Humanidades, y de la administración central de la Universidad de los Andes (Colombia).


Hugo Hernán Ramírez

Editor