Agua, saneamiento, desarrollo y paz
A través de la historia, todas las civilizaciones han dependido en mayor o menor medida del recurso hídrico y han desarrollado múltiples tecnologías e infraestructura para garantizar el transporte del agua, su almacenamiento y tratamiento. Esto no solo les ha permitido responder a sus necesidades de consumo humano en los hogares, sino también en la siembra de cultivos, la industria y la construcción. Sin duda, el recurso ha desempeñado un papel primordial en la generación de desarrollo en todo el mundo.
No obstante, la gestión inadecuada del agua, su distribución inequitativa y la falta de saneamiento básico, también son factores determinantes para generar pobreza e impactar la salud pública, especialmente, en comunidades vulnerables que se ven afectadas por enfermedades gastrointestinales y desabastecimiento del líquido para la producción de alimentos básicos; condiciones que, sin lugar a duda, propician, por ejemplo, la desnutrición infantil, una enfermedad que, según lo expuesto por el Instituto Nacional de Salud, “… disminuye la capacidad de aprendizaje, el rendimiento escolar, la productividad económica en la vida adulta y las capacidades para cuidar de las nuevas generaciones, y atrapa a las personas en un círculo que perpetúa la desnutrición, la pobreza y el atraso en el desarrollo” (INS, 2015).
La persistencia de este tipo de problemáticas en el país ha contribuido a exacerbar la violencia en muchas zonas rurales como, por ejemplo, las priorizadas por el Programa de Desarrollo con Enfoque Territorial - PDET1, en donde solo el 15 % de los hogares tienen acceso al servicio de acueducto, menos de la tercera parte (31 %) a soluciones alternativas, y más de la mitad (54 %) no tienen soluciones de abastecimiento de agua o las existentes son inadecuadas. Por otro lado, en el componente de saneamiento la tendencia es similar, ya que apenas el 14 % de la población tiene servicio de alcantarillado, el 16 % tiene soluciones alternativas y el 70 % no tiene acceso o cuenta con una solución inadecuada.
Estos indicadores han contribuido a que estas regiones no solo tengan las menores coberturas del país, sino también a que el indicador de enfermedad diarreica aguda (EDA) en 2017 fuera el doble del promedio nacional y, el de mortalidad infantil por desnutrición diez veces mayor2.
En las gráficas 1 y 2, presentadas a continuación, es posible observar los indicadores de acceso a agua y saneamiento en las subregiones PDET, de acuerdo con la información del inventario de comunidades y sistemas reportada por las entidades territoriales al Sistema de Inversiones en Agua Potable y Saneamiento Básico –SINAS, del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio.
Estrategias sectoriales en municipios PDET
En el marco del proceso de implementación de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial – PDET3 que lidera la Agencia de Renovación del Territorio - ART, participaron más de 200.000 personas delegadas de las 11.000 veredas que conforman los 170 municipios más afectados por la violencia, pobreza, presencia de cultivos de uso ilícito y ausencia estatal. En ese proceso se priorizaron 1814 iniciativas relacionadas con la construcción u optimización de sistemas o soluciones alternativas de abastecimiento de agua y saneamiento básico, protección de fuentes abastecedoras, programas de gestión integral de residuos sólidos y asistencia técnica para las organizaciones comunitarias que operan la infraestructura.
Teniendo en cuenta lo anterior, en el Plan Nacional de Desarrollo 2018 – 2022 “Pacto por Colombia, pacto por la equidad”, se definieron lineamientos para reducir gradualmente las brechas existentes en el acceso a agua potable y saneamiento básico de las comunidades rurales a través de: i) la implementación de soluciones adecuadas al contexto ambiental, social, económico y geográfico en las diferentes regiones del país, priorizando intervenciones en municipios PDET, ii) la participación constante de las comunidades en todas las fases del proyecto, iii) el fortalecimiento de organizaciones comunitarias para la operación y administración de los sistemas, y iv) la implementación de programas de educación sanitaria (Departamento Nacional de Planereación, 2019).
De acuerdo con las estimaciones preliminares realizadas por la ART y el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, a partir de la información reportada en el SINAS por los municipios, el cumplimiento de las iniciativas priorizadas en los PDET con el enfoque de demanda4 definido por el Gobierno nacional, tendrá un costo aproximado de $ 9 billones de pesos durante el periodo 2020 – 2032 y, para el cumplimiento de las metas del PND, la inversión requerida será de $ 2,1 billones. En la gráfica a continuación se presenta la información de inversiones desagregada por subregiones PDET.
Gráfica 3.
Inversión PDET agua potable y saneamiento básico rural. Fuente: SINAS – MVCT; Cálculos: DIT – ART.

Consciente de la importancia, magnitud e impactos para lograr reducir las brechas en materia de acceso a agua potable y saneamiento básico en las zonas rurales del país, en agosto de 2019 el Gobierno nacional, a través del Ministerio de Vivienda, por primera vez en la historia, canalizó recursos del nivel central por $ 1 billón de pesos con destinación específica hacia la financiación de inversiones en el periodo las vigencias 2019 – 20225 del programa Agua al Campo6. Así mismo, dentro de la bolsa de obras por impuestos, que distribuye anualmente un monto cercano a los $ 500.000 millones, se priorizaron también inversiones para estos servicios. Por otro lado, con el objetivo de fortalecer institucionalmente al sector, el Viceministerio de Agua Potable y Saneamiento Básico avanza, junto con el Ministerio de Salud y Protección Social, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, y la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios en la expedición de normatividad diferencial para las zonas rurales, algo que permitirá ajustar la oferta institucional de forma tal que responda a las necesidades reales de los territorios.
Al respecto, es importante mencionar que se han asignado recursos del Órgano Colegiados de Administración y Decisión – OCAD Paz para financiar proyectos del sector de agua potable y saneamiento básico por un valor de $ 100.108 millones –desde su inicio en 2017 hasta abril de 2020–; dentro de los cuales el 26 % se ha destinado a optimización o construcción de sistemas de acueducto, el 16 % a sistemas de alcantarillado, el 16 % a construcción de unidades sanitarias, el 41,7 % a proyectos para optimización o construcción de sistemas de acueducto y alcantarillado, y el 0,3 % a rehabilitación de fuentes abastecedoras. Por su parte, mediante el mecanismo de obras por impuestos, se han asignado al sector recursos por valor de $ 68.000 millones, de los cuales el 82 % corresponde a proyectos de acueducto y el 18 % a sistemas de alcantarillado y unidades sanitarias.
En total, de las fuentes de financiación de paz, se han asignado $ 168.357 para el sector de agua potable y saneamiento básico. Es importante destacar que, a nivel subregional, el 25 % se ha invertido en la subregión del Catatumbo, el 20 % en el Urabá antioqueño –principalmente en el municipio de Turbo–, el 11 % en Arauca, el 10 % en Chocó y el 34 % entre las subregiones Cuenca del Caguán y piedemonte caqueteño, Macarena – Guaviare, Montes de María, Pacífico y Frontera Nariñense, Putumayo, Sierra Nevada – Perijá, Sur de Bolívar y Sur de Córdoba. En la tabla 1 se presenta la información por subregión y por componente de inversión.
Tabla 1.
Montos asignados a proyectos de agua potable y saneamiento básico en OCAD Paz. Fuente: ART- DEEP.

Ahora bien, de acuerdo con sus competencias, la ART ha venido acompañando al sector en los procesos de formulación de política, instrumentación normativa y asignación de recursos. Adicionalmente, como parte de la estrategia de fortalecimiento institucional a nivel nacional, se viene promoviendo la participación del sector privado, cooperantes internacionales y sociedad civil en la implementación del programa ‘Agua al Campo’, así mismo, a nivel territorial se ha acompañado a los municipios PDET en procesos de levantamiento de información de diagnóstico; la alineación de planes de desarrollo municipales con los objetivos, estrategias y metas de la política pública; y la estructuración de proyectos.
Retos y perspectivas de la intervención en municipios PDET
Teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, es claro que el sector de vivienda, ciudad y territorio se encuentra listo para iniciar la trasformación de las condiciones de acceso a agua y saneamiento en las comunidades PDET y, a partir de los avances en esta dimensión, para potenciar impactos intersectoriales relacionados con el mejoramiento de las condiciones de habitabilidad, promoción de la seguridad alimentaria a través de la construcción de abastos multipropósito, mejoramiento de las condiciones en escuelas y centros de salud a través de la dotación de baterías sanitarias, uso de energías renovables en sistemas de bombeo y tratamiento de agua potable y residual doméstica, mejoramiento de hábitos y entornos saludables, y el fortalecimiento de capacidades de organizaciones comunitarias que permitirá la entrada de otras ofertas institucionales al territorio.
Aunque el panorama del pilar de agua potable y saneamiento básico rural es alentador, para la implementación de la política pública en los próximos años el principal reto estará relacionado con el fortalecimiento institucional y la articulación de todos los actores del sector. Entre ellos se encuentran el Viceministerio de Agua Potable y Saneamiento Básico, los planes departamentales de agua, las autoridades ambientales y sanitarias, los municipios, los cooperantes internacionales, las empresas, la sociedad civil y la academia. Se busca que, a través de este proceso, se migre del enfoque de proyecto en el que históricamente se ha basado el país, a uno de sostenibilidad en el que se prioricen el conocimiento del territorio; los procesos participativos y de empoderamiento de comunidades; la equidad de género, diferencial y de edad; la implementación de soluciones adecuadas al contexto; y la gestión del conocimiento.
Estamos seguros de que, con el cumplimiento de las estrategias definidas por el Gobierno nacional para garantizar el acceso a agua potable y saneamiento básico en las zonas rurales de los 170 municipios PDET y sus 11.000 veredas, para el año 2022 se dejará una inercia suficiente que permitirá cumplir las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible7 en estos territorios. Además, se podrán expandir las políticas públicas al resto de zonas rurales del país y generar modelos de intervención que podrían ser replicables a nivel internacional.