Un camino pedagógico desde las artes para la armonización y revitalización de los lugares y círculos del agua*
Gustavo Alexander Monroy Martínez
Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Bogotá (Colombia)
Recepción: 6 de septiembre de 2025 | Aceptación: 11 de febrero de 2025 | Publicación: 30 de septiembre de 2025
DOI: https://doi.org/10.18175/VyS16.3.2025.10
RESUMEN
El presente artículo busca despertar la toma de conciencia sobre la importancia del cuidado del agua por medio del compartir de saberes. Profundiza en procesos pedagógicos relacionados con las artes, en especial la música, en torno a la armonización y a caminos sensibles para la revitalización de los círculos del agua, afectados hoy en día por el crecimiento de las ciudades y la devastación de las vitales fuentes hídricas, lo que se reconoce como una problemática a corto y largo plazo. Se basa en una investigación desarrollada como estudiante y docente en un contexto atravesado por la interculturalidad, la educación propia y las vivencias compartidas con gestores, ambientalistas, artistas, maestros y maestras muyscas, jóvenes, niños y abuelos, quienes aportan desde sus preguntas y relatos en escenarios donde se aprende desde el territorio.
PALABRAS CLAVE
armonización y revitalización de territorio, pedagogía ambiental musical, pedagogías de la Madre Tierra, pedagogías interculturales, pedagogías propias.
A Pedagogical Path from the Arts for the Harmonization and Revitalization of Water Places and Circles
ABSTRACT
This article seeks to raise awareness of the importance of water care through the sharing of knowledge. It delves into pedagogical processes related to the arts, especially music, around harmonization and sensitive paths for the revitalization of water circles, affected today by the growth of cities and the devastation of vital water sources, which is presented as a problem in the short and long term. It is based on research developed as a student and teacher in a context of interculturality, autochthonous education, and experiences shared with managers, environmentalists, artists, Muysca teachers, youth, children, and grandparents, who contribute with their questions and stories in scenarios where learning takes place from the territory.
KEYWORDS
harmonization and revitalization of the territory, intercultural pedagogies, mother earth pedagogies, musical environmental pedagogy, autochthonous pedagogies.
Um caminho pedagógico a partir das artes para a harmonização e revitalização de espaços e círculos aquáticos
RESUMO
Este artigo busca aumentar a conscientização sobre a importância de cuidar da água por meio do compartilhamento de conhecimento. Aprofunda-se nos processos pedagógicos relacionados às artes, especialmente à música, em torno da harmonização e dos caminhos sensíveis para a revitalização dos círculos hídricos afetados hoje pelo crescimento das cidades e pela devastação das vitais fontes de água, o que se apresenta como um problema a curto e longo prazo. Baseia-se na pesquisa desenvolvida como estudante e professor no contexto da interculturalidade, na educação própria e nas experiências compartilhadas com gestores, ambientalistas, artistas, professores muyscas, jovens, crianças e avós, que contribuem com suas perguntas e histórias em cenários onde a aprendizagem ocorre a partir do território.
PALAVRAS-CHAVE
harmonização e revitalização do território, pedagogias da mãe terra, pedagogia musical ambiental, pedagogias próprias, pedagogias interculturais.
Descripción y contextualización general de la experiencia
El interés por abordar temáticas como el agua, la pedagogía y las artes en relación con el territorio surge desde niño, a los 6 años, cuando mi familia llega a la localidad de Suba, producto del desplazamiento en Boyacá. Nos asentamos cerca de la laguna de Tibabuyes, de gran simbología para la comunidad muysca, donde tuve bastantes vivencias. A medida que crecía conocí algunas problemáticas que afectan este lugar, como la contaminación, la expansión urbana, el desborde de las aguas y la apropiación por parte de la empresa privada y pública, lo cual me llevó a participar en proyectos comunitarios gestados por líderes artísticos y maestros indígenas, quienes contribuyeron en mi formación. Especialmente, de la música rescato los sonidos del viento, que me reencontraron con mis orígenes mestizos, indígenas, y me conectaron con la comunidad muysca sunuba asentada en el Valle de Tenza, Colombia, pueblo raizal1 cuya cosmología gira entorno a los elementos agua, tierra, fuego y aire.
El presente artículo se basa en parte de los resultados y proyecciones del trabajo de campo que desarrollé como investigador con la comunidad muysca de Suba, igualmente, incluye vivencias del diario pedagógico que llevé durante mi labor docente con la comunidad. El proyecto consistió en la implementación de una experiencia pedagógica intercultural desde la exploración sonora y sensible como forma de armonización y revitalización en torno a la tierra y al agua Monroy Martínez (2024). Así las cosas, para efectos del presente artículo tomo como referencia esta experiencia buscando ampliar y profundizar en temas que afectan la ciudad, como la escasez del agua y las acciones que se hacen desde el ámbito educativo, cultural y social para mitigar los efectos de una posible sequía a futuro. El escrito también surge con la intención de visibilizar y revivir procesos de resistencia en la localidad de Suba relacionados con la preservación de los lugares ancestrales donde se amplió mi formación profesional en contexto comunitario.
Según lo vivido como estudiante, docente y en el compartir con la comunidad indígena en contexto de ciudad, vale decir que las pedagogías propias son muy amplias y variadas. No se pueden catalogar como una sola, pues pertenecen a diversos grupos poblacionales, muchos de ellos raizales. En efecto, estas pueden giran en torno a la tierra, la música, la danza, la lengua, la espiritualidad, el alimento, los ritos, la medicina, las ceremonias o también pueden aludir a técnicas de recorrido y lectura del territorio, entre otras. Además, las pedagogías propias se enriquecen con los saberes heredados, tradicionales, en los que están presentes sus abuelos, los seres de la naturaleza que se ligan a su ley de origen, etc. Se trata de un legado que ha sobrevivido mediante la voz de generaciones.
Por otro lado, en la comunidad se evidencias prácticas pedagógicas interculturales en las que hay un intercambio de saberes entre pueblos, según pude recoger a partir de mis observaciones como investigador participante. Los muyscas de Suba hablan del antiguo fuego, producto de los saberes heredados tradicionales, y del nuevo fuego, que corresponde a todos los conocimientos que provienen de la modernidad; un cruce de conocimientos del que son participes los jóvenes, maestros, abuelos y sabedores. De esta manera, en primer lugar, abordé las prácticas pedagógicas desde un enfoque intercultural, dado que no pertenezco a la comunidad; y, en segundo lugar, busqué conocer sus prácticas propias para así aportar algunos elementos, mostrar otro punto de vista, abordar una pedagogía desde la vida.
A continuación, menciono algunos resultados de estas vivencias y prácticas pedagógicas facilitadas mediante este proyecto:
La experiencia pedagógica intercultural se planteó como una exploración de materiales de origen orgánico e inorgánico mediante la creación de objetos sonoros de simbología acuática para componer a partir de ellos canciones relacionadas con el elemento agua. Previo a esto se definió la problematización así: ¿De qué manera las artes —en especial la música con simbología acuática, planteada como experiencia pedagógica— pueden aportar a los procesos de armonización y revitalización de los lugares ancestrales de la comunidad muysca de Suba?
En la experiencia se destacó la participación del grupo de jóvenes del Cabildo Indígena de Suba y niños y niñas de la Huerta Niviayo Tá, en compañía de la comunidad muysca de Suba. Tuvo lugar en el cerro Santuario y en el cerro del Indio —donde se encuentra la huerta—. Por el paso de la modernidad, estos cerros, que en su origen se encontraban unidos, fueron divididos con la avenida Suba; pero los procesos a nivel pedagógico que adelantan organizaciones, colectivos artísticos y ambientales y huertas comunitarias, también de la comunidad raizal indígena muysca, los han vuelto a unir mediante el acompañamiento de sabedores, saias (maestros muyscas). La estrategia para ello se centró en el reconocimiento de sus saberes propios y ancestrales a partir de la elaboración de instrumentos musicales y la interpretación de cantos y tonadas dedicadas al territorio y su ley de origen propia, la cual habla de tres mundos: el de arriba, el del medio y el de abajo, donde está localizado el mundo acuático. Para estas piezas musicales, en la composición de las letras se tocó el cuidado del territorio, mientras que en la interpretación melódica y rítmica se hizo alusión al agua y la tierra; esto generó una conexión desde lo espiritual, interna a cada persona.
Leer el territorio permite saber cuándo se vibra con el lugar y cuándo no; como hoy en día este se encuentra vulnerado, se destacó el amor por la naturaleza. Vale subrayar el diálogo que se dio entre los diferentes actores y la participación en talleres gestados por la comunidad, de los cuales se aprendió sobre la sanación de la tierra y la protección de las fuentes hídricas mediante el caminar: romerías que congregan de manera cultural y que movilizan actores políticos, en las que se ejerce el derecho a la libre expresión y que involucraron a gestores que no necesariamente pertenecen al pueblo raizal.
Estas vivencias incluyeron, entonces, la creación de instrumentos musicales como maracas, sonajeros, silbatos en arcilla y tambores, que estuvieron acompañados por otros instrumentos ya presentes, como guitarras y tamboras andinas con cuero de chivo. También se vieron reflejadas otras ramas de las artes: la literatura y las artes visuales, que se incorporaron como estrategias pedagógicas con el fin de hacer aflorar la expresión. En efecto, esta última es la base para la toma de conciencia en una ciudad que ve en la pedagogía una manera de suplir la necesidad de que las personas participen en espacios que unan, a lo cual aportan las iniciativas para mitigar problemáticas como la escasez del agua.
Con esto quisiera traer a colación algunas palabras que nos hablan de las formas de lectura y reescritura del mundo.
Un ejercicio crítico siempre exigido por la lectura y necesariamente por la escritura es el de cómo franquear fácilmente el pasaje de la experiencia sensorial característica de lo cotidiano a la generalización que se opera en el lenguaje escolar, y de este a lo concreto tangible. Una de las formas para realizar este ejercicio consiste en la práctica que mencioné como lectura de la lectura anterior del mundo. (Freire, 2010, p. 48)
Podemos decir que las artes permiten acercarnos, mirar, leer el contexto donde vivimos de una manera crítica, tener en cuenta las formas de pensar, partiendo de lo sensorial. Así, ellas posibilitan trascender aportando al pensamiento cuando nos interrelacionamos de manera propositiva, comunicativa, en espacios donde se recupera el poder de la palabra, que muta en lenguajes emancipatorios rescatando las voces muchas veces silenciadas producto de la aculturación.
Figura 1. Simbología del agua y sonido

Nota: el recuadro muestra parte de los compartires en torno a la exploración sonora alrededor del agua,
la tierra y el aire. Fuente: archivo personal del investigador docente, fotografías propias.
Recuerdo un diálogo en el que un grupo de jóvenes preguntó cuál era la relación del instrumento con la naturaleza. En ese instante rememoré las palabras de sabedores indígenas cuando decían que antes de la creación de un instrumento musical se debía pensar en la intención, pues algunos se crean para la fiesta, ceremonias, rituales o la sanación. En el momento que se tenía la intención se atrapaba el sonido en el cuerpo sonoro para que así la persona se fusionara con él y, de esta manera, comunicarse con el territorio, el ancestro.
El cuerpo sonoro es aquel que se constituye de variados materiales que pueden provenir de la naturaleza, como el agua, y varía según sus formas. Cabe resaltar que los estudios en relación con esta temática todavía están en proceso de exploración, pero se puede afirmar desde la organología que todos los instrumentos poseen formas: los hay aerófonos, cordófonos o membranófonos. En la música se le ha dado nombre de luthier a aquel que fabrica un instrumento musical, pero valdría la pena repensar esta denominación y reemplazarla quizás por artesano del sonido, que aludiría a una concepción más cercana.
El artesano del sonido es aquel que piensa en el sonido como algo cambiante, que no es estático, y que puede estar contenido en diferentes formas, regulares e irregulares, lo cual da origen a los instrumentos musicales y su fabricación. En este sentido, durante el trabajo exploratorio pedagógico relacionado con instrumentos de simbología acuática se interactúa con sonoridades que evocan el agua o la recrean. De esta manera, el sujeto llega a poseer una experiencia sensible, que puede mover sus entrañas y lo lleva a pensar en este elemento, la tierra cercana a su ser.
Durante esta experiencia pedagógica intercultural recordé cuando tenía 12 años. Llegó a mi memoria un recuerdo que compartí con los jóvenes (algunos venían de universidades, otros de la comunidad indígena): una vez decidí interpretar con mi quena tonadas que me salían de manera improvisada, pero sentidas. Inmediatamente se escuchó un pájaro trinar, el sonido provenía de un árbol que estaba en frente de mi casa, en el borde de la laguna Tibabuyes. Empezó a responderme con sus sonidos, yo tocaba y el pájaro se unía a la melodía. Es importante mencionar que había traído ese árbol de muy lejos y se lo había regalado a un abuelo que había llegado con otra familia del campo para que lo sembrara.
Figura 2. Laguna de Tibabuyes

Nota: la fotografía, tomada durante un recorrido ambiental por el territorio de Suba, muestra una parte de la laguna de Tibabuyes que colinda con el río Juan. Fuente: archivo personal del investigador docente, fotografía propia.
Podría afirmar que este tipo de comunicación sí se daba con el territorio. Una de las finalidades de los silbatos es fusionarse con el lugar y los elementos de la naturaleza, así como con los ancestros. Según los descendientes muyscas de Suba, las aves hacen parte de sus ancestros por haber habitado antes allí.
En este compartir se tocaron ocarinas y se trabajó el trinador de agua, que evocó el sonido de las aves con materiales de la Madre Tierra: arcilla. Según la percepción de los participantes, al contener el elemento del agua cambiaba la sonoridad de este último instrumento, a diferencia de si se interpretaba sin él. El entorno se unía con los diálogos y el conocer, lo cual lo convirtió en el mejor espacio de aprendizaje: el sonido del viento, el olor a hierba y plantas, la sombra de los árboles que nos cobijaron del sol, las pequeñas lloviznas que caían. La experiencia cambió toda la concepción que tenía de la enseñanza habitual en la que estaba inmerso, con el salón de clases rodeado de paredes y directrices que seguir, horario y deberes.
Mientras se hablaba del agua también se reflexionaba sobre el poder del elemento en la curación del alma y la pesadez que se traía del diario vivir. Esto se desarrolló mediante la interacción con fuentes naturales que posee el territorio de Suba, como sus lagunas, manas de agua que existen donde la ciudad todavía no ha llegado con su asfalto.
En el barrio La Aguadita en Suba, donde los arroyos renacen, hicimos algunos encuentros en la Huerta Niviayo Tá, cuyos procesos lideran los saias. En estos espacios se pudo interactuar con niños y niñas en prácticas pedagógicas interculturales basadas en las observaciones de las prácticas pedagógicas propias indígenas, que vienen a constituirse en el territorio y están vinculadas a él. Como investigador docente concibo esta apuesta como una pedagogía para la vida ligada al medioambiente, centrada en el poder que tiene el sembrar y que parte de reconocer los espacios donde se recogen las voces de los niños y niñas independientemente de su origen, pues hubo cabida para el niño raizal y para el proveniente de otros lugares. Gran parte de estos diálogos reposan en diarios de campo pedagógicos, algunos registros, material audiovisual y entrevistas a maestros, lo cual hace parte del proceso investigativo desarrollado. Se ejecutaron varias fases: 1) exploratoria, 2) inmersión en el territorio, 3) trabajo pedagógico con la comunidad y 4) análisis reflexivo y comprensivo.
Muchos recordaron vivencias por medio del dibujo. Esta actividad les permitió aflorar su imaginación, mediante la mezcla del color plasmaron momentos que para ellos eran terribles, como la contaminación de las fuentes hídricas y la tala indiscriminada y utilitaria. Desde mi labor en la docencia he notado que a varios niños les cuesta expresarse, hablar ante el adulto, pues en ocasiones no son tenidas en cuenta sus opiniones, que son valiosas porque parten desde la sensibilidad, que el adulto ya ha perdido por el devenir acelerado de vida. En contraposición, vemos que en estos escenarios distintos a la escuela sucede lo contrario, se ven niños alegres y espontáneos que quieren descubrir a partir de todo aquello que les pueda despertar su curiosidad.
El sentir la canción como otra forma de manifestar sus sentimientos de rechazo o reclamo mediante tonadas que mueven las entrañas de las personas trae consigo emociones —alegres, tristes, efusivas— que despiertan al otro y lo invitan a pensar, animarse y participar.
Es de mencionar el proceso que ha llevado la comunidad con otros maestros que voluntariamente acuden al cerro del Indio a enseñar y compartir, pues no hay incentivos económicos. Muchos profesores acuden por iniciativa propia a cambio de las sonrisas y los progresos en la apropiación e identidad con el entorno que se dan en los niños y jóvenes. Su disposición fue clave para convocarlos, pues es un lugar que ellos ven diferente al colegio, ya que entablan relaciones y diálogos de amistad con sus vecinos, y el aprendizaje es también una forma de divertirse y conocer. Como docente investigador hice el enlace con los maestros de la zona para que actuaran como mediadores. Igualmente, los mismos padres y madres animan a los niños y jóvenes a acudir al espacio; llama la atención que los alistan y se esmeran en su presentación personal mediante el cuidado y hábitos saludables, una motivación que también ha recaído en el seno familiar.
Los círculos del agua son esos recorridos que hace el elemento de manera natural, desde la mirada científica se conoce como ciclo hidrológico o del agua, pero va más allá del paso de la materia de un estado a otro (líquido, sólido, gaseoso). Al hablar de círculos del agua, en vez de ciclo del agua, enraizamos la palabra, y hacemos esto buscando transmitir una connotación ligada al territorio que, más que algo físico, se torna espiritual, dado ese impacto humano que puede deteriorar el territorio o restaurarlo. Desde la concepción de los muyscas de Suba, según diálogos personales con sabedores, el camino del agua es considerado como ese movimiento, ese recorrido que se afecta cuando se daña la montaña, se interrumpe el fluir del río, se deseca o se rellena la laguna, se tala el árbol o se contamina la esfera, cuando desaparecen lugares vitales para que el agua fluya y se restaure, para que se purifique de manera autónoma.
Es aquí donde surge un interrogante: ¿almacenar agua en épocas de sequía logra ser una medida efectiva para mitigar la escasez del líquido o preservar las fuentes hídricas desde los nacederos permite soluciones duraderas?
Si bien la naturaleza hace una purificación autónoma es necesario no cortar los caminos, senderos que vienen a constituirse en las venas internas de la Tierra que transportan el agua. No puede correr el agua si se seca la laguna, se rellena el río o se divide la montaña. Estas apropiaciones desde las artes, en especial la música y las sonoridades del agua, permiten retornar a los lugares que pueden aparentar ser baldíos para una parte del sector político y la sociedad, pero que cumplen una función como están, en la vida tanto de las demás especies como del ser humano; por consiguiente, hay que propender por su cuidado y resguardo.
Figura 3. Revitalización

Nota: siembra y limpieza del cerro Santuario, recorrido ambiental.
Fuente: archivo personal del investigador docente, fotografías propias.
Referentes teóricos y conceptuales
Desde las culturas indígenas como la muysca se entiende por armonización el conjunto de acciones que se realizan para equilibrar todo aquello que puede afectar o dañar la Tierra y al raizal de manera física o espiritual, también busca llamar la alegría, el encanto, la palabra, el saber. Es aquí donde entra la música a generar ese poder al convocar, atraer y dar fuerza, al recuperar, lo cual no está alejado de otras ramas del arte de los pueblos nativos. Por otro lado, encontramos la revitalización que está ligada al sanar, al curar desde lo cultural y los saberes ancestrales y heredados en comunión con los saberes contemporáneos, producto del devenir del nuevo fuego de la modernidad y que construyen a las comunidades en general.
Desde allí, destacamos como referente teórico contextual la investigación de Gómez Gómez y Neuta Palacios (2017), quienes afirman lo siguiente:
Fuimos al origen del agua; visitamos el agua del recuerdo a través de las mayoras; nos enfrentamos al agua deteriorada, enferma, ya que la vimos después de que hubiera atravesado la ciudad; visitamos los pulmones, o humedales. A través del agua pudimos reflexionar sobre la siembra, la cultura, la herencia de los ancestros, pero también pudimos mirarnos a profundidad, como en un gran espejo en constante movimiento y cambio. (p. 54)
Estas palabras surgen como resultado del trabajo que las investigadoras desarrollan junto a la comunidad muysca de Bosa, que consiste en la elaboración de un libro de artista siguiendo una metodología centrada en la creación por medio del dibujo. Los relatos de los participantes que se recogieron en el estudio han servido como referente pedagógico e investigativo para esta propuesta desde una pedagogía de la Madre Tierra. Esta última refiere a aquellas prácticas y acciones que pueden acercar al ser humano a sus orígenes en el vientre materno, donde se empieza a formar física, mental y espiritualmente, pero donde también ocurren los primeros aprendizajes. Aquí, el vientre materno se equipara a la chucua (laguna), pues ambos son fuentes hídricas vitales para la vida. De esta manera, se busca generar conciencia de que el ser humano no está solo ni aislado, sino que está ligado —como con el cordón umbilical— a su entorno, a lo biótico.
Según Villalba Reyes (2024), trabajar con metodologías para aplicar la pedagogía de la Madre Tierra le ha aportado en su formación como licenciado y su interés investigativo central.
Compartimos la forma de comprender el saber ancestral, presente en sabios y sabias, en las culturas milenarias, en las tradiciones; en la ley de origen está la sabiduría ancestral, esto permite que pueda ir a preguntar y realizar actividades y procesos en liderazgos desde la ancestralidad. (p. 56)
Estos procesos parten de prácticas culturales de la comunidad indígena senú a la que pertenece Villalba Reyes, como el tejido, la seguridad alimentaria con productos de cultivos propios y algunos rituales, tales como el bautismo de la casa, el apoyo a la salud a través del sobandero, los nacimientos acompañados de las parteras, entre otros. Se enfatiza en que aún hay una gran debilidad en la continuidad de estas prácticas, que guardan relaciones y puntos convergentes, como la ley de origen.
Estas palabras no se desligan de la postura de Gómez Gómez y Neuta Palacios (2017) y las reflexiones mencionadas en este caminar pedagógico. Las artes son una forma de expresión, la música puede ser tejedora de mensajes por medio de sonidos que trascienden y convocan a aquellas personas que no han sentido todavía las problemáticas en carne viva del deterioro de las fuentes hídricas, de la naturaleza.
La armonización, así como la revitalización de los lugares y círculos del agua, se puede promover desde las pedagogías propias e interculturales, que pueden ir de la mano interrelacionándose con la parte ambiental. Cabe destacar que al respecto hoy en día se ve una carencia que se da en el ámbito no solamente territorial y local, sino nacional e internacional.
Esto nos lleva a cuestionarnos si en verdad la educación relacionada con la protección del medioambiente que se implementa es tenida en cuenta y si se está viendo reflejada en las aulas, universidades, escuelas, colegios y en las cotidianidades. Como propone Garavito (2015):
Surge así una tensión entre la consolidación de una economía estable a partir de la explotación de dicho recurso y la proyección de un desarrollo sostenible respetuoso del medioambiente. Dicha tensión solo puede ser inclinada a favor del desarrollo sostenible con la existencia de una voluntad política ambiental y económica real. De ser así, podrían potenciarse medios alternativos de desarrollo económico más respetuosos del medioambiente y que no releguen el ejercicio económico a la simple extracción de recursos naturales. (p. 133)
De esta manera, los discursos emergentes van por dos corrientes que se hacen bipolares: por un lado, las palabras relacionadas con el proteger, cuando, por otro, se deseca y se rompe la montaña, con lo cual se tiran a la basura los aportes que se han hecho desde la academia para el resguardo de la Madre Tierra, como las ciencias exactas, entre ellas la biología, la enseñanza de las ciencias naturales y la educación ambiental, incentivadas constantemente de igual manera en los planteles educativos públicos y privados, y en espacios comunitarios de Colombia.
Por consiguiente, los planes de desarrollo deben estar ligados a estas pedagogías y al recorrido histórico que ha hecho la nación si se quiere conservar la gota de agua, el aire, el arroyo, la lluvia, la planta, el alimento, la salud y el bienestar. Si se quiere un verdadero desarrollo sostenible para la nación. En palabras de Abadio Green Stócel (2011):
En diálogo con otros pueblos del mundo, encontré que todos los pueblos indígenas de la tierra, todos, absolutamente todos, decimos que la tierra es nuestra madre, que todos los seres que habitamos somos sus hijas e hijos, porque dependemos de ella en cada instante de nuestras vidas, porque la estructura de nuestro cuerpo es igual a la de la tierra. (p. 61)
Como referente teórico para las pedagogías de la Madre Tierra destacamos así al maestro Green, quien nos invita a pensar en que el bienestar no puede estar ligado a la destrucción y a la superficialidad. Se habla de que las reservas de agua irán desapareciendo poco a poco. Esto los abuelos ya lo han vivido. Habrá escasez y más racionamiento de agua. Ya en años venideros, guerras por el agua. Pero si el mismo Estado nación genera contradicciones producto del sectarismo partidario, económico e individual, los racionamientos de agua —que no solamente se dan en Colombia, sino en otras naciones de Latinoamérica— no servirán de nada.
Logros y retos de la experiencia
Figura 4. Camino del cerro Santuario

Nota: recorrido ambiental por el camino del cerro Santuario.
Fuente: archivo personal del investigador docente, fotografía propia.
Es un reto para los docentes en formación seguir explorando en torno al agua y la tierra de una manera tal que atrape la imaginación de los participantes. También lo es lograr que la vinculación de otras ramas del conocimiento, en este caso las artes, inviten a la congregación y la unidad para proteger el nacimiento, y no la abundancia que suministra el control de un grifo.
Como expone Greene (2004):
Lo que precisamos es reconocer los caminos en los que los encuentros con pinturas, funciones de danza, trabajos musicales, obras de teatro y demás abren nuevas posibilidades de experiencia; o podrían abrirlas, si estamos lo suficientemente informados y conscientes para notar lo que está ahí para ser notado, para prestar atención de tal modo que las formas artísticas en verdad cobren vida. (p. 63)
En la implementación de propuestas de este orden con estudiantes de colegio se ha generado conciencia, de tal manera que el niño o la niña llega a la casa e inmediatamente es multiplicador con sus padres de la experiencia vivida en el salón de clases. Esto obedece a que en todo instante se reflexiona alrededor de casos de la cotidianidad; en el accionar comunitario pasa igual: los niños y las niñas comparten y comentan en sus hogares lo vivido en la huerta, el salón comunal, etc., y de esta manera se crea la pedagogía del agua y la tierra.
Por lo general, las voces de los niños están registradas en los aconteceres relatados en los diarios pedagógicos que reposan en la investigación. Puesto que este artículo hace parte del resultado, solo se comparten algunas partes inéditas.
Durante la investigación como docente titular de algunas instituciones educativas, en reuniones cuando los acudientes van por el informe valorativo, cuantitativo y cualitativo, comentan sobre los aprendizajes de sus hijos el hecho de que el niño llegue a la casa y sea multiplicador. Esto es un patrón constante.
Si bien la experiencia se dio en su totalidad en un contexto de educación comunitaria, muchos de los niños y las niñas pertenecen a la formación público-privada del Estado colombiano. Dado que existen directrices educativas estatales, no podemos negar que los estudiantes están constantemente permeados por sus lógicas y que es una educación reconocida y valorada para un sujeto en formación que en un futuro puede desempeñar una profesión o labor. Hoy en día falta mucho reconocimiento a la educación popular que se da en otros lugares fuera de las instituciones. De lo mismo carecen los maestros y los padres y madres que velan por una formación fortalecida apoyada de la educación comunitaria, pero que está muy arraigada al barrio, a la cultura propia del lugar.
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Docente investigador. |
Miren por este lado. Un frailejón. Muy bien. ¿Y qué es lo que hace el frailejón? Se mueve. Se mueve por el viento, pero él almacena algo. ¿Qué bebemos nosotros? ¡Agua! ¿Ustedes qué ven en este otro? |
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Niños. |
¡Pasto! Un río contaminado. ¡Plantas! |
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Docente investigador. |
Por aquí miremos este otro. ¿Quién es él? |
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Niño. |
Yo. |
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Docente investigador. |
Bueno, él se dibujó rojo. Aquí vemos a otras tres personas. ¿Quiénes son? |
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Niño. |
Mi mamá, mi papá y mi hermanito. (diario pedagógico, 8 de julio, 2023) |
Inmediatamente, por medio del testimonio vemos cómo durante esta conversación el niño, si bien habla de la naturaleza, las plantas y lo que puede afectarla, también involucra a su familia haciéndola parte del medioambiente y de lo que hay que cuidar y proteger. Puede verse un impacto de cambio y aporte que, aunque no es total, si redunda en el fortalecimiento de la familia y la comunidad.
La escritura también es otra manera de romper las barreras del silencio. Mediante la integración de palabras que conforman mensajes poéticos pero también sociales, nace la narración que se hace viva y se mezcla con otros lenguajes como la música, la pintura, la literatura, etc., lo que incentiva la pertenencia e identidad y trasciende las fronteras ideológicas sectaristas, que han dividido esta nación con modelos provenientes del exterior que promueven las violencias de razas y etnias, según los cuales el territorio se despoja por la fuerza, la violencia y la invasión.
Figura 5. Lenguaje y naturaleza en la pintura

Nota: procesos educativos con el elemento del agua.
Fuente: archivo personal del investigador docente, fotografías propias.
En el ámbito de la escuela, los escenarios de formación de las comunidades se deben pensar desde pedagogías de lo sensible que inviten a explorar y a generar conciencia a partir de las artes. Una posibilidad puede darse por medio de la música, en este caso, la exploración de sonoridades evocadoras del agua que permitan la conexión con el territorio. En el ámbito laboral y comunitario, se ha implantado esta apuesta, pues llama la atención e invita a reflexionar con base en la pedagogía del cuidado de los lugares que contribuyen a la sanación del agua.
Acciones como el dibujo o la pintura han sido formas en las que aflora la palabra, el pensarse un mundo distinto al que se nos presenta en caos y con incertidumbre. Recordar vivencias que invitan al rescate del diálogo desde el más pequeño (el niño, la niña) y trascienden en los hogares, lo que incrementa el tejido social en temas relacionados con el cuidado. Se trata de vivencias como la siembra y semejantes, que conforman recorridos en familia por los lugares que alberga la memoria.
Reflexión y discusión
El agua es un elemento necesario para la vida, pero también ha sido vista como una mercancía. Se incrementa el rigor en su racionamiento, se le vende a la ciudad su escasez, pero a la par se fragmentan los humedales, los bosques. Si no hay agua, hay que racionarla. Si se consume demasiado, se interpone una multa o en su defecto un alza en su precio, pero los beneficiarios del dinero recibido por ello son pocos. El ser humano necesita consumir el agua, no se le puede impedir porque hay una naturalidad de su contacto con todo lo viviente. Según Pinzón Quesada (2014),
[a]unque se hace referencia al agua, ella muestra el camino que hemos recorrido desde occidente, en torno al valor de la naturaleza desde el siglo XVIII a la actualidad neoliberal, mostrando la necesidad de un límite a las transformaciones lideradas por gobiernos, que aún consideran infinito el ambiente que nos rodea y convierte a la naturaleza en recurso intercambiable por dinero. (p. 25)
De esta manera, se maneja una doble moral que sustenta que se reduzcan los bosques, los lugares del agua, y se cobra por su carencia. A ello se suma el desarrollo de nuevas vías con cemento y asfalto que permite impulsar empresas dedicadas a la construcción y a la extracción de materiales, que pueden ser empleados en las megaconstrucciones que necesitan del hierro y los hidrocarburos, esto es, se potencia la manutención de un monopolio emergente en crisis financiera. Se escuchaba en los noticieros que la construcción había bajado, por lo cual una parte de la economía se vería afectada en su oferta y demanda, pero no se pueden desaparecer las fuentes hídricas con planes que buscan impulsar este sector económico.
En la actualidad, dada su precariedad, amenaza con la vida misma de las especies al sufrir la contaminación derivada de los desechos tóxicos generados por la sociedad moderna. Entonces, el desarrollo sostenible se enfrenta en primera instancia a la búsqueda de la recuperación y fomento de la cultura ambiental y posterior a ello al uso del recurso hídrico con fines netamente de supervivencia. (Espitia Arias y Sánchez, 2016, p. 76)
Desde la escuela y diferentes escenarios se habla de la preservación y el ahorro del agua con campañas publicitarias que han enviado mensajes que se han vuelto esporádicos mientras se da la alarma y se anuncia un estado crítico. Hace poco se mencionaba la pérdida de agua de los embalses al tiempo que mostraban un panorama desolador: se veía el fondo árido, craquelado y arcilloso de los vestigios de los niveles del agua. Con gran pesadumbre se miraba al cielo, que se mostraba diáfano y transparente con una luz resplandeciente que quemaba, y a lo lejos se divisaban los cerros humeantes por los incendios que se propagaron a los páramos, como Sumapaz, y a lo largo de las montañas, un contraste apocalíptico con los antiguos colores verdosos que vestían las afueras bogotanas.
En esta línea, optó por introducir el tema con una actividad diagnóstica en la que solicito a mis estudiantes narrar las relaciones, acciones y haceres que ellos comparten con el río. No pregunto ¿qué es un río?, pregunto por el río y los estudiantes. Por lo que sitúo el aprendizaje en una referencia autobiográfica, que lleva a los jóvenes a contar el hacer mundano entre ellos y el río, de este modo, la narración se articula dentro de las prácticas pedagógicas como estrategia mediante la cual los estudiantes reflexionan, crean y dan sentido a quiénes son ellos en relación con el Tunjuelo y viceversa. (Vargas Aldana, 2022, p. 58)
Vargas Aldana (2022) nos invita a tener un contacto desde las vivencias de sus estudiantes que parten de un diálogo retrospectivo, dialógico, que se debe incrementar en los diferentes escenarios, para poner en tensión la educación desde una perspectiva de cuidado de las fuentes hídricas en sus nacimientos. Para que se den los círculos del agua es necesario preservar la montaña, el río, la quebrada, la laguna, el humedal, el bosque, el páramo, etc., que se hacen sagrados y ancestrales al haber estado antes que el ser humano. Esto aporta a generar conciencia que parte desde el más pequeño al más grande y ayuda a llevar una vida ligada al cuidado de la naturaleza que permite reencontrarse con las tradiciones, costumbres necesarias para la pervivencia.
Figura 6. Quebrada del Parque Arqueológico de Usme

Nota: el agua y la memoria ancestral de la comunidad muysca de Usme.
Fuente: archivo personal del investigador docente, fotografía propia.
No se pueden anteponer a estos lugares la vía o el centro comercial, pues en ellos se dan los ciclos del agua, que comprenden su purificación, restauración y revitalización que la hace natural a la Tierra. Cuando se intervienen e interrumpen se causa el calentamiento y la sequía; si desaparecen, se diluye la nube y, finalmente, el agua. La localidad de Suba, al igual que otras localidades de la ciudad, cuenta con todos estos lugares, pero podrían desaparecer por el accionar humano, político y urbanístico, en particular, por la conectividad vial. Una afectación de tal magnitud deteriorará al igual los otros ecosistemas que integra y que quedan en Bogotá y sus alrededores.
Por ello, es necesario sumar esfuerzos que movilicen a la población desde la conciencia y así poder tomar decisiones. Que se vea reflejada la voz de las comunidades, para que de esta manera el sector político y privado cambie sus concepciones de riqueza, pues de la sostenibilidad de los lugares del agua también proviene la riqueza, el bienestar y una mejor calidad de vida. No está mal querer el progreso, pero hay que pensar cómo se está dando y cómo se puede desarrollar de forma amigable con el medioambiente. Estas reflexiones se deben seguir fortaleciendo en el aula, en el espacio pedagógico:
Aunque hablar de los problemas medioambientales no es tarea fácil teniendo en cuenta la poca conciencia que existe frente al tema y las pocas herramientas que se tienen en la escuela para abordar esta problemática, y es un asunto que le compete a todos, muy pocos se han tomado la tarea de realizar acciones pertinentes que contribuyan a mejorar la situación. (Gómez Vega, 2017, p. 70)
Las grandes economías nos muestran que la riqueza no se basa en cuánto dinero se tiene, sino en cómo están formados los integrantes de cada país desde el pensamiento y el actuar, sin caer en creencias populistas. Si el país es honesto, tiene sentido de pertenencia con su entorno, pues el ser humano nace siendo parte del territorio y allí se siembra al ser un organismo vivo, con lo cual su riqueza material e inmaterial se ve incrementada. Reflexionar sobre estos temas que nos involucran permite formar en valores, reconocernos, aprender de las diferencias y llegar a acuerdos para ser un país próspero y tener un verdadero desarrollo.
Referencias
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Freire, P. (2010). Primera carta. Enseñar-aprender. Lectura del mundo - lectura de la palabra. En Cartas a quien pretende enseñar (pp. 28-42). Siglo Veintiuno Editores.
Garavito Rincón, L. N. (2015). Los páramos en Colombia, un ecosistema en riesgo. Revista Ingeniare, (19). https://doi.org/10.18041/1909-2458/ingeniare.19.530
Gómez Gómez, S., y Neuta Palacios, Y. M. (2017). Miradas en espejos de agua: un libro de artista sobre el desarrollo humano creado a partir de recorridos junto a la comunidad por el territorio ancestral mhuysqa de Bosa [tesis de especialización, Universidad Distrital]. RIUD, Repositorio Institucional Universidad Distrital. http://hdl.handle.net/11349/6397
Gómez Vega, Y. V. (2017). Arte de la tierra para crear estrategias de participación y acción frente a la conservación medioambiental del aire agua y tierra con los niños y niñas del grado primero de primaria del Gimnasio Real de Colombia [tesis de licenciatura, Universidad Distrital]. RIUD, Repositorio Institucional Universidad Distrital. http://hdl.handle.net/11349/25022
Green Stócel, A. (2011). Significados de vida: espejo de nuestra memoria en defensa de la Madre Tierra [tesis doctoral, Universidad de Antioquia]. Repositorio Institucional Universidad de Antioquia.
http://hdl.handle.net/10495/6935
Greene, M. (2004). Hacer que el mundo petrificado hable, cante y tal vez dance. En Variaciones sobre una guitarra azul. Editorial Edere.
Monroy, G. (2024). Exploración musical con simbología acuática. Una experiencia pedagógica como aporte a la armonización y revitalización en torno al agua en el Cabildo Muysca de Suba [tesis de maestría, Universidad Distrital]. RIUD, Repositorio Institucional Universidad Distrital.
http://hdl.handle.net/11349/37456
Pinzón Quesada, E. A. (2014). El agua, su valor y la vida cotidiana: un análisis crítico al desarrollo neoliberal [tesis de maestría, Universidad Pedagógica Nacional]. Repositorio Institucional UPN.
http://hdl.handle.net/20.500.12209/810
Vargas Aldana, C. M. (2022). Modos cuidadosos de vivir con el río: afectos y prácticas de convivencia con el río Tunjuelito [tesis de doctorado, Universidad Nacional de Colombia]. Repositorio Institucional UNAL. https://repositorio.unal.edu.co/handle/unal/82892
Villalba Reyes, J. S. (2024). Rescate del liderazgo ancestral a través de las prácticas culturales en la comunidad indígena El Polvillo del pueblo senú, en el municipio San Pedro de Urabá, departamento de Antioquia [tesis de licenciatura, Universidad de Antioquia]. Repositorio Institucional de la Universidad de Antioquia. https://hdl.handle.net/10495/41769
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Gustavo Alexander Monroy Martínez
Magíster en Educación y licenciado en Educación Artística, egresado de la Facultad de Ciencias y Educación de la Universidad Distrital (Colombia). Sus temas de interés se centran en las artes, la pedagogía y la exploración interdisciplinar investigativa.
* Este testimonio se basó en la experiencia pedagógica desarrollada en la comunidad muysca de Suba (Bogotá, Colombia) en el marco de la investigación para la tesis Exploración musical con simbología acuática: una experiencia pedagógica como aporte a la armonización y revitalización en torno al agua en el Cabildo Muysca de Suba ( http://hdl.handle.net/11349/37456 ), adelantada en la maestría en Educación con énfasis en Comunicación Intercultural, Etnoeducación y Diversidad Cultural de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas. La correspondencia relativa a este texto debe dirigirse a Gustavo Alexander Monroy Martínez ( reydelviento22@gmail.com ).
1 La palabra raizal se utiliza en el lenguaje cotidiano de la comunidad muysca estudiada con el significado de ‘propio del territorio’.