Caracterización de la cátedra de emprendimiento en colegios distritales de Bogotá


Abstract

Este artículo expone un estudio sobre las acciones que los colegios públicos de una localidad de Bogotá (Colombia) implementaron para incorporar la cátedra de emprendimiento en educación media. Se distinguen elementos normativos de la cátedra de emprendimiento en el país, tales como la ley 1014 de 2006, la ley 1429 de 2010 y los documentos del Ministerio de Educación Nacional. Se adelanta un contraste entre las perspectivas de los docentes, estudiantes, directivos y sector productivo vinculados a cada institución. Además se realiza una revisión de documentos y vivencias de los actores involucrados en el proceso. Se analizan la participación del Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA) y su rol en los colegios, así como la articulación de las instituciones educativas públicas en Bogotá con la educación superior. Gracias a la realización de este estudio será posible abrir el panorama sobre la incidencia de la cultura del emprendimiento en el entorno educativo de Bogotá. El estudio evidencia aspectos que se pueden considerar para mejorar su implementación en otras instituciones educativas.


Este artigo expõe um estudo sobre as ações que os colégios públicos de uma localidade de Bogotá (Colômbia) implementaram para incorporar a disciplina de empreendimento no ensino médio. Distinguem-se elementos normativos da disciplina de empreendimento no país, tais como a Lei 1.014 de 2006, a Lei 1.429 de 2010 e os documentos do Ministério de Educação Nacional. Adianta-se um contraste entre as perspectivas dos docentes, dos estudantes, dos diretivos e do setor produtivo vinculados a cada instituição. Além disso, foi realizada uma revisão de documentos e vivências dos agentes envolvidos no processo. Analisa-se a participação do Serviço Nacional de Aprendizagem (SENA) e seu papel nos colégios, assim como a articulação das instituições educativas públicas em Bogotá com a educação superior. Graças à realização deste estudo será possível abrir o panorama sobre a incidência da cultura do empreendimento no entorno educativo de Bogotá. O estudo evidencia aspectos que podem ser considerados para melhorar sua implementação em outras instituições educativas.


This article presents a study about the actions that the public schools of a neighbourhood of Bogotá (Colombia) implemented with the purpose of implementing a course on entrepreneurship in secondary education. There are normative elements of the entrepreneurship course in the country, such as Law 1014 of 2006, Law 1429 of 2010 and the policy documents of the National Ministry of Education. The perspectives of teachers, students, managers and the productive sector linked to each institution are contrasted. In addition, a review of documents and experiences of the actors involved in the process is carried out. The participation of the National Apprenticeship Service (SENA) and its role in schools is analysed, as well as the articulation of public educational institutions in Bogotá with higher education. Thanks to the realization of this study it will be possible to provide a clearer vision on the incidence of the culture of entrepreneurship in the educational environment of Bogota. The study shows aspects that can be considered in order to improve their implementation in other educational institutions.


INTRODUCCIÓN

La preocupación de los gobiernos por mejorar el desarrollo económico y social es el punto de partida para proponer cambios en las políticas educativas. En Colombia esta inquietud se refleja en la integración del entorno productivo con el ámbito escolar, como una alternativa a la necesidad de ampliar las perspectivas de trabajo. Con el establecimiento de la ley 1014 de 2006, “De fomento de la cultura del emprendimiento”, se favorece esta integración, dado que su interés fundamental es el desarrollo de las competencias laborales generales en la escuela.

Dicha ley se creó con el fin de “Promover el espíritu emprendedor en todos los estamentos educativos del país, en el cual se propenda y trabaje conjuntamente sobre los principios y valores que establece la Constitución y los establecidos en la presente ley” (art. 2). Al adoptarla, las instituciones educativas oficiales se vieron abocadas a una reorganización institucional para dar cumplimiento a la ley, adicionando la cátedra de emprendimiento a las asignaturas ya existentes y, por consiguiente, reestructurando sus procesos escolares. De igual manera, la incorporación de la ley 1429, o “Ley de Formalización y Generación de Empleo”, abre perspectivas al impulso de la formación en emprendimiento y al apoyo en la creación de empresas por parte de jóvenes empresarios.

Las transformaciones en cada institución para implementar la cátedra de emprendimiento, vincularla dentro de su dinámica de trabajo y sus Proyectos Educativos Institucionales (PEI) dan testimonio de una evolución que requiere revisión, análisis y contraste. La manera en que cada colegio ha incorporado la cátedra en su comunidad educativa es el tema que dio su razón de ser a este proyecto de investigación.

El PEI, de acuerdo con Alvarado (2005), “Plantea el tipo de colegio que se requiere constituir en función de los fines que se persiguen, el tipo de alumnos que se quiere formar, así como el diseño de políticas del colegio para su propio desarrollo institucional” (p. 50). Razón por la cual la incorporación de una cátedra como la de emprendimiento promueve un cambio en el entorno institucional.

Para este estudio se planteó como fundamental caracterizar los procesos de transformación que han sufrido las instituciones educativas que poseen la cátedra de emprendimiento como parte de su oferta académica. Todo esto, mediante el reconocimiento de las dinámicas de trabajo, la implementación de la cátedra en sí misma y el contraste de los procesos de transformación encontrados en experiencias, a partir de la literatura. De esta manera se llega al objetivo final, que es sugerir estrategias de mejoramiento en la implementación de la cátedra de emprendimiento, a partir de los hallazgos del estudio.

Este análisis no pretende agotar el tema para los colegios oficiales de Bogotá, siendo apenas una muestra de la situación que se vive actualmente en una localidad específica de la ciudad. La investigación brinda un panorama desde la experiencia particular de algunas instituciones educativas distritales, para discutir los procesos adelantados en la incorporación de la cátedra de emprendimiento y los retos que tuvieron que afrontar para ello. Proporciona información útil como punto de partida para revisar la incidencia de la cultura del emprendimiento, su relación con la articulación con la educación superior en los colegios, la ley 1014, además de la ley 1429, en los entornos distrital y nacional. Igualmente, permitirá en estudios posteriores ahondar en los aspectos que se deben considerar para mejorar su implementación en otras instituciones educativas públicas y privadas.

EL EMPRENDIMIENTO Y LA EDUCACIÓN VISTOS DESDE LA PERSPECTIVA DE LA INNOVACIÓN Y EL LIDERAZGO

Para conocer los procesos de acercamiento entre el campo del emprendimiento y la educación media en Colombia es fundamental comprender definiciones modernas de emprendimiento y de educación en emprendimiento, cuyos ejes giran alrededor del entorno y sus relaciones con el individuo. La definición propuesta por Shane & Venkataraman (2000) sugiere que el campo del emprendimiento “Involucra el estudio de las fuentes de oportunidades, sus procesos de descubrimiento, evolución y explotación, además del conjunto de individuos que las descubren, evalúan y explotan” (p. 218); destaca elementos alrededor de las vivencias de una persona y el proceso de descubrimiento para aprovechar las oportunidades.

Las oportunidades de un emprendedor, idealmente, deben ser direccionadas gracias a la educación, en beneficio de la comunidad. Raposo y Do Paço (2011) afirman que “La educación en emprendimiento busca proponer a la gente, especialmente los jóvenes, ser responsables, así como individuos que se conviertan en emprendedores o pensadores empresariales que contribuyan al desarrollo económico y sostenible de la comunidad” (p. 454). Esta aproximación a la educación en emprendimiento se dirige, en esencia, a la población escolar juvenil y su potencial como semilleros de progreso desde las instituciones educativas hacia la productividad.

Las posibilidades de diversificar la educación, desde la perspectiva del emprendimiento, se presentan como alternativa frente a la educación tradicional. Como lo denota Hansemark (1998) en Raposo y Do Paço (2011), “La educación tradicional está enfocada solo en la transformación del conocimiento y las habilidades, mientras que, por el contrario, la educación en emprendimiento se mantiene como un modelo para el cambio de actitudes y motivaciones” (p. 454). Las actitudes frente a la realidad y las esperanzas de los jóvenes son insumos importantes para construir una cátedra de emprendimiento, sensible a las necesidades de las nuevas generaciones.

Una definición de emprendimiento que compila diversos aspectos de la vida y que enriquece el enfoque académico de la cátedra es la propuesta por Engel, Schindehutte, Neck, Smilor & Rossi (2016):

El emprendimiento, como el arte, la ciencia y la filosofía, es transgresor, requiere que reconozcamos su poder de transformar, es decir, crear diferencia y divergencia, en lugar de fomentar la imitación y la conformidad. Por lo tanto, no deberíamos ver la iniciativa empresarial como una disciplina, algo que podemos definir y conocer. Más bien, deberíamos ver el espíritu empresarial en términos de lo que podría ser capaz de hacer: en términos de su potencialidad, convertirse por el bien mismo del cambio. (p. 9, traducción propia)

El poder del emprendimiento, desde esta perspectiva, no puede ser subestimado, considerando que ofrece elementos vitales para un cambio en la juventud. Lucha por romper el conformismo, propende a favorecer el espíritu creativo como arte e impulsa el destierro de la uniformidad.

Las definiciones anteriores centran la atención en el emprendimiento como parte fundamental del cambio del individuo, para aportar a la sociedad y al desarrollo económico. Igualmente, relacionan la formación de líderes capaces de crear ideas productivas y transformar con un perfil que puede ser incentivado desde las aulas, más allá de una disciplina. Atendiendo a Sarasvathy & Venkataraman (2011), “En otras palabras, ¿puede enseñársele a cualquiera que quiera aprender a ser un buen emprendedor? Nosotros creemos que la respuesta es sí” (p. 117, traducción propia). Es entonces cuando la educación en emprendimiento emerge como un espacio dentro del ámbito escolar, que puede generar cambios en la actitud de los jóvenes y, por ende, transformar la realidad de las comunidades.

La educación en emprendimiento en Colombia se fundamenta en orientaciones dadas a las instituciones educativas del país para el establecimiento de una cátedra. Dicha cátedra es impulsada y direccionada por el Gobierno colombiano, mediante una normativa específica que vincula el ámbito productivo y el impulso a la empresa joven con la educación básica y media.

LEY 1014 DE 2006 Y SU RELEVANCIA DENTRO DE LA EDUCACIÓN PARA EL EMPRENDIMIENTO

En las instituciones educativas distritales, la falta de vínculos con el entorno productivo ha sido uno de los grandes desafíos que el Gobierno Nacional viene afrontando. La promulgación de planes y políticas educativas constituye un conjunto de acciones que permean la vida escolar y se vislumbran como alternativa para satisfacer esta demanda. En Colombia se da una respuesta a este desafío, con el establecimiento de la ley 1014 de 2006, de fomento a la cultura del emprendimiento, cuyo interés fundamental es el desarrollo de las competencias laborales generales (CLG) y la promoción de una interacción entre la comunidad educativa y las cadenas productivas.

De igual forma, esta ley surge de la necesidad de reducir los índices de desempleo y de generar un desarrollo sostenible. Para entender mejor su inmersión en la escuela se hace necesario retomar algunas de sus definiciones:

Emprendimiento: Una manera de pensar y actuar orientada hacia la creación de riqueza. Es una forma de pensar, razonar y actuar centrada en las oportunidades, planteada con visión global y llevada a cabo mediante un liderazgo equilibrado y la gestión de un riesgo calculado, su resultado es la creación de valor que beneficia a la empresa, la economía y la sociedad. (Artículo 1, literal C)

Esta tesis se centra en las capacidades del ser humano, que pueden ser potenciadas a partir de la vida escolar, desde una organización institucional que responda a una formación de líderes. Por esta parte, “La formación para el emprendimiento busca el desarrollo de la cultura del emprendimiento con acciones que buscan entre otros la formación en competencias básicas, competencias laborales, competencias ciudadanas y competencias empresariales dentro del sistema educativo formal y no formal y su articulación con el sector productivo” (artículo 1, literal E).

Con la intención de responder a las necesidades del país, la ley enmarca la obligatoriedad para todas las instituciones educativas de incorporar la cátedra de emprendimiento dentro de su oferta académica. Esta directriz está establecida en su artículo 13: “Definición de un área específica de formación para el emprendimiento y la generación de empresas, la cual debe incorporarse al currículo y desarrollarse a través de todo el plan de estudios”. Con este parámetro, la integración imperativa de la cátedra de emprendimiento, dentro del PEI, conduce a la construcción de un currículo oficial de dicha asignatura.

En cuanto a la inclusión de los temas relacionados con la cultura emprendedora en el currículo oficial, la ley en su artículo 13 sugiere “Transmitir en todos los niveles escolares conocimiento, formar actitud favorable al emprendimiento, la innovación y la creatividad y desarrollar competencias para generar empresas”. De allí que el currículo oficial, como hoja de ruta en la organización de contenidos de las diferente áreas, se vea directamente afectado por la ley, al mencionar los conocimientos pertinentes para el desarrollo de competencias.

Al igual que los conocimientos enfocados hacia el emprendimiento y el desarrollo de habilidades, la ley aporta un aspecto, que se aplica específicamente al diseño del currículo oficial en el mismo capítulo, en el que ordena:

Diseñar y divulgar módulos específicos sobre temas empresariales denominados “Cátedra Empresarial” que constituyan un soporte fundamental de los programas educativos de la enseñanza preescolar, educación básica, educación básica primaria, educación básica secundaria, y la educación media, con el fin de capacitar al estudiante en el desarrollo de capacidades emprendedoras para generar empresas con una visión clara de su entorno que le permita asumir retos y responsabilidades. (Artículo 13)

La catedra empresarial es un bosquejo de la cátedra de emprendimiento, que a partir de la educación preescolar hasta la educación media conduce a una formación enfocada en la manera de asumir retos, interés por desarrollar nuevas ideas e implementar diversas formas de poner en marcha proyectos productivos.

LEY 1429 DE 2010, EL IMPULSO A LA CREACIÓN DE EMPRESA JOVEN

La normativa nacional relacionada con diversos estímulos para la creación de empresas y beneficios tributarios de formalización de empleos, cuyos beneficiarios sean personas menores de 28 años, se refleja en la ley 1429 de 2010. Esta ley, en su parágrafo 3°, expresa:

El Gobierno Nacional expedirá el reglamento para que el Fondo Nacional de Garantías otorgue condiciones especiales de garantía a empresas creadas por jóvenes menores de veintiocho (28) años tecnólogos, técnicos o profesionales, que conduzcan a la formalización y generación empresarial y del empleo, por el ochenta por ciento (80%) del valor del crédito requerido.

La iniciativa responde a la necesidad de brindar oportunidades de desarrollo a las nuevas generaciones, además de apoyar la formación en emprendimiento, tal como se plantea en su artículo 3, numerales c y d:

c) Diseñar y promover programas de formación, capacitación, asistencia técnica y asesoría especializada, que conduzcan a la formalización y generación empresarial, del empleo y el teletrabajo.

d) Fortalecer las relaciones entre Universidad-Empresa-Estado, fomentando en todo el país iniciativas tendientes a que estos tres sectores trabajen mancomunadamente en el desarrollo innovador en sus regiones.

La posibilidad de impulsar programas de formación para el trabajo, además de beneficios para los empresarios jóvenes, vincula directamente esta ley con el interés de la escuela de posicionarse como un primer espacio de acercamiento al mundo laboral. De allí que el papel del SENA y el establecimiento de alianzas con otras instituciones universitarias fortalezcan las oportunidades para los estudiantes de los colegios públicos. Todo esto a través de un proceso de ajustes y transferencias condicionados por las necesidades de las naciones.

Proporcionar oportunidades de un trabajo en condiciones dignas y un futuro más prometedor para las nuevas generaciones es una preocupación de los países. Al respecto, Leguizamón (2011, p. 3) comenta: “Para la organización internacional del trabajo el emprendimiento se convierte en un recurso del mundo del trabajo, diferente a la visión empresarial clásica, porque conduce a concebir el empleo y el trabajo desde la óptica de los trabajos decentes y los salarios dignos”. Los jóvenes que se forman en educación media en las instituciones educativas públicas, en ocasiones consideran que encontrar un trabajo digno y unas condiciones laborales que propendan a su bienestar son quimeras difíciles de alcanzar. El desarrollo de proyectos productivos, apoyados por esta ley, al terminar la secundaria y las acciones prácticas en la cátedra de emprendimiento forjan una alternativa que amplía el panorama de los jóvenes con relación a su futuro laboral.

Muchos de los elementos presentados en la ley 1014 y la ley 1429 favorecen un engranaje, que propone modificaciones institucionales, tendientes a la adopción de la cátedra de emprendimiento. Los planteamientos que las leyes presentan no están formulados de manera precisa en el ámbito de la organización escolar. Para su aplicación dentro de la estructura curricular en las instituciones educativas se hace necesario revisar los aportes de documentos del Ministerio de Educación Nacional (MEN). Estos documentos, direccionan la normativa en términos de la educación para el mundo productivo, con una mirada específica hacia el emprendimiento.

DOCUMENTOS DEL MINISTERIO DE EDUCACIÓN NACIONAL EN EL ÁREA DEL EMPRENDIMIENTO COMO MEDIADORES ENTRE LA LEY Y EL ENTORNO EDUCATIVO

Cuando surgen leyes que afectan de forma directa la dinámica dentro de las instituciones educativas, todos sus agentes son responsables de darles cumplimiento, así como ser garantes de su implementación. Por tanto, en Colombia, el MEN como ente director del proceso educativo del país, con el objetivo de que las instituciones educativas dieran cumplimiento a la ley 1014, desarrolló materiales de apoyo, tales como las cartillas Articulación de la educación en el mundo productivo, del 2006, y Fomento de la cultura del emprendimiento. Orientaciones para los establecimientos educativos, del 2010.

La primera cartilla MEN (2006) tiene como objetivo proporcionar ideas básicas con relación a los deberes del sistema educativo con los jóvenes, además de presentar elementos relacionados con la formación de competencias laborales generales (CLG) en el campo educativo. Las CLG son, de acuerdo con el documento:

El conjunto de conocimientos, habilidades, actitudes y valores que un joven estudiante debe desarrollar para desempeñarse de manera apropiada en cualquier entorno productivo, sin importar el sector económico de la actividad, el nivel del cargo, la complejidad de la tarea o el grado de responsabilidad requerido. (p. 6)

Estas competencias se constituyen como herramientas indispensables para desarrollar en los estudiantes la mentalidad emprendedora. En este material se intenta vincular el entorno de la producción y el emprendimiento, fundamentado exclusivamente en la formación de las competencias laborales generales de tipo intelectual, personal, interpersonal, organizacional, tecnológico, empresarial y para el emprendimiento.

En el caso de la cartilla MEN (2010), su interés va dirigido a la formación de la cultura del emprendimiento como un conjunto de actitudes, valores y elementos que forman a un individuo con una visión práctica del entorno laboral. Además es específica en brindar lineamientos de la incorporación de aspectos necesarios en la formación de emprendedores, desde el grado preescolar hasta la educación media. Aquí explica la manera de adoptar el emprendimiento a través de todos los niveles:

Se fomenta de manera gradual: en los niveles de preescolar y básica, a partir de las competencias básicas y ciudadanas, se trabajan los procesos nocionales y elementales del emprendimiento; y en la educación media se consolidan las competencias para el impulso de la empresarialidad, como oportunidad para que el estudiante materialice sus actitudes emprendedoras en el desarrollo de actividades y proyectos orientados a la creación de empresa o unidades de negocio con perspectiva de desarrollo sostenible. (p. 10)

Este documento busca brindar directrices de adopción de la cultura del emprendimiento, además de temáticas para construir un currículo oficial de la cátedra. Es un material más completo que su antecesor del 2006, que aunque brinda información valiosa para acoger el emprendimiento en las instituciones, solo se concentra en la formación de CLG.

De esta forma, en Colombia, los documentos del MEN orientados hacia el emprendimiento se constituyen como una puesta en escena de la ley 1014 en términos del lenguaje educativo. Contemplan la adopción de las CLG en la escuela y sugerencias de temáticas para desarrollar como mediadoras de la normativa y la práctica en la realidad educativa; por ello, la adopción de la cátedra está íntimamente ligada al Proyecto Educativo Institucional de cada colegio, sus transformaciones y sus condiciones particulares.

PROYECTO EDUCATIVO INSTITUCIONAL, FUNDAMENTO PARA LA INCORPORACIÓN DE LA CÁTEDRA DE EMPRENDIMIENTO

Considerando que, de acuerdo con el Ministerio de Educación Nacional, en el decreto 180 de 1997, el Proyecto Educativo Institucional (PEI) es “La estrategia fundamental, ordenada por la ley 115 de 1994, para propiciar la transformación de las instituciones como ejes de desarrollo y mejoramiento de la calidad educativa”, el PEI permite la organización escolar y facilita la adaptación de estrategias para mejorar el servicio educativo.

Para Alvarado (2005), “Su plan de acción, se concreta en una serie de proyectos, coherentes y realistas, que ayudan a conseguir los grandes objetivos del centro educativo” (p. 60). De allí que contenga todos los aspectos concernientes a la planeación y organización pedagógicas, que incluyen planes y programas, además de proyectos que desarrolle la institución. Allí se encuentran inmersos los currículos de las áreas, sus contenidos y actividades, constituyéndose en un documento vital para encontrar la estructura de la cátedra de emprendimiento en una institución educativa.

Es obligación de las instituciones educativas actualizar anualmente los avances y cambios que se le hagan a su PEI; estos procesos se deben llevar a cabo a través de las Direcciones Locales de Educación, que reciben los documentos y registran los cambios tanto en la planta docente como en horarios, currículos, actividades y organización general, registrados en el PEI de cada colegio público y privado.

Según el artículo 14 del decreto 1860 de 1994, todos los colegios deben crear y ejecutar, con la ayuda de la comunidad educativa, un proyecto educativo institucional que exprese la manera de obtener los fines de la educación dados por la ley, estimando las condiciones sociales, económicas y culturales de su entorno particular. Es allí donde el emprendimiento llega a los currículos de los colegios como alternativa para dar solución a condiciones particulares de las instituciones educativas en Bogotá.

Según De Zubiría (2010), “En las instituciones de mayor calidad, los maestros han participado activamente en la elaboración del PEI y éste ha sido leído y discutido. En las instituciones de menor calidad, o no existe el PEI o existe tan sólo como requisito formal para ser mostrado a los supervisores del MEN cuando lo requieren” (p. 45). La organización de la comunidad educativa alrededor de los cambios realizados en el PEI para incorporar la cátedra de emprendimiento podría ser un indicador de mejoramiento en la calidad de educación ofrecida a los estudiantes en media. Esto siempre y cuando exista un nivel de participación activa de cada estamento para hacer del PEI un dinamizador del emprendimiento en las instituciones.

La creación de currículos dentro del marco de un PEI que dieran respuesta a la ley 1014, y a la articulación de la educación media con la superior, constituye la plataforma de adopción de la cátedra de emprendimiento de hoy en día. De aquí que sea tan importante reconocer el papel del currículo como indicador de cambios en la incorporación de la cátedra.

EL CURRÍCULO Y SU PAPEL DENTRO DE LA ADOPCIÓN DE LA CÁTEDRA DE EMPRENDIMIENTO

Dado que esta investigación reconoce creaciones e innovaciones en los currículos de la cátedra de emprendimiento, como evidencia de cambios, es necesario establecer una definición acorde a las características del estudio. Por ello se considera el concepto de Posner (2005), quien plantea que el currículo está conformado por “El contenido, los estándares o los objetivos de los que las escuelas son responsables ante los estudiantes. Otros declaran que un currículo es la serie de estrategias de enseñanza que los maestros planean utilizar” (p. 5). Esta definición nos permite entender al currículo como un conjunto de elementos susceptibles de ser analizados, enriquecidos y transformados.

Al reconocer que el currículo es un conglomerado de acciones, documentos y proyectos no se puede desconocer que en él influyen las transformaciones sociales, culturales y económicas del entorno escolar. En el caso de la cátedra de emprendimiento, creada para dar respuesta a las necesidades socioeconómicas del país, se deben considerar sus reformas, al igual que las implicaciones que estas tienen en las condiciones de la comunidad educativa.

Con respecto al currículo y la implementación de la cátedra de emprendimiento, Vican & Luketić (2003) sugieren que “El emprendimiento estructural y procedimental tiene la condición de materia interdisciplinaria, lo que significa que puede ser desarrollada a través de todas las asignaturas en todos los niveles de la educación pre-terciaria” (p. 62). Dicha premisa estaría en concordancia con un trabajo transversal por proyectos, desarrollados en todas las asignaturas, como alternativa para implementar la cátedra dentro de los procesos escolares.

Ansari, Bell, Iyer & Schlesinger (2014), en su perspectiva de la formación en emprendimiento y el papel del currículo, aseveran que los colegios poseen variedad de elementos disponibles para favorecer la educación de emprendedores. “El primero es el currículo académico formal. Con la intencionalidad adecuada, el plan de estudios académico brinda la oportunidad no solo de proporcionar conocimientos técnicos sino también de desarrollar las competencias que los líderes emprendedores necesitan” (p. 40). Un currículo que no deje de lado la formación en conocimientos generales y además enriquezca el perfil emprendedor es una herramienta valiosa en el camino de la educación.

El propósito debe evidenciarse en los currículos oficiales, tal como lo afirma Posner (2005): “Una vez que se legitima la idea de formular planes de enseñanza para los estudiantes y los resultados del aprendizaje, también hemos establecido el fundamento para el seguimiento de los profesores responsables tanto de la efectividad de sus planes como la ejecución del currículo” (p. 5), pues es en ellos donde se revela lo que se enseña; en este caso la temática concerniente al emprendimiento, cómo se enseña y para qué se enseña.

Cifuentes y Rico (2016) explican en su investigación sobre el emprendimiento en jóvenes de colegio rural que es fundamental identificar las representaciones sociales de los jóvenes, dado que ayudan a entender su perspectiva, con relación a su desarrollo académico, social y familiar. “Esto es un insumo importante para poder diseñar currículos pertinentes, acordes a las necesidades de nuestros niños, niñas y jóvenes. Es además un camino idóneo para articular la escuela con la sociedad” (p. 100). Un currículo para la cátedra de emprendimiento dirigido hacia cada colegio, considerando sus expectativas, necesidades y características particulares, enmarca un proceso de trabajo efectivo, orientado a llevar a cabo proyectos productivos o transversales.

En Colombia, el currículo oficial, el PEI, los documentos del MEN y, por supuesto, las leyes 1014 de 2006 y 1429 de 2010 son fuentes de información exploradas en esta investigación. La integración que exista de la realidad de la comunidad educativa con relación a estos documentos cumple un papel preponderante en la proyección de este trabajo hacia otras localidades. El fundamento de los contenidos curriculares de la educación en emprendimiento se sostiene en las habilidades emprendedoras y su pertinencia en el desarrollo de un perfil emprendedor, y, por consiguiente, es de vital importancia conocer sus características.

LAS HABILIDADES EMPRENDEDORAS COMO EJE CENTRAL DE LA EDUCACIÓN EN EMPRENDIMIENTO

Para Studdard, Dawson & Jackson (2013), “La educación en emprendimiento implica la construcción de un conjunto variado de habilidades, tales como el liderazgo (Vesper y McMullen 1988), adaptabilidad (Timmons & Spinelli, 2009), creatividad (Timmons & Spinelli, 2009), perseverancia (Markham, Baron, & Balkin, 2005) y educación financiera (Timmons & Spinelli, 2009), entre otras” (p. 3, traducción propia). Estas habilidades brindan al individuo la posibilidad de afrontar diversos retos en los entornos que lo rodean.

Según Surlemont y Kearney (2009), existe un debate relacionado con las características y los atributos que caracterizan un comportamiento emprendedor. “¿Son ellos conocimientos, aptitudes, habilidades, actitudes, competencias, características o incluso capacidades?” (p. 27, traducción propia). Dado que todos ellos, independientemente de su naturaleza, no son innatos, pueden ser adquiridos, reforzados o desarrollados a través la educación. Aunque para los autores es importante distinguir, por un lado, cualidades, características o atributos, y por otro lado, encontrar los conocimientos y competencias. Los procesos educativos pueden contar con el diseño de planes que respondan tanto a las características como a las competencias.

Ansari et al. (2014) comentan que “La práctica del liderazgo emprendedor comienza con un viaje de autoexploración que requiere que un líder entienda quién es, cómo el contexto en el que vive configura su comportamiento cotidiano, qué valores guían su elección” (p. 35, traducción propia). Por tanto, la educación en emprendimiento es la clave para desarrollar ese viaje de autoconocimiento, desde preescolar, y afianzarlo en la educación media.

Con relación al desarrollo de la creatividad en la enseñanza del emprendimiento, Tunstall, Nieminen, Jing & Hjorth (2017) expresan que “Puede ser importante no solo promover la creatividad, sino también la confianza creativa, como un objetivo integrado en la educación empresarial. Tierney y Farmer (2002) la definen como la creencia en la propia capacidad de producir resultados creativos” (p. 34, traducción propia). La creatividad, como una habilidad fundamental en la cátedra de emprendimiento, facilita la construcción de un ser seguro de sí mismo, al proponer ideas y arriesgarse a llevarlas a cabo. Si esta perspectiva se hace evidente en la cátedra de emprendimiento en los colegios, los estudiantes tomarán más ventaja de los elementos proporcionados en su formación y se apropiarán de ellos en su vida adulta.

Por otro lado, Henry et al. (2005), en Elmuti, D., Khoury, G. & Omran, O. (2012), afirman que “Las habilidades requeridas por los emprendedores se dividen en tres categorías distintas: habilidades técnicas, habilidades de gestión empresarial y habilidades emprendedoras personales”. (p. 84, traducción propia). Así, dentro de las habilidades técnicas se encuentran la comunicación oral y escrita, además de elementos referentes a la organización. Entre las habilidades de gestión están involucradas la planificación y la toma de decisiones. De igual forma, los autores establecen que los emprendedores también deben tener habilidades personales como la innovación, la creatividad, la toma de riesgos y la persistencia.

Todos estos elementos son fundamentales en la educación en emprendimiento, dado que, acorde a los autores antes citados, “Los estudiantes pueden aprender dichas habilidades a través de la educación en emprendimiento de manera eficaz para convertirse en empresarios exitosos” (p. 84, traducción propia). Para este estudio se consideran habilidades emprendedoras las habilidades técnicas, de gestión y las personales, que pueden ser desarrolladas en la cátedra de emprendimiento en las instituciones educativas.

Para la Unión Europea, en la voz de Camacho (2011), “En la educación secundaria, la enseñanza del espíritu empresarial incluirá la sensibilización de los estudiantes, en cuanto al trabajo por cuenta propia como posible opción profesional” (p. 9). La posibilidad de ser independiente y consolidar una empresa propia son retos que podrían ser cristalizados por los estudiantes desde la organización de proyectos en los colegios y el impulso de acciones en la cátedra de emprendimiento.

Como lo sugiere la autora, Camacho (2011), en Cifuentes y Rico (2016), “El sistema educativo puede contribuir a impulsar y apoyar la enseñanza del espíritu empresarial, para lo cual es necesario proporcionar a los estudiantes las competencias necesarias que fomenten y sensibilicen a los futuros profesionales como empleados o trabajadores por cuenta propia” (p. 100). Las competencias enfocadas hacia el empleo y las necesarias para ser creador de ideas nuevas de negocio se diferencian según la perspectiva de la institución educativa, las condiciones de la comunidad aledaña y el apoyo interinstitucional con el que cuenten.

Una perspectiva emprendedora puede ser desarrollada en los individuos en cada etapa de la vida y puede ser replicada por otras personas que conviven entre sí, como sucedería en el espacio de la escuela. Kuratko (2004) afirma que “Las características de los que buscan oportunidades, toman riesgos más allá de la seguridad y tienen la tenacidad para empujar una idea a través de la realidad se combinan en una perspectiva especial que se impregna entre los emprendedores” (p. 3, traducción propia). La formación de emprendedores en Colombia es un fenómeno que se ha extendido, gracias a las alianzas entre los colegios con instituciones y universidades. Una de estas instituciones líder en emprendimiento y formación para el trabajo es el Servicio Nacional de Aprendizaje (SENA).

EL PAPEL DEL SECTOR PRODUCTIVO Y EL SENA EN LA CÁTEDRA DE EMPRENDIMIENTO

Los documentos del MEN, la ley 1014 y la 1429 resaltan la importancia de la vinculación de las instituciones educativas con el sector productivo, además de la incorporación del talento joven a la fuerza productiva, tal como lo menciona el MEN (2010): “Generación de alianzas y convenios interinstitucionales que apoyen los propósitos del establecimiento educativo y brinden soporte a sus procesos” (p. 31), siendo fundamental reconocer que los cambios en las instituciones se dan desde el interior, con apoyo externo, para beneficiar a la comunidad aledaña.

Entre las alianzas más destacadas de las instituciones educativas para el desarrollo de proyectos productivos y actividades propias del emprendimiento se distingue la articulación de la educación media con la superior, con el SENA como mentor de este ámbito en Colombia. El SENA fue creado en 1957 para apoyar la formación de la población colombiana en el área técnica. Su función fue establecida en el decreto 164 del 6 de agosto de 1957, que en su artículo 2 define que “El SENA dará formación profesional a los trabajadores jóvenes y adultos de la industria, el comercio, la agricultura, la ganadería y la minería. Dicha labor tendrá por objeto la preparación técnica del trabajador y la formación de ciudadanos socialmente útiles y responsables” (p. 1).

El SENA ofrece programas para los colegios en diferentes campos para el trabajo, los cuales son apoyados desde las instituciones educativas en sus PEI. Los convenios realizados entre los colegios y el SENA dieron origen al programa “Articulación de la educación media con la superior”.

Este proyecto nació en el 2010 y su objetivo fundamental es el desarrollo de programas técnicos laborales dentro de los colegios, iniciando desde el grado 10 hasta el grado 11. El MEN (2010), en su documento “Lineamientos para la articulación de la educación media”, destaca que “Facilita el mejoramiento de las competencias básicas que se desarrollan en la educación, favorece el tránsito de los estudiantes hacia la educación superior y la educación para el trabajo, mediante el desarrollo de competencias específicas”. (p. 9). El SENA es el pionero de esta iniciativa, pero en la actualidad existen varias universidades e instituciones que hacen parte de la articulación en los colegios de Bogotá.

La adopción de la articulación de la educación media con la superior en los colegios distritales ha permitido que los estudiantes cuenten con conocimientos técnicos en diversas áreas de desempeño. El objetivo de estos programas, específicamente con el SENA, tal como lo menciona el MEN (2010), “Permite a las instituciones educativas acceder a programas curriculares basados en normas de competencia laboral. Estas normas son definidas con el sector productivo, consultan la Clasificación Nacional de Ocupaciones y sirven como referentes para otorgar certificaciones laborales” (p. 6).

La posibilidad de cursar cátedras que apuntan al desarrollo de CLG y habilidades emprendedoras dentro de los colegios hace que la articulación direccione los PEI de estas instituciones hacia la formación técnica. Así mismo, las prácticas laborales que los estudiantes realizan en empresas facilitan la vivencia de la realidad del ámbito laboral y permiten que se apliquen habilidades adquiridas en la cátedra de emprendimiento. Dentro de las empresas que abren las puertas a estudiantes de colegios de la localidad de este estudio se encuentran los hospitales públicos, otros colegios, empresas de recreación, cajas de compensación, que son instituciones que velan por la recreación y el bienestar de los trabajadores; el Instituto Distrital de Recreación y Deporte, además de escuelas de árbitros de deportes.

En el caso de la investigación en centros educativos, con apoyo del SENA, Gómez y Mitchell (2014) sugieren que si se adelantan proyectos de investigación práctica en los centros de formación se motivaría la conformación de grupos en el área técnica y tecnológica, y que además se fundamentaría una cultura investigativa y de innovación en la fuerza laboral. “Para este fin, se propone, adicionalmente, fortalecer en cantidad y calidad la vinculación de formadores y técnicos en áreas de tecnología –ya sean colombianos o extranjeros– a los centros de formación y a sus respectivos grupos de investigación” (p. 38). El papel de la escuela respecto a la innovación, desde la investigación, supone un esfuerzo colectivo de la comunidad educativa y el apoyo interinstitucional nacional e internacional.

Los autores antes citados aseguran que “Es clave que el diseño de los pénsum en universidades y centros de formación técnica y tecnológica se basen en necesidades transversales y sectoriales de las actividades productivas, por ejemplo, en competencias en idiomas, tecnologías de la información y las comunicaciones, emprendimiento dinámico, finanzas, mercadeo, entre otros” (p. 39). Esta necesidad de adaptar los currículos con miras al emprendimiento es un fenómeno que, a partir de la educación media, se presenta en los colegios y que responde a los desafíos de la globalización y la necesidad de competir en el campo productivo.

La revisión de documentos relacionados con la cátedra de emprendimiento en Colombia permite reconocer que los cambios en las instituciones educativas, a partir de la implementación de la cátedra, pueden venir desde el ámbito curricular, el PEI, la articulación, o desde la implementación de la ley. Pero cabe resaltar que no se encuentran estudios que den cuenta de un análisis específico de las transformaciones institucionales a causa de la adopción de la cátedra de emprendimiento. Por lo tanto, la recopilación de los antecedentes citados da mayor relevancia a esta investigación como pionera en este proceso. De allí que la metodología para encontrar las transformaciones en los documentos institucionales, los procesos vividos por los docentes y rectores, además de la mirada de los estudiantes y el sector productivo en las instituciones participantes, brinde elementos para estudios futuros.

METODOLOGÍA

Dada la necesidad de entender los cambios que se dieron en las instituciones educativas al incorporar la cátedra de emprendimiento se realizó un análisis documental, enmarcado en categorías de análisis de los documentos e información de los participantes. En este caso, documentos tales como el currículo de la cátedra de emprendimiento, el PEI institucional y las experiencias de los actores en cada una de las instituciones participantes en la investigación.

En este estudio se contó con categorías apriorísticas, tales como cátedra de emprendimiento, transformación institucional, habilidades emprendedoras y sector productivo. Además de subcategorías que se desprenden de cada una, entre las que se encuentran diseño curricular, transformación PEI, perfil emprendedor, prácticas empresariales, vínculo con el sector productivo y actividades complementarias.

Además del análisis documental se realizaron entrevistas a los rectores y docentes de emprendimiento, así como encuestas para los estudiantes de grado noveno, que inician su formación en emprendimiento, y a los de grado once, que finalizan. De igual manera, a egresados de las instituciones educativas participantes y a miembros del sector productivo con quienes el colegio tenga convenios.

La investigación fue desarrollada en una localidad de Bogotá, que, de acuerdo con la Secretaría de Educación (2013), “Posee 33 colegios oficiales distritales, 2 en concesión y 4 en contrato” (p. 19). De los 33 colegios oficiales distritales de la localidad se seleccionaron 8 colegios, que son los que en la actualidad ofrecen la cátedra de emprendimiento, y adicionalmente cuentan con o están en fase de inicio del programa de media fortalecida.

INSTRUMENTO DE INVESTIGACIÓN

El cuadro 1 muestra la manera en que se relacionan las categorías, las subcategorías y los instrumentos de recolección de datos, así como la población a la que fue dirigido el estudio.

Cuadro 1.

Relación de categorías, subcategorías, instrumentos y población

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Para ahondar en la primera categoría de análisis se propuso la revisión del currículo de la cátedra en los colegios, además de una entrevista con el docente de emprendimiento, considerando los criterios, condiciones, principios y reglamentos para la construcción del diseño curricular y su actual funcionamiento dentro de las instituciones.

En la segunda categoría, con referencia a la transformación del PEI, se trabajó con la matriz de análisis documental y una encuesta al rector de cada colegio con preguntas que se enfocan hacia los cambios sufridos en el PEI en la estructura interna de la institución, y los términos de incorporación de la cátedra de emprendimiento en las instituciones educativas en los ámbitos administrativo y de infraestructura.

Dentro de la tercera categoría, que se refiere al perfil emprendedor, a través de una entrevista al docente y encuestas a los estudiantes se develan los planteamientos existentes en cuanto a competencias, habilidades y destrezas emprendedoras.

Y finalmente en la cuarta categoría, mediante entrevistas y encuestas a componentes del sector productivo, estudiantes y docentes de la cátedra, se evidencia si están definidos los espacios del ejercicio práctico del estudiante en actividades complementarias. Así mismo, si los objetivos del currículo se corresponden con los de la cátedra, con relación al favorecimiento de la creación de microempresas y a la integración del sector productivo en los procesos institucionales mediante convenios y/o asociaciones.

RESULTADOS Y ANÁLISIS

Retomando la pregunta de investigación –¿Cuáles han sido los procesos de transformación que han sufrido las instituciones educativas distritales de una localidad de Bogotá al incorporar la cátedra de emprendimiento?– se logra establecer que los colegios de la localidad no sufrieron cambios curriculares drásticos al implementar la cátedra de emprendimiento. Esto, a causa de la presencia de programas de articulación en las instituciones, que desde hace más de cinco años han afectado el funcionamiento de los colegios. Las anteriores condiciones se dieron en seis de los ocho colegios analizados, que han recibido programas propuestos por el SENA. Esta situación les ha permitido conservar su organización institucional original desde el inicio del programa de articulación, el cual, en algunos casos, está operando desde el 2004 (ver la figura 1).

Figura 1.

Cambios currículares al implementar la cátedra de emprendimiento

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Los cambios en el campo administrativo se dieron fundamentalmente en la contratación de docentes y, en algunos casos, en contra-jornada para los estudiantes de décimo y once. Esto debido a que las instituciones educativas de la localidad se guían por los lineamientos ofrecidos por el SENA, y los ajustes realizados a sus programas curriculares dependen de las características de cada institución. Los parámetros de contratación de docentes que siguen los colegios consideran la vinculación de docentes especializados para las áreas de la media técnica. El perfil de los docentes solicitados es propuesto por la institución con la que tengan alianza en el programa de media fortalecida (ver la figura 2).

Figura 2.

Cambios administrativos al implementar la cátedra de emprendimiento

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La relación existente entre los PEI y la cátedra de emprendimiento en los colegios gira en torno a los programas de formación técnica y la formación en Competencias Laborales Generales (CLG). Sus transformaciones dependen del perfil de los programas de formación técnica que, por el ejemplo, el SENA imparte en las instituciones. Este es un indicio que apunta a comprender que los PEI de los colegios poseen un carácter de formación técnica, que respalda los programas que funcionan en sus aulas.

Los docentes encargados de impartir la cátedra de emprendimiento en los colegios de la localidad no cuentan con unos lineamientos curriculares establecidos que les permitan organizar la temática ni la estructura de trabajo académico. Dado que el SENA les proporciona las temáticas, y en los colegios que no poseen articulación son los docentes los encargados de organizar sus propios currículos, es importante considerar una perspectiva referente a la adecuación de currículos. Atendiendo a la experiencia de Studdard, Dawson & Jackson (2013), en la que se toman como referencia proyectos y lineamientos ofrecidos por las universidades que pueden ser adaptados a los colegios, las instituciones se guían por los programas de los agentes externos que participan en la articulación de la educación media con la superior. De esta manera, los colegios que no cuentan con agentes externos podrían considerar experiencias de proyectos generados en las facultades de Administración de las universidades y apoyarse en ellas como referente para diseñar y mejorar sus planes de estudio.

La preparación para el mundo laboral y las CLG son la base de los lineamientos curriculares del SENA, que siguen los docentes que poseen articulación con esta institución. Para formular los currículos de la cátedra de emprendimiento de estos colegios hace falta fortalecer la apropiación del espíritu empresarial y la capacidad de emprender, de acuerdo con lo planteado por Camacho (2011) respecto a la sensibilización de los estudiantes de secundaria para considerar el trabajo por cuenta propia como posible opción profesional.

El sector productivo de la localidad expresa que la cátedra de emprendimiento que actualmente imparten las instituciones no aporta a la capacidad para solucionar problemas en quienes realizan sus prácticas. Por lo tanto, reconociendo la experiencia de Cheung & Au (2010), concerniente a la creación de empresas escolares autosostenibles, se podrían fortalecer habilidades que en la actualidad carecen de fuerza en la cátedra de emprendimiento de las instituciones.

Las prácticas empresariales y los convenios con el sector productivo, en la actualidad, son fundamentales para enfrentar a los estudiantes de la cátedra a la realidad en los colegios de la localidad. Pero no solo las alianzas como prácticas empresariales podrían ser de gran ayuda para mejorar la cátedra de emprendimiento. La experiencia documentada por Studdard, Dawson & Jackson (2013) revela el impacto de empresarios que visitan los colegios. De allí que la vinculación y las visitas frecuentes de empresarios y egresados que aporten sus experiencias de vida serían un componente valioso para enriquecer la cátedra en todos los grados. Otro de los resultados importantes que arroja este estudio es que para los egresados que han cursado la cátedra de emprendimiento en las instituciones de la localidad, la creatividad y el trabajo en equipo, entre otros, han sido valiosos aportes que ha dejado esta cátedra en su vida personal y laboral.

CONCLUSIONES

Las transformaciones sufridas por los colegios de la localidad enfocada en este estudio muestran un bajo nivel de impacto en el ámbito curricular y un nivel medio de afectación del campo administrativo. De igual forma, los colegios consideran fuertemente los lineamientos del SENA para consolidar sus currículos de la cátedra de emprendimiento y llevarlos a la práctica. Estos lineamientos van orientados hacia la preparación para el mundo laboral, brindando elementos para desempeñar diversos trabajos, más que hacia el desarrollo de habilidades tendientes a la creación de negocios.

La articulación de la educación media con la superior es la razón fundamental para contar con la cátedra de emprendimiento en los colegios, y no necesariamente la implementación de la ley 1014 de 2006, dado que el programa de articulación está desarrollándose desde el 2004.

Así mismo, las habilidades emprendedoras son desarrolladas en la actualidad a través de diversas actividades complementarias, que podrían ser más variadas y apuntar hacia la formación del emprendimiento y la construcción social. Adicionalmente la resolución de problemas, que es un aspecto que denotan los empresarios como ausente en los practicantes, podría ser reforzada mediante la implementación de proyectos y la incorporación de experiencias exitosas de egresados y empresarios. Dichas experiencias muestran que la cátedra de emprendimiento puede ser apoyada mediante campamentos, visitas de emprendedores y proyectos transversales, que, en conjunto con otras áreas fundamentales, pueden generar un resultado positivo en los estudiantes desde la primera infancia. Estas actividades complementarias incrementarían el desarrollo de habilidades para la creación de ideas de negocios en el futuro.

Considerando la obligatoriedad de la cátedra de emprendimiento desde preescolar hasta grado once, acorde a la ley 1014 de 2006, solo 8 colegios de un total de 33 en una localidad de Bogotá la llevan a cabo. Siendo una pequeña muestra de la situación en la ciudad, así mismo solo la ejecutan desde grado noveno o desde décimo, como resultado de sus procesos de articulación de la educación media con la superior. Respecto a esta parte es vital revisar la manera en que todas las instituciones puedan adoptar esta iniciativa, y la conveniencia de incorporar la cátedra desde preescolar. La implementación masiva de la cátedra, atendiendo a la ley, es viable si se revisan experiencias alrededor del mundo y en nuestro país, además de capacitar docentes para desarrollarla en todos los colegios y vincular de manera directa al sector productivo.

Esta investigación es solo el comienzo de un proceso de trabajo encaminado a develar la situación actual de la cátedra de emprendimiento en los colegios oficiales, no solo en Bogotá sino en todo el país. Además, abre una inmensa puerta para conocer los avances que la educación privada ha tenido en esta área, así como las diversas razones de la falta de implementación en el ámbito público y privado de la cátedra, a pesar de contar con una ley que la reglamenta.

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