Resumen
Este artículo estudia el impacto de la crisis económica de 1930 en la publicidad argentina, en el marco de un proceso de consolidación de una sociedad de consumo. Se analizan tres aspectos: los cambios introducidos por la agencia estadounidense J. Walter Thompson, que se instaló en 1929 en Buenos Aires; el papel de la radio como nueva tecnología en la confección de avisos, y el despliegue de las artes gráficas a través del diseño en el espacio público. El uso de fuentes, entre las que sobresalen las de los publicistas, con sus estudios de mercado, revistas e imágenes publicitarias, muestra una exitosa reacción frente a la caída en el nivel de ingresos producida por la crisis, como resultado del uso de estrategias modernas (o antiguas modernizadas) en un campo cada vez más profesional.