(José Oubrerie ha dibujado los planos. París 21 mayo 1964. L-C)
No. 14 (2014-07-01)Autor/a(es/as)
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José OubrerieProfesor en la Escuela de Arquitectura de la Universidad del Estado de Ohio y antiguo Decano de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Kentucky. Ha enseñado en las Universidades de Columbia, Cooper Union, Escuela Nacional de Bellas Artes y en la Politécnica de Milán. Es arquitecto registrado en Francia y miembro socio del American Institute of Architects. Colaborador de Le Corbusier (1957-1965) en numerosos proyectos, como la iglesia parroquial de Saint-Pierre de Firminy (2006). Su obra incluye la Casa Miller en Lexington o el Centro Cultural Francés en Damasco, publicados en el New York Times, Herald Tribune, Architecture d’Aujourd’hui, Assemblage, GA Houses Special Edition. Ha sido comisario de la exposición Architecture Interrumptus (Wexner Center for the Arts, 2007). awo@wowway.com
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Luis Burriel BielzaInvestigador Asociado IPRAUS, Université Paris-Est, Profesor Asociado en la ENSA Paris-Belleville. Doctor por la Universidad Politécnica de Madrid (ETSAM), con la tesis Saint-Pierre de Firminy-Vert: el edificio como objet-à-réaction-émouvante (2010). Como investigador, trabaja fundamentalmente sobre la figura de Le Corbusier, habiendo recibido becas del J. Paul Getty Museum Research Institute y del Centro Canadiense de Arquitectura, y ha sido comisario de la exposición itinerante Le Corbusier, la passion de cartes (CIVA, 2013). Codirige el Estudio SOMOS Arquitectos y ha sido merecedor de numerosos premios en concursos públicos, con una mirada específica a la domesticidad y las nuevas formas de vivienda colectiva. Lburri@somosarquitectos.es
Resumen
José Oubrerie trabajó como colaborador en la rue de Sèvres entre finales de 1957 y 1965, y nos ha querido brindar la oportunidad de conocer desde dentro su experiencia en el atelier bajo la tutela de Le Corbusier, así como los acontecimientos posteriores que ilustran su concepción de la arquitectura. Siendo las condiciones de su trabajo tan especiales, es oportuno dibujar un retrato de su dilatada carrera en un formato mucho más directo y ágil, no obstante envuelto en el rigor inevitable del ámbito académico en que se inscribe. Exigente, incisivo, incansable y agradecido, José nos deja momentos y pensamientos realmente valiosos, felices e, incluso, amargos. La lección fundamental: la obligación del arquitecto de asumir su responsabilidad con la sociedad, de experimentar y de trabajar para que, una vez más, triunfe la poesía.